Devoras cada trozo accesible de mi parcial desnudez, tu boca invade cada surco y área montañosa, logrando que mi piel estalle en brasas.
Cierro los ojos, intentando desaparecer, dentro de ti ... sin dejar rastro, fundirme en tu abrazo interminable.
Ser inmortales bordeando el paraíso, lamer las profundidades de lo inagotable, temblando en gemidos prolongados ... Hasta donarme completa y absolutamente a ti.
Y respirarte lento ... Nunca quiero dejar de respirarte.