Tendrás que perdonar me…
¡Fíjate que no recuerdo cuando te vi por vez primera !
Eso me espanta al primer minuto y me alegra al siguiente,
pues parece que te conozco de toda la vida.
¡Nos parecemos en tantas cosas!
Esta vida es muy puñetera, tanto como pañuelo
en callejones oscuros donde recoge lagrimas
y regala consuelo.
Y luego estás tu, pura templanza, profunda, empoderada
y tu risa cual campanilla que los males espanta.
¡Qué suerte fue conocerte, a ti y tu consorte!
Tienes para mis momentos la palabra adecuada,
tu saber estar, tu sencillez y nuestras chuflas
cuando nos reímos del mundo son terapia pura.
Tu melena al viento y tu tez blanca son como una
estrella iluminando los días en que te tengo cerca,
sentimientos en vaivén que hoy me tienen envuelta
en esa sensación de euforia con el ego
inflado (ya se que es pecado) pero así me siento
con tus bellas palabras y esa radiografía
en la que me ves tan bonita.
Tu eres especial Gema, me gusta reflejarme
en tus ojos, sentirme por tus palabras arropada
y sin pudor alguno repito.
¡Qué suerte tuve amiga al conocerte!
Copyright Fini López Santos.