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jueves, 28 de enero de 2016

Incivismo y vandalismo

“Si los legisladores rehúsan considerar los poemas como crímenes, entonces alguien tendrá que cometer crímenes que sirvan la función de la poesía, o textos que posean la resonancia del terrorismo.”
Hakim Bey
El civismo es uno de los discursos ideológicos predominantes entre las autoridades políticas y mediáticas. Tal vez porque saben y recuerdan que cada estallido en los barrios, por mucho que intentasen reducirlo al “vandalismo urbano” para limitar su dimensión política, hace tambalear su pretendida paz social. El civismo es una concepción totalitaria de los cuerpos y los espacios, un falso consenso impuesto a través de la normatividad social e individual producto de la mediación integral de las instituciones en las vidas de y entre las personas, expresada en última instancia en el código penal. Al resultado de esta sutil desposesión, al rendimiento de la apropiación por parte de las instituciones políticas, económicas, culturales y sociales, se le llama ciudadanía, cuyo espacio natural es la ciudad.

martes, 19 de agosto de 2014

Nada es verdad

Fue hace bastantes años. Estaba tumbado en el sofá del salón de la casa mi abuela viendo la típica película de sábado por la tarde. Un huracán amenazaba la tranquilidad de un pequeño pueblo estadounidense. Los protagonistas, una idílica familia norteamericana perfectamente integrada en una comunidad de honrados trabajadores y pequeños propietarios, resistían los embistes de una espectacular tormenta ciclónica que amenazaba con destruir todo por lo que los padres fundadores habían luchado en el pasado. Mi abuela llevaba un buen rato dormida cuando el estruendo de un relámpago que impactó en la pequeña iglesia de madera blanca la despertó súbitamente. Miró con horror la pantalla de la televisión: “qué desgracia, pobre gente”, y se volvió a dormir. Obviamente la iglesia no ardió. Milagro, USA.

Desde aquel día me fijé en algo en lo que antes no había reparado: que mi abuela, que por entonces debía tener casi 90 años, creía que casi todo aquello que veía fugazmente en televisión era verdad. Al contrario de lo que pueda parecer, mi abuela por entonces tenía intactas sus facultades intelectuales. La pregunta no es que cómo era posible que no pudiese distinguir la realidad de la ficción -al fin y al cabo ese tipo de efectos especiales eran bastante novedosos- sino que cómo sabemos nosotros, ahora, qué es verdad y qué es mentira.

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sábado, 1 de septiembre de 2012

El éxito de los kits y packs de suicidio rápido e indoloro


 El suicidio es ya la primera causa de muerte violenta en España. Empresarios que se pegan un tiro, parados que se arrojan a las vías del tren, jóvenes que se lanzan desde un sexto piso o amas de casa que se atiborran a pastillas. 

Cuando saqué a la venta Au Revoir "Pack definitivo para el suicidio" y el Kit Especial Suicidio Low Cost Anticrisis sabía que iban a tener muy buena acogida. Las visitas al blog se han incrementado considerablemente gracias a las búsquedas en google de formas rápidas e indoloras de suicidarse. He recibido muchos correos amenazantes, sí, pero sobretodo peticiones de presupuesto o directamente encargos sin importar el precio. "Mándamelo ya", "por correo urgente", "pago lo que sea". Después de una supuesta legalización de la marihuana y la prostitución, no se me ocurre otra fórmula de negocio más lucrativo y efectivo para incrementar las arcas del estado vía impuestos, además de ser una industria eminentemente productiva con un target cada vez más amplio. 

Podría haberlos vendido. Sé donde comprar los materiales y sé como fabricarlos. Hasta el momento antes de publicar y difundir la venta del kit y del pack pensaba que no tendría ningún problema para ayudar a alguien a suicidarse en caso de querer hacerlo. Cada cual puede hacer lo que quiera, pueda o le dejen hacer con su vida. Si lo que quiere es terminar con todo, mejor que sea de la forma más limpia, fácil e indolora posible -a menos que desee sufrir o montar un buen circo. El suicidio es algo que siempre ha estado muy presente en mi vida, he conocido mucha gente que ha tratado de quitarse la vida de verdad y no lo ha logrado -los más- y otros que sí lo consiguieron. 

Personalmente siempre he considerado el suicidio una buena opción para cuando mi vida no valga la pena. Una salida digna, una posibilidad que me mantiene bastante vivo. Saber que en el caso de que todo se joda puedo quitarme de en medio sin más da mucha tranquilidad y a la vez me permite arriesgarme un poco más. Porque si la cosa se tuerce, si tomo una mala decisión que me condicione negativamente el resto de mi vida, no tendré la carga de tener que soportar el peso del error. Simplemente adiós y buena suerte. 

Vuelvo. Pensaba que no tendría ningún problema en ayudar a otra gente a suicidarse. No era mi intención distribuir ningún pack del suicidio, lo tenía bastante claro, pero pensaba que si quisiese no tendría ningún problema. Me equivocaba. Leer todos esos emails me ha puesto en mi sitio, me ha definido unos márgenes y unos límites -que me niego a llamar morales- que pensaba que no existían. Cada vez que leía uno de esos emails me preguntaba: "¿Soy un egoista? ¿Soy incapaz de echar un cable al que me está pidiendo ayuda para algo tan importante?" Pues será.  O tal vez soy un cobarde, aun no lo tengo muy claro. Una cosa es darle un cocktel letal a un amigo que está postrado en una cama de por vida, a petición suya claro, y otra muy distinta es mandar un paquetito contrareembolso a alguien que no conoces de nada.

Me gustaría ser como Sharlotte Hydorn, una mujer de 92 años de California que vendía kits del suicidio para ayudar a la gente. Tras ver como sufrió su marido por un cáncer de colon y ser incapaz de matarle como él le pedía, se dedicó a vender más de mil unidades de suicidio por correo. Fue arrestada por las autoridades estadounidenses, como no podía ser de otra manera en aquel país. Pero yo, ahora lo sé, no puedo ser como ella. Me falta su grandeza.

La mayoría de emails pidiéndome un kit del suicidio eran muy escuetos, una simple pregunta sobre el precio y la disponibilidad o directamente con los datos postales del receptor para enviar por correo contrareembolso. Si bien este experimiento no ha pretendido ser un estudio sociológico, como tampoco un negocio, lo cierto es que se pueden sacar algunas conclusiones. La primera, obviamente, es que hay mucha gente que quiere suicidarse. La segunda, que interesará a algún que otro empresario, es que es negociocon muy buen margen de beneficios y una demanda creciente. La tercera es que la mayoría, la gran mayoría de suicidas, no necesitaban hablar de su problema, no buscaban indirectamente un teléfono de la esperanza o algo parecido. No, por lo que he podido deducir la mayoría quería comprarlo con el menor número de preguntas y complicaciones y recibirlo cuanto antes, sin tonterías.

El único tipo de cliente-suicida que sí que contaba sus problemas y motivaciones eran los que lo hacían por amor. Una gran parte de ellos lo hacían por alguien y para alguien. Es decir, que pretendía con su suicidio que otra persona reaccionase, causar impacto. Precisamente este grupo de personas eran los que, en realidad, no tenían intenciones reales de suicidio, sino que efectivamente necesitaban el maldito teléfono de la esperanza. O mejor dicho: un buen amigo. Pero ese tipo de contacto ha sido minoritario entre todos los emails que he recibido; una muestra marginal.

Otro dato curioso, y que me perdonen los que me hayan enviado un email (si es que siguen vivos), es que una gran parte de ellos tenía una vida cibersocial bastante pobre. Creo que debo ser sincero y decirlo claro: busqué compulsiva y obsesivamente los datos, nombres e emails en internet de los que estaban bastante seguros de querer suicidarse. Sé que es reprochable, pero a lo hecho pecho. De los que contaban motivos amorosos y que no pretendían realmente suicidarse no. Pero de los que sí, sí. Crucé datos en diversas redes sociales, en buscadores de internet; seguí su pista en foros de todo tipo, listas de correo, cualquier actividad que tuviesen en internet. Y nuevamente tengo que hablar de mayorías para indicar que muchos de ellos apenas tenían amigos en Facebook o en Twitter pese a tener bastante actividad.

Como última curiosidad que pueda contar -pues me reservo otros datos y cuestiones- es que más de una decena de los que estaban seguros de suicidarse habían dejado mensajes en foros quejándose de algo concreto (un problema legal y/o familiar en distintos foros temáticos tanto de dudas legales como pseudoconsultorios psicológicos) semanas y días antes de enviarme los correos a mi. Es decir, que la gente antes de querer suicidarse y tenerlo claro necesita expresarse, comunicarse y explicarse.

Para finalizar y dar carpetazo a esto sólo quiero hacer un último comentario a los que se dedicaron a insultar y amenazarme por email: la vida de cada cual le pertenece a uno mismo, por mucho que tenga padres, hijos o hipotecas por pagar. No sirve de nada tratar de imponer una visión personal sobre la responsabilidad (por ejemplo para el suicida que deja tirados y solos a sus hijos) o sobre cualquier tipo de religiosidad ("el suicidio es pecado"), es una pérdida de tiempo sermonear o evangelizar sobre este asunto. Si uno se quiere matar, si está realmente convencido, que lo haga. Y si alguien quiere salvarle a él o a su alma, si alguien quiere tomar partido sobre la vida de alguien que no conoce, que se lo piense dos veces. Porque creo que no hay nada peor que vivir sin querer hacerlo, y que esa responsabilidad para con los demás de seguir viviendo y tirando del carro queriendo estar muerto es contraproducente ya que dudo mucho que alguien que odia su vida vaya a tratar bien a sus prójimos, más bien al contrario.

lunes, 20 de agosto de 2012

El Libro de la Crueldad, de Layla Martínez


Un gatito de Bengala en un bidé Roca sucio con tuberías oxidadas. El Libro de la Crueldad de Layla Martínez. Un gatito de Bengala que cojea desde hace tres días por tirarse desde un segundo piso por cuarta o quinta vez. Le llaman el gatito suicida; se equivocan. Sólo la temeridad -y no la valentía- nos permite conocer de qué pasta estamos hechos. Como cuando vas a recibir tu primer puñetazo y crees, durante esas centésimas de segundo que hay entre su puño y tu cara, que estás hecho de cristal y que te romperás en mil pedazos. Y al caer al suelo con la nariz reventada y sangrando como un cerdo te das cuenta  de que eres fuerte, que lo único que duele de verdad es no haberle golpeado tú antes.

El Libro de la Crueldad. Siempre que me dicen que la naturaleza es sabia pienso lo mismo: "si fuese tan sabia no habría dotado de inteligencia a una especie tan cruel, aburrida y fea como la nuestra". Ayer me contestaron algo sobre lo que ya había pensado hace tiempo pero que, como muchas cosas, había olvidado: somos crueles porque somos inteligentes. Cuando alguien llama "animal" a otro por un comportamiento cruel no le falta razón, es un comportamiento propio de animales humanos. El resto de los animales atacan para comer o para defenderse, rara vez son agresivos sin razón. Ni siquiera las hormigas argentinas, imperiales y expansivas, son capaces de crear tanto daño, muerte y dolor por tan poco (territorio, dinero, entretenimiento, orgullo, etc.). La crueldad es todo lo contrario al instinto animal, no obedece a ninguna necesidad de supervivencia. En el mundo animal la crueldad es una anomalía. En nuestro mundo -el de los humanos- es una constante y, en muchos casos, un instrumento cultural, político y civilizatorio.
"Ver sufrir produce bienestar; hacer sufrir, más bienestar todavía - ésta es una tesis dura, pero es un axioma antiguo, poderoso, humano - demasiado humano, que, por lo demás, acaso suscribirían ya los monos; pues se cuenta que, en la invención de extrañas crueldades, anuncian ya en gran medida al hombre y, por así decirlo, lo "preludian". Sin crueldad no hay fiesta: así lo enseña la más antigua, la más larga historia del hombre - !y también en la pena hay muchos elementos festivos!"
Friedrich Nietzsche en La genealogía de la Moral.

Leo mucho, demasiado, de forma enfermiza. No es una cuestión eminentemente intelectual, yo no lo soy. Leo lo que sea, es una necesidad. Leo libros, leo artículos, leo las etiquetas del champú, del gel, de la leche, del café; cualquier cosa. El Libro de la Crueldad me lo leí del tirón: poesía, prosa, síndrome de Down, sectas y suicidios. 56 páginas prologadas por Juan Andrés García Román. Quién me conoce sabe que si algo no me gusta me levanto y me voy, sea quién sea el que esté delante. Es algo que me ha costado mucho aprender a hacer. Por eso sé que cuando digo y escribo que este libro me ha entusiasmado nadie puede decir que exagero o que no soy sincero, pese a que en esto de las letras se estile el amiguismo ciego o la camarilla felatoria. 

Hay mucha humanidad en esta obra. Sí, humanidad, porque sólo los humanos somos capaces de ser tan inhumanos. Por eso merece la pena leerla. Por eso y por la página 17.

viernes, 13 de enero de 2012

¿Cuál debe ser el precio de venta de un libro digital?

Según la consultora GFK en España se vendieron durante el año 2011 alrededor de 280.000 tabletas (e-readers) y 190.000 libros digitales (e-books). Los datos de los libros digitales vendidos son aproximativos ya que el estudio sólo se basa en la venta a través de librerías y tiendas especializadas de venta online, excluyendo del estudio las ventas a través de otros canales de venta más minoritarios como los blogs, la venta directa por email y los contenidos digitales jurídicos, que alcanzan el 80% de las ventas totales no incluidas en el informe, según indica su responsable, David Pemán. Estima que en el año 2012 la venta de tabletas se incrementará más de un 30%, a la espera de saber qué ocurrirá con los precios de los dispositivos de lectura ya que actualmente son de los más caros de Europa: "175 euros de media en España frente a los 148 euros, 119 euros o 134 euros de Alemania, Francia o Reino Unido, respectivamente".

La gran mayoría de contenidos que se almacenan y leen en los dispositivos electrónicos son obras descargadas gratuitamente, lo que los partidarios de la Ley Sinde española (o la ley SOPA en Estados Unidos) llaman "piratería", que no es otra cosa que la digitalización del antiguo concepto de compartir. Obviamente la forma de compartir a través -o gracias a- internet es masiva comparada con las limitaciones del intercambio tradicional de obras físicas, además de ser conceptualmente distinto: al prestar un libro físico el propietario comparte el objeto, mientras que los archivos digitales simplemente se copian y distribuyen, sin la pérdida de la obra por parte del que la presta y con la posibilidad de realizar tantas copias -descargas- como se quieran de un mismo archivo. Los grandes grupos editoriales presionan a los gobiernos para que legislen en contra de esta forma de compartir porque tienen miedo de que sus negocios no sean tan rentables como hasta ahora. Los autores, que hasta ahora recibían un porcentaje residual de cada obra vendida, no tanto. Exceptuando a Lucía Etxebarria, claro, aunque lo de autora tal vez le venga demasiado grande.

El mayor factor para no comprar obras digitales es, lógicamente, la facilidad de acceso a copias gratuitas. En el blog de José Luis Amores "¡Gratis!, o la falacia de lo común" se detallan todas las formas de conseguirlas y la dinámica que se está creando en cierto tipo de usuarios y consumidores de literatura digital. Es cierto, el peligro de las tabletas podría ser que nadie quisiese pagar por una obra pudiendo tenerla gratis. Decía que los autores no temen, o no deberían, eso que llaman piratería porque este nuevo modelo de intercambio puede demostrar también que es posible abrir nuevas formas de promoción y difusión, además de un mayor margen de beneficios para los escritores en caso de aplicar una buena estrategia de difusión. El escritor Neil Gaiman cuenta en este vídeo que gracias a "la piratería" su obra se ha difundido y traducido en países donde no tenía distribución ni lectores, lo que ha generado un incremento espectacular de sus ventas en esas regiones y entre lectores que de otro modo no le hubiesen podido leer o conocer. Es decir que la "piratería" le ha servido para darse a conocer y a publicitar su obra. La "piratería" en vez de restarle lectores de pago lo que ha hecho es espolear su obra gracias a que muchos le han descubierto de forma gratuita y, una vez que han visto que les gustaba su forma de escribir, se han decidido a comprar. Es un cambio de paradigma en la forma que compartimos y leemos que la industria editorial tradicional no logra entender. 

Existen cientos de ejemplos parecidos a este, como el de Adam Mansbach, cuyo libro infantil "Go to fuck sleep" se filtró y pirateó en formato pdf. antes de que se pusiese en venta en formato físico, lo que hizo que se diese a conocer entre miles de padres norteamericanos gracias a su lectura digital "ilegal". Resultado: superventas del libro físico. Esto no significa que la distribución ilegal de una copia de una obra signifique siempre mayores ventas, pero es un ejemplo de como los contenidos digitales descargados gratuitamente no implican necesariamente un descenso de ventas o el cierre de las editoriales tradicionales. Como dice Hernán Botbol, de la web Taringa (incluida en la ley Sinde): "la piratería se combate con nuevos modelos de negocio, no con leyes".

La editorial Anagrama va a publicar el nuevo libro de Paul Auster "Diario de Invierno" y venderlo en versión digital antes que en formato físico. La idea sería buena si no fuese porque el precio de venta digital será de 10,99 euros frente a la versión en papel que costará 14,99. Y a eso lo llaman "precio promocional". Lógicamente a ese precio es más que evidente que poca gente lo comprará y preferirá piratearlo antes que gastarse tanto dinero. Las grandes editoriales se enquistan en este tipo de precios porque no sólo quieren mantener los márgenes de negocios de siempre, sino aumentarlos. Una edición digital es infinitamente menos costosa que una en papel, y aun así pretenden venderla a un precio parecido. Mal, muy mal. La irrupción del portal Amazon está trastocando los precios a la baja y obligando, o debería, a adaptarse a esos precios de mercado a las editoriales. Sin embargo parece que las empresas editoriales se niegan a replegarse o a ceder, manteniéndose en unos precios que les llevarán a la ruina por falta de ventas. 

Un buen ejemplo de precio de venta es el portal Sigueleyendo.es con la colección "Bichos", editando  y vendiendo cuentos breves a 1 euro. Dudo mucho que alguien quiera descargarse o piratear una obra corta que cueste uno o dos euros, o una novela de tres o cuatro euros. Son las editoriales las que deben adaptarse al nuevo mercado, y no al revés. Las leyes restrictivas, en un mundo como internet, no sirven para nada, su alcance es muy corto. El proyecto de DOPAMINA e-diciones nace precisamente para ofrecer un modelo justo de edición y venta, donde los autores obtengan un margen de beneficios superior al que tienen con la industrial tradicional a la vez que el consumidor adquiere libros a buen precio. Precios que hagan innecesaria la piratería y que sirvan a su vez para poder seguir editando y distribuyendo obras digitales. La realidad demuestra que es posible, y es fundamental que los autores sigan teniendo no sólo motivos para escribir (la propia necesidad de crear) sino incentivos para publicar y una justa recompensa por su trabajo, como todo el mundo. 

En el primer estudio sobre las características de la demanda de contenidos digitales en España, realizado por Iclaves, indican que el precio que están dispuestos a pagar los lectores por un libro digital oscila de media por debajo de los 10 euros. Supongo que esa cifra descenderá. Creo que, a día de hoy, un buen precio para todos (editores, autores y consumidores/lectores) por una novela rondaría los 5 euros, aproximadamente. 

Aprovecho para dejar dos gráficos del estudio de Iclaves que pueden ser de interés para entender mejor qué está pasando:


viernes, 30 de diciembre de 2011

CONTRA CUALQUIER TIPO DE CENSURA

Bebelplatz en 1933 / Fahrenheit 451 / Actuable.es: firmas contra un libro homófobo

Estoy radicalmente a favor de la libertad de cualquier expresión y por lo tanto en contra la censura, cualquiera que sea. Mi posicionamiento va más allá del artículo 19º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos o del derecho amparado en las constituciones pseudodemocráticas. No me baso en ninguna corriente filosófica ni citaré a Monstesquieu, Voltaire o a Rousseau. Para mi es un derecho inquebrantable que va más allá de las leyes y de las ideologías, un principio que debe prevalecer sobre cualquier interés social, individual o jurídico, incluso por encima de las limitaciones del principio de daño o de delito para casos como la pornografía o del "discurso del odio".

A lo largo de la historia se han producido demasiados episodios de censura amparados en argumentos de todo tipo: la quema de libros y el asesinato de autores durante el reinado de Qin Shi Huan en el 212 a.C., la destrucción de la biblioteca de Alejandría por parte Julio César (48 a.C.), Aureliano (273) y Dioceclano (297), la famosa Hoguera de las Vanidades de Girolamo Savonarola en el siglo XV, la eliminación de los códices mayas ordenada por el sacerdote Diego de Landa en 1562, la quema de libros durante el régimen nacionalsocialista en Alemania (hoguera de Bebelplatz, 1933) o la destrucción de libros durante las dictaduras de Chile (1973) y Argentina (1976), entre otros muchos. 

La censura moderna -tanto institucional como ciudadana- utiliza métodos menos catárquicos: desde la prohibición de imprimir y difundir una obra concreta hasta boicotear su distribución en librerías. Bajo todas estas acciones, por muy dispares que parezcan entre si, está el mismo afán de acallar las opiniones o formas de expresión contrarias a las de un régimen político o una sociedad concreta. La excusa del paganismo, la blasfemia, la incitación al odio o los contenidos sexualmente ofensivos tienen un mismo origen: la intolerancia respecto a la libertad de expresión de otros puntos de vista u otras formas de pensamiento.

Yo defiendo que cualquier persona es libre de pensar y expresarse como quiera. El único límite que establezco en esta afirmación está precisamente fuera del concepto de expresión: nadie tiene derecho a agredir a otra persona por cuestiones ideológicas o religiosas. Estoy contra de cualquier imposición estética, ética, ideológica o mística sobre cualquier otra persona. Yo sé que la mayoría de los humanos piensan de forma distinta a mi, incluso muchos de forma opuesta. Lo acepto. Asumo que muchos odiarán mi modo de vida, de expresión, incluso mi existencia. No me importa. Jamás negaría a nadie poder expresar su amor o su odio a través de un libro. Insisto: a nadie. 

Desde el momento en el que nacemos nos están educando en un marco ético-cultural concreto. A través de los libros de texto, de la publicidad, de las leyes y de los medios de difusión y comunicación la sociedad y el estado tratan de imponernos una forma de ser, de ver las cosas, de pensar. Es así y siempre ha sido así: todos los sistemas lo hacen y lo han hecho, desde el comunismo a los fascismos pasando por las democracias occidentales. Aborrezco la figura del educador, del tutor, en cualquier ámbito de mi vida. Del mismo modo que no permito que nadie me diga como tengo que pensar, sobre lo que puedo o no hablar, jamás le diré a otra persona cómo debe pensar o qué debe leer y qué no, mucho menos a una persona adulta. Por eso jamás participaré en una campaña como la de Actuable.es contra el libro homófobo de Richard Cohen, que se vende en El Corte Inglés, en la Casa del Libro y en Amazon.com. Defiendo que cualquier persona tiene el derecho a defender cualquier idea sobre el papel, por mucho que yo personalmente la aborrezca. De hecho me repugna ese libro y eso que no lo he leído -ni falta que me hace.

Me da igual si es un libro homófobo, de la ideología Juche, "Mi lucha" de Hitler, "El fin de la historia" de Fukuyama o una revista pornográfica. Los lectores pueden elegir si comprarlo o no, y los que se enfrenten a cualquiera de esas ideas o argumentos tienen el arma más legítima para refutarlas: sus propias letras. Ese es el único campo de batalla que debería existir entre los libros: los argumentos. Censurar a través de la ilegalización de un libro o realizando un boicot para que se retire de las librerías es una actitud cobarde y estúpida. Cobarde porque todo pensamiento puede ser enfrentado y desarmado a través de la propia palabra. Estúpido porque lo que realmente se consigue con este tipo de boicots es dar publicidad y notoriedad a la obra que se pretende silenciar.

Como regalo a la paciencia y comprensión de los que me leen, aquí el pdf. de "Un Rey golpe a golpe", de Patricia Sverlo.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Parte de Guerra III


La primera regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Todo el mundo habla sobre la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L.

La segunda regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Todos los miembros hablan de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L

La tercera regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
La pelea nunca termina, si el enemigo grita "basta" es que no es suficiente.
(porque aun puede gritar)

La cuarta regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Todos los hombres y mujeres valen para cualquier pelea.

La quinta regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
No hay límites.

La sexta regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Se peleará cómo y dónde se pueda.

La séptima regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Cada pelea durará el tiempo que sea necesario.

La octava regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Si esta es tu primera noche en la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L... Tienes que pelear.

La última regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
NO HAY REGLAS: TODO VALE.

Los miembros y miembras de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L quieren expresar con este anticomunicado su posicionamiento respecto a la Cultura y, a continuación, mostrar tres ejemplos ilustrativos. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L pretende en esta etapa de la guerra crearse enemigos. Sin enemigos no hay batalla, sin batalla no hay guerra, sin guerra no hay gloria. 

El enemigo siempre ha existido. Queremos llamar su atención, queremos reciprocidad, queremos "estamos aquí y ahora" porque somos el aquí y ahora frente a su allí y siempre. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L acepta su propia derrota de antemano: somos unos perdedores. No nos importa, nuestro objetivo no es ganar: es pelear.

La Cultura es el paquete de valores, sentidos, patrones y significados que una sociedad crea y por la cual se manifiesta a instancias del Poder. Está compuesta por el lenguaje, los usos y costumbres, los códigos morales, las creencias y las normas que sirven para regular la convivencia de la personas en un marco legal amparado por una estructura económico-política concreta que predetermina toda nuestra cosmovisión (Weltanschauung) sin que seamos -en la mayoría de los casos- conscientes de ello. Es el virus.
La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L no cree en el progreso.
La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L no cree en las jerarquías culturales.
La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L no cree en la civilización.
La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L representa a los bárbaros y a los salvajes.
Nosotros hemos saltado el abismo de la historia y lo hemos convertido en sumidero. Rechazamos el concepto clásico de cultura y su falsa idea de herencia. Rechazamos el concepto ilustrado de cultura y su falsa idea de superioridad. Rechazamos el concepto romántico de la cultura y su falsa idea de identidad. No heredamos nada más que miseria y mentiras, no somos superiores a ningún pueblo ni persona y no nos identificamos con ninguna raza o pueblo. Ni elitismos ni paternalismos: somos el aquí y ahora. No tenemos identidad porque no somos nadie. Somos todos y ninguno.

A continuación la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L ofrecerá tres ejemplos de distinto rango para mostrar en qué situación se encuentra la Cultura en España a partir de tres personajes de la literatura patria. Los tres no son igual de importantes pero reflejan a distintos niveles en qué punto nos encontramos. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L no pretende ofender, pero si lo hace no se va a lamentar: mejor que mejor.



Tribunal Impopular de la Asamblea V.O.L.I.A.N.I.H.I.L:

Luis García Montero
Natural de Granada, 50-60 años, mediana estatura, exprofesor de la Universidad de Granada, casado con Almudena Grandes (para más INRI).

Causas probables presentadas ante el tribunal:
Es posible que en toda la historia de la poesía española no haya otro vate con mayor poder que García Montero. Apenas comparable con el que ejercía durante el franquismo el secretario del tirano y su primo hermano, mejor conocido como Pacón, que sometió desde su oficina del Pardo a todo cuanto poeta quería figurar en las comitivas hispanoamericanas de entonces. Garcia Montero codirige la colección pija de una de las tres editoriales de poesía más grandes del mundo, controla el 90% de los grandes premios económicos y los festivales de poesía más importantes de España, maneja a su antojo los medios de comunicación de izquierdas y derechas, es junto al déspota Chus Visor un Virrey de la Nueva España en América Latina, con su grandísimo mercado atizado por ministros y gobernantes corruptos de bancos centrales hispanófilos, mientras cientos de pobres poetas acuden de rodillas y en romería a su regazo, estableciendo un criterio estilístico del cual no se pueden salir sus incondicionales y cierra las puertas con candado a quienes no se postran ante él... Y por supuesto tiene en su contorno un grupo de pelotas nutrido y considerable que deben alabar todos sus versos a cambio de las babas de la efímera gloria. Jamás un mediocre ha sido tan poderoso y a la vez tan peligroso para la poesía (en cuanto a su capacidad para fomentar la endogamia). Cualquier posible lector que llegue a la poesía contemporánea a través de Garcia Montero, pensando que debe ser el mejor poeta del globo terráqueo dada la inflamación mediática, se dará de bruces con libros que alejan para siempre al lector y al poeta. Una “poesía” monótona, aburridora, carente de hondura lírica, con textos interminables, ahítos de ombliguismo, tedio y una ausencia de autocritica que revela la incapacidad de un avivato para reconocer su enorme fracaso literario. (sigue)
(Harold Alvarado Tenorio)

Anexos/pruebas documentales:
Ver documentación online
(del Colectivo Addison de Witt)

El Tribunal Impopular de la Asamblea V.O.L.I.A.N.I.H.I.L declara a Luis García Montero
CULPABLE de todos los cargos.


Pena impuesta:
DESTIERRO.

***
Patricio Pron
De los Pron de toda la vida.

El Tribunal Impopular ha aceptado como única prueba el artículo "España, la crisis como forma de gobierno" de Patricio Pron publicado originalmente en Ñ, revista de cultura de Clarín. Buenos Aires,  octubre 24 de 2011. La causa presentada por Alberto Olmos a propósito de Un abismo infranqueable se desestima. Las fuerzas de desorden de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L expulsan a Alberto Olmos a petición del jurado.

Prueba I:
Los años de bonanza que este país disfrutó durante lo que se dio en llamar la "burbuja inmobiliaria" (y la significativa mezcla de racionalismo empresarial y molicie autóctona que estos provocaron) crearon en muchos españoles la convicción de que, al igual que sus vecinos del norte de Europa, podían disfrutar de los frutos del trabajo sin pasar por las dificultades y las molestias de trabajar.(...) se impuso en algún momento la idea de que "lo normal" para cualquier español era disponer al menos de dos viviendas en propiedad (una en la ciudad y otra en la playa) y un auto para cada uno de los miembros adultos de la familia y realizar dos vacaciones anuales. Naturalmente, cuando el sistema colapsó debido a que estas demandas no tenían asidero en la realidad económica española "real", el sentimiento generalizado fue de indignación, lo que explica (aunque no completamente) las recientes manifestaciones en diferentes ciudades españolas. 
(Patricio Pron)
Propuesta unánime del jurado:

El jurado considera un hecho probado que el acusado, Patricio Pron, ha hecho uso del slogan "los años de bonanza" difundido por el Enemigo, tratando de confundir a la ciudadanía a través de una presentación pseudo-idílica del pasado que no se corresponde con la realidad. Entre 1994 y 2006 el salario medio de los trabajadores en España perdió un 2,4% de poder adquisitivo y la deuda de las familias creció seis veces más rápido (225%) que sus rentas disponibles (39%).

Anexos:
El jurado recomienda visitar y cotejar los datos en la página oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE.es)

El Tribunal Impopular de la Asamblea V.O.L.I.A.N.I.H.I.L declara a Patricio Pron:
CULPABLE con el atenuante del desconocimiento de la materia tratada y por estar infectado gravemente por el Virus. Además no nos cae mal (abucheos en la sala).

Pena impuesta:
Incapacitación pública para hablar de asuntos y materias que desconoce.

***
Leo Zelada
Autoeditor de Lord Byron Ediciones.

Pruebas presentadas: 
I
CC: ¿Qué pensarías si de aquí a veinte años en el Perú siguieran manteniendo la misma indiferencia ante tus libros?
LZ: Igual le pasó a César Vallejo, Carlos Oquendo de Amat y Manuel Scorza. Esa es mi tradición.
CC: ¿Te consideras tan buen poeta como los que mencionas?
LZ: Obvio.
II

"Alistándome para ir de “poet maldite” al hotel Velázquez"
"Tengo 10 libros registrados en La Biblioteca Nacional de España, salgo en la Wikipedia en 4 idiomas, mi blog tiene más de 200,000 visitas, cuando me busco en google salen más de 400,000 enlaces, y yo, me sigo sintiendo un estudiante :)"
"¡ Soy el más grande poeta del mundo! :)"
"¡Este es nuestro momento poetas y escritores de la senda del undeground!"
"Donde leo mi poema Underground Poet, genera estremecimiento, sincera emoción y aplausos espontáneos."
"Mi poema 6 y 15, entre los diez mejores poemas de amor de la literatura peruana."
"Ya está en vídeo, mi iconoclasta e incendiaria lectura como poeta invitado en La Jam de Poesía de Los Diablos Azules."
(Fuente pública)
El jurado presenta como prueba (III) su blog:
http://leozeladabrauliograjeda.blogspot.com/

El portavoz del jurado añade:
"Señoría, no es posible que alguien que comete tantas faltas de ortografía y tantos errores gramaticales pueda considerarse un escritor, mucho menos autodenominarse intelectual, menos aun ponerse él mismo a la altura de Vallejo, entre otros".

Irrumpe en la sala un caballero ataviado con mallas de leopardo, camiseta negra rota y cresta mohicana que responde al nombre de Sr. Trenas. Declara que:

"Siento interrumpir de esta manera el juicio contra Leo Zelada, pero tengo algo que añadir: antes del verano Leo Zelada dijo que el punk no había servido para nada, que los punkis lo único que hacen es drogarse y no luchar. Sin embargo yo le contesté que el punk no sólo creó una contracultura necesaria durante tres décadas, sino que muchos punkis han luchado, ya fuese en bloques negros contra las cumbres del G20, organizándose contra el maltrato animal o directamente atacando al sistema financiero o penitenciario. Causas por las que muchos han muerto y otros se encuentran actualmente en prisión. Leo Zelada luce normalmente un pin con la palabra PUNK. Sólo quería dejar claro mi disgusto"

El Tribunal Impopular no admite esta última acusación al no aportar el Sr. Trenas ningún tipo de prueba gráfica, aunque reconoce que algunos de sus miembros fueron testigos de esas palabras de Leo Zelada, pero no de la respuesta del Sr. Trenas.

El Tribunal Impopular de la Asamblea V.O.L.I.A.N.I.H.I.L declara a Leo Zelada:
Incapacitado psicológicamente para afrontar un juicio de esta envergadura, con claros signos de Síndrome de Napoleón. Se le recomienda ingresar voluntariamente en un Centro para la Humildad y recibir clases nocturnas de apoyo para mejorar su castellano. ¡Y que no se vuelva a meter con Houellebecq!

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Parte de Guerra II

E.T.A. ha dejado las armas y nosotros las hemos encontrado. La Tigresa ha dejado a ETA y nosotros la hemos adoptado. Se ha dicho que la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. está en contra de la democracia. Se ha dicho que la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. no condena la violencia. La respuesta es sí y no.

La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. está en contra de la democracia, sí. De la democracia realmente existente, también. La de todos los días y la de cada cuatro años, por supuesto. De la de Atenas y de la de Suiza, joder. Somos así, no tenemos remedio.

El huésped vírico -lo que vosotros llamáis sistema- es un ente multidimensional que controla el sistema educativo y la prensa, la televisión y la radio, tu boca y sus oídos. La historia, la geografía, la economía, el derecho, se enseñan en los colegios y universidades en base a su sistema valores. La prensa informa en base a sus intereses. No existe libertad de pensamiento, no existe libertad de entendimiento. Cada letra, cada palabra, cada oración y cada idea está condicionada por ese sistema de valores con el que nos han educado. Estamos condicionados. El virus está dentro de nosotros, pero nosotros no somos el enemigo. Si no existe libertad de pensamiento no existe libertad de elección. Democracia es escoger. Esta incapacidad de pensamiento imposibilita las elecciones. Es el virus. No son los recuentos de votos, el problema no son las circunscripciones ni la ley D´Hondt. No, el problema somos nosotros. Estamos enfermos, hay que aceptarlo. Si se rechaza el diagnóstico, si se evita la herida, no hay tratamiento posible. La democracia es falsa porque nosotros tenemos razón.

El virus también tiene forma de persona. Incluso de varias personas. El virus está tan dentro de nosotros como fuera de nosotros. El virus es casi todo. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. rechaza la violencia y la condena de la violencia. Miramos al parlamento y vemos una mayoría aplastante de terroristas. Mirad, mirad, están llenos de sangre y huelen a azufre. Huelen a muerto, pero están muy vivos. Se da la paradoja de que E.T.A. ha dejado las armas (no muy bien escondidas), pero los otros no. Ahí están ellos son sus tanques, helicópteros, portaaviones, submarinos y militares. Mirad bien, todo eso está allí, hay muertos por todas partes. Aun se pueden ver a lo lejos las columnas de humo. Son serbios, somalíes, congoleños, iraquíes, afganos, libios. Son muchos, demasiados, pero están ahí. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. es demagógica porque es verdad. Ellos no dejan las armas, nosotros tampoco. 

Esto es sólo una introducción para justificar todo lo demás. Todo. A partir de aquí, de este texto aburrido, queremos presentarnos. Este Parte de Guerra era inevitable, teníamos que explicar de donde nace nuestra rabia. Empezaremos por abajo porque es lo más fácil. Aunque esta guerra está más amañada que un premio literario organizado por Luis García Montero nosotros ya hemos empezado. No hay marcha atrás.

¡ESTO O NADA!

jueves, 27 de octubre de 2011

El derecho al suicidio

El suicidio es la primera causa externa de defunción, por delante de los accidentes de tráfico o el SIDA. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) las muertes por suicidio representan el 4% del total de fallecimientos. Según el INE se suicidan anualmente de media unas 3.500 personas, una cifra que ha aumentado considerablemente desde el año 2008. La Organización Mundial de la Salud (OMS) constata en sus estadísticas que se suicida una persona cada 40 segundos. Es la primera causa de muerte violenta en el mundo, donde se producen al año un millón de suicidios y 20 millones de intentos, superando las muertes por guerras y homicidios juntos.

Los institutos de estadística suelen publicar con retraso de varios años las estadísticas sobre el suicidio. En el archivo del INE sólo están publicados los datos hasta el año 2006 (fuente), donde consta que se suicidaron oficialmente unas 1.806 personas. Según estos datos los hombres suicidas triplican al número de mujeres (1480 suicidios masculinos frente a 537 femeninos en el año 2006). El grado de eficacia del suicidio en España es bastante alto: de 2017 tentativas de suicidio sólo 211 fueron infructuosas. Las franjas de edades donde se producen más suicidios son, de mayor a menor: 60 años o más (719 suicidios), de 30 a 39 años (306 suicidios), de 40 a 49 años (295 suicidios), de 50 a 59 años (273 suicidios), de 20 a 29 años (180 suicidios) y finalmente de 13 a 19 años (33 suicidios). A la hora de suicidarse las personas con 60 años son más eficaces, ya que pese a ser los que más se suicidan (719), son la segunda franja con menos tentativas. La edad donde las tentativas son más representativas respecto a los suicidios consumados es la franja de 20 a 29 años: 50 tentativas de suicidio frente a 180 consumadas.

Según la misma fuente del Instituto Nacional de Estadística el modo de ejecución más utilizado es el ahorcamiento y estrangulación con 854 suicidios del total de 1.806, tirándose desde una altura (454 muertos), "otros medios" (148), envenenamiento (124), utilizando un arma de fuego o explosivos (118), arrojarse al paso de un vehículo (73) y finalmente con la ayuda de un arma blanca (35). En el apartado de tentativas el método utilizado menos eficaz es el envenenamiento con 75 tentativas de un total de 211.

***
El suicidio no es un problema: 
es la solución de un problema.

Cada vida debería depender de uno mismo. Lamentablemente no se pueden evitar, por su carácter, ni los accidentes ni las enfermedades mortales. La vida es temporalmente limitada, siempre acaba con la muerte. El momento y el modo de la muerte varían según cada individuo: no estamos programados para vivir unos determinados años o morir de una determinada manera. La mayoría de las muertes ocurren sin la aprobación del individuo, sin su consentimiento expreso ni su conocimiento en muchos casos. Es decir, la muerte de la mayoría de las personas depende de factores externos ajenos a él, muchas veces a través de un proceso doloroso y otras por el infortunio. La muerte puede llegar tras vivir los mejores años de una vida, que se apaga lentamente, o en el mejor momento de la vida de una persona, sesgando su potencial de futuro. La vida es lo único que tenemos, nuestra posesión más verdadera, nuestro territorio individual con plenos poderes y soberanía unipersonal. En sociedades donde los individuos tienen teóricamente la posibilidad de elegir sobre la forma de vida de otras personas, sobre el modo de organización de millones de otras vidas, hay un asunto personal que aun no se ha resuelto, un asunto de vital importancia que se teme abordar: el suicidio.

***
La bañera está llena,
cerramos el grifo.
La puerta está abierta,
la cerramos;
si está cerrada,
la abrimos.
La cena está hecha,
apagamos el horno.
Salimos de una habitación,
apagamos las luces.

***

Desde la asociación Podemos (Asociación por el Derecho al Suicidio) creemos que el suicidio es una decisión personal e individual tan aceptable como otra cualquiera que no incurra en ningún delito. 

Pedimos que se reconozca al suicidio como uno de los derechos inherentes al ser humano. 

Exigimos la inclusión de este derecho en la Declaración Universal de Derechos Humanos basándonos en el Artículo 12: "Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación", ampliando el Artículo 3: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona" para que se reconozca que el derecho a la vida está ligado al derecho a poder decidir el momento y el modo de la muerte de uno mismo. 

Insistimos que toda persona tiene el derecho a suicidarse sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición, tal como reza el segundo artículo.

Por eso llevaremos esta propuesta de ley avalada con más de medio millón de votos. Una ley que ofrezca cobertura sanitaria universal para el suicidio asistido en centros públicos o privados. Una ley que permita que cualquier persona pueda suicidarse gratuitamente. Una ley que impida que el suicidio se convierta en un acto más traumático de lo necesario tanto para el suicida como para el resto de la sociedad. Una ley que impida que las aceras se llenen de cuerpos desmembrados. Una ley que limite la venta ilegal de armas de fuego para el suicidio. Una ley que provea a los ciudadanos de venenos y medicamentos mortales higiénicos y salas debidamente acondicionadas para el que lo desee. Una ley, en fin, que dignifique algo tan natural como matarse.

No queremos que se olvide que el suicidio ahorra miles de euros al erario público ya que la mayoría de los suicidas están en edad de jubilación (con la consiguiente pensión mensual) o afectados por alguna enfermedad mental (de baja laboral, cobrando el paro o/y siguiendo costosos tratamientos psiquiátricos).

Representamos a esos millones de suicidas de la historia que han muerto indignamente por culpa de una visión judeocristiana de la vida, represiva y restrictiva, incapaz de empatizar o apiadarse de una persona que quiere dejar de vivir. Por eso reiteramos nuestro compromiso: ¡Legalización del suicidio ya!
***
Si la casa está en ruinas
demoler,
si el coche ya no anda
chatarrero,
si la basura está llena
se tira.

***

En Arrivederci ***** encontrará el lugar ideal para decir el último adiós. Sus instalaciones harán que el tránsito sea fácil, seguro y lleno de comodidades. Disponemos de un excelente equipo médico propio, asesores, psicólogos y terapeutas. Habitaciones-suite temáticas así como la posibilidad de pedir una decoración personalizada.

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Nace la Asamblea de Apoyo al Suicidio

La Conferencia Episcopal ha emprendido acciones legales contra la asociación tildándola de "anticonstitucional y contraria a los valores morales universales de defensa de la vida"

Presentación de la AAS en Madrid           EFE
AGENCIAS - MADRID 27/10/2011

El Registro Nacional de Asociaciones de España acaba de aceptar la solicitud de constitución de la Asamblea de Apoyo al Suicidio (ASS), una asociación de ámbito nacional creada para "dar apoyo logístico y dignificar el suicidio". Según su presidenta Fabiola Weiß la propuesta "surge de una necesidad social" sobre un asunto, el suicidio, "que es ignorado por las instituciones pese a ser una de las principales causas de mortalidad en el mundo". 

La legalización de esta asociación no ha estado exenta de polémica. La Conferencia Episcopal Española ha remitido un comunicado a los medios de comunicación donde aseguran que han emprendido acciones legales para su ilegalización. Su secretario general y portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, ha criticado duramente al gobierno socialista por "aprobar leyes y apoyar colectivos que van en contra de la dignidad humana". En unas declaraciones a la agencia EFE el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, ha expresado su indignación ante "un nuevo paso hacia la cultura de la muerte", ya que según él "la legalización del suicidio, del aborto y del matrimonio homosexual son pruebas irrefutables de que actualmente nos gobierna la maldad". Convoca a todos los católicos y a toda persona de bien a la manifestación del próximo sábado 29 de Octubre , que será "un acto de afirmación de la vida, un ejemplo de compasión y amor a la humanidad".


El portavoz de ASS Jose Luis Cachofeiro respondía horas después a la Conferencia Episcopal en una entrevista en el programa "Herrera en la Onda" de la radio Onda Cero alegando que "vivimos en un estado aconfesional donde cada cual puede expresar y defender libremente sus ideas mientras estas no constituyan delito". Señala que "nadie ha representado el mal en la historia como la Iglesia Católica", asegurando que "nuestra asociación se ha creado para facilitar y dignificar el suicidio, no incentivarlo", insistiendo en que "la vida de cada cual le pertenece sólo a él, exclusivamente a él le compete elegir qué estudiar, donde trabajar o qué hacer con su vida". Así mismo ha querido dejar claro que no tienen ninguna relación con la asociación Podemos
(Asociación por el Derecho al Suicidio) ya que a su juicio "presentan una alternativa asistencialista, cuando nosotros defendemos que cada persona sea libre de elegir su destino sin ingerencias del estado, sin esperar el consentimiento de psiquiatras y psicólogos de la sanidad pública".

Esta tarde se espera la comparecencia de Antonio Camacho Vizcaíno, ministro del interior, sobre lo que algunos medios ya hablan de "la última locura de Zapatero".

***

Nadie sabe cómo empezar este tipo de cartas. Llevo semanas pensando en cómo exteriorizar de forma clara todos mis pensamientos para que podáis comprender la decisión que voy a tomar. Esta carta está dirigida a todos mis seres queridos, es importante para mí que la leáis todos y aparquéis por un momento vuestras disputas personales. Es el último favor que os pido.

Todos sabéis que mi vida no ha sido especialmente difícil. Tuve la suerte de tener unos padres atentos y cariñosos, de esos que ya no quedan. Aun me acuerdo de cómo papá nos reunía a todos tras una discusión entre hermanos para hablar sobre el problema, intentando conciliarnos a través de la palabra. Nunca olvidaré la paciencia que tuvo mamá con nosotros, en cómo nos apoyaba en todo, incluso en las mayores locuras. Todos sufrimos cuando nos dejaron cuando fallecieron, fueron unos meses bastante duros por su ausencia, pero eso nos unió mucho, me acuerdo que nos veíamos casi todos los días. Cosa ahora impensable.

Yo, por suerte, no dejaré mujer ni hijos. Y digo por suerte porque ahora me doy cuenta de que era mejor así. De otro modo ahora ella sería viuda y mis hijos sufrirían mucho. Siento haceros sufrir ahora a vosotros, pero tenéis que entender que lo hago por el bien de todos. He vivido con tristeza el distanciamiento de la familia, he tenido que ver cómo lo que antes era una piña ahora era una guerra por cuatro duros. Sí, por cuatro duros. No creo que haya en el mundo cosa menos importante que el dinero, mucho menos para separar de este modo a personas que antes se querían mucho. Sí, quiero que lo recordéis: nos quisimos mucho. 

Por eso rechacé la parte de mi herencia, para intentar alejarme del foco del problema, esperando que mi autoexclusión facilitase las cosas. No funcionó. Pude ver como todos os precipitabais a un agujero negro, oscuro, de donde es difícil salir. El dinero saca lo peor de las personas. Os pido que penséis en ello y os preguntéis si el dinero ha merecido la pena, si ese es el precio de vuestra enemistad. Sabéis que papá y mamá jamás hubiesen permitido esta situación, y si existe algún lugar donde se van los que nos han dejado, estoy seguro que ellos se pondrían muy tristes. Sólo de pensar en papá y mamá y todo este lío que habéis montado me entran ganas de llorar.

Sois lo único que he tenido y lo único que tengo. Mis amigos de toda la vida fueron creando sus propias vidas y sus propias familias, el distanciamiento era inevitable. Para mí mi familia seguíais siendo vosotros, aunque hace tiempo que no se nos podía llamar "familia". Recuerdo como papá hablaba siempre de que la familia es lo más importante, que debemos defendernos los unos a los otros, que lo que pasa en la familia se queda en la familia. Vosotros lo habéis incumplido. Imaginaros que hubiese pasado si a mamá se le hubiese ocurrido denunciar malos tratos alguna vez. Pensadlo. Jamás habríamos vivido esa infancia y juventud tan alegre. No, nos hubiesen separado y enfrentado. Ya sabéis como son los divorcios, y dudo que un hombre tan bueno como papá hubiese aguantado mucho en la cárcel. Vosotros con vuestra actitud estáis deshaciendo todo lo que fuimos, los mejores años de nuestra vida. 

Desde hace algunos años, pero con más intensidad estos últimos meses, he deseado dormir y no despertar jamás. Cuando duermo estoy en paz, no sufro ni pienso, estoy tranquilo. Las peores horas del día son en las que estoy despierto, no lo aguanto. No aguanto ver esta situación, es muy triste. Creo que ya no tengo mucho que aportar a esta vida, creo que si ni siquiera vosotros me hacéis caso nadie más lo hará. Me he sentido muy solo estos últimos meses, hace mucho que no hablo con casi ninguno de vosotros porque ninguno de vosotros se ha dignado a contestar a mis llamadas. Yo no os he hecho nada. Nunca hice nada que pudiese molestaros, al contrario. Sabéis perfectamente que lo de papá y mamá lo acordamos entre todos, como papá hubiese querido. Estaban demasiado enfermos y verles sufrir así era una tortura, parece que os habéis olvidado. Ahora renegáis de mí como si yo hubiese hecho algo distinto a lo que todos queríamos, a lo que creíamos que era mejor para papá y mamá. Acordaos de cómo sufrían, de cómo lloraban, de cómo se iban muriendo lentamente sin que llegase la paz que les consolara. Fue algo muy triste, pero había que hacerlo.

Espero que mi decisión os haga abrir los ojos de nuevo. Espero que con mi ida todos os reunáis de nuevo, no sólo para leer esta carta, sino para poder hablar y arreglar de una vez vuestros problemas. Lo hago por nosotros, espero que sirva de algo. Todo lo que he hecho en mi vida ha sido por nosotros. 

Os quiero.

***

martes, 18 de octubre de 2011

No os hagáis los locos (si no estáis realmente locos)

Sí, no os hagáis los locos, lo digo por vosotros. Lo digo por esa estúpida costumbre de muchos autodenominados artistas que se dedican a exhibir una locura que no padecen, a jugar a estar enfermo, sí, a jugar a estar locos. No lo hagáis más, dejad esa pose, ese personaje, olvidadlo. No sois Dalí. Personajes como Dalí sólo ocurren cada dos mil años. Vosotros no sois Dalí, repito, abandonad la pose de la locura. No estáis locos, no os hagáis los locos.

Quién ha sufrido una enfermedad mental o psicológica jamás parodiaría la locura. La locura no se juega porque no es un juego, al contrario. Quién ha padecido o padece la locura, en cualquiera de sus vertientes, no montaría un circo con ella. Jamás. Un enfermo conoce demasiado bien el ruido oscuro, el vértigo de no encontrarse o de conocerse demasiado bien para temerse. Vosotros no. Un loco no quiere estar loco, un loco sufre. Vosotros no. Vosotros habéis creado monstruitos de corta y pega a partir de experiencias de otros. Ese monstruito ni siquiera está muerto, ese monstruito que vosotros llamáis locura es de hojalata o cartón. No vive, no camina a vuestro lado arrebatándoos vuestra vida. No sabéis qué es eso. Jamás lo sabréis. No os gustaría saberlo.

Creéis que la creatividad permite llegar a cualquier estado. Es mentira. Posiblemente os hayáis drogado todos los fines de semana durante años. Eso no es estar loco. Seguramente quisisteis moriros cuando os dejó vuestro novio a los veinte años. Eso no es estar loco. La tristeza no es depresión, cortarse las venas superficialmente no es un intento de suicidio. Era para llamar la atención. No os engañéis. No engañéis a los demás. Ser bipolar no es levantarse de mal café y acto seguido estallar de alegría con el vestido nuevo. No-lo-es. Mirar el correo y el móvil en un ataque de celos no es paranoia. Son simplemente celos. Agobiaros por los exámenes, sentir rubor ante una situación vergonzante no es ansiedad. Dad gracias porque no lo es.

Repito, insisto: no os hagáis los locos. No hace falta hacerse el loco para ser eso que creéis que es un artista. Un artista es un creador. Para crear una historia no hace falta estar loco. Cervantes no estaba loco, pero creó personajes que sí lo estaban. No sois Cervantes. Personas como Cervantes ocurren cada cinco mil años. Vosotros no sois Cervantes. Pero podéis crear historias verosímiles sobre gente que no está cuerda. Estupendo. Pero no os hagáis los locos. No lo estáis. Todo ese espectáculo egoridículo es innecesario. Vosotros no os lo creéis, los demás no os creen. Abandonad la pose.

Vosotros no habéis sentido que tenéis un enemigo dentro. Un enemigo de verdad, astuto y fuerte. Un enemigo que os pone la zancadilla, que os amordaza entre vuestros huesos, que actúa a vuestras espaldas. Vosotros no sabéis lo que es vivir a partir de otro que nadie más puede ver. No sabéis lo que es sentir miedo al tocaros, al sentiros, al veros. No sabéis qué clase de vida es aquella que se vive a expensas de lo que decida otro que no existe. No, no lo sabéis. Sois afortunados, seguid así.

Mientras vosotros jugáis a los locos, mientras vosotros os drogáis de mil formas distintas para intentar acercaros a eso que creéis que es la locura, los locos sufren. Ningún enfermo mental tomaría algo para sentir su enfermedad, porque su enfermedad le acompaña siempre, quiera o no, de una forma tan intensa que no seriáis capaz de entender jamás. Por suerte, jamás. Y al día siguiente tendréis una resaca que no os dejará levantaros de la cama, y os quejareis. Un enfermo puede estar semanas, meses, sin salir de su cama. A los enfermos les hipermedican y no tiene nada de gracioso, nada de lúdico: no es divertido. Los enfermos quieren curarse porque están enfermos. Vosotros queréis enfermar porque estáis cuerdos. No juguéis a estar locos.

Estar enfermo de locura es socialmente denigrante. Jamás lo entenderéis. A un loco nadie lo entiende. Nadie entiende lo que es estar enfermo psicológicamente. Cualquier persona siente compasión hacia un enfermo de cáncer. Cualquiera puede sentir empatía hacia alguien a quién hayan amputado una pierna. La herida física se entiende. La herida mental no. Los enfermos mentales tienen que enfrentarse a todo el mundo porque ese mundo no es capaz de entender que está enfermo. ¿Dónde está la herida? ¿por dónde sangra? ¿y las vendas? Nadie ve nada. Por eso no lo entienden. Ocurre que muchas veces ni siquiera les creen. "Si no sangra está sano", dicen. "Si puede caminar puede trabajar", dicen. Es mentira. La mayoría de las enfermedades mentales son para toda la vida. Creedme, para toda la vida. Por mucho que se ultramediquen, por mucha terapia y por mucho dinero que uno se gaste en psiquiatras, la enfermedad sigue ahí. A veces está más tranquila, a veces un loco cree estar curado. Pero es mentira. La herida está demasiado dentro, tal vez dormida, pero esperando. Es un león, una serpiente, un grillo o un buitre: da igual. Sigue ahí esperando y no se rinde jamás.

Insisto, repito, imploro: dejad de haceros los locos. Si sois buenos en lo vuestro os juzgarán por ello, sino no, por mucho que hagáis un papel. No hay nada peor que un autodenominado artista que pretende estar loco para compensar su falta de talento. Sed sinceros con vosotros. Sed sinceros con los demás. Abandonad la pose, abandonadla ya. A algunos locos, a algunos enfermos, a algunos tarados, no les queda otra que eso que llaman arte para sacar sus demonios. Dejadles esa parcela para ellos. Ese territorio es suyo, sólo suyo, de nadie más. No juguéis con eso. No se lo arrebatéis más. No no lo hagáis. No es un aviso, no es un consejo: es una amenaza.

jueves, 13 de octubre de 2011

La crítica anónima (II)

http://www.legaljuice.com/Crazy%20Grandma%20grandmother%20nuts%20insane%20wacky.jpgTal como decía en la anterior entrada sobre la crítica anónima y a riesgo de parecer petulante al citarme a mi mismo: "no infravaloro ni rechazo ciertas críticas anónimas por el simplemente hecho de serlo. Muchas críticas sin firmar son bastante certeras, incluso algunas de ellas constructivas. Sin embargo en internet la posibilidad de escribir anónimamente hace que un gran porcentaje (si digo 99% sería casi verdad, pero como no dispongo de datos no quiero inventarme porcentajes como hacen en los telediarios) haga uso de ese derecho simplemente para molestar sin dar la cara, sin tener responsabilidades ni cargar con las posibles represalias".

De ese 1% restante del cálculo imaginario de usuarios anónimos que critican con fundamento, como diría mi admirado Karlos Arguiñano (que ha publicado un libro por año desde 1992), me gustaría comentar tres blogs que considero bastante interesantes aunque no siempre constructivos (no tienen porqué serlo cuando el edificio está podrido y roído). Supongo que a estas alturas casi todo el mundo que visita este blog los conoce, pero también hay una minoría de despistados (amigos personales, aunque no conozco a nadie que tenga amigos impersonales o ajenos) a los que seguro les gustará descubrirlos.

El Colectivo Addison de Witt lleva desde el 2007 analizando y diseccionando los principales premios de poesía de España, la relación entre los premiados, los jurados, los representantes y las editoriales. Prácticamente todo el mundo sabe que los premios literarios en España son lo que son (lugar común y no por ello menos cierto), una maquinaria de promoción interna, conservadora y basada en el amiguismo que premia a los mejor relacionados que a la vez son normalmente los que aseguran mayor margen de beneficios para la editorial o fundación que los organiza. Nada nuevo. El Colectivo Addison de Witt desmenuza esas relaciones aportando nombres, datos y lugares de esas relaciones, documentando su crítica y aportando algo de luz sobre esa autoconstituida clase privilegiada de las letras, corrupta y cleptocrática (bastante subvencionada y financiada con dinero público, ese que pertenece a todos pese a la exministra Carmen Calvo: "el dinero público no es de nadie"), que domina o intenta dominar el mercado editorial español.

La razón de su anonimato la explican ellos mismos:
¿Por qué trabajáis como colectivo y renunciáis a la identidad?

Es un tema muy complejo como para explicar en una columna. Nuestra posición actual parte de la carta que Keats escribe a Richard Woodhouse el 27 de octubre de 1818. En ella, Keats dice: "Un poeta es lo menos poético de la existencia, ya que carece de identidad desde el momento en que se ve continuamente en la necesidad de ocupar el cuerpo de otro". La esencia de este carácter poético consiste en carecer de identidad. "La función del poeta es acoger lo que se muestra, sin interferir, dejando que todo sea lo que es, y para que esto ocurra ha de carecer de identidad, o al menos de la identidad que nos es familiar". Si se sustituye la palabra poeta por crítico, el argumento resulta hasta más poderoso.

Como dice Cadenas, "Nuestra cultura siente recelo frente a todo lo que atente contra su soporte, que es el yo". Y por eso se entienden los recelos que nuestra falta de identidad produce en algunos.
 El segundo blog que quiero enlazar es el de la Patrulla de Salvación, dirigido por la sargento Margaret y sus amigas, un grupo imaginario de ancianas que acuden al rescate del Libro ante los peligros que lo acechan, que no son pocos. Libros y autores, claro está. Libros, autores y lectores, todos amenazados por una industria -la del libro- que se asemeja demasiado en la práctica al resto de industrias actuales. Era inevitable que fuese así, pero no por ello hay que dejar de protestar. Al fin y al cabo un libro no es exactamente lo mismo que unas zapatillas Converse (por poner un ejemplo), aunque para el mercado se trate básicamente de lo mismo y por lo tanto se aplican (¿implementan? qué horror de palabra) los mismos métodos en base a los mismos códigos y tipos de negocio. 

En el mercado actual un libro es un producto similar a cualquier otra mercancía de consumo, los escritores son parte de la producción (aunque a un nivel distinto que el de los trabajadores en precario de empresas como Apple en países del "Tercer Mundo"), y por lo tanto las editoriales trabajan ya como cualquier otra empresa de bienes de consumo, en detrimento de la "cultura" (sigo esperando a que me envíen los de Público una entrevista a tres sobre mercado y cultura que publicaron hace bastantes meses y que no he conseguido encontrar). Pueden leer aquí la presentación de las chicas de Patrulla de Salvación, sus objetivos y una breve explicación (lo que en inglés sería FAC). Echo de menos sus consejos postreros sobre cócteles, pero supongo que la cosa está más seca de lo que cabría esperar.

Por último me gustaría comentar el blog de Lector mal-herido escrito por el personaje Juan Mal-herido, creado por Alberto Olmos. No se trata de un blog específicamente anónimo, pero la responsabilidad de las opiniones recaen sobre un personaje ficticio, como en toda novela (aunque haya gente a quien que le cueste entenderlo). Sus críticas literarias -ese género extraño- son bastante ácidas corrosivas insultantes hijas de puta, el personaje es machista, misógino, algo engreído y muy faltón. Por eso gustan. La gente quiere sangre, la gente quiere Sálvame Deluxe aunque no soporte verlo. La gente quiere chismorreos combinados con comentarios ingeniosos -y suficientemente certeros- sobre otra gente, sobre otros escritores. Eso lo sabe Jorge Javier, lo sabe Alberto Olmos y lo sabe hasta Perry. Eso funciona. A mí me entretiene, me divierte. A veces incluso me fío de su criterio. La Patrulla de Salvación le dedicó un post no tan amable hace no mucho: "Alberto Olmos está muy suelto".

Es decir, aunque parezca contradictorio, defiendo cierto tipo de anonimato si este sirve a una buena causa (la crítica, la investigación e incluso el humor). Lamentablemente la gran mayoría de comentaristas y críticos anónimos son simplemente trolls, sólo pretenden molestar sin aportar nada más (ni siquiera humor). Me consta que tras el artículo anterior al menos un troll se ha registrado en Blogger para dejar comentarios. Lamentablemente no creo que vaya a ser una práctica generalizada. Lamentablemente incluso registrándose no aportan mucho. Lamentablemente para ellos los bloggers (otra palabra que odio) podrán censurarles cuantas veces quieran. Si quieren molestar de verdad, profunda y radicalmente, que lo hagan como estos tres ejemplos que he puesto. Cualquiera sirve, pero no sirve cualquiera. Por eso seguirán existiendo trolls. Trolls en comentarios y en revistas literarias, trolls en las redes sociales e incluso trolls en la política, como Durán i Lledia.

martes, 11 de octubre de 2011

La crítica anónima

Los blogs son plataformas online híbridas entre el internet 1.0 y el 2.0, porque aunque exista un único emisor por blog -a no ser que sea un blog colectivo- los lectores-receptores participan aportando comentarios y pueden trasladar el debate a su propio blog o a otros portales/foros de internet. Es decir que los receptores son a la vez emisores de información y viceversa.

Las principales plataformas de blogs gratuitos permiten a los administradores filtrar los comentarios de distintas formas: pueden activar la opción de moderarlos antes de ser publicados a través de la aprobación individual de cada mensaje, pueden introducir palabras clave para que los comentarios que las contengan no se publiquen y vayan directamente a SPAM y pueden elegir el grado de anonimato de sus comentaristas. Esta última opción establece distintas autorizaciones para discriminar qué tipo de lectores pueden dejar un comentario en una entrada: todos o únicamente usuarios registrados (en la propia plataforma o en otros servicios subsidiarios). La opción "todos" posibilita que puedan responder tanto los usuarios registrados como los "anónimos". 

Sobre esta última opción se ha hablado mucho. Hasta hace unos meses yo permitía en mi blog cualquier tipo de comentarista, estuviese o no registrado. Sin embargo conforme las visitas han ido aumentando, también lo han hecho los comentarios de usuarios que, amparándose en el anonimato, se han dedicado a hacer el troll. Todo el mundo sabe qué es un troll, así que no hace falta entrar en definiciones. Este tipo de usuarios dificultan y entorpecen cualquier tipo de debate si lo hay, o simplemente afean de forma gratuita cualquier entrada con insultos y provocaciones -la mayoría de ellas bastante pobres, pero molestas.

Cuando tenía activada la opción de que todos los usuarios pudiesen comentar, incluidos los anónimos, sabía a lo que me exponía y lo toleré porque el número de trolls por entrada era tolerable y a veces me hacían gracia, a veces me reía con ellos, pese a ellos. De hecho me parecían hasta simpáticos -repito, pese a ellos- y sus intervenciones me entretenían unos segundos en esos minutos tontos que todos tenemos o deberíamos tener. Incluso escribí algunas poesías partiendo de comentarios de trolls, intentando crear un juego en el que sus ofensas formasen parte de mis ¿poesías?. No quisieron jugar conmigo y el número de trolls aumentó tanto que tuve que restringir la participación en cada entrada a usuarios registrados, pese a las quejas de algunos amigos que se negaban (y se niegan) a registrarse para poder comentar.

Todo este rollo asunto de los trolls y del anonimato me suele a la larga aburrir, no me interesa mucho leer sobre esta problemática este asunto y mucho menos aburrir a los demás con él. Sin embargo en apenas dos días he leído dos entradas bastante interesantes sobre la crítica el insulto anónimo que me gustaría compartir. Kiko Amat publicó el 30 de Septiembre en el suplemento de Cultura/S de La Vanguardia un artículo bastante certero y macarra sobre este tipo de actitudes:

Cuando yo era joven, hace 10.000 años luz en una galaxia muy lejana, los litigios se saldaban presentándote llave inglesa en mano en el bar habitual del contrincante, habiendo o no presentado antes el listado de agravios (“¿Así que mi Gladys la chupa en los vestuarios, eh?”). Era eso o atrapar al enemigo en algún instante desprevenido y arrearle con una tochana en la nuca. En ambos casos, la presencia física de uno se consideraba indispensable para llevar la justicia a buen puerto. A no ser, por supuesto, que uno fuese una miserable rata de cloaca. Entonces podía vengarse la afrenta desde el anonimato, depositando un zurullo de mastín en el buzón del otro, o espolvoreando el depósito de su TZR con sidral. Huelga decir que nadie respetaba esta forma de revancha, y esa era una razón añadida (a la cobardía) para que el vengador enmascarado permaneciera oculto en la infamia. Un atacante anónimo no es un héroe, por mucho que su víctima se lo andara buscando: sigue siendo una basura a la que todos escupen, como un delator carcelario. El código no escrito de la raza humana es, y siempre será: da la cara, canalla.
El artículo completo se puede leer aquí: ¡Twitterlinchamiento!

Hace algunos minutos Javier Serrano ha publicado la segunda parte de "El arte de insultar" de Arthur Schopenhauer sobre el mismo tema en la era preinternet -obviamente- pero igualmente de interés actual tanto por su contenido como por la existencia de ese tipo de actitudes en las publicaciones en papel.


Un crítico anónimo es un sujeto que no quiere rendir cuentas sobre lo que dice o calla acerca de los demás y de las obras que éstos producen. 
Hay que considerar de entrada al crítico anónimo como un bribón que desde el principio se propone engañarnos. Así lo intuyen aquellos críticos que escriben en las revistas honnêtes [honestas] y firman con nombre y apellido. 
Cuando se trata de atacar, Don Anónimo personifica a Don Canalla. 
Antes que nada, habría que eliminar ese refugio de todas bellaquería literaria, el anonimato. Ha sido introducido en las revistas literarias so pretexto de proteger al crítico honorable, mentor del público, de la cólera del autor reseñado y de la de sus padrinos. Sólo que por cada caso como éste hay cien más en los que sólo sirve para librar de toda responsabilidad al que no está en condiciones de defender aquello que dice, o incluso para encubrir la vergüenza de quienes son lo suficientemente venales e indignos como para elogiar ante el público un libro malo a cambio de la propina de un editor. A menudo sirve también para tapar la mediocridad, la insignificancia y la incompetencia del que juzga. Es increíble la desfachatez de algunos sujetos y las trampas que cometen cuando se sienten amparados por el anonimato. Así como existen antídotos, sirva como antídoto universal contra la crítica contenida en todas las recensiones anónimas, sin importar si pecan por alabar lo malo o censurar lo bueno, el siguiente: «¡Bribón, danos tu nombre! Pues sólo los pícaros y los criminales se cubren el rostro o se ocultan tras una capa para asaltar a la gente decente». Por lo tanto: «¡Danos tu nombre, bribón!» [...] ¿Acaso se permitiría que un hombre, estando enmascarado, arengara a la multitud o hablara ante una asamblea? ¿Y qué tal si éste, para colmo, se atreviera a atacar a los demás y cubrirlos de oprobios? ¿No lo pondrían enseguida de patitas en la calle? 
Quien escribe y polemiza anónimamente se hace eo ipso sospechoso de querer engañar al público o manchar impunemente el honor ajeno. Por eso, para mencionar al crítico anónimo, aunque sea ocasionalmente y sin ánimo de censurarlo, se deberían emplear epítetos como: «el cobarde y anónimo bribón tal o cual» o «el embozado y anónimo truhán de tal o cual revista», y así sucesivamente. Éste es en verdad el tono correcto y apropiado para referirse a tales sujetos y dejarlos sin trabajo.
Enlaces a las dos entradas de su blog:
"EL ARTE DE INSULTAR" (1) - ARTHUR SCHOPENHAUER
"EL ARTE DE INSULTAR" (y 2) - ARTHUR SCHOPENHAUER

Dicho (y copiado) todo esto, no infravaloro ni rechazo ciertas críticas anónimas por el simplemente hecho de serlo. Muchas críticas sin firmar son bastante certeras, incluso algunas de ellas constructivas. Sin embargo en internet la posibilidad de escribir anónimamente hace que un gran porcentaje (si digo 99% sería casi verdad, pero como no dispongo de datos no quiero inventarme porcentajes como hacen en los telediarios) haga uso de ese derecho simplemente para molestar sin dar la cara, sin tener responsabilidades ni cargar con las posibles represalias. Por otra parte registrarse con un apodo o seudónimo no es tan complicado y es prácticamente igual de anónimo, lo que podría indicar -pero no lo puedo asegurar- que se tratan en gran parte de usuarios que ya están registrados y tienen sus propios blogs pero que prefieren no dar la "cara". Para bien o para mal yo siempre he firmado mis comentarios, tanto con mi seudónimo (que no es anónimo) como con mi nombre y apellidos (que es tan nombreyapellidos como mi seudónimo, con el que me identifico igualmente "en sociedad"). No me importa decir lo que pienso públicamente, no por valentía ni honestidad, sino porque decir las cosas y firmarlas es un gusto y una sensación tan especial que merece la pena ganarse algunos enemigos aunque no tengan la talla suficiente para serlo.

Con todo este rollo este texto lo único que pretendía es que los que me visitan lean los artículos que he enlazado, lo demás puede ser considerado paja. Ojo, no hay que menospreciar la paja, al contrario.