El vino en la tinaja triunfadora
es una sangre conmovidamente,
su corazón de barro es una fuente
que tiene un agua espesa y manadora.
Está llena y parada. Tiene ahora
una acequia profunda y un caliente
toro sin desangrar. Está en la frente
del bebedor mortal que la enamora.
Para purificar el sol del vino
el oro derramó sus manantiales
y en la tinaja encuentra su destino.
Dejaron de ser piedra los metales.
La tinaja recorre su camino
hecha un mar de redondos litorales.