ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

Participantes y textos de la convocatoria de octubre: "Mosaico"

Campirela/ Nuria de Espinosa/ Auroratris/ Gustab/
Susana/ María/ Marifelita/ Dulce/ Chema/ Lady_P/
Tracy/ Dafne SinedieGinebra Blonde.  

miércoles, 31 de enero de 2024

Insomnio


(Autora: ©Campirela)

(Chie Yoshii)

 
Fue una época en la que mi sueño se rebeló en huelga, me pasaba las horas en vela. No quería tomar somníferos, pues tenía miedo de no despertar o volverme adicta.
Mi insomnio tenía su causa. La tesis me tenía demasiado obsesionado, sé que en ella iba parte de mi vida, de mi futuro y, aunque siempre fui consecuente de mis estudios, estos me llegaron a superar.
Recuerdo cómo comenzó toda mi aventura en un mundo desconocido para mí. Una tarde, en el patio de la facultad, un compañero se acercó con una serie de panfletos para repartirlos a los estudiantes.
Lo cogí y me fui a sentar a un banco, donde poder leerlo con atención.
Era una serie de herbolarios donde las plantas y hierbas que vendían ayudaban a la concentración en épocas de esfuerzo máximo del cerebro. Todo era natural, como lo hacían los indios indígenas de donde traían dichas hierbas; vamos, que de química no había de nada, y daban al parecer un buen resultado. Pues al tomarlas por la noche, al día siguiente tu cuerpo y mente estaban al cien por cien de actividad.
Decidí ir y comprarlas, no perdía nada por probar, tenía que hacer algo al respecto, no podía seguir con este cansancio acumulado día tras día.
El lugar me pareció sencillo al entrar. Es cierto que daba una sensación de serenidad, el olor aromático que desprendía causaba una relajación que lo sentías en tu cuerpo.
—Buenos días.
—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?
—Me interesan unas hierbas que traigo en esta publicidad y al leerlo me han interesado, ¿podría decirme en qué consisten, por favor?
La dependienta muy amable me dio toda clase de explicaciones convenciéndome de que eran buenas para descansar y tener un sueño reparador al menos seis horas seguidas.
Compré esas hierbas, y esa misma noche preparé la infusión.
Mi rutina no la cambié, me fui a la cama a la misma hora, y dentro de ella tomé mi elixir del sueño.
No recuerdo cuándo me quedé dormido, solo que aquella primera noche tuve mi primer encuentro, el mundo onírico, un gran edén se abría antes mis ojos, el paisaje no podía ser más idílico, la vegetación nos rodeaba por todos los lados, el agua, ese oro blanco estaba por todas partes, en formas de fuentes, ríos, cascadas, el sonido, era relajante vivir en ese lugar era plena de tranquilidad.
Así fueron transcurriendo los días y semanas, mi vida cambió para bien, dormía y, al levantarme, recordaba cada sueño. Lo curioso es que me encontraba en plena forma, el optimismo se instaló como un tatuaje en mí.
Terminé mi tesis con una nota bastante aceptable, di las gracias a esa publicidad que por casual llegó a mis manos, o no fue tan casualidad.
Tuve que regresar al herbolario a por más hierbas, pues ya apenas contenía nada el bote. Al entrar, la dependienta se acordaba de mí, fue tan amable como la primera vez; en esta ocasión me dijo que se alegraba del éxito obtenido, me veía con más vitalidad en la mirada.
Le estuve preguntando de dónde venía la poción mágica que me había devuelto mis energías, y ella muy escueta dijo que solo las vendía, pero que eran hierbas antiquísimas que no todo el mundo podía tomar.
Aquello me llamó la atención, como que no eran actas para todo el mundo y yo, por qué sí, lo era.
—Usted es el elegido.
—Perdón, no logro entender lo que me quieres decir.
—Usted tiene una mente abierta y habrá observado que sus sueños son tan reales que lo recuerda todo al despertar.
—Eso es cierto, ¿pero por qué lo sabe usted?
—Usted ha sido observado durante mucho tiempo, y era el mejor ejemplo para nuestros planes en este mundo terrenal.
Y no nos hemos equivocado, su eficacia es el resultado de años de investigación, con usted  hemos ampliado nuestros estudios. Hemos encontrado algo natural donde las personas puedan encontrar un mundo diferente, donde sus deseos del bienestar no sean materiales, donde la paz del individuo sea realidad, y lo mejor de todo no es dañino y adictivo, solo en momentos  puntales pueden ir a ese mundo irreal.
Les facilitará que su mundo normal, sus mentes estén más ligeras de peso para resolver los posibles problemas, con mayor eficacia.
Como ve, esto no puede ser algo que se mande a la ligera a todas las personas.
—No sé qué decir, solo sé que todas estas noches viví en un mundo mejor, más natural, donde cada especie sabía el lugar que ocupaba.
Salí de ese lugar convencido de que los ángeles existen y que en aquel herbolario había uno.
Mis hierbas son la prueba que hay mundos paralelos en los que poder vivir en sueños, pero para poderlos llevar a cabo en este, en el que la carne y el alma aún se pueden corromper.
 
 
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Un nuevo mundo”)

6 comentarios:

  1. Pues yo también creo que existan mundos paralelos.
    Precioso relato Campi que me mantuvo pegada a la pantalla!
    Besitos

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  2. Lo había leído, y es un texto esperanzado. Pareciera que hay quienes quieren regalarnos un mundo idílico como debió de ser en un principio. La excusa del estudiante parece muy veraz.

    Un abrazo ambas

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  3. Gracias, chicas sois especiales.
    Un besazo y como siempre Ginebra, las palabras se me quedan cortas, asi que no digo nada jaja. Muakkkkkkkkkkkk

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    Respuestas
    1. No son necesarias, mi querida Campi; tu bonita compañía dice más que toda palabra 😊🙏
      ¡¡Abrazos y cariños enormes!! 😘🤗💙

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  4. Hola Campi, siempre he tenido la sensación de que el mundo onírico vive paralelo al nuestro. Precioso texto. Un abrazo

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  5. Fascinante, mi niña. Ojalá existiera en la realidad ese mundo donde cada uno sabe el lugar que ocupa y todo es mucho más sencillo y pacífico. Gracias, preciosa.

    Mil besitos y mi cariño para ti ♥

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin