En el capítulo anterior:
_ Y hacerla tuya, ¿no? _ Estas mirando a tú alrededor, pero no hay nadie, no te preocupes, que no estás loco, porque tú me puedes o mejor dicho tú me oyes.
_ ¿No sabes quién soy verdad?
_ No te preocupes, yo te lo cuento.
_Soy el personaje, de una de tus novelas.
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¡Tú, que te crees! que porque te hayan contado ese chisme, la gente no se dará cuenta de que tú novela, es una copia mala de lo que le paso a ese famoso escritor.
_
¡Cállate te digo!, _Quién te ha dado
permiso para hablar.
Le
hablaba a la pantalla del ordenador… _ No, necesito tú permiso para hablar, es
más sabes lo que te digo, voy a ir a la comisaría, y te voy a denunciar por
plagió. ¡Ah¡ sí ¿y cómo piensas ir hasta la comisaría?
_Saldré
de aquí andando, y luego cogeré mi coche.
Cuando
de pronto, se fue la luz durante unos minutos, el ordenador se
reinició de nuevo.
Unos
toquecitos, en el hombro derecho, hicieron que Vicente se volviese en la silla,
y mirase hacia atrás a su espalda, vio un bulto alto con un bastón.
Lo
miraba fijamente , mientras se paseaba por el salón.
Era
un hombre de complexión de delgadez extrema, con una calva, se le notaba una
gran vena azulada que le fragmentaba la cabeza.
De la vena se le salía una bifurcación, en venas más pequeñas de colores morado, rojo,
verdoso, su rostro era de facciones duras, sus ojos eran de un azul claro.
Tenía
unas profundas ojeras negras, el color
de su piel era cetrina, iba vestido con un traje de luto riguroso con una
camisa blanca, en la solapa de su chaqueta llevaba un pequeño clavel rojo desteñido,
que estaba marchito su color era rojo oscuro tirando a negro, desprendía un
intenso olor a las bolas de alcanfor y moho.
Vicente,
tropezó y casi se cayó de la silla al verlo, se ha susto mucho.
_¡¡Quiénnnn,
eresssss túuuu… dijo tartamudeando!!
_Ya
te lo dije antes, soy tú personaje.
_ ¿o, me equivoco?
Este
le dio, la espalda y salió caminado hacía la puerta apoyándose con el bastón.
En
el pasado, fue un soldado de la segunda guerra mundial, cuando, una mina le mutilo, los cuatro dedos del pie derecho.
Vicente
no se lo podía creer, creyó que estaba alucinando. Pensó que como era un ser
imaginario, era una alucinación
Y
dedujo, que este no llegaría a ningún sitio, uno , porque no sabía dónde estaba
la comisaría más cercana, y dos , porque no lo podía ver nadie o al menos eso
pensaba.
Treinta
minutos más tarde, se presentaron en su casa la policía, y lo acusaron por
delitos de plagio y de propiedad intelectual.
La
sanción fue de una multa de 5.500 euros y tres meses de cárcel.
Durante
todo ese tiempo, que estuvo en la cárcel maquino hasta el último detalle, de
averiguar quién fue el que lo denunció, y lo metió en la cárcel.
_
Estoy seguro, de que fue el hijo de perra de Juan, siempre supe que era un envidioso,
celoso porque siempre fui bueno a la hora de escribir, siempre me lo dijeron
los profesores de la universidad.
_Cuando
salga de aquí, lo llamare y quedare con él para tomar café, y le ajustare las cuentas,
una vez por todas.
Llego
el día de su libertad, y volvió a su casa, nada más llegar, vio que todo estaba
como él lo dejo cuando se lo llevaron, se pegó una ducha caliente.
Cogió
su móvil, y llamo a su amigo Juan… Ring, ring, ring
Al
tercer o cuarto tono…¡¡ Hola, Juan!! _ Soy Vicente ¿Te acuerdas de mí?
—¡¡
Hola, Vicente qué tal!!
_Bien,
bien… ¿Qué digo yo, qué vas hacer esta noche?
_
¿Tienes, planes? _ es que me gustaría invitarte a cenar y ponernos al día,
después de tanto tiempo sin saber de ti
¿Qué
me dices, eh?
¿Te
a puntas?.... _ ¡Ok! Vale, ¿a qué hora paso por tú casa?
¿Qué
te parece a eso de la 9 de la noche? _ Bien pues, luego nos vemos, adiós.
Como
un clavo apareció Juan con una botella de Rioja del Duero, en casa de Vicente.
El
timbre de la puerta sonó … Cuando una voz dijo _ Ya voy , un momento , este
termino de colocar la copa de vino, en la mesa mientras enderezaba un cuchillo
que estaba un poco torcido , el ruido de sus zapatos se oían por el largo
pasillo.
Hasta
que por fin abrió la puerta, y saludo amigablemente a Juan, este le dedico un
cálido abrazo y le entrego como regaló, la botella de vino, este le dio las
gracias.
_No
tenías por qué haber traído nada…_ Ya lo sé, pero es la costumbre, de no
presentarme con las manos vacías.
_Espero
que te guste la lasaña, de cuatro quesos.
Con
mi especialidad, champiñones y Beicon.
Y
una ensalada, y de postre flan casero, de huevo con nueces.
Y
nata montada, con una cama de fresas.
_
¿Vaya, esto es un súper menú, hoy tiramos la casa por la ventana, se puede
saber que se celebra hoy? Le contestó Juan.
Una
vez, que se sentaron en la mesa, Vicente le sirvió vino.
La
velada transcurrió de lo más normal, se contaron viejas anécdotas, entre
anécdota y chismes varios, las lenguas se fueron soltando, y un poco cargados
que iban los dos por igual, Vicente aprovecho y le pregunto por aquella
anécdota que se contó en el bar, la tarde que él no estaba.
_
¿Cuál, dices?
_!!
Sí, hombre¡¡ Aquella del escritor que le pegaron un tiro en la cabeza con una escopeta,
que fue su vecino el barrendero.
_¡¡
Ah, sí!! _ Pues eso que fue su vecino, yo no estuve allí, pero al final no sé si lo metieron a la
cárcel…_ ¿Qué cosa, más curiosa, tú también estuviste en el la cárcel, no? Dijo Juan.
_
¿Y a ti, porque te metieron en la cárcel, si tú no mataste a nadie, eh? _ Alguien me denunció por plagio, ya que
dicen que mi novela “El error de una bala perdida” es una copia de lo que sucedió, en aquel
barrio con esos dos el barrendero y él escritor famoso.
_Y
yo, quisiera saber, quién fue el hijo de perra que me denuncio, ya que aparte
de estar tres meses en la trena lo que más me ha dolido, han sido los 5.500
euros de multa.
Y
a mis oídos, han llegado noticias de que has sido tú, que siempre has sido un
envidioso, celoso.
A
Juan, le cambio el semblante y lo miro
enfurecido.
_Yo
no tengo motivos para hacer eso, eso era cosa de críos
universitarios, ahora somos adultos y yo no tengo ese pensamiento, hacia ti.
Este
se levantó, tirando la servilleta en la mesa.
_ Jamás pensé, que llegaras a pensar que fui yo, y mucho menos pensar que todavía tenías, esa manía de que yo te tengo celos….¡¡ Por favor!! Crece y madura de una puta vez, que tú no eres el ombligo del mundo, ¿Quién te crees que eres, si tú eres, un don nadie?
_ Si tenías amigos, en la universidad es porque nos dabas lastima, el profesor siempre decía que serías un fracasado como escritor.
Y se dirigió a la puerta de la calle.
Vicente al oír, estas palabras se levantó de la mesa, levanto la servilleta y cogió un pequeño revólver del calibre 22…. Sonaron dos tiros, el cuerpo de Juan estaba en el suelo bocabajo, con un tiro en la parte de atrás de la cabeza, sus sesos estaban esparcidos por la alfombra persa, la sangre llego al televisor de plasma, y a varios cuadros.
El otro tiro le atravesó el omoplato izquierdo , llegando el tiro al corazón.
Después
con toda la frialdad del mundo, metió a Juan en un arcón congelador, que
tenía en la despensa, lo tenía de reserva para el verano.
Limpio
bien el salón, para que no hubiese huellas de sangre, recogió los casquillos,
se fue a tirar la basura mientras se fumaba un cigarrillo.
Una vez, que se resarció de su venganza, se sentó, a escribir su nueva novela. Encendió el ordenador y una vez que salió, el logotipo Windows, pico en documento Word. Y salió una página en blanco nuclear, lo único que había con un color negro intenso, era la barra negra que parpadeaba a la espera de que el escritor escribiese algo, en la página.
Continuará...
* aquí les pongo el enlace de la primera parte del relato , para todo aquel que quiera leerlo Aquí.
Gracias por todo y por estar , os deseo a todos una feliz tarde , besos de flor.