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lunes, 24 de abril de 2017

война

Somos un animal que muere nada más nacer.
El primer llanto es el último aullido
de una especie en perpetua extinción.

Mi coño creó los océanos.
Luego se revelaron las sombras
y con ellas los destellos,
las cosquillas de las voces que amas.
Pero nuestras flores brotan y se marchitan
por lo mismo, cuando rozan el exterior,
y aunque hay muchas vidas en esta
dime tú
si alguna de ellas es recta.

Tengo todas las edades
y en todas ellas entré a butrón.
La cárcel más segura del mundo soy yo,
imperiosa, colérica, irascible, extrema en todo,
sin un punto de vista, más bien de mira,
un gatillo en cada dedo
porque yo no quiero ser feliz
con el permiso de nadie.

Me seduce la guerra
que es vivir así.
Me seducen los espíritus suicidas
que abrazan la muerte tantas veces al día
como lo haría cualquier otro animal.

Nunca brota la misma sangre
de la misma herida,
no luchamos carne contra carne
sino contra mediaciones
que reordenan la materia muerta
en la que nos han convertido.

La piel siempre erizada,
negras las pupilas,
afiladas las garras.
Todo me sabe a muerte
pero esta vez
no será la mía.

domingo, 24 de julio de 2016

психоз

Yo tampoco entiendo a la gente.
De pequeño soñaba con despertar
en una ciudad desierta
donde los pájaros piasen durante todo el día
como ahora sólo lo hacen
al amanecer.
Subiría a lo alto de una colina,
a las afueras,
y rodeado de fieras esperaría a la luna
para comprobar el hambre que el fuego nos guardaba.
Pienso en ello todos los días,
intentando engancharme al recuerdo súbito de un olor,
un golpe seco en la nariz,
alguien gritando a lo lejos su nombre
y que todo lo demás se desvanezca
aunque sólo sea por un instante.
Seguiré caminando bajo la tormenta
buscando el abrazo del rayo.
Esta vez no te soltaré la mano.

sábado, 12 de marzo de 2016

קאַפּ טויט

Sola,
estoy sola,
tan sola como el rompeolas
donde ya nadie va a saldar sus cuentas
como antes.
Y a veces pienso en ti.
Tal vez ahora mismo un desconocido
se cruce en tu camino
y con una sonrisa de niño de fuego
te raje el cuello con un trozo de cristal.
¿Cuántas moléculas de cadáver respiramos cuando bostezamos?
¿Cuánto polvo de muerto tocamos al acariciar nuestros cuerpos desnudos?
Cuánta muerte llevamos
cuánta muerte pensamos
cuánta muerte besamos, mi vida,
si todo me sabe
a restos de otros.

lunes, 16 de marzo de 2015

Antes de irme

Antes de irme
de echar el último vistazo
y pegar definitivamente la barbilla al cuello por última vez,
me gustaría traducir el lenguaje del resto de animales
probar con vosotras todas las drogas
unir las dos costas del Estrecho
-de todos los estrechos-
destrozar todos los registros bancarios, de identidad y propiedad
que nadie tenga ni deba nada
derribar los muros de las prisiones, los centros de menores, los psiquiátricos
las paredes de los colegios, los museos
las perreras, urbanizaciones,
centros financieros, laborales y comerciales
fronteras, todas,
plantar cebollas, patatas, tomates, ajos
uvas, hierbas, amapolas, rudas sirias,
cargarme a todos los policías que pueda
y bailar contigo desnuda
sobre la sangre de los cadáveres del viejo mundo.

jueves, 27 de marzo de 2014

YONKI

Podríamos ser adictos,
deberíamos probar todas las trampas
y coger todos los atajos,
castigarnos los dientes sobre un colchón de muelles
y escupir semen contra las paredes porque por más que lo intentemos
nunca seremos yonkis,
no lo suficiente,
por eso volveremos donde siempre
sin mirar los restos de otra gente.

jueves, 2 de enero de 2014

Línea 2

Sentada en el vagón me tapo la cara
para no ver las miradas sucias,
los ojos tristes,
las colas de artistas y mendigos que se forman en cada estación,
los dientes torcidos del bostezo,
el reflejo trágico,
el gesto torcido
y las caras de asco por el olor a personas,
demasiadas personas.

El metro se para de nuevo,
se abren las puertas,
aprovecho para respirar un poco y levanto la vista:
fue en esta estación y no puedo evitarlo,
he vuelto a mojarme al recordarlo.

lunes, 11 de noviembre de 2013

VACUUM

Cada vez quema menos el fuego
la sangre ya sabe que brotará de nuevo
camino en círculos por las calles de siempre
y las noches son más claras
porque ya no está la gente.

La vida como un terrible experimento
años de ensayo y error y más fallos que aciertos
unas cuantas muescas en estos dientes de hiena
y unos pechos desahuciados que ya no dan ni pena.

Las monedas giran en las manos para nada
los chavales de la calle ya ni se molestan
para qué las navajas
si van a pinchar hueso
para qué las bragas
si ya no me las bajo.

Los días como puzzles de adoquines mal puestos
los parques sin niños
los contenedores quemados
las farolas con flores
las madres llorando
sus hijos robando
y ni un solo motivo que justifique esta alegría.

jueves, 29 de agosto de 2013

Siempre es tarde

Inner Tube, de Sally Mann

No insistas, no va a suceder.
Sí, te entiendo y te comprendo,
pero no va a suceder.
Lo sé, siempre me lo dices,
pero por mucho que lo repitas
no dejaré de ser esa puta loca
cínica apostólica
fatalista y decadente
enganchada a la disciplina del error.

Asúmelo
asúmelo joder
asúmelo como yo lo he asumido,
no es tan difícil, aunque te cueste.
Es mejor así
ya lo entenderás
y si nunca llegas a entenderlo mejor para ti,
nunca sucedió
mejor así,
no insistas más.

Todo lo que tenía lo fui perdiendo
hasta tal punto que,
cada vez que me sucede algo bueno,
pienso que ocurre para que pueda perderlo.
De otro modo no podría,
no quedaría nada por perder.

Tiene sentido, sí,
yo también lo he pensando,
yo también me he dicho
"esta mala racha de 30 años no puede durar para siempre"
lo pensé a los 12
a los 21
a los 26 y casi me lo creo
pero no,
no es un periodo breve de desgracia,
es un status
una forma de vida
una actitud metafísica
mi filosofía.

Así que te pido que te marches
que me dejes
que me pagues y cierres la boca y la puerta por fuera,
que ya terminaré yo esta botella por ti.

domingo, 14 de abril de 2013

Preferiría no haber sido

Doble retrato (1985-1986), de Lucian Freud.


Lloro
claro que lloro, y más cuando bebo
tumbada en la cama con los pechos brillantes
por el sudor
el alcohol
el tabaco que sólo fumo cuando salgo
lamentándome por no ser huérfana
una niña abandonada sin padres a los que no defraudar
nadie me echaría de menos
ni sentiría el remordimiento de dejar tanto sufrimiento.

O abortada
podrían haberme abortado y directamente no ser
no existir, haberme ahorrado
todo este tiempo especulativo
de creer en tener que hacer cosas porque
así
es
la
vida
tan ridícula y patética
cumplir funciones sociales, aceptar roles
realizar estúpidos procesos laborales
como ser publicista y cuantificar mi éxito en el número
de nuevos demandantes de un producto irrelevante
o dedicarme al arte realizando boberías
con el único objetivo de intercambiarlas por otros bienes
(y alimentar el ego)
ser contable, ingeniera, profesora
dedicarme a viajar y confirmar mis prejuicios
poco importa
al final
nada
tiene
sentido.

¿Procrear, perpetuar la especie, aportar algo al progreso?

Progreso sería volver a las cavernas y vivir de las hierbas
luchar, cazar
plantar y recolectar
matarnos con palos y piedras en vez de con drones y bombas
y aun así
para qué
todo seguiría siendo igual de absurdo.

Lloro por cobarde
por la gente que me quiere:
los que están obligados a hacerlo
y los que lo hicieron más tarde
por coincidencia o afinidad
qué más da.

Lloro por no ser capaz
y cada día es una derrota, una oportunidad fallida
para irme y no mirar atrás
sin dejar una nota.

.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Nunca más

Nunca más volveremos
a mirarnos de este modo,
a enseñarme lo tuyo
y enseñarte lo mío.
No volveremos a reír
sin taparnos la boca,
hasta que duela.
Nunca más palpitarán nuestros labios
ni se te dormirán las piernas
cuando te toque.
Nunca más seremos tan jóvenes
como esta noche,
nunca más mancharé tus dedos
con mi sangre
como ahora.
Por eso aprieto las piernas con fuerza
hasta hacerte crujir los nudillos,
por eso cierro con fuerza
y empujo tu mano con mi mano
hacia dentro;
para tratar de atrapar este instante
y que no se escape
nunca más.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Decir adiós está de más


Mira los árboles
mira los pájaros
mira los coches,
son todo lo mismo para mi.

Todos los libros de mi biblioteca,
aquellos ejemplares de la Cuesta de Moyano,
los discos de vinilo,
todas las fotografías que nos hicimos
en todos aquellos rincones de Berlín,
los diplomas enmarcados de la pared,
las figuritas y los souvenirs,
todas las fechas marcadas en el calendario,
los post-it, las frases ingeniosas de mi libreta,
los archivos de mi carpeta "Personal",
la maleta de aquel viaje que aun no he deshecho,
los mensajes de texto que aun guardo en el móvil,
las manchas blancas de mis bragas
y los puntos rojos de la almohada
ya no significan nada para mi.

miércoles, 4 de julio de 2012

Ánomos

Ornitóptero (1962), de Fernando Zóbel

Quiero que le pongas mi nombre a este desastre natural,
que la lluvia sea tormenta 
y la brisa una galerna,
que el cemento sea barro 
y los cristales alquitrán.

Quiero que llores hasta la última gota,
hacerte sudar y escurrir tus venas 
hasta que los huesos claudiquen
derrumbándose sobre tus propios pies.

Quiero que te liberes de toda esperanza,
¡que te mueras!
que te engendres de nuevo y te levantes entre tus restos
y que grites como un recién nacido que no hay más ley 
que la del hombre herido.

viernes, 4 de mayo de 2012

El ácido de las mandarinas

Falling II, de Harry Holland

A veces creo que la mujer que soy no es más
que una prolongación de mi fase parasitaria.

Mi adicción a las mandarinas tiene su origen
en la sustitución progresiva de los cigarrillos
por sus gajos
durante el embarazo de mi madre.

El mismo cordón umbilical que me unía a ella
resultó ser más largo de lo normal:
en el momento del parto se formó un nudo
de horca alrededor de mi cuello
como una sentencia anticipada.

Sigo sintiendo esa presión en el cuello
la asfixia
el mareo
los ojos desorbitados
la lengua hinchada
la mano sudada debajo del guante de látex con el escalpelo
seccionándonos
separándonos
salvándome
y el ácido de las mandarinas
carcomiendo sus ojos.

martes, 1 de mayo de 2012

El juego

Flag, 2010. 50 x 70 cm.  Oil on canvas
Flag, de Alexander Tinei

Siempre hablábamos del juego,
de estar en el juego
de salirse del juego.

Todo el mundo sabe qué es el juego:
vivir en una casa,
mantener relaciones laborales
familiares
vaginales
o anales;
distraerse con fórmulas de entretenimiento de masas
públicas o privadas,
alternativas o marginales,
autogestionadas;
Buscarse y encontrarse,
elegir las preguntas adecuadas para las respuestas dadas,
tener una idea,
cierto criterio,
una adicción común
o alguna enfermedad clasificable.

Algo a lo que agarrarse.

Y nos agarramos
apretando los labios y sellando la boca,
para que no salgan por ella
todos los caballos desbocados
pisoteándonos los dientes;
cerrando las manos y clavando las uñas,
viendo como se separan las falanges
de nuestros dedos y tras ellas
la piel y la sangre y
todos los músculos
los ligamentos y los huesos
de nuestros cuerpos.

Ahora somos el dado sin bordes
la pila gastada
la carta mojada
el lapiz mordido:
la pieza que falta
o que sobra
en todos los juegos.

miércoles, 7 de marzo de 2012

(Ella) Nosotras

Stanley Forman (1975)
Liberábamos espirales de risa nerviosa a cada latido
como turistas desarmados en un frenopático,
como viejos seniles perdidos en un supermercado
tratando de protegerse con sus dientes falsos
de una visión fragmentada.
Intentábamos recomponer la mirada, inclinándonos,
procurando abarcar a través del reflejo del espejo
algo más que nuestros bustos de foto de carnet, en vano,
pues hacía ya mucho tiempo que nuestros cerebros
sólo procesaban imágenes pixeladas
dentro de un marco de 17 pulgadas.

miércoles, 11 de enero de 2012

Maltratada

Diana cazadora de Julio Romero de Torres.

Reconozco que soy violenta. Reconozco haber pegado con casi todas las partes de mi cuerpo: cabeza, codos, manos, rodillas, tibias y píes. Reconozco también haber utilizado todo tipo de objetos para incrementar la contundencia de mis golpes: ceniceros, sillas, móviles, botellas y platos. No me arrepiento ni me avergüenzo, aunque tampoco me enorgullezco. 

Tengo la mala costumbre de salir con tipos poco recomendables. Son los que más me gustan, aunque al final siempre acabo lamentándolo. Ellos también. La mayoría de mis relaciones terminan cuando ellos deciden que la única salida es matarme. No tienen ni idea. Han desperdiciado horas, días, meses e incluso años planificando mi asesinato. Nunca lo han conseguido. 

No quieren aceptar que sólo yo puedo elegir la forma, el lugar y el momento de mi muerte. No han entendido nada: yo siempre tendré más y mejores motivos para matarme, más que nadie.

lunes, 2 de enero de 2012

Hija de puta

Mi madre duerme como un cadáver tirado en la cuneta, vencida por la gravedad, sin oponer resistencia. Muchas personas tienen una postura concreta al acostarse: posición fetal, colocadas como un faraón egipcio o cualquiera de las distintas variables de brazos y piernas cruzadas. Mi madre duerme como cae, como un saco de piedras.

La satisfacción que produce el trabajo es relativa. Casi nadie está contento con su trabajo, pero casi todos necesitan trabajar para vivir. Por eso en el colegio nos enseñan matemáticas en vez de baile: todo el sistema educativo está orientado al trabajo. 


El verbo trabajar procede del latín Tripaliarum, una estructura de tres palos donde se ataba a los presos. Sufrimiento y dolor. Esencialmente nada ha cambiado. Los trabajadores asalariados venden su fuerza de trabajo a cambio de un sueldo muy por debajo de su valor productivo. Mi madre trabaja por cuenta ajena, no produce nada tangible pero su labor es un producto social configurado como un servicio.

Las feministas dicen que vende su cuerpo. Eso es mentira. Mi madre sólo lo alquila, por eso después de trabajar sigue siendo dueña se sus medios de producción con los que me acaricia, me cocina y me lava. Como cualquier trabajador del conocimiento posee un saber específico que aplica en una sociedad y en una economía dada, aunque la peculiaridad de su labor es que el ámbito adecuado de despliegue de sus capacidades se produce tanto dentro como fuera de ella.

El valor de una hora de su trabajo equivale a 20 kilos de tomate Raf o a un gramo de cocaína. Cada mes es capaz de generar la riqueza suficiente para poder pagar la hipoteca, los gastos de luz, agua y gas, la compra de alimentos, la mensualidad de mi universidad, la línea de internet, las facturas de los móviles y del teléfono fijo y con el excedente podemos comprar libros, ropa, acceder a otros servicios de ocio e incluso nos permitimos ahorrar.

Por eso cuando me llamas hija de puta yo digo sí, bien orgullosa. Mi madre no necesita ni jefe, ni ordenador, ni máquina ni herramienta más que ella misma para obtener un sustento económico igual o superior al de tu madre o tu padre. Y al llegar a casa apaga el móvil porque puede, porque no quiere que nadie interrumpa su tiempo libre, porque le pertenece exclusivamente a ella. A ella y a mi. 

lunes, 12 de diciembre de 2011

(Ella) El frío

Decían que estaba demasiado fría,
que mis encías sangraban como una piara de cerdos,
que miraba con ojos de cabeza de pescado,
yo,
que con cada crujido de nudillos espantaba a los cuervos,
yo,
que con cada costilla, que con cada tibia rota
cargaba las nubes y despertaba
los truenos.

Decían que estaba demasiado fría,
por eso nadie me oyó gemir
a dos metros bajo tierra.

lunes, 5 de diciembre de 2011

(Ella) Segunda oportunidad

Deja que tus dedos se congelen
desde dentro,
hasta que comiencen a arder.
Deja que tus pupilas se dilaten
con la noche,
mirada de alquitrán.
Deja que el sol te abrase
hasta que hierva la piel
y se te quemen los huesos.
Entiérrate en un desierto
con buitres,
sólo entonces
nos volveremos a ver.

sábado, 26 de noviembre de 2011

(Ella) La Libertad

Quiero que entendáis
que ya no tengo miedo,
que saltar sólo es un paso
más,
sólo uno.

Quiero que entendáis
que esta es mi afirmación:
que no renuncio a la vida
sino tan sólo
a las trabas del cuerpo.