"Nunca llueve a gusto de todos" reza un dicho muy conocido por estos lares.
Y la lluvia de estos días ha "aguado" muchos acontecimientos que suelen celebrarse en el mes de mayo.
Lo más importante, es saber disfrutar cada momento a pesar de las inclemencias del tiempo.
La vida es efímera, como los pétalos de la amapola. Una flor que tiñe de rojo los campos en primavera.
Sutil, delicada y silvestre... a veces, con mala prensa. Personalmente, me gusta esta flor por su sencillez, por su fragilidad y por la belleza inusitada de los campos florecidos en mayo.
Donde amapola, di ababol, y, si se puede, cardo. Y al vino,
vino. Donde collado, altozano o alcor, otero,
escribe llanamente cerro, alto o cuesta, loma. No digas
lo que nunca se dijo, lo que no se dice
en tu pueblo. Más vale mayo frío, la paja
poca y el trigo mucho. No impongas a la tarde
la añoranza si es falsa o aprendida, anota
simplemente el silbido del viento
en los linares. No recuerdes la muerte aunque
te tenga, piensa que de tanta mies se emboza
el peine cada día, que eres este momento. Y al vino,
vino, sólo la miga, el tuétano. Tampoco
hables más de la infancia para embaucar al olvido, precisa
simplemente la orfandad del muérdago
en el hayedo. Más vale mayo frío. Si tempero,
arraigas; si membrillo, aromas; si cierzo, tiritas. Di
berro, ortiga, di bálago, acebal. No niegues la palabra
amor, tampoco entrega, ni prodigio, ni tú. Ahora
bien, antes de escribirlas, hazlas.
Fermín Herrero
Gracias por TODO