Danzas paganas.
Ritos
y conjuros oscuros.
Cantan
dos jóvenes enamorados.
Junto
a una hoguera en un campo santo.
Danzan
en una fiesta pagana.
¡Ven,
ven belcebú!, yo te llamo.
Acude
a mi llamada, pobre del el joven ingrato.
Te
espero, con esta danza pagana te damos la bienvenida.
El
crepitar de la hoguera, el seductor color del fuego
Hipnótico,
a los jóvenes encandila rojos naranjas y azules.
Un
espectro de Belcebú se les apareció.
—
¡Quién me llama en esta noche tan especial! — Dijo Belcebú.
—
Nosotros, dijeron los dos jóvenes.
Queremos
ver el verdadero infierno, todo es mentira y nada es verdad.
Dicen
las leyendas urbanas que si cantas y bailas.
Llamando
a Satanás, este por alguna esquina aparecerá.
—
¡Así que queréis ver el verdadero infierno!
Pues
sabed, que si lo veis no volveréis,
Vagaréis
como almas malditas hasta la eternidad.
—No
lo creo, —dijo el joven riendo escandalosamente.
¿Tú
te lo crees? —Le dijo a su joven amada.
—
¡No! mientras ella reía.
—Os
propongo un juego, si de aquí a media noche no encontráis al enterrador por
aquí, vosotros os quedaréis conmigo para siempre, y si aparece os dejare
libres, ¿Qué os parece?
¡Bien!
—dijeron los jóvenes temerarios.
Eran
las diez, y la gente empezó a venir al campo santo a ofrecer flores y velas, a
sus seres queridos.
Muchos
venían disfrazados, Drácula, curas y monjas, leñadores, hombres lobos, brujas,
muertos vivientes, enanos y princesas.
El
tiempo se les agotaba, y los jóvenes nerviosos estaban.
Cuando el reloj de la iglesia toco las campanas anunciando que ya eran las 12.
La
hora de las brujas.
Cuando
de pronto de una tumba, la tapa salto por los aires.
Una potente luz salió del interior de ella, roja con un fuerte olor azufré.
Cuando
un Grito gutural llamaba a los dos jóvenes.
Salió
volando con un gran tridente, ensarto a ambos jóvenes.
Y
se los llevó al infierno.
Desde
ese día, vagan como alma en pena sin poder salir del infierno, sus cuerpos
descompuestos con gusanos y larvas poco a poco se los van comiendo.
Ya no tiene carne, solo tienen piel y huesos, sus ojos están vueltos y de sus bocas sucias la lengua putrefacta juega con un escarabajo pelotero, como otros muchos que osaron y retaron a Belcebú.
Ritos
y conjuros oscuros.
Junto
a una hoguera en un campo santo.
Danzan
en una fiesta pagana.
Así
que no juguéis el día de muertos
Porque
nunca se sabe quién ha de venir.
Fin.
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