Viejos amigos. (Por Patricia F.)
(ambas imágenes son tomadas de internet)
Años ‘70, los chicos jugaban en las veredas y potreros, pelota de trapo o de goma, las bolitas, la rayuela, a las escondidas y la bicicleta. ¡Qué placer era andar chicas y chicos en bici por la plaza en esas interminables vueltas!
Llegaron los ‘80 con su música disco, los lentos para bailar apretados y una ebullición de hormonas adolescentes en el aire. Ambos compartían el gusto por la música y la poesía, largas caminatas de verano a orillas del río, la bicicleta se durmió en el galpón de los trastos viejos. Las miradas cómplices, la sonrisa a flor de labios, el escozor de los sentimientos ocultos, de la vergüenza de sentir algo y no saber...
Aquella amistad de infancia, de años juveniles, se vio truncada por los diferentes caminos que ambos tomaron en la vida.
Pasaron treinta años antes de volver a saber el uno del otro, cada uno hizo su vida por diferentes caminos, a veces una canción traía a la memoria una sonrisa un instante fugaz de aquel tiempo donde soñar, enamorarse y vivir el momento presente era lo que importaba. Las redes sociales se encargaron del reencuentro y por algunos años el contacto fue ese, comentarios a las fotos o publicaciones, algún saludo esporádico.
Un día decidieron encontrarse en un bar y recordar los viejos tiempos, volver a verse después de tanto a ambos le generaba inquietud, ya pintaban canas y pequeñas arrugas comenzaban a dibujar sus rostros.
La vida que un día quiso separarlos hoy los volvía a reunir simplemente para recordar, conversar.
Así pasaron la tarde entre café y risas, cada uno hablando primero de sus familias y luego trayendo al presente aquellos años, sus ojos se encontraron y por un instante sintieron el chispazo de entonces.
Él dijo, que siempre se cuestionó qué hubiera pasado si en aquel momento él le hubiese declarado su amor, ella contestó que muchas veces lo había pensado, pero ya no era el momento de cuestionarse esas cosas, pues cada uno había tomado su camino. Ella estaba feliz con su vida, amaba a su esposo y pronto sería abuela.