(Autora: ©Albada Dos)
ALGO QUE HACER
Era lo mejor, abrir la puerta, calzarse al niño que permitió
habitar en su corazón, y con un cazamariposas, intentar conquistar y retener la
ilusión.
Caminaba confiado, con un gorro similar a uno de su infancia,
con botas de no resbalar y la mirada puesta en el sendero. Éste se abría hasta
un riachuelo, que cruzaría por un tronco que algún caminante pusiera
previamente. Se sentó en él, dejando los pies colgando, lo que le recordó a una
tarde de primavera, como ahora, con quince años y enamorado del lunar de una
mejilla. La de Eva Domínguez Alcántara, compañera de clase, quien acabado el
curso se fue con su familia a una ciudad de difícil pronunciación, Puigcerdà.
Con su móvil, buscó ese nombre. Estaba en Facebook. Le pidió
amistad creyendo muy poco en estas redes sociales. Llegó la tarde, merendó el
bocata que llevara, y cuál sería su sorpresa al ver que ella, Eva, le aceptaba,
con un mensaje cálido y la propuesta de poder verse cuando fuera posible.
En casa, con la ilusión prendida en una tela de
cazamariposas, se dispuso a dormir, deseando soñar con esa niña, la única que
de verdad le robó el corazón.
(Relato perteneciente a la propuesta: "Propósitos")
Loa sueños sueño son como dijo Calderón, pero y si se cumplen... Un besote.
ResponderEliminarLe robo y se lo quedó. Y parece que lo sabia. Y no sabemos si hubo mas robos en aquella lejana primavera.
ResponderEliminarBesosss amiga
Qué bonita es tu historia, me ha conmovido. Probablemente en algún lugar de nuestro interior conservamos esa ilusión de la niñez y ese asombro que es descubrir la vida, y lo podemos rescatar, tu relato me confirma esa idea.
ResponderEliminarBesos!!