Sólo si eres alguien que aprecie los sentimientos y sus pensamientos, disfrutará de la escritura de ellos.
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10 de octubre de 2015

Pacto de silencio.



A la espiga de sus cuerpos encaramaron la piel
haciéndose tierra y simiente en el fuego que parieron de las entrañas
volcán en erupción desprendido donde fueron pacto de silencio, /instante y tiempo/.

Se soñaron con cada centímetro de sus misterios
deseándose febrilmente en mares donde afloraban en gozo
de las rutas abiertas cultivando los espacios que perpetrarían en continentes.

En los lazos que unirían su firmeza viajarían cercanos,
con los pulsos pegados al pecho en la larga travesía.

Dos amantes cegados amándose en cuerpo y alma
abriéndose a los cielos.

Ya no supieron estar lejos sin medirse las esquinas.


Yayone Guereta.
             










8 de octubre de 2015

El deseo del latir extraviado.



No vieron jamás mis ojos tan bello rostro,
como ardiente sol quemaba tal hermosura
despertando un río caudaloso de amor y sensaciones
de un fuego abrasador
que nacía desde mis entrañas.

Más mis pensamientos desbocados
temían que el ídolo que pernoctaba en mi mente
derritiese el amor que conduce a la libertad,
siendo este tan cruel
en el deambular de los senderos espinosos.

A la divina providencia dejo el testigo amoroso de estos ojos
que vieron el cuerpo de tal Fauno
el que tanto deseo me tentó
y al mismo tiempo del que huyo anudando el alma
que tanto gobierna.

Lo que mis retinas vieron
y las manos no me alcanzaron a estrechar
7en el amanecer de los días ofuscados/
el deseo del latir extraviado
que no consigo frenar.


Yayone Guereta.




4 de octubre de 2015

Prisioneros del tiempo.



Antes que las tinieblas 
se cerniesen sobre el alma 
que un día amó siendo nombre, 
la boca que a fuego quemó 
los labios que la  habitarían, 
quedó inmersa en la oscuridad opaca.

Prisioneros del tiempo 
el aire ahogó los pulmones 
que fueron respirados 
en el aliento tibio de la virtud de dar, 
asueto remanso inquieto 
que las cabezas bregaron por transpirar.

Mientras el universo se confesó
ir contracorriente en los cuerpos 
que desearon ser tomados,
separados por los vientos 
de norte a sur y de este a oeste, 
castigando en su hostilidad.

Y en el decir sólo quedó, 
el suspiro hipérbole 
unido a la lágrima sin palabra.



Yayone Guereta.



29 de septiembre de 2015

El lenguaje de la piel.



A la piel que tanto habla sin palabras,

que se pierde con una mirada

que se estremece al tocarla

que ríe cuando los labios pasan

que se eriza si otra boca la asalta

que gime porque se siente excitada

que llora si se ve dañada

que transpira si es acosada

que llama porque tienes ganas

que sensual provoca cuando el cuerpo se alborota

que con un susurro respira volviéndose loca

y no le hace falta las palabras,

porque muda, con las sensaciones se dispara,

nunca miente ni difama

porque con hechos se muestra

nacen del alma.


Piel que tanto sientes y tanto callas...


Hablamos?...



Yayone Guereta.

21 de septiembre de 2015

El cansancio de la ausencia.



Vi amantes morir de amor 
exiliando sus almas al olvido, 
guardando secretos en suspiros 
abandonados en un aliento frágil.

También vi a la luna 
implorar a los ojos de las estrellas, 
lamentándose al mar entre los murmullos 
de sus olas sin llegar a ser orilla en su origen.

El tiempo pesa marcando la piel 
en la ley que impera su radicalismo 
e insiste en ser tiempo turbio sin esperas 
y apenas el astro rey ilumina.

En la libertad de mis esquinas 
se desgrana poro a poro el cansancio 
de la ausencia irreverente, 
el hastío del padecer languideciendo.

Y en un soplo de aire trémulo que la noche infectada 
de lúgubres pensamientos trae, 
musito el nombre de la tristeza del oscuro y cruel destino 
de este mundo a veces tan absurdo e irritable.

Dejó de ser melodía en sus ilusiones...
Fui testigo.


Yayone Guereta.


17 de septiembre de 2015

Que nadie nos niegue.



Que mis manos te busquen ciegas
reinventándose en cada mañana,
cuando el canto del jilguero 
despunte su trinar al alba.

Y en cada caricia pronuncie el nombre 
que en lagunas de sueños llamo, 
aliento y grito que retengo 
en la piel que dormita añorando.

Quien osa ser el dueño del tiempo, 
de las lunas y los soles 
para separar los labios que reclaman 
los besos ausentes que se hicieron olvido.

Si en la inmensidad me hago viento y camino, 
y mis pasos transitan en locura 
por ser hoja de lirio, flor en su cerezo, 
raíz de sus entrañas, canto vivo.

Que nadie nos niegue ser risa
o lágrima brotando del párpado 
en la mejilla desnuda
de la boca del desamparado.


Yayone Guereta.

10 de septiembre de 2015

Impregnados en océanos



En su marcada y jugosa piel anudo mis manos 
expandiéndola entre mis dedos, 
embebiendo el aroma 
a jazmines y lirios frescos 
me zambullo en millones de sensaciones 
embrujos que invaden mi cuerpo.

Y despiertan todos los amaneceres
siendo murmullo de aire
amalgamas y colores excelsos, 
como si de una explosión cataclísmica 
hiciesen fusión 
para expansionarse en un momento.

En el mar de su boca soy timón, 
y timoneé en sus olas 
al perder los sentidos, 
trae la luna en la noche 
el susurro de sirena 
reclamando la humedad de su olimpo.

Y vaciándose desde el vientre 
ese sonoro grito, 
el que anuncian los amantes en plenitud
gimiendo al compás 
que los latidos golpean 
yaciendo fulminantes allí mismo.

Impregnados en océanos a raudales, fueron...


Yayone Guereta.


6 de septiembre de 2015

Huecos.



En el fluir de sensaciones 
aprieta los dientes rechinando 
queriendo masticar la vida,
y en los huecos de la distancia 
el silencio tropieza agolpándose 
en la boca desesperada.

No es locura 
lo que las suelas danzan 
alrededor del charco 
reflejando su sombra, 
notando el amargor 
que deja la serpiente 
en su cavidad retorcida.

Si en su quimera retumba 
el eco del antídoto que salvará 
al cuerdo de entre tanta maleza, 
mientras el mundo blasfema 
en un ataque de ironía.

Oh universo!!! 
que en tu inmensidad entregas 
tan dulces ambrosías 
y otorgas plenitudes 
en los hombres de efímeras palabras, 
si en la zozobra de amor 
muere tan sólo por rozar el alma 
que sienten las manos vacías.



Al otoño brindará los suspiros hechos aire 
en cada espacio y poro de piel...


Yayone Guereta.


30 de agosto de 2015

Indeleble.




Perseguir una oscuridad 
que acecha constante, 
donde siente la garganta que se atraganta 
como los cristales rotos hieren.

Amanece el niño 
que sueña con ser libre, 
deshaciendo los fantasmas 
y el miedo que trae la noche 
enfrentándola en frustración dilatada.

Cava su propia fosa en vida 
con una losa enroscada a la cintura, 
siendo los abismos 
alimento descompuesto 
con los que sustenta sus días.

Añora lo virginal 
de las rosas recién nacidas, 
dañando todo lo que tocan 
las manos nocivas 
que el corazón confiesa 
por falta de parir sentimientos.

Y se quiebra maldiciendo 
al mundo que no le toca, 
donde inflama los pulmones 
de un aire intoxicado 
consumiéndose en una cloaca infectada, 
siendo tiniebla a la deriva.

En su sacrilegio indeleble,
arrullan los demonios su nana.



Yayone Guereta.


23 de agosto de 2015

Entre pliegues.




Lanzan sus versos en forma de plegaria 
al espacio infinito, 
en plena libertad resbala 
y devora la pluma el papel 
los manuscritos.

Y se guardan en sobres las miradas, 
siendo ciegos 
en el silencio de la memoria, 
dando forma a los cuerpos 
que trae la brisa al recuerdo.

En la noche que se amaron, 
siendo palomas blancas 
en su total pureza, 
buscándose en palabras desde el corazón.

Son los rostros llenos de luz 
los que anuncian desde los suspiros 
la magnitud de las almas enamoradas 
transformándose en impaciencia.

A la espera en presencia 
se adentra la dolorosa ausencia, 
donde los amantes esparcen la esencia 
que se guardan entre pliegues de cortezas.

Silencioso grito de amor en estado puro, son...



Yayone Guereta.

18 de agosto de 2015

Suspiro que habitas.



La voz sin piel habló 
susurrando la tristeza,
lluvia que en lágrimas derramó
ante el eco sin vuelta.

Orando ante el universo
desnuda en la mirada,
sin más palabra que el suspiro
brotando de las entrañas.

Y el cuerpo también habló
deseoso de ser gemido
mostrándose libre sin perezas,
dando amor.

Sintiendo ser ninfa
de los mares que a Poseidon
postra en total entrega,
siendo todos los elementos
que en deseos cuenta.

Agua, fuego, aire y tierra.


Cuatro paredes sin puerta
el corazón sangra
los latidos duros pegan
agonizan por ser vividos,
queriendo ser de su cielo estrella.



Faltó piel...


Yayone Guereta.


14 de agosto de 2015

Queriendo ser vida.



Nos cansamos de resbalar
entre cascaras de melocotones dulces.

De consumir los días por falta de oxigeno
que corre en nostalgias.

La ilusión de una quimera
que no se alcanza.

Y querer robar la semilla
que nunca trepará hasta el cielo
de nubes con forma y sabor a gominolas.

Que somos más que un sueño
queriendo ser vida,
rebelándose ante la naturaleza del universo?

Si en el dormitar se dibuja
el reflejo de la añoranza
y el ansiar que hace la lágrima
del deseo que enjuagará la boca.

Mojará la lluvia los cuerpos
una noche de verano,
donde tomarán a sorbos
el ungüento que les proclame vencedores.

Y el pecho les crujirá...


Yayone Guereta.


11 de agosto de 2015

Entre soledades.



De nuevo emergió
a un mar de lamento
de orillas fraguadas
y diques secos,
la boca cansada
de palabras al viento.

Otra vez el silencio,
enmudece
en las largas noches
que lleva dentro,
siempre en su mundo
soledad en sus adentros.

Entre las rejas de una casa vacía
donde la tibia luz
apenas roza su cuerpo,
recordará aquellas tardes
sentada mirando al cielo,
como deja comerse la vida
mientras permanece en su invierno.



Yayone Guereta.





4 de agosto de 2015

Y será más allá...




Soy el despertar de una estrella,
 un cometa sin guía ni seña,
donde dejo de ser ausencia
convirtiendo el sonido que reverbera 
en canto de sirena,

y luz que resplandece
regada de vida
en la simiente vasta de la tierra.

El cielo como un laúd
que tocarán mis dedos
calando al firmamento.

 Se postrarán las contestaciones
en la melodía que trovará
el aire atusando sus cabellos,

y siendo mar abierto
donde libre y sin duelos
llenará el cáliz
del pecado divino
profanador  del cuerpo.


Y será más allá debajo de su piel...



Yayone Guereta.

28 de julio de 2015

Hasta que las estaciones anuncien su llegada.



Hasta que las estaciones  anuncien su llegada
y el mirlo enmudezca  ya   sin celebrar  la mañana,
dando paso a una nueva era
donde la semillas darán sus brotes.

Desplegando su cálido aroma  sobre la campiña verdeada
avivando sus colores esmeralda
y el sol salpique con sus rayos  arrojándoles  vida.

Hasta que las cicatrices  desaparezcan de la piel
y el último suspiro se pierda  en la palabra quebrada,
la que dirá y hablará por si sola  cuando sanen las heridas
y  la bestia de la ruina  muera con el pasado de su espina.

Seguiré orando  hasta que se consuma el milagro, 
palpitará el latir sin tregua 
hasta que los labios  respiren el mismo aire, 
siendo una misma piel  consagrando sus almas.
dos seres buscándose
hasta que las estaciones anuncien su llegada.


Yayone Guereta.



25 de julio de 2015

Bajo el mismo cielo.



Bajo el mismo cielo infinito
la cruel lejana distancia nos confunde,
y en el filo de la luna
rezamos plegarias.

Mis manos dibujan mariposas
formando nubes
en el vértice de estos labios que llaman,
los que ansían tu llegada.

Y en el ultimo hálito de aire
que a mi boca calla,
guardo el dolor de la punzada
que mi corazón siente
al extrañar tu palabra,
el abrazo que unió por un momento
nuestros cuerpos
y la sonrisa que centelleó juguetona
proyectando deseos.

Bendita mirada que habla
y se extiende más allá del universo,
donde el amor son los sentires
y las ausencias
de los amantes sin reposo,
manteniendo la luz de la espera
que el tiempo se cobra
con una larga penitencia
de duda e impotencia.

Cierro los ojos...



Yayone Guereta.

21 de julio de 2015

Charlatán de sueños.



Quería  ser bosque, 
y transitar por las aceras, 
ser pájaro libre, 
y esconderse en madrigueras, 
vestir alas nuevas de bello plumaje 
pintadas de acuarela, 
ilusión de toda princesa, 
siendo tan solo sueño 
que al despertar tropieza.

Para que diste alas que aprietan, 
si ni siquiera pudo desanudar del envoltorio 
los nudos que las sujetan?

No es de ley firmar pactos 
que obliguen a quedarse quietas, 
la mentira tiene patas cortas
no son atletas, 
y los para siempre, juegos de magia 
que desaparecen al darte cuenta.



Somos lo que somos 
sin mas tretas, 
si se abre camino es para dejar huella, 
de la mano siempre juntos 
hasta que el final venza, 
la cana rizada 
y las arrugas de muestra.

No es reproche 
lo que apunta el pensamiento, 
solo que es obvio 
ponerse calcetines al derecho, 
que para reveses
ya esta la vida con arrestos, 
cara a cara, mirar sin recelo, 
siendo cuerpo a cuerpo, 
lo demás... 
lo dirá el futuro incierto.

Que no vendan alas 
con caducidad ni desperfectos.


Yayone Guereta.

16 de julio de 2015

En tu infierno.




Sobre  la redondez de mi ombligo 
dejó el suspiro,
aquel que me llevó al asilo 
de su infierno maldito.

De mi pecho hizo 
el hogar de sus martirios,
donde al roce del calor de mis senos,
florecía como un niño.

Entre el espacio de sus piernas 
mi suplicio,
la sentencia de muerte,
haciéndome yacer allí mismo.

Si fuese menester 
en ese momento de paz, 
gloria y crucifixión de mis adentros...
vendería mi alma al diablo 
si me lo pidiese,
por morir en su averno.

Entonces supe, que fui.



Yayone Guereta.




10 de julio de 2015

Bajo el Chandan.



Y siendo fragancia de sándalo,
deja impregnado el recuerdo en una piel que no olvida,
alberga en las entrañas el aroma
cuando es olfateado en cualquier esquina.

Podría ser ceniza y esparcirme entre los vientos,
y no guardar la presencia
obstinada de aquellos labios
bajo el Chandan de hojas perennes dulces.

Pero aún queda musgo en mi olvido,
siendo olivo aferrado a la tierra,
donde el tiempo consume los días
y las manos que regaron alegría
recuerden por inercia.

En los huecos escondo los pasos,
los que caminaron a la vera de aquel árbol,
del que probé la esencia por amor
y queda sentenciada la existencia
en este vacío corazón.

Yayone Guereta.


8 de julio de 2015

Maldita noche.



A la noche llorona
le escupo por ser maldita.

Quema como el cigarro que devoro
atravesándose en la piel
no consumida,
mientras arrastro el lastre
de la maldición,
no ser querida.

Vagando entre ese espectro
que me mira
y quiere apoderarse
de mi semblante
con rostro de niño
cantando liras,
acunando sueños
para acercarme a las ruinas
de la oscuridad que guarda
bajo su capa
fantasmagórica fría.

Termino el cigarro,
como acabaré
con esta noche maldita.


Yayone Guereta.