Pasan los días como si no pasase nada,
un pozo en la verticalidad del momento
oscuro, estrecho, distante instante
que ya dura demasiado.
Lentamente tus pupilas se dilatan
-ojos de conejo solitario sorprendido
de noche en medio de la carretera-
los músculos se contraen
y las palabras se ajan.
No puedes trepar,
hace tiempo que guardas con mimo
tus uñas podridas, dedos rotos,
collar de tus propios huesitos.
Nadie te busca ni te encontrará jamás.
Y aunque lo hiciese
hallaría una bestia
que no querría rescatar.
Nada te salvará,
ningún fenómeno meteorológico
conspirará a tu favor
para que salgas a flote.
Tampoco morirás rápido.
La eterna desventura,
escapar cavando
para enterrarse vivo.
sábado, 16 de junio de 2018
miércoles, 13 de junio de 2018
777
Llorarán los cielos,
el cemento que habitamos
sollozará y gemirá de dolor
retorciéndose hasta el estrangulamiento.
Caerán colosas estructuras
devoradas por su propio fuego,
borrarán las líneas y los sentidos
para ver surgir de nuevo
otras máquinas predestinadas
a sucumbir en su momento.
Ahora y en la hora de nuestra mente
nuestro cuerpo castigado sin piedad, sin descanso.
Alegrías son penas y con ellas el castigo,
no hay más futuro que este
y ya se está muriendo.
el cemento que habitamos
sollozará y gemirá de dolor
retorciéndose hasta el estrangulamiento.
Caerán colosas estructuras
devoradas por su propio fuego,
borrarán las líneas y los sentidos
para ver surgir de nuevo
otras máquinas predestinadas
a sucumbir en su momento.
Ahora y en la hora de nuestra mente
nuestro cuerpo castigado sin piedad, sin descanso.
Alegrías son penas y con ellas el castigo,
no hay más futuro que este
y ya se está muriendo.
lunes, 11 de junio de 2018
EL MIRLO
Para piar debe haber quien escuche;
para ir, un lugar.
Sin embargo nada impide
el vuelo errático
sobre un imaginario radical.
Gloria a los intrépidos, a los osados,
a los que atraviesan el tiempo
cabalgando sobre su miedo
y se mondan la piel a mordiscos
por un instante de verdad.
Abajo se santigua el buen ladrón
haciendo sitio a la muerte.
No importa qué humano,
qué material, qué entidad;
si golpeas fuerte siempre encuentras
alguna veta que saquear.
Nadie será sublimado esta madrugada
pero el valiente huye feliz.
Canta el mirlo, la noche
vuelve a enmudecer.
para ir, un lugar.
Sin embargo nada impide
el vuelo errático
sobre un imaginario radical.
Gloria a los intrépidos, a los osados,
a los que atraviesan el tiempo
cabalgando sobre su miedo
y se mondan la piel a mordiscos
por un instante de verdad.
Abajo se santigua el buen ladrón
haciendo sitio a la muerte.
No importa qué humano,
qué material, qué entidad;
si golpeas fuerte siempre encuentras
alguna veta que saquear.
Nadie será sublimado esta madrugada
pero el valiente huye feliz.
Canta el mirlo, la noche
vuelve a enmudecer.
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