miércoles, 30 de octubre de 2024

Se acaba octubre...


Octubre llega a su fin, mi mes preferido  termina con un hondo pesar, sólo quiero refugiarme en casa, me arropo leyendo poesía, y una infusión caliente tiempla mi pensamiento.


No, hoy no tengo ganas de salir a pasear, miro por la ventana como el viento mece las amarillentas hojas de los árboles, y la luz de afuera se va extinguiendo. Yo estoy en casa...


 Aquí todo está bien, allí NO. El leve aroma de la canela se derrama por la habitación y eleva, de nuevo, mi pensamiento a modo de oración.


Me siento, leo un poema de Wislawa y de nuevo acude el pensamiento que trato de apaciguar con un sorbo de té. Estoy en casa, otros... NO.



Ayer me porté mal en el cosmos.

Viví todo el día sin preguntar por nada,
sin sorprenderme de nada.

Realicé acciones cotidianas,
como si fuera lo único que tenía que hacer.

Aspirar, espirar, un paso tras otro, obligaciones,
pero sin pensamientos que fueran más allá
de salir de casa y volver a casa.

El mundo podría ser tenido por un mundo loco
y yo lo tuve para mi propio y trivial uso.

Ningún cómo, ningún por qué,
o de dónde ha salido éste,
o para qué quiere tantos impacientes detalles.

Fui como un clavo superficialmente clavado a la pared,
o
(aquí una comparación que no se me ha ocurrido).

Uno tras otro se fueron sucediendo cambios
incluso en el limitado campo de un abrir y cerrar de ojos.

En la mesa más joven, con una mano un día más joven
había pan de ayer cortado de forma distinta.

Las nubes como nunca y la lluvia como nunca,
porque era con otras gotas que llovía.

La Tierra giraba sobre su eje
pero en un espacio abandonado para siempre.

Duró sus buenas 24 horas.
1.440 minutos de ocasiones.
86.400 segundos que mirar.

El cósmico savoir-vivre
aunque calla sobre nuestro asunto,
exige, sin embargo, algo de nosotros:
una cierta atención, un par de frases de Pascal
y una sorprendente participación en este juego
de reglas desconocidas.

 Wislawa  Szymborska (poema Falta de Atención. Poesía completa) 

¡Valencia en mi corazón!




lunes, 21 de octubre de 2024

A VECES, EN OCTUBRE, ES LO QUE PASA...

 


Escribo esta entrada hoy lunes, 21 de octubre del presente año; mediado el mes, los días parecen esfumarse en manos del señor prestidigitador, llamado tiempo.


Aunque estamos teniendo un tiempo tipicamente otoñal, en la ciudad sólo algunos árboles se pintan de otoño, y las hojas no aletean por el suelo aún. 


El tiempo de las manzanas ha llegado, y pronto será el momento de los membrillos, de las calabazas, de las nueces y castañas, y de otros frutos que se saborean en esta época del año. Sin embargo... 


en mi paseo sabatino, aprovechando que este fin de semana no he viajado, he podido comprobar cómo en algunos comercios del barrio, sin hablar ya de los supermercados, están colocando, a destiempo, los adornos de navidad. Es mi opinión, y me hace qué pensar...


¿De verdad es necesario adelantarnos tanto al tiempo de Adviento o es necesario disfrazar la situación actual que  está sosteniendo en el mundo con adornos que nos evocan una época de buenos deseos? Confieso que soy muy navideña, pero me parece excesivo tantos días de adelanto. Sólo estamos a mediados del mes de octubre.


Cuando nada sucede,
y el verano se ha ido,
y las hojas comienzan a caer de los árboles,
y el frío oxida el borde de los ríos
y hace más lento el curso de las aguas;
cuando el cielo parece un mar violento,
y los pájaros cambian de paisaje,
y las palabras se oyen cada vez más lejanas,
como susurros que dispersa el viento;

entonces,
ya se sabe,
es lo que pasa:

esas hojas, los pájaros, las nubes,
las palabras dispersas y los ríos,
nos llenan de inquietud súbitamente
y de desesperanza.

No busquéis el motivo en vuestros corazones.
Tan sólo es lo que dije:
lo que pasa.

Ángel González



miércoles, 9 de octubre de 2024

ENTRETIEMPO

 

Recuerdo con mucho cariño  el momento de preparar en el armario la ropa de entretiempo. Esas prendas que se adaptan a las temperaturas cambiantes de las estaciones intermedias, primavera y otoño. 

Mi preferida siempre ha sido la ropa de otoño, son tan entrañablementes cálidas los cardigan de punto. 

A veces, observo en la ciudad donde vivo que hay quienes pasan de los tirantes al abrigo aunque el tiempo no sea excesivamente frío. 


 Durante mi paseo vespertino me he vestido con una de mis chaquetas preferidas, y aunque el viento era recio, he disfrutado del tiempo tipicamente otoñal.



(ENTRETIEMPO)

¡Los árboles deslumbrantes
del otoño, por la tarde,
en esos parajes limpios
del campo, cuando se han ido
todos, y no queda más
que uno con la soledad!

¡Las cosas que ellos nos dicen!
¡Los inmensos imposibles
que nos trasparentan! —¡Oro
eterno nos quema los ojos!—
¡No acaba la hoja con sol
ante nuestro corazón!

Juan Ramón Jiménez




lunes, 23 de septiembre de 2024

Las virtudes del huerto II

 


Dice Pia Pera en su libro "Las virtudes del huerto": cultivar la tierra es cultivar la felicidad. Mente y tierra son cosas vivas que hemos de trabajar de manera análoga, siguen ritmos similares, y por eso tiene sentido decir, refiriéndonos a la mente, que "arrancamos", por ejemplo malos pensamientos, etc. A semejanza de la tierra, tampoco la mente se "cultiva" de una vez para siempre, hay que trabajar en ella todos los días, hacer lo necesario para mantenerla dúctil, bien nutrida y a su vez nutriente, fértil, generosa y en buena salud.


He vuelto a releer este pequeño libro a modo de manual para vivenciar  mi relación existencial con el pequeño huerto familiar. Desde la siembra, allá por mayo, hasta estos últimos días en que algunas plantas empiezan a agostarse y otras intentan sobrevivir con los últimos rayos veraniegos.  


Cada vez que comienza el cultivo de temporada (sólo en verano) la naturaleza nos ofrece pequeñas lecciones para aprender, rectificar... el año pasado se nos dio fatal el cultivo de pepinos, este año la cosecha ha sido fructífera. Sin embargo, el exceso de calor en agosto ha resultado fatal para el típico pimiento cascudo infanteño. 


 
Ahora que ya va acabando la temporada y comienza el otoño, sólo agradezco los frutos cosechados, dejaremos dormitar el terreno para que descanse porque han sido unos meses muy productivos. 



Ahora toca el periodo de conserva y cosechar los frutos del otoño...



Dulce estación de nieblas y abundancia,
íntima del sol que madura todo,
que, tramando con él, bendices dando
sus frutos a la vid junto al alero;
que los árboles vences con manzanas
y llenas en sazón todos los frutos,
que hinchas la calabaza, y la avellana
en su cáscara; que abres más y más
las flores últimas a las abejas
que creen que el buen tiempo no termina
pues Verano
colmó sus lentas celdas.

John Keats (Oda al otoño, fragmento)



¡Feliz inicio del otoño!

martes, 3 de septiembre de 2024

AROMAS DE SECANO

 


Avanza septiembre con paso firme, ordenando rutinas e intentando colocar las horas en su lugar.


Ayuda un poco la acertada idea del día que va acortando la luz y con una discreta retirada, el sol  va dejando que la luna se vaya acomodando por más tiempo.


Sólo le pido al sol que sus rayos no incidan con tanto fervor, y deje de hacer tanto calor...  Septiembre, antesala de mi estación favorita.

Septiembre, momento para ir guardando los buenos momentos vividos en el verano. recuerdos que irán emergiendo a lo largo de estos tiempos venideros.


 "Añoro las viñas otoñales, el sazonado fruto,

los pámpanos con gotas de rocío.

Tiempo atrás, parece un sueño,

de cepa en cepa iba.

El oloroso mosto manchaba nuestra piel

y nos lucía en la besana el alba.

Tierra fuerte. Aromas de septiembre;

maneras de sentir una cosecha

y ver el vino en las redomas

de mano en mano.


Finaliza el estío.

Pronto será el recuerdo de una aventura,

y estos mares, cercanos a mi casa,

misteriosa grandeza."

Dionisia García


¡Bien hallados todos!

  

lunes, 24 de junio de 2024

De paseo por...

 


...  el Parque del Retiro. Este mes de junio he visitado el parque dos veces, bueno, en realidad, he ido dos veces a la Feria del Libro. Hacía dos años que no iba por allí. El primer día fui muy bien acompañada, mi hijo pequeño me pidió que le acompañara. Lo pasamos genial, si hubiera sido por él, nos hubiéramos traído cualquier caseta enterita a casa.

  

Es un gran lector y su escritor preferido es Julio Cortazar. Estos son los dos libros que se trajo a casa.


Y estos son los que compré para mí: "La vida en miniatura" es una recomendación del blog de María "Junto a una taza de té" .  

El segundo día fui a ver a mis compañeras de la Orden Literaria Francisco de Quevedo que firmaban en sendas casetas promocionando sus nuevos libros:


"La voz de los libros" de Maribel Riaza. Un ensayo sobre la historia de la lectura, la lectura en voz alta como acto social. Me parece un libro muy interesante con anécdotas muy curiosas según pude comprobar el dia de la presentación del libro.

"El ruido del silencio", una novela de Eloísa Pardo Castro. Gran poeta y de espíritu inquieto, siempre viajando de un lado a otro difundiendo poesía.


   También me traje a casa este libro. No tengo remedio, espero que este incipiente verano me de la oportunidad de leer todos estos libros.


Cuando tengas un instante libre

léeme un poema largo,
cuando puedas llamarme
concédeme tres deseos,
baila conmingo una canción
antigua
y señálame el cielo alguna noche.
No te demores,
luego me envuelven
extrañezas. 

Ya te dije,
perdí la esperanza
y no desandaré caminos
para buscarla
entre olvidos.
Cuando tengas un minuto 
libre,
piénsame.

Eloísa Pardo Castro


¡Feliz día de San Juan! 

miércoles, 19 de junio de 2024

Un poco de rosa

 


Hace un momento leía que un poco de color rosa suave es bueno para el alma. Siempre he asociado la serenidad y la calma al color azul, precisamente mi color favorito. 


Hoy me he propuesto darle espacio a un poco de rosa suave en mi día, y me tomaré el té en una taza de color rosa.


 Incluso, compraré una rosa de color rosa suave para adornar mi pequeño rincón de lectura si es que soy capaz de tener un instante para ello.


 Hay que mantener la calma en medio del caos y de las prisas, creo que el color rosa me va ayudar. 


Ya tengo preparado mi atuendo para el día de hoy, el color rosa suave me parece  un tono muy sutil y delicado a la par que elegante. Quizás la frase tenga razón y el rosa sea el color del alma...



"La lluvia seguía cayendo, pero la oscuridad se había alejado en el oeste, y había una oleada de color rosa y oro de nubes espumosas sobre el mar.

Ninguna cantidad de fuego o frescura puede ser mayor que aquello que un hombre es capaz de atesorar en su insondable corazón." 

F. Scott Fitzgerald   






sábado, 1 de junio de 2024

Reflexiones poco importantes sobre el tiempo

 




Este mes de mayo, Ginebra nos propone tratar un tema trascendental que puede ser estudiado desde diversos puntos de vista: el tiempo.

Además, para facilitar la inspiración, nos presenta unas imágenes de Tom Bagshaw.


  

“El tiempo es como el viento, no se puede ver ni tocar, pero se puede sentir.”
Las horas, Michael Cunningham
 
Verdaderamente, ¿qué es el tiempo?, me pregunto, ¿qué son unas cuántas horas durante un día en la vida de una persona?
 
Alguien muy cercano a mí, me comentó hace unos días que el tiempo es para un físico lo mismo que el amor, la muerte, o la vida es para un poeta.
 
La profundidad del tiempo escarba en los sentimientos que se piensan en un momento, quedando distantes en el fugaz y raudo pasado y escalan a lo más alto de un instante hacia el futuro o a lo que, quizás, conocemos como eternidad.
 
Pienso que la dimensión del tiempo tiene forma de pirámide, y aunque intente descubrir o entender algo más sobre la fugacidad de la vida, no llegaré a ninguna conclusión. Porque es asombroso el sentido subjetivo del transcurso del tiempo, y todo sucede entre tantos tiempos como seres humanos habitan el mundo y todo ello “Hasta el final de los tiempos”.
 
Como un pensamiento métricamente repetido, siempre es “tiempo de esperanza”, “tiempo de sanar”, “tiempo de amar”, “tiempo de silencio”, me cuestiono si algún día gozaremos de “un tiempo de paz y de memoria”.
 
Mientras tanto, mi imaginación vuela y sueña con un viaje en “la máquina del tiempo”, pasado, presente y futuro… pero ¿para qué perderme en otras épocas? Aprovechar y valorar cada experiencia vivida, cada oportunidad única, que no tenga nunca que ir “en busca del tiempo perdido”. Haber vivido es lo que importa, y haber amado, como “el amor en los tiempos del cólera”.
 
Disfrutar de “el tiempo de las cerezas”, tratando de olvidar los “malos tiempos”, y recordar siempre que “el tiempo que nos une” permanecerá bordado en lo más profundo de los corazones. De momento, yo sigo con mi “tiempo entre costuras”.
 
 
• Entrecomillados, los títulos de algunas obras literarias.
 

(Texto perteneciente a la propuesta de Variétés: “Tómate tu tiempo”)


Gracias, querida Ginebra, por el tema propuesto y por tu inefable labor.



viernes, 17 de mayo de 2024

Qué son cien años...


 Qué son apenas cien años. Una centuria, un siglo, toda una eternidad o quizás, sólo sea un rato en la inmensa subjetividad de la percepción del tiempo.

Hace casi un mes, Telefónica celebró su centenario, cien años de historia... y en estos días de mayo, mi memoria rescata los recuerdos entrañables de mis comienzos laborales en esta empresa.


Durante treinta y cuatro años he formado parte de la plantilla de Telefónica y justo hace ahora treinta y seis años  deje mi pueblo para aventurarme en una nueva etapa de mi vida. Un suspiro entre dos siglos.


En aquella época comenzaban a disolverse los estereotipos de género en la empresa, por lo común, los hombres formaban parte del sector técnico y las mujeres se formaban como telefonistas.   Mi primera incursión laboral durante dos años fue como mecánico de centrales telefónicas. En el curso previo, fui la única chica entre una veintena de compañeros. Y también lo fui cuando  me destinaron a una de las centrales más antiguas de telefonía: una rotary 7A.


  Siempre me he definido como analógica ante todo el frenes�� tecnológico que he vivido, experimentado, estudiado, pero claro, lo que son los cimientos nunca se olvidan. Tengo muy buenos recuerdos y un sinfín de anécdotas que atesoré entre relés selectores, máquinas conmutadoras, ejes verticales y horizontales... 


Recuerdo cuando se estropeo la fila de bastidores que daba servicio a un hospital, tuvimos que hacer girar o rotar (de ahí el nombre) manualmente las máquinas para que el hospital no quedara incomunicado... ¡Qué tiempos! 

Al cabo de un par de años, desmantelaron la central para instalar una AXE, tecnología de vanguardia por entonces, nunca imaginé la transformación tecnológica constante que estaba por venir. Y que ya experimenté desde el área comercial... pero esto, ya,  es casi otra vida.




COMIENZOS

Era el siglo pasado, en primavera,
cuando el viaje fue un hecho y plantaron el árbol.
Jubilosos y errantes, esperaban
el enraizar el tronco, su osadía
en la mística fiesta de los brotes.

Al fin las tiernas hojas encendieron 
y poblaron con prisa y hermosura
el elocuente cuerpo de la vida.

Fue tan alto el ropaje y su abundancia,
que, doblegado, el tronco ya no pudo.
Le hicieron doloridas incisiones,
humillaron la flor de su corteza
y a la tierra escarbaban entre afanes.

Tras unos días largos en lo oscuro,
la savia con denuedo se encrestaba,
y enderezose el árbol, orgulloso,
mostrando su pasado entre las hojas:
la verdad de unos rostros y sus nombres.

Dionisia García


Fotografías: Archivo histórico de Fundación Telefónica