(Autora:
©Dakota)
Algo en mi interior me
decía que no, pero haciendo caso omiso me dejé caer por aquél precipicio.
Me sumergí en el
abismo de mi oscuridad, nadaba buscando una salida sin obtener resultado, solo
encontraba miedo, un estado de angustia permanente.
A lo lejos escuchaba
una voz: -no te vayas, quédate conmigo.
Y seguía nadando,
hasta que aprecié una luz, me dirigí a ella, al otro lado alguien me tendió su
mano y de repente desperté, en la orilla de aquella cala, frente a él, un ángel
que me salvó de mis tinieblas, que me dio una ocasión para comenzar de cero.
La oportunidad de vivir.
(Relato perteneciente
a la propuesta de Variétés: “Un verano de fotografía”)