ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

Participantes y textos de la convocatoria de octubre: "Mosaico"

Campirela/ Nuria de Espinosa/ Auroratris/ Gustab/
Susana/ María/ Marifelita/ Dulce/ Chema/ Lady_P/
Tracy/ Dafne SinedieGinebra Blonde.  

Mostrando entradas con la etiqueta Pedro M. Matínez. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pedro M. Matínez. Mostrar todas las entradas

viernes, 30 de abril de 2021

Diógenes Buscaba En Vano

 

(Autor: ©Pedro M. Martínez)

"Soy responsable de lo que digo,
no de lo que entiendas" (Bob Marley)


Soy responsable de lo que digo/no de lo que entiendas dicen que dijo Bob Marley, a saber, sin pecar de egotismo, o pecando, he dicho eso mismo muchas veces, quizás lo he copiado de otros, corta y pega de manual, Manuel, la misma frase evoluciona a medida que nos alejamos del yo, de su anulación, del sentido heroico de entender al otro (entre nosotros no tengo demasiado interés) como Gide buscándose en sus sentimientos, en el excesivo  quererse a sí mismo que refleja en su Journal  (el resto de su obra, muy extensa, es insoportable, rara, antigua) o Kafka, a mí esta gente tan atormentada que ve bichos me da dolor de cabeza, me agobia, tío, agóbiate tú solo, pesado, es que mi padre no me quería (o su madre o una tía), vete a otro pueblo, deja Praga que hace un frío del copón (por cierto, cambiando el tema, antes de la pandemia era ya un parque de atracciones centroeuropeo, una pena), (espera, espera y lo de Reinhard Heydrich ¿qué?), (o Jan Saudek, qué fotos), (vale, que esto va de cinismo ¿no?, voy, sigo), estábamos (¿?) en Pavese que utiliza el yo en sus novelas y escribe su diario en segunda persona, con ese lío acaban como acaban, mal, con todos mis respetos, claro, el respeto es importante aunque me importe poco el reproche por mojarle la oreja a un Baudelaire (esa foto napoleónica de Nadar) del que pronto se cumplirán los 200 años de su nacimiento (de Baudelaire, no te líes) y era raro entonces y ahora, tétrico, da miedo, espero que no se enfade nadie que esto  de las bitácoras está lleno de tiquismiquis con sus vacas sagradas, que para qué queremos becerros de oro, que se magnifica la B con la A, BAH, que me he dejado a Stendhal (lo mejor, su síndrome) pero no sé si estoy confundiendo ironía con cinismo o mala leche con cinismo o resentimiento con cinismo o cinismo con narcisismo o nos sos vos soy yo o solo me queda (de momento) Sontag (Susan) de la que envidio ese mechón de pelo blanco y su cerebro adelantado (no su vida privada, tan trágica) porque si ahora me planto con la melena al viento, en pelotas,  digo que soy un perro, te apunto con mi cayado y te remito a Alcifrón para que te lo explique vas a empezar a enfadarte pensando en lo que entiendes, que no, no pienses, lee y sonríe, esto es un ejercicio de cinismo al estilo antiguo (nada menos que los siglos IV y III a. C.) que luego ya, como ahora somos más listos, unos listos, no queda más remedio que adaptarlo a este descreimiento de esos otros que decía antes (en realidad no recuerdo haberlo dicho) que hacen fiestas en plena escalada de contagios (solo se contagia lo malo, joder), los que se vacunan antes que nadie y en general de todos los que no piensen como yo, que a saber lo que saben para que no (me) entiendan, no pillen lo que digo, que no me llamo  Antístenes de puro milagro (como un servidor –de usted-  vestía con mantón, zurrón y bastón), tampoco me llamo Truman (Capote), ni Holden Cauldfield, ni Bartleby, ni leches, que cinismo es no creer en la sinceridad del otro/a y aunque me lo jures no has llegado hasta aquí ni borracho ¿ves? si hay que ser cínico a la fuerza. Por cierto, en honor a la verdad (la única de todo esto) es que  no tengo ni idea de quién ese Bob Marley.

(Texto perteneciente a la propuesta: "Cinismo")


miércoles, 31 de marzo de 2021

Un Cuento Casi Gótico, Casi Cuento


(Autor: ©Pedro M. Martínez)

Mosaico:


Ahí empezó todo, la tarde en que  aquella mujer llamó a la puerta de nuestra casa casi vegetal. Sin palabras, dejó un anillo y un libro y  se fue en un Mercedes que bamboleaba en el camino que algunos decían que era del tiempo de los romanos. Exageran, la gente de estas tierras no sabe nada de entonces ni de ahora. El libro estaba escrito en un idioma que no entendía, con flores secas entre sus páginas, con un olor penetrante a almendras, a vainilla, lo olvidé sobre una repisa.
 
Hasta aquella visita mi vida era tranquila en un destierro impuesto.  La niebla ocultaba los árboles. Paseaba por el jardín entre estatuas, bestias pacíficas, inmóviles aunque estoy seguro que alguna vez las vi moverse, apenas milímetros, un ojo medio abierto, la cabeza ladeada. Edith sonreía, decía que el clima de aquí me estaba trastornando. El niño, ella sostenía que era mi hijo, apenas me hablaba, con sus ocho años nunca me llamó padre.
 
Quizás fue una coincidencia pero también por aquel entonces Edith comenzó unos rituales extraños, salía de noche a bañarse en el arroyo cercano, recolectaba hierbas que guardaba en pequeños recipientes de cristal, leía aquellos libros antiguos del desván, allí pasaba los días.
 
Llegó el cambio de estación, la noche anterior había llovido, era miércoles, mi hijo, con una voz que no era de niño, me avisó: padre, tu mujer se ha puesto un anillo y está leyendo tu libro. Subí al desván y lo que vi me espantó, me recordó a Sacrificio de  Andréi Tarkovski cuando Alexander prende fuego a la casa igual que yo quemo ahora este texto para cumplir con un reto literario que me ha dejado descolocado porque no encontraba relación entre las diferentes fotografías del mosaico que escogí, me obligaba a un cuento gótico para el que no estoy motivado en absoluto y hace que replantee mi posición ante este mundo bitácora como manera de encauzar una afición literaria limitada al yo. Como siga así doy fuego también a mi blog, conmigo dentro, que salga el sol por donde quiera. Eso sí, con música de Bach que siempre da un punto.
 

 

 (Relato perteneciente a la propuesta: "Secuencias")


domingo, 28 de febrero de 2021

Mujer Con Un Velero En El Pecho


(Autor: ©Pedro M. Martínez)

Imagen: Christian Schloe


Obra: Fragmento poema- Fiama Hasse País Brandao


Me lo dicen las ranas, mujer con un velero en el pecho, falta poco para volver a verte, unas horas quizás, unos días, semanas, la eternidad. Necesito tiempo y morfina para soportarlo, ginebra, humo que me obligue a olvidarte, pero ni todas las selvas del Brasil ardiendo pueden hacer que te olvide. Los informativos no hablan de nosotros, nadie sabe quién somos, no somos, no saben quién eres tú, no intuyen quién soy yo, no nos relacionan, pero algunas mañanas, como la de hoy, están llenas de terremotos granadinos y aún me duran los temblores. He alquilado una caja de seguridad en el banco de España para llenarlo de tiempo, de todo mi tiempo, para pensarte, para ser en ti. Quisiera que te peinaras como Ava, quisiera que me cantaras al oído el “love me, please, love me” como una Polnareff travestida, pero tú solo quieres estar inerme y yo no puedo hacer más que lo que hago. ¿O sí? Sí, puedo disfrazarme de Sean C., vestirme de buzo con escafandra, ponerme alas, desnudarme a pesar de las adversas condiciones climáticas, pintarte cuadros con los dedos mojados en tu saliva después de morderme. Me miro al espejo y veo a otro, suena el teléfono y no eres tú, te recuerdo y vuelve tu sonrisa abrigada con una gabardina sobre tu camisa nueva, tu cuerpo de siempre, el que amo, el que ansío mientras tú me guardas en el cajón de los llaveros encontrados, de los tenedores de plástico, de los cuchillos retorcidos, de las lenguas de gato. Coloco una piedra sobre otra piedra, sobre otra piedra, para poder atisbar detrás de la tapia. Quita el biombo, que quiero verte con tus medias de rayas, con tu falda con una abertura en el costado, con tu tanga rojo, con tu culo alto. Y jazz, mucha música de jazz; mira, ese del trombón es negro, y blanco, la batería suena así, el del piano es manco. Pero lo sé, sé que si me llamara Hawking no me querrías, no me pasearías con mi carrito eléctrico aunque te hablase sin cesar del rayo sobre la Gran Pirámide, de la deriva de los continentes, de la influencia de la soledad en las mujeres de mediana edad. Qué te importa a ti, tan atareada, sin tiempo -te he regalado el mío, todo mi tiempo- con niñas haciendo de madres, con madres haciendo de supervivientes. Ah, y las damas melancólicas. No es broma, da idea de los compartimentos de tu mente aunque me obstine en saber dónde estoy yo, en que caja me has metido, entre las hojas de qué libro me has abandonado, flor cansada de un verano lluvioso. Si yo fuese Dylan sabría que no hay respuestas en el viento, pero como no lo soy me obstino en bañarme en el cierzo, en revolcarme en la tramontana, en sumergirme en el levante gaditano, en nadar por tus alisios, braceando hasta alcanzarte, hasta llegar a ti, mujer inerme por decisión propia. ¿He entendido bien?, ¿te entiendo? puede ser que quererte me haya dejado en este estado en el que solo sé correr por mis propias indecisiones, arriba y abajo, firmando este contrato en blanco, esta impenetrable sensación de provisionalidad. Ser hombre cada día es más difícil y más descubrir mi parte femenina cuando tu actúas con la frialdad de un cirujano. Un día pasearemos por una playa, tú la eliges, y allí me lanzaré a nadar en la galerna, amor, nado muy bien, pero creo que estoy demasiado cansado para llegar hasta el horizonte de ese velero en tu pecho, ese barco que se balancea y me marea,  Maga Morgana, ladrona de mi tiempo, diosa de mi mente, pirata que ha asaltado mi bergantín, madrugadora sin imaginación, amante que quiere que le amen como ella quiere querer, como ella quiere que le quieran, yo sí que estoy inerme ante ti, por ti, desarmado y cautivo como un ejército derrotado, lleno de cicatrices, las de recordarte pedaleando en tu bicicleta por una carretera bordeada de árboles de la desesperación. Mis ranas, una verde, la otra azul, son sabias, saben, mientras toca la trompeta Miles Davis me obliga a recordarte y Steely Dan y Pániker y la tortilla francesa que me ceno y el vino de Rioja que bebo y mientras me cepillo los dientes todo me recuerda a ti y creía que mi día estaba lleno de lluvia pero tú lo has llenado de sol aunque te sienta tan mudable, tan desmemoriada, tan práctica, tan diferente. Hoy, también hoy, te he dedicado todo mi tiempo y mientras dejo salir mi tristeza a pasear recuerdo que te quiero, recuerdo que me querías. Fea.
 

"... sentimos en nuestro corazón que somos
hijos predilectos del tiempo y que, si hoy amamos,
fue después de haber amado ayer.
El tiempo es silencioso y enigmático
inmerso en el denso calor del vientre.
Guardado en el silencio más espeso,
el tiempo hace y deshace la vida..."
 
 Fiama Hasse País Brandao

(Texto perteneciente a la propuesta: "Una Idea")


Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin