Ayer hablando con una amiga , me confesaba: El móvil dice que nunca he caminado tanto como en este noviembre.
Los móviles son los nuevos compañeros de
“Fatigas” , en los tiempos que corren. Nos confiesan los metros , kilómetros
que anduvimos al día. Si no desconectas el localizador estamos localizables por todo quisqui, por cualquiera.
Yo también salgo a caminar la mayoría de
los días.
Lo cierto que ese salir a caminar, me permite, me regala el poder observar con detenimiento la trasformación de la Naturaleza. En toda mi vida , nunca hasta ahora, había podido disfrutar " In situ "de la evolución del milagro que se produce con los cambios de estaciones anuales. Y este otoño verdaderamente se desliza muy hermoso.
El trabajo, las responsabilidades, la familia, demasiadas ocupaciones para poder detenerse a observar como la abeja se posa en la flor para libar el polen. Ver como se desprenden , para caer, las hojas de los árboles con esa elegancia casi etérea.
Como
los grajos, los cuervos revolotean en un juego volátil sobre los campos que ya
están preparados para afrontar el invierno; buscando lombrices, algún que otro
grano de maíz caído de mazorcas de los maizales, que adornaban los campos con
su impostura y poderío.
Yo que soy mucho de hacer fotografías,
ahora al repasar las de Octubre y Noviembre he sido consciente de lo
maravillosa que es la Naturaleza.
¡ Qué sería de nosotros, los humanos , sin la Naturaleza¡
Ya lo dijo Antoine Lavoisier: La materia no se crea ni se destruye solo se transforma...
¡ Aunque que tonta soy , yo también formo parte de la Naturaleza!
@ Berta Martín de la Parte
