Estoy de acuerdo contigo, alma mía,
no entiendo, prefiero sentir a entender,
es cierto. Pero tengo miedo, ya ves, tan
valiente y temo que el corazón controle
mi vida. ¡No debo dejarme llevar!
Si, ya se, sería demasiado maravilloso
y a la vez bohemio. ¡Sueños!
“Para amar, hay que aceptar” me dices
siempre… ¡Suena también!
Tú, el hombre, estas ante mí mirándome
incrédulo y me preguntas de nuevo si lo
entendí, repito sin molestarme, no, y
repetiré hasta la saciedad… “deberé
primero sentir, para luego entender”.
Todo esto que me dices, suena a cuento de
hadas, no es real, no puede estar pasando.
Y tu pregunta me desconcierta…
¿Qué quién soy yo? Y ¿Tú?
Tu Gurú.