ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

Participantes y textos de la convocatoria de octubre: "Mosaico"

Campirela/ Nuria de Espinosa/ Auroratris/ Gustab/
Susana/ María/ Marifelita/ Dulce/ Chema/ Lady_P/
Tracy/ Dafne SinedieGinebra Blonde.  

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domingo, 17 de julio de 2022

Deshojando La Margarita

 

UN RETO: UNA IMAGEN
 
(Autora: ©Flor)
 
Desde una posición privilegiada, vi con mis propios ojos lo que sucedió aquella hermosa mañana de octubre.
 
En un pequeño murete, que había junto a una pequeña baranda, junto a un puente, había una joven de pelo negro con dos pequeños moños, en las manos sostenía una margarita y una carta de una prestigiosa universidad.
 
Estaba sumida en sus pensamientos, seguramente pensaba que ahora que había terminado el grado de COU, no tenía muy claro, la carrera que quería estudiar.
 
Su gran pasión eran los animales, perros, gatos, caballos, etc.
 
Su afición, se la inculcó su madre, puesto que ella era veterinaria. Pero también quería ser médica de pediatría infantil. Le gustaban mucho los niños.
 
Y por último estaba su padre, que era panadero… Y en los días, que tenía que ir a echarle una mano a su padre en el horno, ese día, era el más feliz de su vida, porque nada más llegar y abrir la puerta del horno, era una oleada de sensaciones, de olores, y sabores.
Ese pan recién hecho, las magdalenas con tropezones de chocolate, los croissants, y por último las porciones variadas de pizzas que hacía su padre, de bacón y jamón York, de carne picada y champiñones.
 
Cuando de pronto, antes de deshojar la margarita, dijo en voz alta, sin miedo a que la oyese alguien:
 
—¡¡Sí, la margarita dice que sí dejando un pétalo!! Estudiaré veterinaria. De lo contrario, si no hay pétalo alguno, estudiaré para ser médica de pediatría infantil.
 
Una vez que deshojó la margarita, esta no tenía pétalos, miró fijamente la flor… Y se bajó del pequeño murete y fue caminando despacio, hasta una pequeña fuente de agua que había no muy lejos de allí.
 
Mientras bebía un poco de agua para refrescarse, pensó, seré médica de pediatría infantil, y en mis ratos libres seré panadera con mi padre.
 
Cuando una voz, de un apuesto joven, la llamaba:
 
—¡¡Hola, Begoña!! Mira a quién te traigo, es Rufo —el perro se abalanzó sobre la joven, y casi la tira al suelo al ponerle las dos patas delanteras en el pecho. Esta lo acarició, le hizo varias caricias y le tiró de una de las orejas.
 
Cuando le dijo: —¿Qué has venido a verme?, ¿guapo, eh?
 
Mientras le tiraba una pequeña pelota para que fuese a buscarla, Begoña le dijo al joven: —¡¡Voy a estudiar!! Para ser médica de pediatría infantil.
 
—¡Enhorabuena, cariño! —Le dio un cálido beso en los labios.
 
Y juntos se fueron al horno de su padre, para darle la buena noticia.
 
 
(Relato perteneciente a la propuesta trimestral de “Variétés”)

lunes, 31 de enero de 2022

Alguien A Quien Amar


(Autora: ©Flor)

ALGUIEN A QUIEN AMAR


Desde que tengo uso de razón, siempre ha estado junto a mí, era apenas una niña de 4 o 6 años, y él ya estaba en casa, se puede decir que él siempre fue y es parte de nuestra vida. Lo que no consigo recordar es cuando llegó a nuestras vidas. Según dice mamá, fue un regalo de novios que le hizo mi padre a mi madre, antes de casarse. Estuvieron festeando de novios durante cuatro años, y por fin el 10 de octubre de 1971 se casaron.

En el año  1973 nació mi hermano, y él fue su guardián de día y de noche, y sus alegres ojos le llamaban mucho la atención a mi hermano. 

Dos años más tarde nací yo, era en el año 1975, un frío día invernal, era el 25 de Diciembre, un día  de mucho júbilo para mi padre y mis abuelos, y demás familia.

Él también fue mi ángel de la guarda, tanto de noche como de día, me vio como crecía, estuvo presente en mis dos operaciones a corazón abierto, mientras apenas tenía 3 que fue la primera y dos años después la segunda operación a corazón abierto, que pasaban los años y me vio en mi adolescencia, vio cumplir mis primeros 15 años*, un virus facial que me cambió media cara por completo, mi juventud, mi primer noviete, como también mi madurez. También fue testigo de cómo nos íbamos de urgencia con la ambulancia, para mi esperado trasplante de pulmón.  Como una adulta de 46 años, el paso de los años por raro que parezca no cambiaron ni un ápice, su estado físico… Sí, ya sé que eso no puede ser, pero es verdad, tiene muchos años pero en apariencia física está como la primera vez, cuando se lo regaló mi padre, lo único que le pasa es que sus ojos, ya no están tan brillantes como antes,  poco a poco se van apagando, pero eso no es problema, cuando volvamos a casa, pintaré sus ojos de color negro permanente con un rotulador, como solía hacer mi madre, y volverán a tener esa chispa, que tenían. 

Él será uno de los primeros en venir a mi nueva casa, puesto que como ya dije, él desde que llegó a nuestras vidas, es el guardián de todos nosotros y de nuestra casa, tanto la antigua casa que teníamos en el pueblo, como la que tenemos en Benidorm, siempre que nos hemos mudado de casa, él siempre viene con nosotros, en el último viaje de la mudanza también estará.

Quiero agradecerle, que en los momentos más importantes de mi vida, siempre estuviera junto a mí y mi familia.

Estoy hablando del oso de peluche de mi madre, que ahora ha pasado a ser mío… Al señor Teddy Bear de color verde, al cual le tengo un cariño, muy especial… Y aunque no sea un ser humano, y solo sea un peluche, eso no quiere decir que no se le pueda querer o, mejor dicho, se le tenga aprecio.

Pd;  En ninguna parte de la convocatoria, de mi buena amiga Ginebra Blonde, dice que el relato en el que pone “Alguien a quien querer” sea a un ser humano, o a una mascota.

Y en referencia a la pequeña estrella roja * que sale en el relato diré, que eso de mis primeros 15 años, hace referencia a que mi abuelo tenía 100 años, decía que tenía sus primeras orejas, que con los años ibas cambiando las orejas, ja, ja, ja (son bromas que él me gastaba)

Fin. 
                                                                 

©Flor

(Relato perteneciente a la propuesta: "Propósitos")

miércoles, 31 de marzo de 2021

La Aventura Comienza Con Un Buen Libro

 

(Autora: ©Flor)

Mosaico:


Secuencia: "Alicia en el país de las maravillas" 
Tim Burton


   Por fin llegó el verano,  y Carlota iría a  pasar las vacaciones de verano con sus abuelos, mientras sus padres, se irían a trabajar a  la vendimia.
 
   Una vez que los padres se despidieron de los abuelos, les dieron las gracias por cuidar de su única hija, los padres de Carlota se despidieron con un fuerte abrazo y unos cuantos besos. La madre de Carlota le dijo: 
  —Cariño pórtate bien, y no des trabajo a los abuelos, nosotros vendremos pronto —a lo que la niña asintió con la cabeza y con su pequeña muñeca en el brazo, vio como sus padres se alejaban en coche de la casa de los abuelos, esta les decía adiós con lágrimas en los ojos.
 
   Mientras se metían de nuevo en la casa de campo, su abuela le decía:
   —¿Quieres merendar?, hay un poco de queso fresco que ha comprado el abuelo esta mañana.
   —Vale —le contestó.
 
   Carlota era una dulce niña con unos grandes ojos azules, tenía una larga y ensortijada melena de color cobrizo.
 
   Una vez que terminó de merendar, le dijo a su abuela que iría al salón donde estaba la biblioteca, a coger algún libro para leer. 
  —Vale, cariño —le contestó su abuela.
 
   Fue caminando por el pasillo cuando vio la puerta del salón entreabierta, normalmente solía estar cerrada con llave, pero en esta ocasión es como si la puerta la invitase a pasar a echar un vistazo.
 
   Miró entre la larga estantería de libros, cuando cogió uno que le llamó la atención sobre todos los demás, era un viejo libro de tapa dura y estaba encuadernado en piel de cuero marrón y letras doradas: “La mejor manera de perder a una chica”. Lo cogió para ojearlo cuando de entre las páginas de dicho libro, cayeron unas cuantas cartas dirigidas a su abuelo de una tal Aurora. ¿Quién era esa Aurora, y por qué tenían el remite de la casa de los abuelos? Fue tal la curiosidad, que Carlota dejó el libro en la estantería y se fue a su cuarto con las cartas para ver qué decían en ellas. El encabezamiento de la primera de las cartas databan del 25 de agosto de 1956, la carta era de una tal Aurora, que le hablaba del hallazgo que habían descubierto hacía pocas semanas después de que mi abuelo Andrés, dejase la excavación en la pirámide de 3 caras de Egipto, encontraron un sarcófago en el cual se depositaban los objetos personales de los faraones, peines, escarabajos de esmeralda de color verde, brazaletes, collares, y por último una especie de bastón de oro macizo. Aurora le pidió por activa y pasiva que tomase el próximo barco y que se reuniese con ella, que ese triunfo fuera de los dos ya, que ellos dos eran compañeros de trabajo, puesto que el profesor Larson, solo quería ser famoso y que las revistas de arqueología hablasen de su gran descubrimiento, sabiendo este que él no había estado en dicha excavación.
 
   Después de meditarlo durante varios días, se puso en camino hacia Egipto, cuando llegó era demasiado tarde, Aurora había fallecido, una de las cámaras donde se encontraba una de las estancias de la mujer del faraón, el techo de la cámara se vino abajo, enterrándose junto con los faraones, tardaron 4 días en poder acceder y sacar su cadáver. Entre los papeles, fotografías tomadas por ella y otros documentos, vio un paquete de cartas que Aurora le escribió y que jamás le envió, se las guardó en su bolsa de viaje con unos cuanto objetos personales, entre ellos había tres lupas y un reloj antiguo cogió un pequeño diario que tenía guardado debajo del catre en el que solía dormir una vez que terminaba de excavar en la pirámide, era un diario personal en el que ella escribía cada día después de cada jornada de trabajo, en las últimas hojas había un pequeño apartado donde lo que contaba iba dirigido a su querido abuelo.
 
   Una vez que se formalizaron todos los papeles para poder repatriar el cadáver de Aurora, sacó un billete de vuelta, sería su abuelo quien hablase con los familiares de Aurora y hacerle un entierro digno junto con sus amigos y familiares.
 
   Una vez que Carlota leyó todas las cartas, se preguntó si su abuela sabía de la existencia de las cartas, y lo que él abuelo se llevó consigo o si por el contrario, le dio todos los objetos que tenía Aurora a sus padres, esa era un misterio que tenía que descubrir, antes de que terminase el verano.
 
   Se levantó de la cama y se puso sus pequeños zapatos blancos que hacían juego con su falda de color azul celeste con margaritas y su blusa preferida blanca. Volvió a la biblioteca para ver si encontraba entre los cajones la bolsa que llevaba de cuando regreso de Egipto pero no la encontró, así que frustrada como estaba se marchó a jugar al jardín, mientras su abuela cogía unos tomates de la mata que tenía en el huerto, Carlota decidió jugar con gruñón, era el perro, esta le tiraba un palo y él iba lo recogía y lo dejaba caer a los pies de Carlota.
 
  En uno de los tiros, el palo fue a parar dentro del pajar donde el abuelo tenía todos los arreglos de labranza, entró corriendo detrás del perro cuando cerca de donde estaba el tractor, unos tablones que componían el suelo del pajar crujieron, esta se agacho y vio que uno de ellos estaba medio suelto, intento arrancarlo del suelo con los dedos y no pudo así que con una pequeña picoleta de jardín que utilizaba su abuela para arreglar el jardín, intento hacerla saltar y sacarla de su sitio, una vez que esta se soltó, la apartó a un lado y metió la mano para ver qué es lo que había bajo de la tabla, vio que había un pequeño saco de trigo, tiró de él hacia arriba y  lo puso en el suelo y abrió el saco para ver lo que contenía, sólo había un puñado de llaves y una nota en la que ponía: “El veloz conejo ha perdido su valioso reloj, mientras seguía al sombrero loco… ¡Date prisa que te está esperando para tomar el té que son las 17!”. Cuando terminó de leer la nota, se acordó del reloj que tenía Aurora, ya que esta lo mencionó en una de sus cartas, pero ¿dónde guardaría su abuelo su bolsa de viaje? ¿Sería ese el reloj del que hablaba la nota o no tendría nada que ver?
 
   Probó una por unas todas las cerraduras de la casa con las llaves que llevaba, y una llave abrió una puerta camuflada detrás de una pared que había en invernadero de la abuela, esta se puso muy contenta al ver que la puerta se abría, era una habitación vacía con un gran mueble a forma de aparador con un gran espejo, miró entre los cajones y en uno de ellos encontró otra nota que decía: “Coge una lupa y verás al conejo en el espejo, te está llamando”. Volvió a la biblioteca y cogió una lupa del escritorio de abuelo, y miró con la lupa al espejo y vio al conejo con el sombrerero loco que le hacían señas, para que fuese con ellos a tomar el té, Carlota no se lo podía creer, ya que si miraba sin la lupa no veía nada, esta se lo pensó un momento pero al final, cogió el saco con las llaves que había encontrado, y se metió a través del espejo, este se hizo líquido durante unos segundos, y un poco más tarde volvió en su forma original.
 
   Como si de Alicia se tratase, el conejo y el sombrero loco se tomaron el té, y ella les dijo que porqué estaba allí, cuando el sombrerero loco le dijo: 
  —Estamos aquí para ayudarte, porque sabemos lo que le pasó a Aurora y a tú abuelo, y no tenemos tiempo que perder.
 
   Buscaron algún tipo de señal entre las piedras, los tocones de los árboles, cuando un gato mágico meneaba su cola, estaba colgado de una hermosa rama, y este les dijo: 
  —Lo que andáis buscando lo encontrareis en el palacio de la reina de corazones —a lo el conejo veloz y Carlota se lo agradecieron mientras corrían hacía la dirección que les indicaba el gato mágico, quince minutos más tarde llegaron a palacio y vieron a la reina de corazones, que tenía un cabreo de mil demonios, sus jardineros habían pintado sus rosas de color negro, y estas les gritaba para que las volviesen a pintar de color rojo.
 
   Entraron disimuladamente a una de las habitaciones que había en palacio y buscaron la bolsa de viaje del abuelo, cuando la encontraron colgada en un perchero, Carlota la cogió y se disponían a marcharse igual que habían entrado, cuando unos guardias los sorprendieron, los arrestaron a los tres y se los llevaron de cabeza a los calabozos, cuando en un acto reflejo el sombrerero les lanzo su gran sombrero, estos cayeron al suelo y Carlota, salió huyendo con la bolsa ahora en su poder, mientras que eran cogidos de nuevo, el conejo veloz y su amigo el sombrerero. Esta fue sorprendida por uno de los soldados de la reina de corazones y con la ayuda de cerbatana, esta fue alcanzada por un dardo y cayó fulminantemente en un sueño profundo.
 
   Se despertó con la dulce voz de su abuela Dolores, que mientras le acariciaba su cabeza y le daba besos en su pequeña carita le decía:
    —¡Cariño! Despierta, es casi la hora de la cena.
   Carlota abrió sus adormecidos ojos, cuando le dijo:
   —Sabes abuela, he tenido un extraño sueño.
   —¿Sí?, ¿y qué has soñado?
   —He soñado con el abuelo y una amiga de él, se llamaba Aurora —al oír aquel nombre mientras la pequeña Carlota le contaba el sueño que había tenido, a Dolores se le llenaron los ojos de lágrimas, hacía casi 65 años que no había vuelto a oír el nombre de su hermana.
 
   En la cena, mientras los abuelos de Carlota hablaban de cosas livianas y mundanas, Carlota por un momento pensó: «¿Qué mundos habría por descubrir con las otras 3 lupas que tenía en la bolsa de viaje de su abuelo?»
 
                                            Fin…
 
 
Nota: Como dato interés diré que cuando escribía los personajes de este relato  son de carne y hueso, ya que los dos vivieron una larga vida, hasta que Dios quiso llevarse en este caso a Dolores que falleció de una insuficiencia cardiaca a la edad de 46 años, dejando tres hijos, la más pequeña es mi madre que solo tenía 14 años cuando se quedó huérfana, este relato se lo quiero dedicar a mis abuelos maternos Andrés y Dolores… Que descansen en paz.

(Relato perteneciente a la propuesta: "Secuencias")


lunes, 30 de noviembre de 2020

Dolor(Es) Emocional…

 

(Autora: ©Flor)



Quiero confesar, que hay muchos tipos de dolores, que tienen cura con tratamiento, pastillas o fármacos, y que con el tiempo se cura, pasa a formar parte de tu pasado.
 
Pero hay otro dolor que ese no lo curan las pastillas, ni los fármacos, puesto que es un dolor emocional, y es más dañino que el que pueda padecer un dolor físico.
 
Les confesaré, que mi dolor es de esa clase “Dolor Emocional” y no por el dolor físico que también padezco desde hace muchos años (en un periodo de tregua) pero en un periodo de tiempo 1 año y 9 meses, sufro de los dos males, y es que desde que sal�� del hospital con mi pulmón nuevo,  tengo que pagar con algo a cambio , ya que la dicha nunca es completa al 100% por lo menos en mi caso , ya que conozco de otro caso , que ellos están bien  y no tiene dolor alguno , y yo la verdad es que me alegro mucho por ellos.
 
Pero como dice el refranero Español “Hay quién nace con estrella y otros nacen estrellados” y yo tengo que decir que yo soy una estrellada…
 
Nací un día hace 45 años ,  y a los 13 días ingrese en el hospital con una Neumonía y pulmonía de 1ª grado , estuve 31 días ingresada en cuidados intensivos y en planta , a la semana me dieron el alta , y nos fuimos a casa , 15 más tarde volví a ingresar en el hospital , por lo mismo pero esta vez era más fuerte , ya que uno de mis pulmones estaba totalmente negro por una gran mancha , y es que cada vez que me resfriaba la Neumonía o pulmonía , me ponía uno de los pulmones negros por la mancha , una vez que el pulmón estaba curado y no tenía mancha ,se pasaba al otro pulmón.
 
Desde esas primeras visitas al hospital de larga estancia, supe con 5 años, que no era una niña normal… Y que no podría hacer muchas cosas que hacían los niños en esa edad, jugar correr, saltar a la comba, todo lo que supusieses hacer un esfuerzo  físico, era mi muerte en vida, ya que el latido de mi corazón era de 450 a 600 pulsaciones por minuto.
El desenlace fue que con 2 y 5 años me operaron dos veces del corazón, una para bajarme la presión arterial de 6oo pulsaciones ya que las arterias del corazón eran del tamaño de un niño de 10 años, y yo solo tenía entre 4 y 5 años. Y la otra fue para taparme una raja que me salió en una de las paredes del corazón, ya que cada vez que bombeaba el corazón la sangre filtrada se mezclaba con la que no lo estaba.
 
Fue ahí donde me di cuenta, de que yo sería siempre “Carne de hospital” Y de compañera de viaje tengo a mi alma gemela la parca, que guarda paciente a que caiga de puro agotamiento.
 
Pero, yo me revelo a dejarme llevar por su bonito canto al más allá.  En cuanto al dolor Emocional, tengo que decir que me duele más el  hecho de que me digan los médicos con poca delicadeza “Que bueno, lo de tu pie Equino es un daño colateral y que te lo hemos dejado lo mejor posible, siempre hay complicaciones” (Yo pensé) “este viaje te ha tocado a ti”.
 
Y que me tengo que resignar a vivir con ello, porque peor sería estar a día de hoy bajo tierra.
 
Yo he preguntado a mi neumóloga del hospital de la fe, si me iban a operar, y tengo la impresión de que me está dando largas  pero yo soy muy cabezona, y al final me dijo que con el tiempo me tendrán que operar, y yo le pregunté a dónde y me dijo que en mi hospital de referencia. A lo que yo le dije, vosotros que sois los que me habéis dejado coja, “Por un daño colateral, tendréis que operarme” ya que no es de recibo que otro hospital se haga cargo de las negligencia de otro hospital.
 
A día de hoy… Y para no variar en mi rutina diaria, me levanté con dolor en vértebras lumbares, producida por un ataque severo de tos 15  días más tarde, de estar trasplantada de un pulmón, hace un año y 9 meses.
 
Pero como yo digo, seguiré luchando y revelándome, en mi pelea con mis dolores y mi pie equino hasta el día en el que Dios me lleve con él.
 

Relato perteneciente a la propuesta: "Dolor(Es)"


domingo, 30 de septiembre de 2018

Viaje De Negocios




Iba de camino a coger el próximo tren  que salía de la estación, ya que me encontraba en un viaje de negocios, cuando de pronto el buzón de voz de mi móvil salto,  me habían dejado un mensaje de lo más extraño y desconcertante,  puesto que yo jamás, había hablado con nadie de las fantásticas aventuras del  arqueólogo de mi abuelo Jacinto, que era como Indiana Jones, pero no tan famoso.
En el mensaje, una voz femenina y sensual me dio unas coordenadas, del lugar donde se encontraba mi abuelo retenido, antes de terminar la grabación, me avisaron, “Para poder llegar hasta aquí tendrá que coger un barco velero, ya que no hay posibilidad de llegar en avión”
Deshizo el camino andado, y mientras hacía unas llamadas, solicitó los servicios  del alquiler de un barco con el capitán, para  que este lo llevase al lugar  indicado,  esto le supondría un alto coste económico, pero a  él no le importó, puesto que no tenía más familia que su querido abuelo Jacinto.
Partieron dos días más tarde desde el puerto marítimo de Barcelona, con el barco bien equipado de comida, agua  y medicamentos por si acaso, sufrían en el trayecto, las fiebres del escorbuto.

En una mesa, sacaron un mapa y con la ayuda del compás y un cartabón, vieron las coordenadas  de dicho lugar, y con ayuda de una brújula, y la estrella polar, iniciaron la aventura, de la misteriosa búsqueda  del abuelo Jacinto.
Mientras  navegábamos por la inmensidad del mar, hicimos nuevos amigos un grupo de delfines  y un par de ballenas jorobadas  con su cría, ya no estábamos solos en la soledad  y oscura noche, el capitán y yo.
A la mañana siguiente, el ruido de unos  albatros  encolerizados los despertaron, la escena era dantesca, unos tiburones habían atacado brutalmente, durante la madrugada  a la cría de una de las ballenas jorobadas, el resultado fue que los albatros se estaban dando un buen festín con  lo poco que quedó de la cría de la ballena jorobada.
Al caer la tarde del tercer día, por fin  el capitán  del barco velero me informó de que había divisado  tierra, salí de mi pequeño camarote dejando lo que estaba haciendo, estaba escribiendo en mi pequeño diario de bitácora  desde que salimos del puerto marítimo de Barcelona.
Cogí el viejo catalejo, compañero de aventuras de mi abuelo Jacinto, cuando lo extendí y mire en la dirección, que el capitán me señalaba con el dedo, por lo que él me explicaba, según las coordenadas era aquel lugar, ya que no había ninguna otra isla en 7000 millas.
Nos felicitamos mutuamente  por haber llegado al destino, ahora solo nos faltaba buscar a mi abuelo, estábamos nerviosos por llegar y poner los pies en tierra firme, pero pensé que mejor sería pasar la última noche en el barco ya que se avecinaba tormenta. Esa noche cenamos bien, albóndigas de pollo con guisantes salsa y patatas fritas, bebimos vino y brindamos por mi abuelo, de postre nos comimos unas manzanas, tomamos café con una copa de Brandy, y nos fumamos unos habanos  que llevaba el capitán, para las ocasiones especiales.
A la mañana siguiente, con el primer rayo de sol, fuimos en dirección  a la misteriosa isla, una vez que llegamos a la costa, como si fuésemos piratas o corsarios de alta mar, lanzamos el ancla del velero y hasta llegar a la playa fuimos en una pequeña zodiac hinchable con remos, una vez que llegamos a la isla  y pisamos el suelo, lo besamos y dimos gracias a dios.
Yo llevaba una mochila, con una linterna, el mapa, la brújula y una cuerda por si hacía falta para algo, y el capitán  llevaba otra, él llevaba algo de comida y  agua, una pistola con bengalas  y un spray contra las picaduras de insectos, nos adentramos en la misteriosa isla, y no había señales de vida en ningún sitio cosa que nos extrañó, no muy lejos de allí vimos un cartel escrito en castellano , que decía “ Fuera intrusos , peligro de muerte” y tenían la cabeza de un hombre de pelo negro disecado y seco con la cuenca de los ojos vacíos y la boca abierta, y los dientes amarillentos.
Caminamos unos cuantos metros más adelante cuando oímos el retumbar de unos tambores, y gritos de guerra… De entre la espesura de la selva, salieron hombres de mediana estatura corpulentos  y ágiles, de una tribu que yo desconocía, le pregunté al capitán si había visto algo igual, y me dijo que no, ya que no sabía de qué clase de tribu eran, y si eran caníbales.
Como yo no me fiaba  de los que nos fueran hacer, cogí una vara de bambú para defenderme, cuando el jefe de dicha tribu me habló, en un perfecto castellano…_¡¡ Tú llegar a tiempo, de celebrar fiesta de cumpleaños!! _ ¡¡Yo … Gran padre, ser dueño de esta isla!! _ La isla llamarse “Ginebra” y estas ser mis hijas, los hombres que habíamos visto, se quitaron  las máscaras y eran las amazonas, más bellas y valientes, que jamás verían mis ojos, a lo que yo le pregunté al gran padre: _ ¿Dónde, esta mi abuelo, lo tienen secuestrado? A lo que el gran padre contestó… _¡¡ No, no está secuestrado vivo, como un rey!!
Se quitó la máscara, y me dio un largo y cálido abrazo, y mientras nos abrazábamos, me dijo…. _ Hijo mío, es que hace mucho que no vienes a ver al loco de tu abuelo a la residencia, y te echaba mucho de menos.
                                             Fin...

"Este relato está dedicado íntegramente a mi buena amiga "Ginebra Blonde" que es una gran persona, con un gran corazón, y que ella es la que me da alas para volar con mi imaginación gracias a sus  cariñosos comentarios, va por ti amiga, que sabes que te quiero mucho, le doy gracias a dios por haberte conocido" 


Relato perteneciente a la propuesta "Mar, O Montaña"



Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin