Cuando llega la noche
escucho cómo se acerca el silencio
me cala en lo profundo,
siento el quiebre del aire
debilitando orgullo y vanidad
quedándome atrapada en esta inmensidad,
en este hueco que me dejó la huida
de tu mirada infinita.
Finalmente llega;
y ardo en furiosas tempestades;
al escribir tu recuerdo sin fin
trazándolo sobre las paredes desnudas
y en el vaho de la ventana.
Lo escribo a pesar del desánimo
porque eres pira en mi alma
desde un olvido
que no se extingue.