Día de super ... y como dicen que no se debe hacer el super con el estómago vacío, primero el almuerzo, la sobremesa, la charla amena en compañía agradable, bromas, risas, alguna fotografía
El hombre llegó solo, se colocó en la mesa de al lado, se sentó al lado contrario de mí, pidió bebida natural, nosotras a su vez seguíamos conversando, de vez en cuando lo descubrí mirándome, me sonreía y parecía estar atento a lo que se decía en mi mesa.
El hombre discreto pasaba los cincuenta, tenía cierto atractivo aunado a su semblante y movimientos serenos, definitivamente, no pasaba inadvertido.
Barriguita ... la había
Manos largas y venosas ... las había
Sonrisa encantadora ... la había
Mirada perturbadora ... ¡ Demonios !, la había
Varios minutos después llegó su mujer, ella lo observó y se percató que su pareja volteaba en forma constante a mi mesa, ella a su vez me sonrió, más que nada por marcar territorio, [ así lo sentí ], le sonreí.
De vez en cuando tropezaba con la mirada de él era agradable, con la de ella era igual de agradable pero, hombres comprometidos son punto y aparte.
— Paloma, ¿ deseas algo más ?, pregunta él, [ ella niega con la cabeza ]
Él no se dio cuenta y siguió volteando, ella lo notó, [ no dijo nada, parecía incómoda ]
Pedimos la cuenta y antes de retirarnos él me siguió observando, me acerqué a su mesa, se puso nervioso, se le cayó el cubierto.
— Paloma, corazón, cuánto tiempo sin verte [ le dije ], ¿ me recuerdas ?, me incliné y besé su mejilla
— Por supuesto, estudiamos juntas los últimos años
— Mmm, adoro que te acordaras de mí, has cambiado mucho, estás guapísima [ le dije ]
— Igual tú, casi no te reconocía [ me dijo ]
— Te presento a mi marido, él se levantó y me extendió su mano [ estaba temblando ]
— ¡ Adel ! [ le dije ], es un placer
— El placer es mío, soy el marido de Paloma [ haciendo énfasis ]
— Sigan pasando un estupendo día, me retiro Paloma y marido de Paloma, hasta otro momento.
[ Casi en la puerta me habla ]
— ¡ Adel !, pásame tu número, me gustaría seguir en contacto contigo
— Seguro, saco el móvil, busco en contactos y veo mi número, se lo doy y me quedo pensando, ¿habrá entendido esta mujer que, solo quise mostrarme solidaria con ella?.
Horas más tarde y ya en el super un bombardeo de mensajitos, era ella.
— ¡ Adel !, ¿ qué te parece si nos vemos uno de estos días ? ... química la hubo ... no sé, a ver qué surge, ¿ te apetece ? ... y se mantuvo en línea.
De vez en cuando tropezaba con la mirada de él era agradable, con la de ella era igual de agradable pero, hombres comprometidos son punto y aparte.
— Paloma, ¿ deseas algo más ?, pregunta él, [ ella niega con la cabeza ]
Él no se dio cuenta y siguió volteando, ella lo notó, [ no dijo nada, parecía incómoda ]
Pedimos la cuenta y antes de retirarnos él me siguió observando, me acerqué a su mesa, se puso nervioso, se le cayó el cubierto.
— Paloma, corazón, cuánto tiempo sin verte [ le dije ], ¿ me recuerdas ?, me incliné y besé su mejilla
— Por supuesto, estudiamos juntas los últimos años
— Mmm, adoro que te acordaras de mí, has cambiado mucho, estás guapísima [ le dije ]
— Igual tú, casi no te reconocía [ me dijo ]
— Te presento a mi marido, él se levantó y me extendió su mano [ estaba temblando ]
— ¡ Adel ! [ le dije ], es un placer
— El placer es mío, soy el marido de Paloma [ haciendo énfasis ]
— Sigan pasando un estupendo día, me retiro Paloma y marido de Paloma, hasta otro momento.
[ Casi en la puerta me habla ]
— ¡ Adel !, pásame tu número, me gustaría seguir en contacto contigo
— Seguro, saco el móvil, busco en contactos y veo mi número, se lo doy y me quedo pensando, ¿habrá entendido esta mujer que, solo quise mostrarme solidaria con ella?.
Horas más tarde y ya en el super un bombardeo de mensajitos, era ella.
— ¡ Adel !, ¿ qué te parece si nos vemos uno de estos días ? ... química la hubo ... no sé, a ver qué surge, ¿ te apetece ? ... y se mantuvo en línea.
