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viernes, 20 de enero de 2023

CON FIANZA


La primera vez que conocimos, al final de la noche, intimamos en mi coche. La semana siguiente volvimos a vernos y nos dijimos nuestros nombres de nuevo —tal vez no los recordábamos o quisimos asegurarnos. Ella era más joven, no hablamos de las edades ni de nuestras vidas privadas, tan solo preguntó si tenía algún apaño serio, a lo que respondí negando y ocultando que estaba separado—. Nos recorrimos más despacio y, ambos, disfrutamos más intensamente.
En la siguiente ocasión, la llevé a mi apartamento. Tan solo coincidíamos los fin de semana y follábamos sin descanso. 
Una de esas, sentada sobre mi cuerpo, desnuda, acalorada y entregada, me susurró:

 —Cuando tengamos más confianza te invitaré a un café en mi casa. 

Solo puede sonreír visualizando la escena. Para tomar un café hay que tener confianza, pero para follar...

domingo, 11 de diciembre de 2022

CONMISERACIÓN

A mi edad, he pasado los sesenta, todo el mundo dice lo atractiva que soy. Sigo triunfando, incluso con jóvenes que con gestos y roces suben mi autoestima. Visto sexy, como siempre, y, en ocasiones, provocativa. Continuo enamorada y haciendo el amor con cierta asiduidad con mi pareja. Me gusta que sea vigoroso conmigo. 
Conversando con amigas, me comentan que no dejan que las vean totalmente desnudas. Admito que tampoco me desnudo ante él. Le gusta verme con ropa sexy y lencería provocativa e insinuante.
Hoy me he desnudado frente a mi espejo y me he observado largamente, mirándome con algo de conmiseración.

domingo, 26 de junio de 2022

MOTOR

A mis escapadas en moto se quiere unir mi esposa. Desde la última quedada insiste en venir de paquete y ser parte del paisaje también. Me extrañó porque no le gustan. Así, que le he dicho a mi compañera de trabajo que no puedo llevarla. Con la edad se vuelven caprichosas. En fin.


miércoles, 2 de marzo de 2022

OCEANOS

"En qué piensan las mujeres". Es una pregunta retorica que suelen hacerse porque ellos nunca lo sabrán. Han pasado veinticuatro horas del encuentro que movió los océanos de mi interior. 


- Queremos hacer un trío, es la fantasía de mi esposo. Es la primera vez que participamos de algo así. Pedí por teléfono
Una mujer de mediana edad llegó en la tarde noche. Él estaba medio desnudo en la cama. Enseguida jugueteo con él,  yo miraba con cierto nerviosismo y seguía vestida.

- Dime qué tengo que hacer -dije, tímida y nerviosa. 

La chica que dijo llamarse Clara me miró con algo de lástima. Me mandó sentarme frente a ellos:

- Al final te pediré algo. Ahora observa y toma nota de todo -contesto con autoridad dándome un besito suave en la boca y sentándome en los pies de la cama.

Lo tumbó de espaldas. Lo cabalgó como una india. Notó cuando él quería acabar. Entonces se colocó en un sesenta y nueve, mirándome cuando degustaba el miembro de mi esposo. Lo azotó, mordió y presionó sus testículos. Se derramó en su boca. Lo apuró y se colocó abierta y erguida sobre su cara, dejando caer todo el fluido de su boca en su mano. 

Yo miraba la escena sin perder detalle pero con algo de reparo. Clara le gritó gimiendo que le comiera el sexo con la lengua mientras extendía el fluido de su mano por su vientre, bajando este rápidamente a su sexo.. Ella se arqueaba y gritaba mientras agarraba la cabeza de mi marido y no lo dejaba separarse de su sexo. Aquel último espasmo provocó que mi esposo se bebiera todos aquellos flujos sin resistencia. 

Cuando consideró, hizo que mi marido se retirara. Abierta, acomodada contra el cabecero de la cama, expuso toda su entrepierna. 

 - Ahora- me dijo mientras colocaba mi cabeza entre sus piernas.- Límpialo con tu lengua. La aseé por completo incluso llegando a paladear algún sabor conocido. Él pasó al baño, entonces miré a Clara:
- ¿Te has corrido? -pregunté.
- Por supuesto que no- respondió-. Solo le he dado a probar de su propia medicina. El sexo está en la mente, el cuerpo únicamente es un instrumento para disfrutarlo. Aprende a disfrutar del tuyo -sentenció..
Algo ha cambiado en mi mente, tengo dudas si está enferma o tal vez está en proceso de curación. Ahora seré yo la que proponga, 

miércoles, 9 de febrero de 2022

LIENZOS

Jueves de relatos


Laura era una mujer que le gustaba ir siempre arreglada. De más joven le decían que sus facciones eran muy marcadas y tenía cara de mala. Esas bromas no le hacían gracia ninguna. 
Cada día necesitaba no menos de una hora para ponerse guapa: maquillaje, coloretes, raya de ojos, sombras y toda clase de complementos. Labios perfilados y muy pintados, escotes al mismo tono que su cara. Al finalizar del día casi otra hora para limpiar y cuidar su piel antes de acostarse. Realmente, era un auténtico ritual.

El éxito con los hombres era evidente. Se veía una mujer espectacular. Llevaba un tiempo con un hombre joven que jamás la había visto sin maquillar y que lo tenía loquito. El problema era su familia que después de echarse novio no entendía que se arreglase tanto, afeándole el exceso con frases como: "Hija te has pintado como una puerta", "se te acababa el colorete y lo has terminado", "te ha pintado tu sobrino", etc. 
No entendía que después de tantos años le recriminarán su forma de arreglarse, ella tenía personalidad propia. 


Harta del tema, llegaron las bodas de plata de sus padres. Apareció de esta guisa, dejando a todos sin palabras. Se acercó a su chico preguntando si estaba guapa, él después de tragar saliva le contestó que siempre estaba preciosa. Ella sonrió mientras le acariciaba la cara.

- Ahora sí voy muy pintada -se dirigió a los presentes-. Espero que vean la diferencia y no tenga que soportar más criticas sobre este tema. 

Después de aquel día no hubo más comentarios, al menos directamente en su cara, claro está. Todos preferían verla tan bella como de costumbre aunque había que reconocerle el arte mostrado en su desplante.

miércoles, 2 de febrero de 2022

AkELARRE

Jueves de relatos


La primavera siempre altera su sangre y se convierte en dulce y amorosa . Aún es invierno, finales de enero, aunque los almendros empiezan a florecer y la irreverencia de su personalidad se ve alterada en el mismo florecer de aquellos.
En algunas ocasiones pone música, danza desnuda ante mí, me susurra, me lame, se insinúa con un descaro mágico llegando a poseerme de una manera salvaje a la vez que mimosa.
La miro hipnotizado participando de su akelarre. La escucho cantar y tararear o, tal vez, aullar. Su voz se confunde con la música. 


Suele durar unos días en este estado. Su descaro es tal que ni se le ocurre cerrar las cortinas. Tampoco le importa que nos vean aparearnos como dos animales. Me subyuga y arrastra a esa desvergüenza. Me enorgullece y nos vemos elevados en ese morbo de ser vistos desde el otro lado de los cristales. Aúlla salvaje, bajo el astro mientras nos contempla desde su cielo. Entonces, ella me sonríe y contemplo esa lujuria que se desborda de su mirada. Comprendo quién es, qué es, cómo es.... y cómo florece, cómo se abre... tal cual una flor en primavera.
Esa fase de luna le afecta en su comportamiento, es la luna de los lobos.

miércoles, 26 de enero de 2022

ESCAPE

Relatos de los jueves


Conseguimos dar con la tecla y ponerle el morbo necesario a nuestra vida. Al principio ella se sentía extraña, pero poco a poco ha logrado disfrutar incluso más que yo.
Empezamos jugando con conocidos en sitios privados, en nuestro propio apartamento con alguna visita inesperada o provocada, Somos cómplices y leales en todo lo que hacemos y después disfrutamos de sesiones de sexo dominante y duro, colmándonos de amor y besos al final. 
Aceptamos lo que cada uno propone realizar. Mi último regalo fue un juguete con control remoto, Para practicar encontramos un café a las afueras, cerca del puerto, donde usé la intensidad necesaria para provocar acontecimientos prohibidos y momentos sin censura con algún extraño para desatar el lado salvaje del macho.


La vida es monótona sin aventuras, cierto es que hay algún riesgo, pero de esta vida no saldrá nadie vivo.
Siempre estamos en contacto visual o con altavoz para escucharnos, por supuesto tenemos una palabra de escape  por si las cosas se complican. Como supongo tienen todos los que disfrutan jugando.
Es una expresión corta, puede ser incluso una exclamación que nunca dejará pistas.
¿Ideas para tener recambios?.



jueves, 13 de enero de 2022

LA CITA

Relatos de los jueves


Era mi primera cita a ciegas. Estaba nervioso. Para no parecer demasiado exigente, había pedido unas características generales. Ella había elegido el restaurante y la agencia tramitó la reserva. Obviamente, no puse objeción alguna. Internamente, reconozco que alguna fantasía tenía. Eso de no vernos hasta ese momento le ponía morbo y cierto riesgo: ¡Ojalá sea rubia!, ¡ojalá, sexy! y esas cosas.
 
Tuve dudas con la ropa, al final decidí vestir como siempre: a mí aire pero arreglado. Y con gafas para leer todo en condiciones. Perdía algo de glamour pero lo prefería así. Es más fácil ir a mejor. 

Me indicaron la mesa cuando llegué y a los cinco minutos me levanté a la barra y pedí un crianza fresquito. La camarera me afeó pedirlo frío. Sonreí, pero no le rebatí. Miraba a todos los lados intentando intuir a mi cita. Nada. Al rato volví a sentarme porque me sentía demasiado observado en la barra.

-Ya lo siento. Ahora mismo le atiendo -se disculpó una camarera.
- No se preocupe, estoy esperando.


Unos minutos después se sentó delante de mí, con los labios pintados y el pelo recogido, sin uniforme de trabajo. Me explicó que una compañera tuvo una urgencia con un hijo y le echó una mano haciendo su turno también. 

No me dio tiempo a fijarme más allá de su pelo y su sonrisa. Estaba nerviosa, pero era natural y espontánea, divertida, tenía conversación. Me dí cuenta de la atención y complicidad de todos los compañeros y un buen corazón al sacrificarse un poco por uno de ellos. Cosas que no se desean, pero que son relevantes en la vida. Por supuesto me encantó la cita. Sus besos, su olor y notar su temblor cuando la abracé me conquistó.
Ojalá hubiera sido antes.

lunes, 3 de enero de 2022

I LIKE IT


Me gusta su descaro y el contraste de su imagen dura con su voz dulce.
Me gusta como muerde mi labio y su sabor a licor.
Me gustan sus labios rojos y el color de sus uñas.
Me gusta cuando es salvaje y cuando se vuelve pequeña.
Me gustan sus vaqueros rotos y sus tacones al caminar.
Y no me gusta cuando se marcha de mi lado.
Pero me encanta ver cómo lo hace.


martes, 21 de diciembre de 2021

CELADA

Jueves de relatos


Mateo y Juan eran dos niños inseparables. Jugaban todas las tardes juntos. Eran felices salvo por una pequeña cosa: Mateo no tenía papá, y su madre apenas contaba posibles. Recibía ayudas de los vecinos para subsistir con lo básico.
Cada Noche Buena esperaba un regalo de Papa Noel. Le gustaba más que los Reyes, pero cada año no recibía nada, como mucho algún juguete usado al día siguiente o de la casa de Juan que le pedía siempre algo para él. Era algo que no entendía: ¿Si su casa estaba junta a la de Juan? Su mamá excusaba a Papá Noel diciéndole que no escribía muy bien  y que igual no entendía su letra.. 
Mateo fue el primero de su clase en aprender a escribir y con cinco años le escribió su carta, sin embargo, tampoco recibió regalo alguno. Entonces, junto a Juan prepararon una trampa. Aquélla noche durmieron juntos en casa de Juan que aseguraba haberlo visto alguna vez.. 


Ya de madrugada se despertaron, tenía un reloj de juguete que cada hora sonaba, así consiguieron pillarlo. Cuando Papa Noel se agachó ante la chimenea, sonó un estruendo seco: ¡¡Bang!! seguido de los alaridos del gordinflón de rojo. Le habían disparado un cartucho para conejos con la escopeta de su padre. Gritos, ambulancia, policía y la madre de Juan con un soponcio de aúpa, pidiendo explicaciones entre gritos y sollozos.

- Le habéis disparado a papá.
- ¿Qué va  a ser papá? Era Papa Noel,  y lo tiene merecido por no traerle regalos a Mateo.

Fue entonces cuando los dos amigos, aún sin cumplir siete años, se enteraron de que Papa Noel podía ser cualquiera que se pusiera unas barbas, una tripa falsa y un ridículo traje rojo. .
Al papá de Juan le quitaron todos los perdigones de semejante sitio y ellos siguieron siendo amigos inseparables. Esa amistad fue el mejor regalo de Navidad para ambos, además, de saber que donde ponían el ojo ponían la bala. Ahora con nietos tienen otro plan. Cuando estos cumplan ocho o nueve años ya les contarán esta historia como un cuento para que sepan la verdad sobre el señor de la Navidad.





miércoles, 15 de diciembre de 2021

CUEROS

Relatos de los jueves


Intentaba calmarla alguna vez diciendo que no se tomara todo tan a pecho, aunque la mayoría de las veces mis palabras solían caer en saco roto. Marta era una luchadora incansable, seguidora de todos los movimientos feministas. Defensora a ultranza de los animales -ya le había costado algún disgusto a las afueras de la plaza de toros- y luchadora en contra del machismo y los patriarcados exigiendo igualdad en todos los lugares. 
Esa tarde en el museo no podía creer lo que veían mis ojos, cansada de ver estatuas de hombres desnudos, dioses, santos y cristos, se dirigió a mí diciendo;

-Esto lo arreglo yo enseguida.


Y sí, lo solucionó posando desnuda al lado de la estatua de David. Primero en silencio, como si fuera una escultura más ante las miradas perplejas de los visitantes. Los móviles empezaron a funcionar pese a la prohibición, y, en unos segundos la imagen se hizo viral más cuando empezó a clamar a favor de la cuota femenina en todos los sitios al grito de "Viva la igualdad". 
La seguridad la obligó a vestirse mientras ella no cejaba en su rebeldía y sus proclamas pero con elegancia. No montó un pollo de esos fanáticos. Allí nadie movió un dedo. Ni yo. No me miró hasta que la policía la metió en el coche. Entonces, me guiño un ojo.
Sin duda aquella chica le había dado la vuelta a mi vida, a mi mirada del mundo y a la manera de entender como se implican algunas persinas para cambiar y hacer cambiar las normas establecidas de una sociedad que se resiste a mover lo establecido.
Desde ese momento el interés por Marta creció en mi interior hasta conseguir que su cuerpo luciese en mi salón, en favor de la igualdad, claro está.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

MANUSCRITO

Relatos de los jueves
"El manuscrito robado" (participantes)


Pedrete era una villa pequeña con una catedral muy deteriorada. Don Felipe, obispo del lugar, consiguió fondos para restaurarla. En aquellas obras se encontró un manuscrito en una pequeña caja dentro de los muros.


Por fin una prueba del hijo predilecto de la villa, famoso escritor y poeta. En la plaza del pueblo había una estatua en su honor aunque muchos municipios de alrededor reivindicaban su nacimiento. Aquello había sido siempre una cuestión sin resolver. El documento compuesto por dos hojas se llevó a estudio y se dio por válido. Bien protegido, fue expuesto, en el patio del ayuntamiento y, posteriormente, depositado en la catedral. Pero solo una de ellas, la que daba certeza de su nacimiento.


La parte que se ocultó constataba el rechazo por parte del escritor de asistir a un homenaje hacia su persona, alegando cuestiones personales y haciéndole partícipe a don Felipe, por allá entonces, del infierno de niñez y juventud a la que fue sometido por aquella sociedad rancia, básica y primitiva. Invertido y raro era lo más suave que escuchaba por ser estudioso y sensible en sus poemas.
Únicamente le agradeció al párroco su impulso y ayuda para conseguir salir de Pedrete y estudiar en los mejores colegios de frailes. En sus líneas finales contaba como  al marchar se sacudió el polvo de sus ropas y zapatos diciendo estar limpio de polvo y paja de aquel lugar al que maldecía y del que renegaba.. 

Pero esa carta manuscrita fue silenciada aludiendo carácter personal y seguramente fue el motivo de su ocultación en los muros.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

FULGOR

Relatos de los jueves



Paseaba por aquel pasillo una y otra vez y, al final, aquella habitación iluminada a la que no me atrevía a entrar porque de allí no salía nadie pues a nadie con quien me cruzaba en dirección a ella, volvía a verlo. Yo, simplemente, me daba la vuelta evitando cualquier tentación. O, tal vez, era miedo... o falta de curiosidad. 
En algunos momentos de lucidez pensaba que me encontraba en un sanatorio. No conseguía recordar y si lo hacía eran imágenes revueltas sin contexto alguno. Podría estar soñando y no lograr despertar. Algunas imágenes eran dantescas: personas acuchilladas, atadas y torturadas. Qué medicamentos me estaban dando para sentir semejante tormento. 

Uno de aquellos días escuché algo parecido a "se lo merecen" Me giré con furia esa no era manera de dirigirse contra enfermos. Entonces, escuché sonidos de cadenas. Pude contemplar personas encadenadas por los tobillos. Miré los míos. Estaba tan encadenado como los demás, pero igual mi condena ya estaba excomulgada. Sentado en aquella silla, las imágenes me golpearon. Al fondo, como lejano, sin ser un susurro pude medio entender algo: "Algunas noches se ven los fantasmas". A continuación, gritos que eran alaridos y el sonido de  descargas eléctricas.
Solo entonces sentí la necesidad de entrar en aquella habitación iluminada...

jueves, 18 de noviembre de 2021

NUNTIUS

Jueves de relatos


Dices que me quieres, que pronto romperás con ella, que cómo yo no hay ninguna. Tienes en mi casa el mismo gel que usas, me pides ayuda para no dejar huellas y, aun así, sospecha. 
Me hace sentir de menos ser cómplice de tus engaños. Yo quiero ser prioridad en tu vida y quiero que te decidas o te obligaré a hacerlo. 


Le haré el amor a tu ropa, dejaré mi esencia, mi aroma. Tú no lo notarás, estás demasiado ocupado en no dejar pistas y tienes mi olor en todas las glándulas de tu cuerpo.
Ella recibirá el mensaje cada vez que me ames, cada vez que te sienta tan adentro, cada vez que me vuelvas a mentir. Soy incapaz de echarte de mi lado, llevada por una sinrazón, por un deseo exacerbado.
Pero ella te obligará a decidir. No necesito teléfono ni cartas. Las mujeres hablamos otro lenguaje y sabrá de mí.

viernes, 12 de noviembre de 2021

REVENGE

Relatos de los jueves



Había ido de bueno toda su vida y eso le había costado un sin fin de decepciones sobre todo en el plano sentimental. Se enamoró como un niño, como lo que era, de otra niña que no era tan niña. Él quería darle la luna, ponerle el mundo a los pies. Ella quería correr demasiado y él no tenía zapatillas para aquel terreno. Dos fines de semana en una nube, con las ilusiones y emociones a flor de piel y al tercero, "te dejo por corto", le dijo. Era incapaz de comprender el por qué. Con los ojos casi llorosos salió a fumar fuera. Se sintió estúpido, pensando que no había nacido valiente para afrontar todo lo nuevo del mundo adolescente.

-Dime, ¿quién te hace sufrir, pequeño? -escuchó a su espalda, un susurro a su oído-. ¡Qué cara más bonita!- pronunció aquella mujer acariciándole la cara. Él se dejó. Una hembra de unos cuarenta dándole la vuelta al mundo. Sintió vergüenza. No era más que un pipiolo. Había oído hablar de ella. Le gustaban los jóvenes. Cuando quiso darse cuenta tenía sus pezones en su boca, y al arrojo de unos setos descubrió su hombría entre las piernas de aquella mujer. Todo era nuevo para él pero el placer era inmenso. El paso de los días fue haciendo que las no coincidencias fueran cada vez más habituales al punto de convertirse en una relación en la que ella se pronunció en su maestra. Aprendió cada detalle del cuerpo de una mujer, cada sendero y recoveco. Era capaz de hacerles perder el sentido. No solo sabía del tacto, sabía de las palabras, de los momentos, de los silencios... Aquella mujer le enseñó todos los secretos para que las mujeres cayeran rendidas a sus pies. Y a él le gustaba mirarlas desde arriba, orgulloso, satisfecho pero no sentía nada por ninguna.

El destino hizo que se cruzaran. No le reconoció pero él jamás había podido olvidarla. Mejor dicho, cómo le había hecho sentir. Sabía que no la amaría nunca por eso la llevó hasta el cielo para luego bajarla a los infiernos. La conquistaba, la usaba y luego la abandonaba. Dejaba que se arrastrara a sus pies, la volvía a tomar, la elevaba y volvía a dejarla caer. Sabía que era algo enfermizo y perverso pero era "corto", ¿qué podía esperar de él alguien como ella?




miércoles, 3 de noviembre de 2021

DALLA

Relatos de los jueves



Estaban preparados para realizar la ofensiva al alba.
Unos cuantos hombres de avanzadilla sin saber muy bien su suerte.  El sargento los animó a contar de sus vidas. Era una forma de recordarse los unos a los otros, al menos los vivos. Hablaron de sus familias, de sus trabajos, de sus proyectos pero solo uno permanecía callado, mirándolos atentamente. El sargento lo provocó para que contase algo, su nombre, su trabajo, su futuro.

-Mi nombre está en la placa. Mi trabajo... hoy me lleva aquí, mañana allá. No me preocupa mi futuro. Tampoco tengo familia. Poco más puedo decir- sentenció. Su voz era grave. En sus palabras no había dudas; en su mirada no existía el miedo. Creó una expectativa rápidamente. 


Siguieron preguntándole por el miedo a luchar, sobre las mujeres, sobre todas las cosas mundanas... Cuanto más respondía, sin reparo alguno, sereno, más curiosidad creaba. Y siguió hablándoles:

- Esta guerra, según los mandos, hay que ganarla en el nombre de Dios y contra los infieles -hizo una pausa-. Creo que estos dioses no lo deben hacer tan bien cuando tienen tantos enemigos unos y otros. La muerte, queridos, solo es otro estado de estar. Respecto a la tan temida oscuridad solo es una manera de viajar, para que lo entendáis. Las sombras no existen, la luz no produce sombras. En cuanto a los más jóvenes, decíos que para que duren vuestras parejas, hay que simplificar los juramentos. Una mujer, bajo mi experiencia, con orgasmos y lealtad, será una mujer satisfecha. -Sabía que aquellas palabras mellaban en sus mentes más que las más profundas heridas de metralla-. Mi trabajo, que tanta curiosidad tenéis, antes de que acabe el día lo descubriréis. Hoy, a muchos, os llevaré conmigo. 

El silencio y el frío se hizo presente en la trinchera.

miércoles, 27 de octubre de 2021

METAMORFOSIS

Jueves de relatos


Era un hogar donde se encontraba demasiado cómoda, pero los chicos ya habían crecido y yo me encontraba como en corral ajeno. Necesitaba un cambio, un nuevo horizonte. 
Salimos a desayunar: café y tostadas con mantequilla y mermelada. A la hora de la siesta se duchó mientras mi idea se iba desarrollando en mi cabeza. Era arriesgada, por supuesto,. Entró en la habitación, con albornoz y toalla en su cabeza. La abracé y la besé. Primero ronroneando un poco, mientras el albornoz caía al suelo y su cuerpo quedaba desnudo. Se dejó hacer con el mismo deseo que me quemaba a mí. 
Era una hermosa hembra a sus cincuenta años. 

La  vencí sobre la cama. Sus pechos contra el colchón. Sus gemidos, sus giros de cabeza, su mirada inquieta eran señales de excitación... La embestí lentamente, dejándome sentir y empecé a bombear con fuerza. Su cuerpo se movía a mis vaivenes...
 Mis dedos se hicieron hueco en su zona más oscura, decidí pasar a otra acción. Penetré la estrechez de sus carnes. Aquel clamor anunciaba el paso del dolor al placer. Me fui en ella, ahí mismo. La llené de mí. Me vencí sobre ella. La acogí bajo mi peso y no me separé hasta que me noté libre. 
Un par de nalgadas, una cogida de pelo y un susurro sucio a su oído. Se hizo un profundo silencio. Sonreímos cuando se fijo en la mantequilla sobre la mesita. Algo había cambiado.


Esa misma noche, cenando en casa con unos amigos, aproveché el momento del postre y las risas de todos para enviarle un whatssapp. Sus ojos se abrieron como platos. En la pantalla, el final del episodio de aquella tarde. Mis dedos jugando. Mi erección abriéndola. Una visión de su sexo manando mi gozo. El lector de sus ojos se dirigió a los míos. Estaba sonrojada y algo nerviosa. También en ese momento dejó de ser la gallinita del corral para ser mi vicio en mi nueva morada.

jueves, 21 de octubre de 2021

VALIENTES

Jueves de relatos




La vi venir, deslumbrada en la noche por las luces de la ciudad. Sus ojos como cabezas de alfiler. Me parecía una diosa vestida de cuero y labios rojos, viviendo en peligro.
Ella, como tantos jóvenes, jugaba sin respeto ni miedos con las drogas. Me dejó por otros más valientes, mayores que se atrevían con cosas más duras que la proeza de un cigarrillo. Me costó reconocerla. Andaba perdida, sin rumbo. Parecía que tuviese mil años, sin vida, sin salud, zigzagueando con la vida.
De nuestras noches fumando, solo quedan las cenizas en la mañana. Estuve enamorado con diecisiete años. Ella era alguno mayor y siempre me mimó. Mi niño, me llamaba. 
Ahora la miro, es como la noche y el día. 
Pasó a unos metros de mí. Ni me vio. Ni me miró.  Yo tomé mi decisión: Entre vivir la vida y dejarla pasar, opté por lo primero.
Me sentí triste, muy triste, pero la dejé ir. Cada uno sube las escaleras como puede. Todos tenemos una juventud vivida peligrosamente. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

miércoles, 13 de octubre de 2021

VÍNCULOS

Jueves de relatos 


Cada verano visitábamos a los abuelos. Yo tenía predilección por el abuelo, aunque la que ponía sentido común y nos reñía a ambos era la abuela siciliana, mucho más sabia. 
Era otoño cuando me dieron la noticia de que el abuelo había muerto repentinamente. Cuando llegamos al pueblo, este parecía más oscuro, más triste..., más silencioso. Me abracé a la abuela sin dejar de apartar la vista de mi abuelo que estaba en la cama. Me acerqué y acaricié sus manos y rostro. Mi madre intentó evitarlo pero mi abuela la detuvo. Al rato, escuché a mis padres discutir algo entre ellos. Mi abuela sentenció: "El vinculo entre ellos es muy fuerte, mejor que lo acompañe para que nunca lo busque". Volvió a entrar en la habitación y se quedó a mi lado.

- Esta noche aprenderás algo, cielo -me dijo-. Despediremos al abuelo. 

Varios vecinos, mientras otros velaban al difunto, abrieron un hueco enorme en la pared trasera de la casa. El cura fue bendiciendo toda la casa. Sacaron a mi abuelo por aquel hueco y mi abuela me acompañó tras él. El resto nos siguió.  
Todavía andaba yo perplejo por el tema del agujero ¿Por qué no sacarlo por la puerta como es lo normal? Entonces mi abuela me respondió a todas esas preguntas. Me contó que era por si decidía volver a casa no supiera por dónde entrar, los muertos deben estar en su sitio. 

- Será nuestro secreto -y miró a mi madre, que asintió con la cabeza. Me relató muchas más cosas y comprendí por qué cambiaban los muebles de sitio y cerraban el agujero en la pared. Y así nacía mi secreto.


Amanecía. El sol se reflejaba en el lago y se extendía hacia el cementerio que estaba junto a él.  Enterramos al abuelo en tierra. El cura dijo unas palabras. Y mientras tanto los patos revoloteaban la laguna. Los miré, hipnotizado. Volaban en círculo, sin rumbo, como desorientados. Mi abuela me abrazó por detrás, con su mano en mi coure, como ella lo llama. Me besó en el pelo. La miré y me sonrío.

sábado, 2 de octubre de 2021

TENSIÓN




- ¡Cómo te quiere mi hija! -me dice. 

Con la pandemía nos damos dos besos con mascarilla pero, poco a poco cada vez, me acerco más a su boca, rozando su comisura. Ella me mira, no dice nada. Toca mi pecho o mi cara, cariñosamente. 
Otros dos besos notando sus labios y cuando giro la cara me quedo en su boca, por encima de la mascarilla, claro. Con los siguientes besos noto sus labios medio abiertos. 
No pasan los años por ella, me ha atraído desde siempre, está más sexy que su hija y así la piropeo. 

- Ya soy madura- se excusa.
- Sí, estás madura, porque se te puede comer entera y punto -contesto. 

Ya no usamos mascarilla por la calle. Nos vemos el primer día sin ella, quedamos frente a frente sin decir nada…