qué de especial tenían sus ojos
si parecían tan normales
qué secreto guardaba su sonrisa abierta
y su mirada fresca y solitaria.
Todo en él era sencillo ...
Sus manos largas y venosas,
¡ tan comunes !,
pero sabían dónde esconderse
eran ágiles al acariciar el rostro
la nuca ... la espalda.
Se sujetaban con firme suavidad a mi cintura
eran expertas en escabullirse por mi pecho
y acunar mi corazón.
Sus labios delgados
al besar ... derretían cualquier iceberg
en momentos traviesos o violentos
también con besos lentos y apasionados
besaba como si no existiera un mañana.
Él tan sencillo y yo tan caprichosa
intentando constantemente
exorcizarme de su esencia
enfocada en querer hacerlo a mis formas
volverlo a mis ojos menos sensual
más manejable.
Quería retomar el control
que a su lado había perdido
comportarme menos loca, más racional,
pero al verme en sus ojos
todos mis esfuerzos por mantenerme firme se perdían.
Pasa el tiempo y sigo sin entender
qué de especial tenían sus ojos ...