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domingo, 23 de febrero de 2020

La Manzana de la Discordia


La Manzana de la Discordia

 La manzana de la discordia es una referencia a La manzana dorada de la discordia que, según la mitología griega, la diosa Eris (Ερις, ‘disputa’) destinó ‘para la más bella’ en la boda de Peleo y Tetis, encendiendo una disputa entre Hera, Atenea y Afrodita que terminaría llevando a la Guerra de Troya (para la historia completa, véase «Juicio de Paris»). Así, la «manzana de la discordia» se convirtió en el eufemismo para el centro, núcleo o quid de un argumento, o para un asunto menor que podía llevar a una gran disputa (.Fuente - Wikipedia). Pues bien, la pasada semana asistí voluntariamente, a un encuentro, en el que participamos unas dieciséis personas, bajo el lema: "Hablando se entiende la gente".
El principal tema del encuentro , aunque estaba como sumergido entre otros temas , lo conocíamos todos.
No asistimos obligados, ni coaccionados, pero la mayoría de los asistentes expresaban, con sus gestos faciales y, sus movimientos corporales , un gran descontento. Por supuesto que la persona “La Manzana de la Discordia” iba informada. El encuentro trascurriría , ella lo sabía,, entre sonrisas, halagos, comentarios, esperanzas; todo ello encubierto con un cierto, a veces excesivo, rechazo, .todo terminaría en un debate.
La Manzana de la Discordia con muchas tablas pisadas a sus espaldas, comenzó el encuentro , sutil, suave, Lo cierto es que no lo tuvo fácil, los asistentes en realidad no escuchaban; estaban al acecho, querían sacar su frustración , se escucharon voces altas, se vieron gestos de odio y, de ignorancia compartida. En realidad me daba cuenta que todos los frustrados, hablaban, criticaban por lo que los otros habían dicho.
Y ahí nos encontrábamos todos unidos, como una pequeña familia, y, a la vez tan distantes. Un par de días antes ensayábamos, reíamos, escenificamos, bebíamos champán, compartimos viandas, celebramos lo bien que nos llevábamos; hasta que surgió el detonante del descontento.
Un par de nosotros inició una batalla contra La Manzana de la Discordia, y es interesante como la mente humana es propensa a recibir , primero con recelo, comentarios y críticas que terminan generalmente en difamaciones, quedándonos finalmente tan tranquilos.
En eso está el problema difamar es muy cómodo, pero más cómodo es aún no intentar aclarar si las difamaciones tienen una lógica, o simplemente son los difamados las víctimas de nuestras propias frustraciones.
Curiosamente, los difamadores iniciales de la disputa, no asistieron al encuentro. Nos dejaron a los demás solos, pensarían que todo acabaría dándoles a ellos la razón en sus difamaciones.
El encuentro terminó convirtiéndose en un debate, uno de nosotros se posicionó para llevar la moderación y, yo confieso que en esos momentos tuve la intención de marcharme. No lo hice, de lo que me alegro. Ello me dió a poder participar en la escenificación de la mejor obra de teatro a la que yo hasta el día de hoy he visto.
Hubo protestas, insultos, argumentos que muchos se quedaron en nada, La Manzana de la Discordia los desbarataba.. Ella soportó el acoso, estoicamente. Hubo un momento que Ella y uno de los asistentes llegaron casi a las manos. Hasta ese momento no había padecido una situación Almodovariana semejante.

Y entonces no pude más, me levanté y casi sin despedirme traspase la puerta que me separaba de la locura y de la vida tranquila.
La moderadora salió tras de mí, y me preguntó si quería decir algo para transmitirlo al grupo de asistentes. Sólo pude articular : Estoy sin palabras, adios.
Al llegar a casa antes de acostarme desconecte el móvil,. No quise en eso momentos recibir noticias del debate.Al día siguiente al despertarme, volví a conectar mi teléfono móvil a internet, e inmediatamente recibí un mensaje en mi pantalla, enviado por uno de los asistentes al debate.
Me quedé con la boca abierta. ¡ El debate había concluido, pacíficamente.!

Recordé entonces El Discordianismo, la religión satírica fundada en 1957 por Greg Hill,bajo el seudónimo de Malaclypse el Joven. La idea principal del discordianismo es que todo lo que existe es el caos, y que tanto el orden como el desorden son ilusiones que enmascaran el caos subyacente.
El discordianismo considera el caos como algo positivo, a diferencia de la mayoría de religiones, que prefieren la armonía y el orden.. ..

.¿Sería eso lo sucedido en el encuentro -debate del día anterior? ¿Todo el caos terminó en armonía y orden.? Se cumple entonces el dicho de : “después de la tormenta llega la calma.” , o, “ aquí no ha pasado nada”..," Me queda todavía una duda?¿ La Manzana de la Discordia se ha quedado tan tranquila? ¿ Ustedes que opinan?
@ Berta Martín de la Parte





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