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28 de octubre de 2015

Dejé de ser.



Dejé de ser
en la preñez de su vientre
flotando en el vaivén de sus aguas.

Dejó de ser abrigo y cobijo en mi
la que me dio la vida.

Dejé de ser en su matriz, y ahora soy sin ser.

La voz que me acunó
yace en el camposanto, durmiente,
descansando en el tiempo y el cosmos,
perenne de paz.

Y aunque extienda mis manos
en un querer atraparla en el infinito,
se desvanece en suspiros su nombre en la nada.

Dejé de ser
partiéndose un pedazo
de mi existencia.


Autora del dibujo: Haizea J.G.



Autora del poema:
Yayone Guereta.


25 de octubre de 2015

Somos.


I

Soy un gusano que busca ser hermoso
y que anhela llegar a la rama más alta.

Eres ese cálido amanecer
que espero cada madrugada fría y solitaria,
que con tu luminoso toque desvaneces la tristeza,
somos letras sueltas,
que bailan con las hojas del otoño al son del viento,
letras sueltas encontradas
unidas,
somos palabras
de esperanza,
incrustadas bajo la piel convertidas en sentimientos.

Somos, una bella frase escrita, amor.

II

Soy una rama seca en lágrimas de raíces quebradas, 
un árbol que lucía en plenitud,
quedando una astilla que reverbera en lo alto
estirada,
quieta,
esperando su podredumbre.

Y llegas tú,
con el sollozo en un puño,
expandiéndote desde la simiente, regalando vida,
arañando la calma de mis labios que espera la consumación
de tu promesa firme.

Absorbo cada gota del elixir mágico
empapándome,
llenando de oxigeno las pupilas,
fusilando la piel callada donde me haces frase en tus manos
y de tu boca generosa, sangre viva.

Somos metamorfosis en pleno proceso,
letras sueltas encontradas,
unidas,
somos palabras.

Somos, una bella frase escrita, amor.


Yayone Guereta.
Con la colaboración del compañero de letras:
T.S.P.





20 de octubre de 2015

Pacto de silencio.(versión I)



A la espiga de sus cuerpos encaramaron la piel
haciéndose tierra,
simiente,
volcán
donde fueron pacto de silencio, instante y tiempo.

Se soñaron con cada centímetro de sus misterios, deseándose,
cultivando los espacios como continentes.

En los lazos que unirían su firmeza viajarían cercanos,
con los pulsos pegados al pecho, en la larga travesía.

Dos amantes,
abriéndose.

Ya no supieron estar lejos sin medirse las esquinas.




Yayone Guereta.


10 de octubre de 2015

Pacto de silencio.



A la espiga de sus cuerpos encaramaron la piel
haciéndose tierra y simiente en el fuego que parieron de las entrañas
volcán en erupción desprendido donde fueron pacto de silencio, /instante y tiempo/.

Se soñaron con cada centímetro de sus misterios
deseándose febrilmente en mares donde afloraban en gozo
de las rutas abiertas cultivando los espacios que perpetrarían en continentes.

En los lazos que unirían su firmeza viajarían cercanos,
con los pulsos pegados al pecho en la larga travesía.

Dos amantes cegados amándose en cuerpo y alma
abriéndose a los cielos.

Ya no supieron estar lejos sin medirse las esquinas.


Yayone Guereta.
             










17 de septiembre de 2015

Que nadie nos niegue.



Que mis manos te busquen ciegas
reinventándose en cada mañana,
cuando el canto del jilguero 
despunte su trinar al alba.

Y en cada caricia pronuncie el nombre 
que en lagunas de sueños llamo, 
aliento y grito que retengo 
en la piel que dormita añorando.

Quien osa ser el dueño del tiempo, 
de las lunas y los soles 
para separar los labios que reclaman 
los besos ausentes que se hicieron olvido.

Si en la inmensidad me hago viento y camino, 
y mis pasos transitan en locura 
por ser hoja de lirio, flor en su cerezo, 
raíz de sus entrañas, canto vivo.

Que nadie nos niegue ser risa
o lágrima brotando del párpado 
en la mejilla desnuda
de la boca del desamparado.


Yayone Guereta.

4 de julio de 2015

Sin ti.



Vacía sin tu presencia
guardo y resguardo la soledad que me aprieta, 
sustento con el que mantengo la idea vaga en pensamiento, 
con la cual me atrevo a decir que celo, 
hasta del suspiro que inhala tu pecho.

No sin antes decirte 
cuatro silabas que llevo dentro, 
tan dentro que atraviesan como una daga y en silencio, 

/el que me quema por no sentir tu fuego, 
el que ardo en deseo de poseer /

en esta maldita noche en la que tanto te anhelo, 
mientras sujeto esta desgarrada alma 
intentando no caer de nuevo....


Yayone Guereta.

24 de junio de 2015

A la luna le pido.



Mi piel se afloja y aloja
al sonido de su nostalgia
hecha un suspiro.

Torrente de sensaciones
que avivan mis sentidos dormidos.

Embebo su universo
sin pedir permiso y a poquitos,
dosificando el ansia
que me lleva al infinito éxtasis.

Pido a la luna oscura en hechizos
te traiga al amparo de mi abrigo,
cobijarte en mi seno,
calmar los tormentosos sueños que te desvelan
por la falta de mi latido.

Yo, ya
   Ya, yo...
   Necesito de ti.


Yayone Guereta.

9 de junio de 2015

Guardando un beso.



Guarda en secreto el momento del beso,
elaborándolo con aromas a jazmín,
amapolas y eneldo fresco,
que embriague y calme la sed
de la boca que traerá el sediento.

El espejo le recuerda 
como conjugar elementos,
que el miedo fue ocultando
por falta de tacto y verbo,
queriendo arraigarse
a la sombra de un invierno.

Ahora se muestra
como la golondrina en su cortejo,
llamando al ruiseñor
que portará consigo su primavera,
errante de un tiempo pasado
queriendo ser cómplice en su aleteo,
porque majestuosa se eleva con el viento,
 invocan los campos la gota de lluvia fresca,
para fundirse desde la tierra
germinando desde lo etéreo.

Dejará de ser secreto el beso,
si los labios llegan a la boca
que con tanto tesón, espera y tiempo,
elabora como un conjuro
un amor que será eterno.


Yayone Guereta.

5 de junio de 2015

Desde la oscuridad.



Queda en la ausencia del silencio,
el que calla y muere 
por la desolación de su propio reflejo.

Habla la oscuridad del alma peregrina de luz
la que quedó en eso, 
exhausta en noches de soledad
ciega, sin habla de palabras, 
en su jaula encerrada sin huecos
ni rendijas que oxiden el poco oxígeno
aire que falta y ahoga por dentro.

Los cuervos saciaron la sed de sus ojos,
las lágrimas que quedaron filtradas, 
son el recuerdo de la voz sellada, 
 con la que a veces observa 
sintiendo el temblor en el cuerpo, 
y con la mirada rota, 
ve los escombros que le empujan a un tiempo, 
el que desecha al olvido sintiendo.

Es consciente que jamás será beso, 
ni caricia, y menos, 
aurora boreal de ninguna piel 
en el amanecer de algún lecho, 
ni pálpito que suspire un corazón latiendo.

Traspasa y cede el testigo a los amantes,
a los que aun tienen el privilegio 
de sentir y arrullarse, 
desde la libertad
sin temer la locura de amarse, 
desde el principio hasta la eternidad 
que solo los locos atreven a suicidarse.


Yayone Guereta.

22 de mayo de 2015

Por siempre...amor.


El esfuerzo y la lucha fue en vano
atesorando ese pequeño sueño, 
el que le llevo a la locura y hoy abandona,
sacrificando sus años,
joven y frágil inocencia escondida,
en los pliegues del alma.


La tortura de no apartarle de su mente
se convirtió en delirio mortecino,
aferrándose tan solo a ese minuto, 
ese momento, 
el que sería su muerte, 
no quería otro destino,
anidándolo en su regazo
como nunca antes hubiese querido, 
alborotaba todos sus sentidos,
sin importar yacer en sus brazos,
morir allí mismo.

Jamás pensó que podría estremecerse tanto...

La lucha diaria se convirtió en quimera, 
no poder poseerle
era su pequeña esperanza,
tomar la felicidad ansiada,
y engañar sus sentidos perdidos en la nada. 

No pudo hacer más por un imposible, 
siempre estuvo en sus manos,
esas manos que un día, acariciaba.

Su mundo,
su vida,
sus anhelos,
sus ganas de vivir,
la ilusión, de ser amada,
murieron,
fatal puñalada.

Universo que giraba entorno a su existir,
dulce esperanza,
entregó sus días, sus alegrías, 
penas y alabanzas.

Con el tiempo se marchitaba, 
se hizo larga la espera,
tan solo pudo decir,
en el deambular de los días,
que nunca olvidaba, porque estuvo, 
y estaría por siempre dentro,
sería su agonía, maduraba.

Mira al pasado,
en su boca la sonrisa rota de un bello sentimiento, 
sabiendo que un día amantes fueron,
escondido en un rincón
en el baúl de los recuerdos,
el que llenó, y que otro ocupará, 
para los restos,
ser sin ser, el ser,
aplacando un vacío,
paño de lágrimas que utilizó
en lo amargo de su hastío.

Hasta en su sepultura pediría,
grabar el nombre en su epitafio
y descansar por siempre
junto al amor de su vida.

En esa parte de sus laderas
donde la hierba crece verde y fresca , 
deja un camino lleno de dolor,
donde sepulta el alma entera.

La vida sigue.........amor.


Yayone Guereta.

11 de mayo de 2015

Tan solo le pedía.



En un ayuno constante,
donde parían mil veces la misma desidia,
alumbraban las mismas dudas,
y tan solo le pedía...

Hacerle un hueco en su sonrisa,
para mantener la llama de dicha,
que sustente a seguir los días,
la que en tiempo no encontraba y notó marchita.

Darle un sitio en su mirada,
que pudiese ver el reflejo de esa luz,
la que nace incipiente en la mañana,
esa que vio caer,
con espacios oscuros de nubes atormentadas.

Asiendo las manos hacia las suyas,
moverían montañas,
con la fuerza que da la voluntad del querer,
el que palpita ser un solo latido,
donde mueren los amantes impregnados de la misma piel,
alcanzando el infinito,
las que no sentía,
desde que se dejó en su olvido.

Y ella, queriendo darle su cielo,
mientras él,
quemándose en su propio infierno,
donde perdió la batalla,
consciente del enemigo que llevará consigo mismo.

Vencida en voz,
en cuerpo y alma,
donde TAN SOLO LE PEDÍA... una palabra,
un acto de amor que la tenia abandonada.

Marchó sin apenas oírsele un quejido, 
en silencio la humedad de sus ojos,
dolor y sufrimiento,
sabía que aquel sería su abismo...


Yayone Guereta.


6 de mayo de 2015

Alma rota.



En sus cordilleras quiero perder hasta el nombre, 
el que deshace la boca al querer pronunciarse, 
vestir la noche de terciopelo, 
el pétalo de rosa que va desgranando sus vestiduras, 
mostrando el ansiado néctar, 
la dulce miel que los labios liban.

Robándole el tiempo al reloj para cometer mi delito, 
implacable atenta sobre el cielo cubriéndolo con nubes, 
como retrocediendo, 
parando el momento, 
y yo lo imploro.

Imploro con tesón, 
con la fuerza suficiente de aclamar al nuevo día, 
el que traerá el sol, 
y con él, el deseo de alcanzar su colina.

Habitar como una diosa en su olimpo, 
ser oración y credo sin misticismos.

Y florecer en su tierra salvaje sin algoritmos, 
con la inocencia de la piel que por primera vez se prueba, 
la que no se olvida en siglos.

Es la ausencia que va convirtiéndose en olvido, 
la que cruje en los sentidos y deja el alma rota, 
rompiéndose en mil pedazos, 
al no poder sentirlo mio.


Yayone Guereta.


3 de abril de 2015

Cuando el amor calla.



Cuando el amor
se vuelve silencio,
y faltan las palabras.
Invade la soledad
y el mundo se para,
y ya no hay risas
ni amaneceres que hablan,
ni noches vestidas que arañan
ni magia,
y vives condenado
 a la nostalgia.

 Soledad sombría
despliega tus alas
para que tu alma vuele
y no se sienta fría,
reconfortas tu silencio
entre cumbres,
para no sentirte vacía,
con un manto blanco

cubres tu agonía,
y dispersas tu vuelo
rozando la melancolía.


Yayone Guereta.

31 de marzo de 2015

Y yo...Pregunté.



Hallé su aire
en el suspiro abandonado
en la dejadez de sus labios,
la boca dibujo el nombre
las iniciales del beso sellado.

Los ojos llenos de vida
la mirada desnuda hablando,
con migas de pan inundados
el hombre hizo presencia
dos cuerpos proyectados.

En el azul de los días
el nido de la golondrina anidando
el que abriga la rama del árbol,
sin levantar el vuelo
sin ser ave de paso.

En el sur de sus laderas
las caderas unen lazos,
buscando el lado
en la altitud de sus montes,
trepando, deseando,
la paz de los desasosegados.

El cerezo en flor abriéndose
desde sus entrañas
pidiéndole paso,
y yo...
pregunté a la tierra madre
a que viento gira la veleta
la rueda del afortunado.

El consuelo de quien quiere amar
y ser amado,
mas la respuesta fue simple
quien posea el don de permanecer
el beso que la boca transmite
el sentimiento mas preciado.


Yayone Guereta.


25 de marzo de 2015

Ya es tarde.


La luz del atardecer no llega
se apagó del camino,
aún echándole de menos
la boca no se equivoca,
no debió bajarle  todas las estrellas
se vacío de golpe el cielo
 y con él se llevó su destierro.

Tal vez ese fue el error,
tanta entrega,
tanto deseo dado
a sus pies postrado,
al mínimo gesto
de la mueca con la mano,
hasta robarle al aire partículas
que lo inhalasen  sus labios.

Protectora de lo suyo
como leona
protegiendo la manada,
solo así nace
el corazón es el que sabe,
no entiende de otras formas
ni sabe.

No esperes
si en su busca
no hayas a nadie,
bofetada a doble cara
se dio cuenta tarde,
de lo afortunado que era
  que dejó colar
en el espejo de la suerte,
lo que no vio
mirándose,
teniéndolo todo
profeta en tierra de nadie.

Aun echándole de menos
ya no vayas
ya es tarde,
no tiene nada que darte,
olvidó la felicidad que tenía
tras duros años
de soledad errante.

Construyó nuevos astros
que iluminan con luz incesante,
espera con pausa
sin prisas,
por si alguien...
quiere quedarse.


Yayone Guereta.

22 de marzo de 2015

Elegí.


Que nadie me espere
despierta,
la noche envolvió
mi tierra yerma,
del crepúsculo arrastro
el cansancio de mis piernas,
en un camino de hastío
horizonte baldío que ciega.
Que nadie me espere
despierta,
las nubes taparon mi cielo
la luna con su guerra
se apoderó del sol,
sintiéndose una reina,
los astros son testigos
para que no amanezca.
Que nadie me espere
despierta,
mis ojos se hicieron
a esta oscuridad tan espesa,
el corazón ya esta oprimido
en la caja que no suena,
ventana con muro de piedra
sin miedo a la tormenta.
Que nadie me espere
despierta,
que no quiero sentir
como golpea en la azotea,
clavando a punta de cincel
tallando en la piedra,
lo que el mundo quiere ver
así son sus reglas,
infierno el que claudica
en cosas etéreas.
No me esperéis despierta
dormitar en mi sistema,
elegí la libertad
de una soledad eterna.



Yayone Guereta.



21 de marzo de 2015

Se trata de sentimientos.


Un momento,
quedará para el recuerdo
transformado en eterno,
el minuto sea una vida
los segundos detenerlos
tiempo que para instantes,
la memoria no olvida
causa de efecto.

Una escusa,
que sea roce de palabras
hacia los labios que susurran
cálido aire que el oído escucha,
piel que tirita
erizando sus puntas.

Una sonrisa,
la que se guardará en las retinas
cuando se cierran al parpadeo
recordando el dulce sabor
de la boca que se deseó tendida,
como rosa fresca
riega el rocío en la mañana,
humedad de los labios 
crean burbujas de agua bendita.

Unas manos,
que cobran vida al tacto
cuando la ausencia de la caricia
queda en el aire,
esfumada entre los dedos
llevarla en un espacio del pensamiento.

Una vida,
que tendrá contratiempos,
la mirada sin lluvias
sombras que amainarán
cuando ambos pasos
cubran los mismos deseos,
el alma sea la luz
guía de encuentro.

En un momento,
con una escusa
de una sonrisa,
unas manos
son...
sentimientos.


Yayone Guereta.


17 de marzo de 2015

Déjame.




Déjame,
llorarte una vez más.

La noche se torna
fría en ausencia
 a recordar tu presencia,
maldito y oscuro
que te atraviesas,
otro cielo sin estrellas.

Preguntaré a mi almohada
que sueños ha de traerme
si ya pinte de gris mi estela.

Déjame,
para sacudir el recuerdo
que dejaste dentro,
donde agonizo tus besos
y los sueños eran eternos.

Lo confieso

Déjame,
acariciar el pasado,
aunque solo sea para rememorar,
las noches de insomnio
que pasamos labio con labio,
las pieles que se reclamaban 
haciéndonos esclavos,
gritando en silencio
desde el deseo apasionado.

Lo confieso

Déjame.



Yayone Guereta.

16 de marzo de 2015

Cuando se me enciende la mirada.



Cuando se me enciende la mirada

Como un canto en la mañana
veo al mirlo saltar entre sus ramas,
con su gorgojo despliega sus encantos
y se posa en la mimosa
que se ruboriza si se la toca.

Cuando se me enciende la mirada

Como el sol que calienta el agua
veo a la rana chapotear lustrosa dando enormes saltos
haciendo piruetas coqueteando ante su sapo que la baila,
y las algas del charco se sienten celosas de sus bocas
que se besarán gustosas a lengüetadas.

 Cuando se me enciende la mirada

Como el arco iris asoma entre la tormenta dando calma
veo como todos los colores despiertan desplegando su amalgama
vistiendo las sonrisas de perlas nacaradas.
Y vivo!
Porque siento viva mi alma
y no hay nada como sentir...

cuando se me enciende la mirada.


Yayone Guereta.



14 de marzo de 2015

Manos son deseos.


Seré océano que baña tu cuerpo
mar que sacia la sed de tus deseos,
magma que alivia tu averno,
piel que se funde con sudor en los poros húmedos de tu sexo,
mirada que despierta tu cielo
la mano que calma tu fuego,
infierno en el que quieren morir tus desvelos,
de tu verbo la lengua que conjuga el beso.
Beso que deletreo en la virilidad que quiero,
musa de tu lienzo,
escultor que definió este Ser
esculpido con mimo
moldeado a fuego lento,
para ser fusión a corazón abierto.
De tu exigencia convertirme
en agua y alimento,
de tus manos soy deseo
a los vaivenes agitados que imploran tus sueños.
Remolino que altera cimientos
los que tiemblan si mi boca muerde tu pecho.
Noches de insomnio
como lobos hambrientos,
así de salvajes
libres e insaciables.
Bajo la luz de la luna roja apasionada
que se filtra por la ventana,
alumbra el lecho que en secreto nos guarda.
Te tomo,
me tomas,
lujuria de cueros,
desde el crepúsculo
hasta el primer resplandor
que anuncia el alba.

Yayone Guereta.