“Te amaría de cualquier forma, en cualquier mundo, con cualquier pasado.”
Anónimo
Se acercó sigilosamente, parecía un lobo acechando a su presa, de vez en cuando me asaltaba la duda, aun así, me quedé a su lado.
Se tomó el tiempo para conocerme; y cuánto más desnudaba mi ser, más entendía que, de aceptarlo, vendría con él ese hermetismo que lo caracterizaba. No siempre estuve de acuerdo en su forma de ser, pero lo acepté, sabiendo que era parte de su esencia.
Desde entonces, compartimos caminos, a veces, disfrutando al cobijo de la luna, o con el amanecer, observando en sus/mis retinas que, al paso del tiempo, cada día; y cada segundo, estamos más unidos, descubriendo sentimientos nuevos, oscuros y laberínticos... Porque tan perversa es su mente, como ensortijada es la mía.