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lunes, 28 de julio de 2014

INTRO

¿Queréis saber lo que pienso de todo esto? Os lo resumo para que quede claro: me parece una gilipollez. Una pérdida de tiempo. Lo que haya hecho Vera con su vida es cosa suya. Yo no tengo nada que ver, ¿entendéis? Dos o más personas follan, la mujer se queda embarazada, pare y a partir de ahí la vida, sin más, te va llevando por distintos caminos. Decisiones y eso, ya sabéis, el libre albedrío y toda esa mierda. Nadie elige en qué familia nacer, lo sé, pero ninguna madre elige a sus hijos tampoco. Lo que sucede después es cosa suya. Estoy hasta el coño del tema de la Culpa, del psicoanálisis y todas esas tonterías. Cada una hace con su vida lo que puede, tampoco es que tengamos mucho espacio. Dicen que al nacer tenemos frente a nosotras un mundo de posibilidades, vaya chorrada. Todas dependemos de las circunstancias, de la mierda de los demás, de las leyes, de la situación del país, de todo eso. El coño del que sales no es culpable de tu mierda de vida. Hay que asumirlo, no queda otra.

Recuerdo aquella noticia sobre una chica de 22 años que dio a luz a 10.000 metros de altura, en un vuelo de la compañía Turkmenistán Airlines. Esas cotillas tanoréxicas del personal de vuelo descubrieron al bebé en el inodoro. Chivatas. Al llegar a tierra la madre fue detenida y el cuerpo del bebé sacado en porciones con un cortador. Para que luego hablen de sorodidad. El artículo hablaba de filicidio, del síndrome de Medea y todo eso. Qué sabrán. La gente quiere saber las causas de las cosas, clasificar el horror, entender la crueldad para poder archivarla y poder dormir tranquila. Demasiada tontería. A veces se hacen cosas porque es lo que toca, sin más. ¿Conocéis eso de “un hombre hace lo que un hombre tiene que hacer”? Pues vale para todo el mundo. Sí, para nosotras también.

¿Que si quería a mi hija? Yo-qué-sé. No tenía tiempo para esas cosas, bastante tenía con lo mio, el alquiler, las facturas, la compra y todo eso. Lo que llaman supervivencia. Si fuese un animal no hubiese tenido que ocuparme de esas cosas, todo sería más sencillo... Y ni aun así. ¿Sabéis que muchos animales matan a sus propias crías? Lo vi en un documental. A veces lo hacen porque las crías son débiles, porque enferman o están heridas. Otras simplemente porque la madre no puede ocuparse de sus hijas, no tiene con qué alimentarlas o lo que sea, y decide quitarse el problema de encima. ZAS y adiós, así de fácil. Y nadie viene a preguntarles gilipolleces, los animales no quieren saber esas cosas. Ellos viven, matan, se alimentan, pelean. Viven, sin más. No hacen de cada tema una tragedia de la que se deba hablar constantemente.

No recuerdo mucho de aquel día, han pasado muchos años y no soy muy dada a remover la mierda, qué queréis que os diga. Abrí la puerta y ahí estaba ella, tirada en el sofá en bragas, medio dormida entre patatas fritas y porquerías de chocolate. Todo sucio, como siempre. Yo ya venía calentita de la calle, mira que le dije antes de salir que recogiese un poco, que sacase la basura y esas cosas. Pero NADA. Yo no soy esclava de nadie, ¿entendéis? Todo sucedió en un momento, sin pensarlo. No me estoy justificando, ojo. Cogí el cojín rosa con las dos manos y se lo puse en la cara. Apreté. Ella empezó a agitarse, como poseída. Me agarró de las muñecas. Creo que gritaba MAMÁ. Me clavaba las uñas, me hacía mucho daño, aun tengo las marcas. Yo seguía apretando, cada vez con más fuerza, más de la que normalmente tengo. Supongo que tiene que ver con el rollo ese de la energía extra que sacan las madres cuando su hija está en peligro, pero al revés. Seguí empujando, con todo el peso de mi cuerpo hasta que sus brazos cayeron. Dejó de moverse, llegó la paz. Solté el cojín y me fui a fumar a la ventana para no apestar de humo el salón. Luego supe que ella sólo estaba fingiendo, que no estaba desmayada. Hacedme caso, no os podéis fiar de ella, no. Vera no es de fiar.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Lecciones subterráneas

Vagón del metro de la línea 7. Un tipo grande y despeinado, con gafas de cristal grueso y rallado casi opaco, balbucea tendido sobre dos asientos. Casi todos los viajeros le miran de reojo, las parejas se dan golpecitos con el codo disimuladamente, un par de señoronas mueven los labios como queriendo descifrar el discurso a través de la imitación de sus gestos labiales y un preadolescente busca desesperadamente con la mirada una sonrisa cómplice. En cada parada entran más viajeros pero nadie se sienta en la plaza libre que tiene el tipo a su izquierda. Está muy borracho porque es un borracho, un borracho que habla solo, que huele a vino y que está en la fase verborreica.

A lo largo del viaje el vagón se va llenando de gente que se queda de pie porque no se atreve a sentarse a su lado. Un negro con el mono azul del trabajo, un negro de verdad, no como Obama que es mulato pero conviene identificarlo como negro para la propaganda político-electoral, se sienta a su lado. El borracho le sujeta del brazo y le dice "a mí me da igual que seas mujer, maricón o negro". La gente se gira. "Porque todos somos personas". El negro calla. "El problema es la educación". Risitas. "El problema de este país es que ya no se respeta a la gente mayor". Expectación. "Porque la gente mayor ha vivido más años, ¿entiendes?". El negro sigue callado. "Yo tengo 54 años, ¿cuánta gente de tu país tiene 54 años?". El negro mudo. "Te lo digo yo: los maestros, sólo los maestros". El negro se encoge de un hombro porque el otro lo tiene agarrado el borracho con su mano. "Eso es por la educación. ¿Tú qué has estudiado?". El negro intenta decir algo. "¿Tú sabes quién es Alfonso X?". El negro no sabe. "Alfonso el Sabio, el que tiene una universidad". El negro baja la mirada. "Ese hombre juntó a judíos, moros y cristianos para traducir textos al castellano". Veo cómo la gente que se reía furtivamente baja la cabeza. El borracho sabe más que vosotros. "El otro día dijeron que habían muerto no sé cuantos sirios". El metro está rendido. "¿A quién le importa que se mura un sirio?". El negro asiente. "¡A nadie! ¡a nadie le importa una mierda que se muera un sirio!". El negro vuelve a asentir. "¿Tú de dónde eres?". "De Senegal" dice el negro. "Como a los de Senegal que les importa una mierda que se muera un negro". El negro le da la razón y yo me tengo que bajar porque es mi parada.

A nadie le importa una mierda que muera un sirio o un negro
pero todos hacen lo posible por informarse
y se sienten obligados a seguir las noticias
para poder decir que qué lástima que han muerto un sirio
y un negro.

Han muerto un sirio y un negro
lo ha dicho la televisión
lo he leído en el periódico
y he compartido la información
con todos mis contactos
en todas las redes en las que estoy inscrito;
quiero que el mundo sepa que me preocupo
por el sirio y el negro,
el primero asesinado injustamente en una guerra
que no comprendo,
me posiciono por si acaso
que Jesús dijo algo de los tibios
que El Ché dijo algo de que todos somos hermanos;
el segundo murió posiblemente de hambruna
según mi reloj que marca los muertos
cada cinco segundos muere un negrito
y yo me preocupo porque soy humano
porque es injusto y era un hermano.

Hace tiempo que perdí la cuenta de los muertos
se me amontonan los sirios muertos
los negros muertos
los manifestantes golpeados
los sindicalistas colombianos tiroteados
los monjes tibetanos
y los palestinos apaleados.

Al final del año ordeno las cifras
sumas y restas,
da igual.
Al final del año
todos los muertos
son sólo números.

lunes, 16 de abril de 2012

Escribir no es cosa de mancos

Cuando se reconosció el armada del Turco, en la dicha batalla naval, el dicho Miguel de Cervantes estaba malo y con calentura, y el dicho capitán... y otros muchos amigos suyos le dijeron que, pues estaba enfermo y con calentura, que estuviese quedo abajo en la cámara de la galera; y el dicho Miguel de Cervantes respondió que qué dirían de él, y que no hacía lo que debía, y que más quería morir peleando por Dios y por su rey, que no meterse so cubierta, y que con su salud... Y peleó como valente soldado con los dichos turcos en la dicha batalla en el lugar del esquife, como su capitán lo mandó y le dio orden, con otros soldados. Y acabada la batalla, como el señor don Juan supo y entendió cuán bien lo había hecho y peleado el dicho Miguel de Cervantes, le acrescentó y le dio cuatro ducados más de su paga... De la dicha batalla naval salió herido de dos arcabuzazos en el pecho y en una mano, de que quedó estropeado de la dicha mano.
Tal vez el haber estudiado en un colegio francés me haya inmunizado contra la fobia adolescente anticervantina. La primera obra que leí de Cervantes fue el entremés El Retablo de las Maravillas y me gustó tanto que me apunté voluntariamente al grupo de teatro que la iba a interpretar, salvando mi vergüenza y sorprendiendo a todos pues aunque entre mis iguales -compañeros de clase- se me tenía por hablador y vacilón, el profesorado creía que era medio autista; unos pocos años antes una profesora concertó una reunión con mi madre para decirle que yo era mudo. Lo cierto es que yo simplemente había decidido no dirigirle la palabra pues ya desde el primer día de clase me di cuenta -por como trató a un compañero daltónico- de lo imbécil que era. Además por aquellos años tenía otros asuntos de los que preocuparme: de un día para otro decidí dejar de ser zurdo y escribir con la derecha; durante varios meses de transición me liaba con los conceptos de izquierda y derecha, un problema que por lo visto era y es muy común en la política europea. El personaje que interpreté fue a Juan Castrado, el más débil y crédulo de toda la obra, el primero en ser engañado, el propietario de la casa donde los estafadores montaron el retablo. Al menos fui, durante un corto periodo de tiempo, propietario de una casa. Creo que ese personaje, al igual que el coqueteo con la dislexia, es un buen arquetipo del ciudadano medio español.

Todo este asunto cervantino viene a cuento porque, al igual que él, estoy temporalmente impedido de la mano derecha y, al igual que él, fue por una cuestión de honor. Porque sólo el honor -y la estupidez- pueden obligar a un tipo como yo, que no ha jugado al fútbol desde hace diez años, a hacer de portero en un partido nocturno en una cancha municipal de Vallecas sin iluminación contra cinco quinquis ecuatorianos de 15 años tras salir borracho de un concierto (de Sideband), calzando botas militares de punta de acero, y lanzarme cual Arkonada (o Casillas, para los más jóvenes) para parar una volea alta sabiendo que mi brazo no me acompañaría pues, duele decirlo, ya se me había salido el hombro en dos ocasiones (cogiendo olas en la playa de Gros de Donosti hace cinco años y peleándome en la Plaza del Carmen de Madrid hace tres). Resultado: la mano rota, la muñeca con fractura ósea aguda y el hombro dislocado. Es decir, estoy enyesado y no podré escribir, ni contestar emails pendientes, durante unas cuantas semanas. 

Este post es, junto con mis deberes laborales, el último esfuerzo de escritura con la mano izquierda que haré -creo- durante un tiempo, mientras la derecha reposa con dolor. Ruego me disculpéis si estabais pendientes de alguna contestación por mi parte o queríais leer, por extraño que sea, nuevas ¿poesías? en este espacio. De todas formas soy bastante incoherente así que estoy seguro que en algún momento romperé con mi descanso para seguir castigándoos con mis textos.

Yo que siempre trabajo y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo.
Miguel de Cervantes

lunes, 26 de marzo de 2012

Homenaje al Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas

Discurso en el XXXI Aniversario de la Gran Victoria

Camaradas, compañeros y compañeras, trabajadores y trabajadoras, secretarios y secretarias sindicales, representantes y... representantes gremiales, embajadores y embajadoras de las naciones amigas y resto de autoridades y asistentes.


Hoy es un día muy especial para nuestro pueblo. Un día emotivo para todos nosotros. Especial, emotivo, pero sobre todo de gran trascendencia histórica para la humanidad. El 26 de Marzo simboliza el fin de un mundo viejo, cobarde y avaro. Un mundo de injusticias, desigualdad y pobreza generalizada. Pero el 26 de Marzo significa, por encima de todo, la fecha del comienzo del nuevo mundo, el día de la Gran Victoria, el día que cambiaría por completo la forma en la que los humanos nos organizamos, en la que los humanos convivimos, en la nos ayudamos -gritos de "¡solidaridad, solidaridad, solidaridad!"-. El 26 de Marzo es, sin lugar a dudas, el año cero de nuestra Gran Civilización. Hoy tengo el orgullo, el placer y porqué no decirlo; el deber -risas en las gradas- de recordar los hechos del 26 de Marzo no sólo para rendir homenaje a todos aquellos que lucharon por lo que hoy somos, por lo que hoy tenemos, sino sobre todo para reivindicar el papel fundamental que tuvo nuestra organización en la Gran Revolución, desde sus comienzos durante el régimen anarcojuancarlista hasta hoy en día, sin olvidar su papel fundamental durante la fecha que hoy recordamos, al contrario.


-Los asistentes, de pie sobre sus asientos, corean al unisono "¡SEPLA, SEPLA, SEPLA!".


El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas -¡Viva!- fue, sin duda alguna, el movimiento político-social de vanguardia durante la última restauración borbónica. Ningún otra organización, ningún otro sindicato, fue capaz de combatir y hacer frente a los distintos gobiernos con tanta entrega y valor como lo hizo el SEPLA -¡Viva!-. En una época triste y confusa bajo el eterno gobierno de los rojiazules, con una oposición verdimagenta servil y cobarde vendida al poder, con unos sindicatos al servicio del monarca demoabsolutista y una ciudadanía mayoritariamente progrefascista, el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas -¡Viva!- representó la inquebrantable y genuina expresión de resistencia contra un régimen político y un sistema económico hoy afortunadamente fenecidos.


Durante aquellos años el régimen fue vendiendo y privatizando todas las empresas públicas propiedad del Estado, incentivó la deslocalización de todos los sectores productivos hasta eliminar todo el tejido industrial de nuestra tierra. Instauró el salvaje mercado al mismo tiempo que se aseguraba, con una legislación opaca, el control sobre la oferta y la demanda así como todo el poder legislativo-administrativo referente al propio mercado. Las consecuencias, como todos sabéis, fueron desastrosas: el país subsistía gracias al turismo sexual y a la industria psiconaútica, donde los trabajadores -¡y trabajadoras! apuntan desde el gallinero- eran sometidos a condiciones infrahumanas, sin contratos laborales, con unos sueldos de hambre y sin capacidad para comprar, en la mayoría de los casos, un simple módulo habitacional. Las fichas de casino, la moneda local tras el descalabro del Euro, estaban muy devaluadas y el encarecimiento de los productos de primera necesidad fue tan atroz que las familias se jugaban las fichas al doble o nada. ¡Y siempre era nada!

En ese contexto el SEPLA -¡Viva!- intentó promover diversas huelgas generales con el fin de frenar las privatizaciones y derrocar al régimen. Sin embargo siempre se encontraba con la negativa tanto de las cúpulas sindicales mayoritarias como de una gran parte de la población trabajadora -¡y trabajador!- que envidiaba las condiciones laborales de nuestros pilotos. Unas condiciones laborales que nadie les regaló, al contrario: se enfrentaban literalmente a todo el mundo para preservar sus derechos ante cualquier intento de reforma laboral. El SEPLA -¡Viva!- era una sola voz, un solo cuerpo compuesto por miles de trabajadores fieles y comprometidos con la causa. A diferencia del resto de centrales sindicales, cuando el SEPLA -¡Viva!- convocaba una huelga la totalidad de los trabajadores la secundaban. La claridad de sus objetivos, la contundencia de sus reclamaciones y sobre todo su inquebrantable unidad de acción hicieron del SEPLA -¡Viva!- el elemento más poderoso al servicio de la Revolución. En una época de postmodernismo sindical, de confusión y hastío generalizado, el SEPLA -¡Viva!- fue la antorcha en la oscuridad que iluminaría el camino de salida de la cueva del pasado.

-¡SEPLA, SEPLA, SEPLA...!- durante más de diez minutos.

No quisiera extenderme mucho más, no quisiera aburriros más -¡Viva!- con una historia que ya conocéis todos y todas. Pero tampoco quisiera que se olvidase la principal aportación del SEPLA -¡Viva!- a la humanidad. Nuestros bisnietos y bisnietas, nuestros nietos y nietas, nuestros hijos e hijas e incluso nosotros mismos -¡Y mismas!- debemos recordar que existimos gracias a ellos. Que sin su dedicación, que sin su esfuerzo y su constancia, sin su aporte genético nosotros no podríamos haber nacido. Los pilotos del SEPLA -¡Viva!- copularon y copularon hasta la extenuación allá donde viajaran, salvando a la humanidad de la extinción que amenazaba a la humanidad a causa de la impotencia general del resto de los hombres de la tierra. Sólo los pilotos, sólo el SEPLA -¡Viva!- pudieron construir sobre las ruinas del viejo mundo un mundo nuevo de esperanza y elegancia, un mundo libre y encantador que se sitúa en la cúspide de la historia, en los más alto del progreso humano, en la época de mayor esplendor que haya conocido la humanidad.

Hoy como ayer ¡Viva el SEPLA!

-¡Viva, viva, viva...! 

viernes, 24 de febrero de 2012

Disculpe ¿tiene una cizalla?

He buscado en todas las carpetas del ordenador, en todos los archivos del móvil, pero no hay forma de encontrar una fotografía de mi bicicleta. Una lástima, porque es única. Se trata de un ejemplar de montaña los 80 o de los 90, no lo sé muy bien, de la marca Decathlon. Ni siquiera es mía, es un préstamo a fondo perdido del padre de un amigo que siempre me llama "compañero" y que tiene una bodega de sidra inconmensurable. Su hijo -mi amigo- lleva 9 años estudiando filología inglesa y siempre me presta libros de Irvine Welsh y de William S. Burroughs. Cuando le conocí se parecía a Jeffrey Lebowski y le llamábamos Cerdo. Ahora, tras perder no sé cuantos kilos de grasa y no sé cuantos centímetros de ropa, se parece más a Mario Vaquerizo, aunque él se ve como Joey Ramone. 

La bicicleta. Era gris plateada con el logotipo "clásico" de Decathlon sobre un fondo azul claro que, con el paso de los años, ha devenido milagrosamente en azul de Prusia. Todavía conserva ese color, aunque sólo en un lado, ya que el otro está pintado con spray de color negro en un intento de afearla toda de negro. Pero el spray, de mala calidad como mandan los cánones de las tiendas de los chinos, se ahogó a mitad de camino. El sillín está encadenado al cuadro gracias a una doble cadena fina sujeta a unos hierros perpendiculares a la tija, cerrados con un candadito de mierda cuya llave perdí hace mucho tiempo. Esto impide que me roben el sillín cuando la dejo aparcada en la calle, lo que evita a su vez que tenga que volver sodomizado a casa. Sólo le funcionan tres piñones y aunque tiene tres platos se mantiene siempre en el del medio para no salirse. Cuando pedaleo reproduce un sonido siderúrgico, de carro de combate, que avisa con eficiencia a los demás transeúntes de que "algo se acerca" y no debe ser bueno. A los taxistas les debe hacer mucha gracia, por eso siempre intentan echarme de la carretera cuando paso acariciándoles el lomo pintado de Rayo Vallecano. Sí, parece una bicicleta postapocalíptica robada del rodaje de Mad Max. O simplemente robada. 

Desde hace una semana doy clases de filosofía e historia a un alemán de 17 años que vive cerca de Plaza de España, en la calle Martin de los Heros. Hace dos semanas presté mi candado así que tuve que comprarme uno nuevo. Como no tenía mucho dinero y porque nunca me ha preocupado que me robasen la bici -nadie malgastaría su tiempo en hacerlo- me hice con uno de los chinos que costaba menos de 3 euros. Al segundo día el tambor del mismo se partió al meter la llave, de modo que mi bicicleta lleva anclada desde hace dos días en un poste de señalización de "No aparcar" sin que yo pueda llevármela. 

Ayer me llevé un martillo en la mochila, a falta de algo mejor, pensando que con un par de golpes podría romper el candado del todo y liberar mi bicicleta. Tras dos golpes me di cuenta que lo que iba a conseguir es cargarme los radios de la rueda delantera. Los transeúntes me miraban mal y yo me esforzaba por transmitir, a través de mis gestos, que esa bicicleta era mía pero que no podía usar mi llave. Me miraban peor: además de como ladrón, como un puto perturbado. Al menos no se equivocaban en una cosa.

Decidí irme a un taller del la misma calle para pedirles una cizalla. No tenían, me dijeron que la radial con la que cortan "cosas" no serviría porque el cable no llega hasta la calle "ni de coña". Fui a otro taller y directamente me dijeron "no, lo siento". Desesperado y con el tiempo justo, empecé a dar vueltas por la calle buscando una patrulla de policía, intentando superar el asco y el odio que les tengo desde que era niño, desde que les miraba desafiante directamente a los ojos sin pestañear para probar que yo no era culpable de nada, que sólo era eso, un niño. Y aun así siempre sentía que era culpable de algo. Es curioso como el lugar común de que la policía nunca está cuando se la necesita se hace tan cierto cuando lo intentas. A lo mejor debería violar a alguien para que viniesen, aunque hacía demasiado frío para intentarlo. A lo mejor debería sacar un libro de texto y hacerme pasar por un estudiante valenciano, pero tengo barba y no colaría, seguro. Si al menos estuviese en el barrio de Tetuán sabría como encontrarles, aparcados en la entrada de algún puticlub o haciendo alguna redada racista a la salida del metro. 

Después de más de media hora deambulando por las calles, preguntando a los porteros si sabían donde podía conseguir una cizalla prestada, mirando en cada calle si pasaba alguna patrulla, di con una comisaria. Entré, pasé la mochilla con el martillo -y tres latas de espárragos riojanos- y me dirigí a una ventanilla blindada desde la que asomaba un joven policía, seguramente recién licenciado, de esos que todavía creen que su trabajo es ayudar y servir a la gente. Al terminar mi explicación, antes de que pudiese contestarme, se acercó por fuera otro con cara de "ya sé que ser policía no es servir, sino tocar los cojones cuando quiera amparado en esta placa" y me dijo que no, que no tenían cizallas en la comisaría. Le insistí, preguntando si no tendrían otra cosa con la que abrir una cadena "de mierda de los chinos". No, no tenían. Insistí nuevamente. Que no, que no tenían. Insistí. Le preguntó a otro compañero que estaba leyendo el Marca y simplemente se encogió de brazos. Entonces les pregunté que que pasaba si yo conseguía una cizalla y me ponía a cortar la cadena de mi bicicleta justo en el momento en el que pasase una patrulla de los suyos. Me dijo que seguramente me tomarían los datos y se llevarían la bicicleta. Estupendo le dije. Y adiós.

Mi bicicleta sigue prisionera y no hay nadie que me ayude a robármela, nadie. No sé qué ha pasado en esta ciudad de mierda que ya nadie tiene una cizalla a mano, que nadie quiere cortar una cadena de mierda, que nadie se ofrece a hacer un pequeño destrozo. Con la cantidad de bicicletas que se roban al día y justo me ocurre esto en un barrio sin ladrones de bicicletas, en un barrio con gente sin cizallas. Sólo necesito a un ladrón de pacotilla, uno de poca monta, sin estudios, que quiera hacer un trabajito por amor al arte.

miércoles, 11 de enero de 2012

Maltratada

Diana cazadora de Julio Romero de Torres.

Reconozco que soy violenta. Reconozco haber pegado con casi todas las partes de mi cuerpo: cabeza, codos, manos, rodillas, tibias y píes. Reconozco también haber utilizado todo tipo de objetos para incrementar la contundencia de mis golpes: ceniceros, sillas, móviles, botellas y platos. No me arrepiento ni me avergüenzo, aunque tampoco me enorgullezco. 

Tengo la mala costumbre de salir con tipos poco recomendables. Son los que más me gustan, aunque al final siempre acabo lamentándolo. Ellos también. La mayoría de mis relaciones terminan cuando ellos deciden que la única salida es matarme. No tienen ni idea. Han desperdiciado horas, días, meses e incluso años planificando mi asesinato. Nunca lo han conseguido. 

No quieren aceptar que sólo yo puedo elegir la forma, el lugar y el momento de mi muerte. No han entendido nada: yo siempre tendré más y mejores motivos para matarme, más que nadie.

lunes, 2 de enero de 2012

Hija de puta

Mi madre duerme como un cadáver tirado en la cuneta, vencida por la gravedad, sin oponer resistencia. Muchas personas tienen una postura concreta al acostarse: posición fetal, colocadas como un faraón egipcio o cualquiera de las distintas variables de brazos y piernas cruzadas. Mi madre duerme como cae, como un saco de piedras.

La satisfacción que produce el trabajo es relativa. Casi nadie está contento con su trabajo, pero casi todos necesitan trabajar para vivir. Por eso en el colegio nos enseñan matemáticas en vez de baile: todo el sistema educativo está orientado al trabajo. 


El verbo trabajar procede del latín Tripaliarum, una estructura de tres palos donde se ataba a los presos. Sufrimiento y dolor. Esencialmente nada ha cambiado. Los trabajadores asalariados venden su fuerza de trabajo a cambio de un sueldo muy por debajo de su valor productivo. Mi madre trabaja por cuenta ajena, no produce nada tangible pero su labor es un producto social configurado como un servicio.

Las feministas dicen que vende su cuerpo. Eso es mentira. Mi madre sólo lo alquila, por eso después de trabajar sigue siendo dueña se sus medios de producción con los que me acaricia, me cocina y me lava. Como cualquier trabajador del conocimiento posee un saber específico que aplica en una sociedad y en una economía dada, aunque la peculiaridad de su labor es que el ámbito adecuado de despliegue de sus capacidades se produce tanto dentro como fuera de ella.

El valor de una hora de su trabajo equivale a 20 kilos de tomate Raf o a un gramo de cocaína. Cada mes es capaz de generar la riqueza suficiente para poder pagar la hipoteca, los gastos de luz, agua y gas, la compra de alimentos, la mensualidad de mi universidad, la línea de internet, las facturas de los móviles y del teléfono fijo y con el excedente podemos comprar libros, ropa, acceder a otros servicios de ocio e incluso nos permitimos ahorrar.

Por eso cuando me llamas hija de puta yo digo sí, bien orgullosa. Mi madre no necesita ni jefe, ni ordenador, ni máquina ni herramienta más que ella misma para obtener un sustento económico igual o superior al de tu madre o tu padre. Y al llegar a casa apaga el móvil porque puede, porque no quiere que nadie interrumpa su tiempo libre, porque le pertenece exclusivamente a ella. A ella y a mi. 

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Santiago Ramón y Cajal: Übermensch

Autorretrato, Ramón y Cajal (colección familiar)
Todos quisieron colmarle de honores. Fue miembro de la Real Academia de las Ciencias, Medalla Helmholtz, Premio Nacional de Moscú, Gran Cruz de Isabel la Católica, miembro de la Real Academia de Ciencias, Doctor Honoris Causa de las universidades de Clark, Boston, la Sorbona y Cambridge, fellow de la Royal Society, Comandante de la Legión de Honor francesa, Senador vitalicio de España, Director de Instituto Nacional de Higiene Alfonso XIII, Medalla Echegaray y, por supuesto, Premio Nobel en Fisiología y Medicina por su aportación a la neurociencia.

Él decía de sí mismo que era un obrero de la medicina. Rechazó todas las ofertas millonarias de Estados Unidos: él quería que todo su esfuerzo y trabajo sirviesen para mejorar su país. Creó la primera beca para que todo aquel que quisiese y no tuviese recursos económicos pudiese estudiar medicina. Rechazó insistentemente cualquier cargo político o título nobiliario que le ofrecieron en vida. Era modesto y solitario.

Pero lo que yo recuerdo de él, a través de mi abuela, es la historia cotidiana de una individualidad inquebrantable. Cuando era pequeño se dedicaba a rascar las pinturas de las iglesias para utilizar los pigmentos para su propios cuadros. Desde muy joven descubrió la pólvora: no tardó mucho en volar la puerta de una Iglesia con un artefacto casero -un experimento explosivo- cuando todavía no sabía la razón de su odio a la Iglesia. Ni le hacía falta. Mi abuela me contaba con orgullo que en un pequeño pueblo donde solían veranear se reían de él por ser un tirillas. Durante el otoño, el invierno y la primavera siguiente estuvo ejercitándose y musculándose compulsivamente. Al volver al pueblo les dio una paliza que recordarían toda su vida. Ya no volvieron a reírse. 

Durante la Guerra de Cuba su familia le había conseguido recomendaciones para tener un buen destino en la isla, sin embargo Santiago no quiso utilizarlas y fue a parar a Camagüey, una de las zonas más peligrosas durante la guerra y donde se encontraba la precaria enfermería de Vistahermosa, donde se trataban a los enfermos más graves de disentería y paludismo. Él lo quiso así. Durante su estancia se enfrentó con casi todos los mandos y oficiales de su propio ejército, que aprovechaban su rango para robar comida y alimentos a los enfermos. Santiago contrajo casi todas las enfermedades que allí trató porque nunca quiso abandonar a los heridos y enfermos pese a las recomendaciones de sus superiores. Tuvo que abandonar Cuba tras contraer paludismo.

En sus últimos años de vida solía pasear por la Cuesta de Moyano con su nieta para comprar libros de segunda mano. Cada vez que se le acercaba un periodista a incordiar él no tardaba ni dos segundos en golpearles con lo que tuviese a mano: un paraguas, un periódico o un libro. Su instinto nunca le falló. Murió en la cama, anotando los síntomas que iba padeciendo mientras se iba muriendo poco a poco, hasta el último minuto, para que sirviese a otros para comprender mejor el funcionamiento de la muerte.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Tenías razón


Tenías razón. Aunque tú no lo sabías tenías toda la razón. Aunque no fuera la razón la que te moviese, sin duda la tenías. Por eso tu profesora llamó a tus padres preocupada porque se pensaba que eras mudo. Por eso te cambiaste de zurdo a diestro de un día para otro. Por eso dibujabas en las paredes de las casas ajenas. Por algún lado tenías que escapar.

He sido injusto contigo. Lo he sido con mucha gente, pero sobre todo contigo. Durante años has soportado todas mis culpas. Y no sólo las mías, sino las de familiares, amigos, profesores, psicólogos y psiquiatras. Todo se reducía a ti. La ansiedad, culpa de tu timidez extrema. La psicosis, fruto de la imaginación desarrollada durante años de introversión. La agresividad, consecuencia de la imposibilidad de exteriorizar tus sentimientos a tiempo.

Te he fallado, lo sé. Cuando tú y yo coincidimos en el tiempo hicimos un pacto, y lo he roto. Lo rompí al vencer tu timidez con el humor cínico propio de los vergonzosos. Lo rompí al hablarle a los demás de nosotros. Lo rompí al mostrar nuestras pinturas, nuestras letras. Lo rompí al juntarme con aquellos, esos, los demás, de los que tanto nos protegimos. Tenías razón. 

El sueño de vivir anacoretas se esfumó cuando me dejé llevar por todo lo demás. Y lo demás es historia que te he arrebatado sin ni siquiera preguntarte. He fracasado y te he engañado. Tarde o temprano sabías que podría ocurrir, pero yo pensé -cuando pensábamos juntos- que eso jamás ocurriría. Tenías razón.

Ahora lo entiendo todo. Quiero decir que lo he vuelto a entender. He desaprendido todo aquello que nos impusieron y he vuelto a llegar al principio. Sí, al punto de partida de nuevo, al mismo punto donde te dejé. Y ahora, a diferencia de entonces, ya sé cómo funciona todo esto. Ahora ya sé cómo enfrentarme a ello. Quiero pedirte perdón, y el modo de hacerlo es el único que me legitima: estoy enmendando el error. 

No, eso no significa que perdone todo lo que nos he hecho. No me lo perdono, pero la culpa no es lo único que llevo en la maleta de regreso. En todo este tiempo he aprendido a manejarme, más mal que bien, y tengo algunos trucos que podrán servirnos. 

Olvídate de la guerra, ellos la convertirán en negocio. Olvídate del enfrentamiento, de las trincheras. No, no me estoy acobardando, escucha. Esta guerra se juega sin fichas ni tableros. No hay reglas, ni siquiera las nuestras. Toma, coge estas palabras y húndelas en la tierra. Ahora las siguientes, y así hasta que abramos una falla por la que atravesarla. Sígueme, está oscuro porque es mejor así, sin luces que iluminen falsos relieves. Húndete conmigo, hasta que las paredes de tu cuerpo se estrechen tanto que no distingas tu piel de la tierra. Ahí, cúbrete de brea y fuego. Reúnete con el resto de la materia hasta que no puedas deslindar tu cuerpo del resto.

Ya está. Ahora eres nada y eres todo, aquí nadie te molestará. Y si alguna vez tienes frío tiembla, todo su mundo se derrumbará. Y si alguna vez estás triste llora, sus ciudades se inundarán. Pero sobre todo no dejes, bajo ningún concepto, que yo te vuelva a fallar.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Parte de Guerra V


No somos humildes: el objetivo de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. en esta fase de la guerra es devolver a la humanidad su animalidad, atacando al Virus desde lo más profundo de nosotros mismos: nuestra identidad. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L declara la guerra a nuestras identidades de forma permanente y sin tregua hasta la victoria o la muerte, que viene a ser lo mismo.

La idea del Yo no es innata al ser humano: es una construcción posterior individual, social e histórica. En el momento en el que nacemos no tenemos ninguna concepción del yo, no existen fronteras entre nosotros y todo lo demás. Nacemos en un estado indiferenciado de fusión con el mundo, sin autoconsciencia. El Yo va surgiendo y afianzándose durante el proceso de la adolescencia, donde se desarrolla la impresión subjetiva de un Yo propio paralelamente a la maduración de las estructuras corticales y en interacción con el entorno en el que vivimos. Es decir el Yo es una entidad dependiente de la cultura en la que crecemos. Por eso el proceso de construcción del Yo está condicionado por elementos externos que nos impiden ser nosotros mismos: es el entorno -la cultura y la sociedad- el que imprime el carácter de la identidad individual de cada persona. Por eso no es de extrañar que la primera identidad moderna sea del Yo frente al mundo.

La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. reivindica el Yo como parte indisoluble del mundo y declara la guerra a las identidades.

El Virus es omnipresente. No abarca ningún territorio determinado, no tiene bandera, no está representado por nadie aunque existan elementos humanos que lo personifiquen con más virulencia que otros durante un periodo de tiempo concreto y limitado. El Virus es una  enfermedad exógena que se instala en cada uno de nosotros a lo largo de nuestra existencia. El proceso de la llamada madurez es el punto álgido de la infección, la culminación de la primera etapa vírica, el momento de su completa vinculación orgánica con cada individuo. 

La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. por lo tanto declara a la infancia como sujeto revolucionario de primer orden. Hemos establecido contactos con grupos insurrectos del K.I.N.D.E.R.G.A.R.T.E.N. y con elementos aislados de parvulario para iniciar la ofensiva contra las identidades y contra el llamado "mundo adulto", segmento de la población humana donde se evidencia la mayor concentración de infectados y donde hemos identificado el mayor número de apologistas del Virus.


Somos los no domesticados
¡Temednos!
¡ESTO O NADA!

jueves, 8 de diciembre de 2011

Parte de Guerra IV

 
Declaración de guerra de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. al modo condicional.

Reunidos los impresentables de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. en algún lugar de la selva ecuatorial madrileña acordamos y afirmamos el inicio irrevocable de la guerra sin cuartel contra cualquier evento o uso contrafactual, contra la prótasis y la apódosis, contra cualquier potencial. Llamamos a nuestros hermanos finlandeses y estonios a luchar contra el eventivo; a nuestros amigos siux, rusos y miembros del pueblo mixteco a combatir contra el hipotético; a toda la humanidad y animalidad a sumarse a nuestro frente contra el contubernio de lo irreal.

Agotadas las vías diplomáticas y cansados de recibir respuestas ambiguas por parte del modo condicional nos hemos visto en la obligación de llamar a las armas a todos aquellos que desean combatir la realidad realmente existente desde la lógica de los hechos realmente ocurridos. Agradecemos al pueblo Mbuti -especialmente a sus mujeres- y al resto de las tribus pigmeas su gesto valiente al adherirse a nuestra causa sin ningún tipo de vacilación. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. por su parte ha recogido y asumido como propia la idea de hermandad entre todos los miembros de la tribu, donde los niños y las niñas juzgan a sus mayores, donde los mayores son padres y madres de todos y cada uno de los niños sin distinción ni rémora genética.

Somos conscientes de la envergadura y la importancia del modo condicional en las sociedades occidentales. Sabemos que tenemos todas las de perder, que perderemos. No nos importa. La rectitud de la palabra VICTORIA no nos amedrenta: nosotros somos personas curvas de ideas curvas.

Frente al podríamos nosotros podemos,
frente al haríamos nosotros hacemos.
frente al querríamos nosotros queremos,
frente a vosotros,
nosotros somos.

¡ESTO O NADA!

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Parte de Guerra III


La primera regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Todo el mundo habla sobre la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L.

La segunda regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Todos los miembros hablan de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L

La tercera regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
La pelea nunca termina, si el enemigo grita "basta" es que no es suficiente.
(porque aun puede gritar)

La cuarta regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Todos los hombres y mujeres valen para cualquier pelea.

La quinta regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
No hay límites.

La sexta regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Se peleará cómo y dónde se pueda.

La séptima regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Cada pelea durará el tiempo que sea necesario.

La octava regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
Si esta es tu primera noche en la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L... Tienes que pelear.

La última regla de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L es:
NO HAY REGLAS: TODO VALE.

Los miembros y miembras de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L quieren expresar con este anticomunicado su posicionamiento respecto a la Cultura y, a continuación, mostrar tres ejemplos ilustrativos. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L pretende en esta etapa de la guerra crearse enemigos. Sin enemigos no hay batalla, sin batalla no hay guerra, sin guerra no hay gloria. 

El enemigo siempre ha existido. Queremos llamar su atención, queremos reciprocidad, queremos "estamos aquí y ahora" porque somos el aquí y ahora frente a su allí y siempre. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L acepta su propia derrota de antemano: somos unos perdedores. No nos importa, nuestro objetivo no es ganar: es pelear.

La Cultura es el paquete de valores, sentidos, patrones y significados que una sociedad crea y por la cual se manifiesta a instancias del Poder. Está compuesta por el lenguaje, los usos y costumbres, los códigos morales, las creencias y las normas que sirven para regular la convivencia de la personas en un marco legal amparado por una estructura económico-política concreta que predetermina toda nuestra cosmovisión (Weltanschauung) sin que seamos -en la mayoría de los casos- conscientes de ello. Es el virus.
La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L no cree en el progreso.
La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L no cree en las jerarquías culturales.
La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L no cree en la civilización.
La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L representa a los bárbaros y a los salvajes.
Nosotros hemos saltado el abismo de la historia y lo hemos convertido en sumidero. Rechazamos el concepto clásico de cultura y su falsa idea de herencia. Rechazamos el concepto ilustrado de cultura y su falsa idea de superioridad. Rechazamos el concepto romántico de la cultura y su falsa idea de identidad. No heredamos nada más que miseria y mentiras, no somos superiores a ningún pueblo ni persona y no nos identificamos con ninguna raza o pueblo. Ni elitismos ni paternalismos: somos el aquí y ahora. No tenemos identidad porque no somos nadie. Somos todos y ninguno.

A continuación la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L ofrecerá tres ejemplos de distinto rango para mostrar en qué situación se encuentra la Cultura en España a partir de tres personajes de la literatura patria. Los tres no son igual de importantes pero reflejan a distintos niveles en qué punto nos encontramos. La V.O.L.I.A.N.I.H.I.L no pretende ofender, pero si lo hace no se va a lamentar: mejor que mejor.



Tribunal Impopular de la Asamblea V.O.L.I.A.N.I.H.I.L:

Luis García Montero
Natural de Granada, 50-60 años, mediana estatura, exprofesor de la Universidad de Granada, casado con Almudena Grandes (para más INRI).

Causas probables presentadas ante el tribunal:
Es posible que en toda la historia de la poesía española no haya otro vate con mayor poder que García Montero. Apenas comparable con el que ejercía durante el franquismo el secretario del tirano y su primo hermano, mejor conocido como Pacón, que sometió desde su oficina del Pardo a todo cuanto poeta quería figurar en las comitivas hispanoamericanas de entonces. Garcia Montero codirige la colección pija de una de las tres editoriales de poesía más grandes del mundo, controla el 90% de los grandes premios económicos y los festivales de poesía más importantes de España, maneja a su antojo los medios de comunicación de izquierdas y derechas, es junto al déspota Chus Visor un Virrey de la Nueva España en América Latina, con su grandísimo mercado atizado por ministros y gobernantes corruptos de bancos centrales hispanófilos, mientras cientos de pobres poetas acuden de rodillas y en romería a su regazo, estableciendo un criterio estilístico del cual no se pueden salir sus incondicionales y cierra las puertas con candado a quienes no se postran ante él... Y por supuesto tiene en su contorno un grupo de pelotas nutrido y considerable que deben alabar todos sus versos a cambio de las babas de la efímera gloria. Jamás un mediocre ha sido tan poderoso y a la vez tan peligroso para la poesía (en cuanto a su capacidad para fomentar la endogamia). Cualquier posible lector que llegue a la poesía contemporánea a través de Garcia Montero, pensando que debe ser el mejor poeta del globo terráqueo dada la inflamación mediática, se dará de bruces con libros que alejan para siempre al lector y al poeta. Una “poesía” monótona, aburridora, carente de hondura lírica, con textos interminables, ahítos de ombliguismo, tedio y una ausencia de autocritica que revela la incapacidad de un avivato para reconocer su enorme fracaso literario. (sigue)
(Harold Alvarado Tenorio)

Anexos/pruebas documentales:
Ver documentación online
(del Colectivo Addison de Witt)

El Tribunal Impopular de la Asamblea V.O.L.I.A.N.I.H.I.L declara a Luis García Montero
CULPABLE de todos los cargos.


Pena impuesta:
DESTIERRO.

***
Patricio Pron
De los Pron de toda la vida.

El Tribunal Impopular ha aceptado como única prueba el artículo "España, la crisis como forma de gobierno" de Patricio Pron publicado originalmente en Ñ, revista de cultura de Clarín. Buenos Aires,  octubre 24 de 2011. La causa presentada por Alberto Olmos a propósito de Un abismo infranqueable se desestima. Las fuerzas de desorden de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L expulsan a Alberto Olmos a petición del jurado.

Prueba I:
Los años de bonanza que este país disfrutó durante lo que se dio en llamar la "burbuja inmobiliaria" (y la significativa mezcla de racionalismo empresarial y molicie autóctona que estos provocaron) crearon en muchos españoles la convicción de que, al igual que sus vecinos del norte de Europa, podían disfrutar de los frutos del trabajo sin pasar por las dificultades y las molestias de trabajar.(...) se impuso en algún momento la idea de que "lo normal" para cualquier español era disponer al menos de dos viviendas en propiedad (una en la ciudad y otra en la playa) y un auto para cada uno de los miembros adultos de la familia y realizar dos vacaciones anuales. Naturalmente, cuando el sistema colapsó debido a que estas demandas no tenían asidero en la realidad económica española "real", el sentimiento generalizado fue de indignación, lo que explica (aunque no completamente) las recientes manifestaciones en diferentes ciudades españolas. 
(Patricio Pron)
Propuesta unánime del jurado:

El jurado considera un hecho probado que el acusado, Patricio Pron, ha hecho uso del slogan "los años de bonanza" difundido por el Enemigo, tratando de confundir a la ciudadanía a través de una presentación pseudo-idílica del pasado que no se corresponde con la realidad. Entre 1994 y 2006 el salario medio de los trabajadores en España perdió un 2,4% de poder adquisitivo y la deuda de las familias creció seis veces más rápido (225%) que sus rentas disponibles (39%).

Anexos:
El jurado recomienda visitar y cotejar los datos en la página oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE.es)

El Tribunal Impopular de la Asamblea V.O.L.I.A.N.I.H.I.L declara a Patricio Pron:
CULPABLE con el atenuante del desconocimiento de la materia tratada y por estar infectado gravemente por el Virus. Además no nos cae mal (abucheos en la sala).

Pena impuesta:
Incapacitación pública para hablar de asuntos y materias que desconoce.

***
Leo Zelada
Autoeditor de Lord Byron Ediciones.

Pruebas presentadas: 
I
CC: ¿Qué pensarías si de aquí a veinte años en el Perú siguieran manteniendo la misma indiferencia ante tus libros?
LZ: Igual le pasó a César Vallejo, Carlos Oquendo de Amat y Manuel Scorza. Esa es mi tradición.
CC: ¿Te consideras tan buen poeta como los que mencionas?
LZ: Obvio.
II

"Alistándome para ir de “poet maldite” al hotel Velázquez"
"Tengo 10 libros registrados en La Biblioteca Nacional de España, salgo en la Wikipedia en 4 idiomas, mi blog tiene más de 200,000 visitas, cuando me busco en google salen más de 400,000 enlaces, y yo, me sigo sintiendo un estudiante :)"
"¡ Soy el más grande poeta del mundo! :)"
"¡Este es nuestro momento poetas y escritores de la senda del undeground!"
"Donde leo mi poema Underground Poet, genera estremecimiento, sincera emoción y aplausos espontáneos."
"Mi poema 6 y 15, entre los diez mejores poemas de amor de la literatura peruana."
"Ya está en vídeo, mi iconoclasta e incendiaria lectura como poeta invitado en La Jam de Poesía de Los Diablos Azules."
(Fuente pública)
El jurado presenta como prueba (III) su blog:
http://leozeladabrauliograjeda.blogspot.com/

El portavoz del jurado añade:
"Señoría, no es posible que alguien que comete tantas faltas de ortografía y tantos errores gramaticales pueda considerarse un escritor, mucho menos autodenominarse intelectual, menos aun ponerse él mismo a la altura de Vallejo, entre otros".

Irrumpe en la sala un caballero ataviado con mallas de leopardo, camiseta negra rota y cresta mohicana que responde al nombre de Sr. Trenas. Declara que:

"Siento interrumpir de esta manera el juicio contra Leo Zelada, pero tengo algo que añadir: antes del verano Leo Zelada dijo que el punk no había servido para nada, que los punkis lo único que hacen es drogarse y no luchar. Sin embargo yo le contesté que el punk no sólo creó una contracultura necesaria durante tres décadas, sino que muchos punkis han luchado, ya fuese en bloques negros contra las cumbres del G20, organizándose contra el maltrato animal o directamente atacando al sistema financiero o penitenciario. Causas por las que muchos han muerto y otros se encuentran actualmente en prisión. Leo Zelada luce normalmente un pin con la palabra PUNK. Sólo quería dejar claro mi disgusto"

El Tribunal Impopular no admite esta última acusación al no aportar el Sr. Trenas ningún tipo de prueba gráfica, aunque reconoce que algunos de sus miembros fueron testigos de esas palabras de Leo Zelada, pero no de la respuesta del Sr. Trenas.

El Tribunal Impopular de la Asamblea V.O.L.I.A.N.I.H.I.L declara a Leo Zelada:
Incapacitado psicológicamente para afrontar un juicio de esta envergadura, con claros signos de Síndrome de Napoleón. Se le recomienda ingresar voluntariamente en un Centro para la Humildad y recibir clases nocturnas de apoyo para mejorar su castellano. ¡Y que no se vuelva a meter con Houellebecq!

martes, 22 de noviembre de 2011

Parte de Guerra I


La Vanguardia Ostracista Libertaria Impertérrita Autónoma de la Nueva Individualidad Hiperbórea Iconoclasta Legitimista (V.O.L.I.A.N.I.H.I.L.) es una milicia unipersonal constituida el 22 de Noviembre de 2011 en la selva de Madrid para combatir la realidad realmente existente.

Sus miembros, piernas, brazos y demás extremidades han decidido presentarse conjuntamente con sus órganos directivos, pulmones, intestinos, estómago, páncreas, bazo, riñones, hígado y cerebro ante la sociedad para proclamar la lucha por la instauración del sistema inmunológico a través de los diversos organismos revolucionarios. Nuestro objetivo es identificar y eliminar todas las células políticas, patógenas, especuladoras y cancerosas causantes de las mayores atrocidades contra la salud mental y física de los hombres y mujeres del planeta.

La primera acción de la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. consistirá en detectar y neutralizar los agentes socio-político-economico-culturales que han infectando con bastante éxito las demás individualidades existentes. En esta primera fase de la guerra queremos fomentar la memoria inmunológica para, una vez identificados los patógenos, evitar futuras infecciones y enfermedades de las generaciones venideras.

Por último la V.O.L.I.A.N.I.H.I.L. quiere enviar un saludo fraterno a las demás individualidades de este planeta llamado mierda.

¡ESTO O NADA!

jueves, 17 de noviembre de 2011

¡Muérdete las uñas!

http://www.parafarmacia.tubotica.net/productos/grande/856880.jpgSus padres habían probado de todo para que dejase de morderse las uñas. Se las frotaron con ajo y desarrolló una halitosis holocaústica. Las impregnaron con alcohol y tuvieron que ingresarle en un programa de Alcohólicos Anónimos. Aplicaron todo tipo de productos comerciales antimordeduras y desarrolló múltiples adicciones a distintos componentes químicos. Tuvieron que ingresarle en el Proyecto Hombre junto a otros niños de su edad cuyo síndrome de abstinencia se había desarrollado durante el embarazo de sus madres yonkis. Le atiborraron a todo tipo de fármacos para templar sus instintos. Fue inútil.

Decidieron ponerle un bozal y unos guantes de pescadero. Funcionó, dejó de morderse las uñas. En menos de un mes superó su adicción completamente. Decidieron retirarle el bozal y los guantes e invitaron a sus más allegados a una cena informal con motivo de la renovada imagen de las manos de su hijo. Orgullo de pianista, comentaba el padre. Manos de registrador de la propiedad, decía la madre.

Los primeros invitados llegaron media hora antes de lo previsto. Sonó el timbre. El niño se acercó a la puerta con la lengua fuera y las orejas erguidas. Sus padres, aunque sorprendidos, no dieron excesiva importancia a los tímidos ladridos de su hijo. Es la edad, pensaron. Abrieron la puerta. Eran los Bernal, compañeros de golf del padre. El niño se acercó a saludarles y les tendió la mano. La mano no, hijo, dos besos que somos como de la familia. El niño se acercó a las mejillas del Sr. Bernal, abrió la boca un instante y mordió la nariz del invitado sin soltarla. El Sr. Bernal cayó al suelo con el niño enganchado como un perro de presa.

¡Muérdete las uñas!
¡Muérdete las uñas!

domingo, 30 de octubre de 2011

La madre de Panero hijo

Evgeny siempre ha querido ser huérfano. Es una de sus obsesiones. Una de tantas. Otro de sus temas recurrentes es el asunto de las baldosas de las aceras de Madrid. No hay día en el que no se acuerde y no se cague en los urbanistas de Madrid. 

A principios de Octubre intentó lanzar una campaña cívica -pese a su odio integrista hacia el concepto de civismo- para pedir el levantamiento urgente de todos los pavimentos de tránsito peatonal de la ciudad. A su parecer el minúsculo tamaño de las baldosas madrileñas impedía el caminar normal y natural de las personas ya que siempre presentaban irregularidades, causadas seguramente por la impericia de los obreros a la hora de colocarlos sobre la masa de cemento. Sin embargo siempre excusa a los obreros, unos parias al fin y al cabo, dirigiendo sus maldiciones a "los de arriba" del mismo modo que la responsabilidad del hundimiento de un barco siempre debe recaer en su capitán. 

Sin embargo la sociedad madrileña parecía estar demasiado ocupada -o distraída- con las manifestaciones antigubernamentales como para prestar atención a la campaña de Evgeny.
-¡¿De qué se quejan?! No me fío de quienes reivindican que la calle es suya y desconocen el peligro de sus aceras. No me fío de quienes no se molestan ni se acuerdan de los constantes tropiezos, mucho menos de los que ignoran las lenguas de fango que escupen esas baldosas los días de lluvia. Masa aborregada, eso es lo que son. Sólo son capaces de repetir slogans simples creados por otros. Además esos mismos que ahora están indignados hace un año te tomaban por loco si maldecías la democracia. No valen la pena, hazme caso. 
El pasado viernes se dejó en la barra del bar gallego que ambos solemos frecuentar una servilleta escrita por ambos lados. Sé que fue un descuido porque Evgeny jamás habría dejado semejante prueba a la vista de cualquiera. Evgeny detesta muchas cosas de la vida y nunca pierde la ocasión de enumerarlas una a una, como si se tratase de una lista negra personal con algún fin poco humanista. Despreciaba a los recién licenciados que estrenaban traje para su nuevo trabajo, a las típicas funcionarias del PSOE con collares y anillos étnicos, a los comerciales que usaban corbatas de colores estridentes, a las mujeres que pasean escondidas tras unas gafas de sol enormes y cara de cabreo, a los hombres que hablan demasiado cerca, a las mujeres que lo hacen demasiado lejos, etc. Entre esas fobias estaba la de los escritorzuelos que escribían en servilletas de papel. Claro que él no era un escritorzuelo, si ni siquiera un escritor. De hecho odiaba los libros.
-Mira, ni el mejor de los libros supera la historia de este barrio, de cualquiera de sus familias, de cualquiera de sus componentes. Hay mucha más verdad en los estantes del ultramarinos del pakistaní que en cualquier libro. Las historias de los libros terminan con el capricho de su autor. Después de ellos la nada. Fin, se acabó. Se puede seguir la pista de cualquier vecino varios años después de haberle conocido, rastrear el testimonio de cualquier chisme de patio de vecinas o conocer el destino de aquel amigo de la infancia. Pero en un libro uno no puede preguntarse por la suerte de alguno de sus protagonistas tras acabar la última página, no puede conocer los acontecimientos posteriores a la historia novelada. No. Los escritores crean mundos tal vez verosímiles y profundos pero su estrechez temporal y la imposibilidad para el lector de conocer más allá de la novela hacen de la literatura un arte prescindible. Para qué quiero libros si ya existe la gente. En su momento leí mucho, sobre todo en la universidad, pero eran lecturas obligatorias. Ahora ya no hay nadie que me imponga la lectura, por eso no la práctico.
He guardado la servilleta durante varios días pensando qué hacer con ella. Finalmente he decidido difundir su contenido porque seguramente demuestre que miente en algo.

Ojalá fuese huérfano
ojalá les hubiese matado cuando aun era niño
cuando no tenía ni edad para ir a la cárcel.

Si yo hubiese tenido una madre como la de Panero
(como la de Leopoldo María Panero)
si yo hubiese tenido la suerte
de tener una madre que sonriese siempre
que sonriese al contarle
que mi actividad sexual en el psiquiátrico
se reducía a las mamadas de los subnormales
a cambio de tabaco
yo
hubiese sido otro.

jueves, 27 de octubre de 2011

El derecho al suicidio

El suicidio es la primera causa externa de defunción, por delante de los accidentes de tráfico o el SIDA. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) las muertes por suicidio representan el 4% del total de fallecimientos. Según el INE se suicidan anualmente de media unas 3.500 personas, una cifra que ha aumentado considerablemente desde el año 2008. La Organización Mundial de la Salud (OMS) constata en sus estadísticas que se suicida una persona cada 40 segundos. Es la primera causa de muerte violenta en el mundo, donde se producen al año un millón de suicidios y 20 millones de intentos, superando las muertes por guerras y homicidios juntos.

Los institutos de estadística suelen publicar con retraso de varios años las estadísticas sobre el suicidio. En el archivo del INE sólo están publicados los datos hasta el año 2006 (fuente), donde consta que se suicidaron oficialmente unas 1.806 personas. Según estos datos los hombres suicidas triplican al número de mujeres (1480 suicidios masculinos frente a 537 femeninos en el año 2006). El grado de eficacia del suicidio en España es bastante alto: de 2017 tentativas de suicidio sólo 211 fueron infructuosas. Las franjas de edades donde se producen más suicidios son, de mayor a menor: 60 años o más (719 suicidios), de 30 a 39 años (306 suicidios), de 40 a 49 años (295 suicidios), de 50 a 59 años (273 suicidios), de 20 a 29 años (180 suicidios) y finalmente de 13 a 19 años (33 suicidios). A la hora de suicidarse las personas con 60 años son más eficaces, ya que pese a ser los que más se suicidan (719), son la segunda franja con menos tentativas. La edad donde las tentativas son más representativas respecto a los suicidios consumados es la franja de 20 a 29 años: 50 tentativas de suicidio frente a 180 consumadas.

Según la misma fuente del Instituto Nacional de Estadística el modo de ejecución más utilizado es el ahorcamiento y estrangulación con 854 suicidios del total de 1.806, tirándose desde una altura (454 muertos), "otros medios" (148), envenenamiento (124), utilizando un arma de fuego o explosivos (118), arrojarse al paso de un vehículo (73) y finalmente con la ayuda de un arma blanca (35). En el apartado de tentativas el método utilizado menos eficaz es el envenenamiento con 75 tentativas de un total de 211.

***
El suicidio no es un problema: 
es la solución de un problema.

Cada vida debería depender de uno mismo. Lamentablemente no se pueden evitar, por su carácter, ni los accidentes ni las enfermedades mortales. La vida es temporalmente limitada, siempre acaba con la muerte. El momento y el modo de la muerte varían según cada individuo: no estamos programados para vivir unos determinados años o morir de una determinada manera. La mayoría de las muertes ocurren sin la aprobación del individuo, sin su consentimiento expreso ni su conocimiento en muchos casos. Es decir, la muerte de la mayoría de las personas depende de factores externos ajenos a él, muchas veces a través de un proceso doloroso y otras por el infortunio. La muerte puede llegar tras vivir los mejores años de una vida, que se apaga lentamente, o en el mejor momento de la vida de una persona, sesgando su potencial de futuro. La vida es lo único que tenemos, nuestra posesión más verdadera, nuestro territorio individual con plenos poderes y soberanía unipersonal. En sociedades donde los individuos tienen teóricamente la posibilidad de elegir sobre la forma de vida de otras personas, sobre el modo de organización de millones de otras vidas, hay un asunto personal que aun no se ha resuelto, un asunto de vital importancia que se teme abordar: el suicidio.

***
La bañera está llena,
cerramos el grifo.
La puerta está abierta,
la cerramos;
si está cerrada,
la abrimos.
La cena está hecha,
apagamos el horno.
Salimos de una habitación,
apagamos las luces.

***

Desde la asociación Podemos (Asociación por el Derecho al Suicidio) creemos que el suicidio es una decisión personal e individual tan aceptable como otra cualquiera que no incurra en ningún delito. 

Pedimos que se reconozca al suicidio como uno de los derechos inherentes al ser humano. 

Exigimos la inclusión de este derecho en la Declaración Universal de Derechos Humanos basándonos en el Artículo 12: "Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación", ampliando el Artículo 3: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona" para que se reconozca que el derecho a la vida está ligado al derecho a poder decidir el momento y el modo de la muerte de uno mismo. 

Insistimos que toda persona tiene el derecho a suicidarse sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición, tal como reza el segundo artículo.

Por eso llevaremos esta propuesta de ley avalada con más de medio millón de votos. Una ley que ofrezca cobertura sanitaria universal para el suicidio asistido en centros públicos o privados. Una ley que permita que cualquier persona pueda suicidarse gratuitamente. Una ley que impida que el suicidio se convierta en un acto más traumático de lo necesario tanto para el suicida como para el resto de la sociedad. Una ley que impida que las aceras se llenen de cuerpos desmembrados. Una ley que limite la venta ilegal de armas de fuego para el suicidio. Una ley que provea a los ciudadanos de venenos y medicamentos mortales higiénicos y salas debidamente acondicionadas para el que lo desee. Una ley, en fin, que dignifique algo tan natural como matarse.

No queremos que se olvide que el suicidio ahorra miles de euros al erario público ya que la mayoría de los suicidas están en edad de jubilación (con la consiguiente pensión mensual) o afectados por alguna enfermedad mental (de baja laboral, cobrando el paro o/y siguiendo costosos tratamientos psiquiátricos).

Representamos a esos millones de suicidas de la historia que han muerto indignamente por culpa de una visión judeocristiana de la vida, represiva y restrictiva, incapaz de empatizar o apiadarse de una persona que quiere dejar de vivir. Por eso reiteramos nuestro compromiso: ¡Legalización del suicidio ya!
***
Si la casa está en ruinas
demoler,
si el coche ya no anda
chatarrero,
si la basura está llena
se tira.

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Nace la Asamblea de Apoyo al Suicidio

La Conferencia Episcopal ha emprendido acciones legales contra la asociación tildándola de "anticonstitucional y contraria a los valores morales universales de defensa de la vida"

Presentación de la AAS en Madrid           EFE
AGENCIAS - MADRID 27/10/2011

El Registro Nacional de Asociaciones de España acaba de aceptar la solicitud de constitución de la Asamblea de Apoyo al Suicidio (ASS), una asociación de ámbito nacional creada para "dar apoyo logístico y dignificar el suicidio". Según su presidenta Fabiola Weiß la propuesta "surge de una necesidad social" sobre un asunto, el suicidio, "que es ignorado por las instituciones pese a ser una de las principales causas de mortalidad en el mundo". 

La legalización de esta asociación no ha estado exenta de polémica. La Conferencia Episcopal Española ha remitido un comunicado a los medios de comunicación donde aseguran que han emprendido acciones legales para su ilegalización. Su secretario general y portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, ha criticado duramente al gobierno socialista por "aprobar leyes y apoyar colectivos que van en contra de la dignidad humana". En unas declaraciones a la agencia EFE el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, ha expresado su indignación ante "un nuevo paso hacia la cultura de la muerte", ya que según él "la legalización del suicidio, del aborto y del matrimonio homosexual son pruebas irrefutables de que actualmente nos gobierna la maldad". Convoca a todos los católicos y a toda persona de bien a la manifestación del próximo sábado 29 de Octubre , que será "un acto de afirmación de la vida, un ejemplo de compasión y amor a la humanidad".


El portavoz de ASS Jose Luis Cachofeiro respondía horas después a la Conferencia Episcopal en una entrevista en el programa "Herrera en la Onda" de la radio Onda Cero alegando que "vivimos en un estado aconfesional donde cada cual puede expresar y defender libremente sus ideas mientras estas no constituyan delito". Señala que "nadie ha representado el mal en la historia como la Iglesia Católica", asegurando que "nuestra asociación se ha creado para facilitar y dignificar el suicidio, no incentivarlo", insistiendo en que "la vida de cada cual le pertenece sólo a él, exclusivamente a él le compete elegir qué estudiar, donde trabajar o qué hacer con su vida". Así mismo ha querido dejar claro que no tienen ninguna relación con la asociación Podemos
(Asociación por el Derecho al Suicidio) ya que a su juicio "presentan una alternativa asistencialista, cuando nosotros defendemos que cada persona sea libre de elegir su destino sin ingerencias del estado, sin esperar el consentimiento de psiquiatras y psicólogos de la sanidad pública".

Esta tarde se espera la comparecencia de Antonio Camacho Vizcaíno, ministro del interior, sobre lo que algunos medios ya hablan de "la última locura de Zapatero".

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Nadie sabe cómo empezar este tipo de cartas. Llevo semanas pensando en cómo exteriorizar de forma clara todos mis pensamientos para que podáis comprender la decisión que voy a tomar. Esta carta está dirigida a todos mis seres queridos, es importante para mí que la leáis todos y aparquéis por un momento vuestras disputas personales. Es el último favor que os pido.

Todos sabéis que mi vida no ha sido especialmente difícil. Tuve la suerte de tener unos padres atentos y cariñosos, de esos que ya no quedan. Aun me acuerdo de cómo papá nos reunía a todos tras una discusión entre hermanos para hablar sobre el problema, intentando conciliarnos a través de la palabra. Nunca olvidaré la paciencia que tuvo mamá con nosotros, en cómo nos apoyaba en todo, incluso en las mayores locuras. Todos sufrimos cuando nos dejaron cuando fallecieron, fueron unos meses bastante duros por su ausencia, pero eso nos unió mucho, me acuerdo que nos veíamos casi todos los días. Cosa ahora impensable.

Yo, por suerte, no dejaré mujer ni hijos. Y digo por suerte porque ahora me doy cuenta de que era mejor así. De otro modo ahora ella sería viuda y mis hijos sufrirían mucho. Siento haceros sufrir ahora a vosotros, pero tenéis que entender que lo hago por el bien de todos. He vivido con tristeza el distanciamiento de la familia, he tenido que ver cómo lo que antes era una piña ahora era una guerra por cuatro duros. Sí, por cuatro duros. No creo que haya en el mundo cosa menos importante que el dinero, mucho menos para separar de este modo a personas que antes se querían mucho. Sí, quiero que lo recordéis: nos quisimos mucho. 

Por eso rechacé la parte de mi herencia, para intentar alejarme del foco del problema, esperando que mi autoexclusión facilitase las cosas. No funcionó. Pude ver como todos os precipitabais a un agujero negro, oscuro, de donde es difícil salir. El dinero saca lo peor de las personas. Os pido que penséis en ello y os preguntéis si el dinero ha merecido la pena, si ese es el precio de vuestra enemistad. Sabéis que papá y mamá jamás hubiesen permitido esta situación, y si existe algún lugar donde se van los que nos han dejado, estoy seguro que ellos se pondrían muy tristes. Sólo de pensar en papá y mamá y todo este lío que habéis montado me entran ganas de llorar.

Sois lo único que he tenido y lo único que tengo. Mis amigos de toda la vida fueron creando sus propias vidas y sus propias familias, el distanciamiento era inevitable. Para mí mi familia seguíais siendo vosotros, aunque hace tiempo que no se nos podía llamar "familia". Recuerdo como papá hablaba siempre de que la familia es lo más importante, que debemos defendernos los unos a los otros, que lo que pasa en la familia se queda en la familia. Vosotros lo habéis incumplido. Imaginaros que hubiese pasado si a mamá se le hubiese ocurrido denunciar malos tratos alguna vez. Pensadlo. Jamás habríamos vivido esa infancia y juventud tan alegre. No, nos hubiesen separado y enfrentado. Ya sabéis como son los divorcios, y dudo que un hombre tan bueno como papá hubiese aguantado mucho en la cárcel. Vosotros con vuestra actitud estáis deshaciendo todo lo que fuimos, los mejores años de nuestra vida. 

Desde hace algunos años, pero con más intensidad estos últimos meses, he deseado dormir y no despertar jamás. Cuando duermo estoy en paz, no sufro ni pienso, estoy tranquilo. Las peores horas del día son en las que estoy despierto, no lo aguanto. No aguanto ver esta situación, es muy triste. Creo que ya no tengo mucho que aportar a esta vida, creo que si ni siquiera vosotros me hacéis caso nadie más lo hará. Me he sentido muy solo estos últimos meses, hace mucho que no hablo con casi ninguno de vosotros porque ninguno de vosotros se ha dignado a contestar a mis llamadas. Yo no os he hecho nada. Nunca hice nada que pudiese molestaros, al contrario. Sabéis perfectamente que lo de papá y mamá lo acordamos entre todos, como papá hubiese querido. Estaban demasiado enfermos y verles sufrir así era una tortura, parece que os habéis olvidado. Ahora renegáis de mí como si yo hubiese hecho algo distinto a lo que todos queríamos, a lo que creíamos que era mejor para papá y mamá. Acordaos de cómo sufrían, de cómo lloraban, de cómo se iban muriendo lentamente sin que llegase la paz que les consolara. Fue algo muy triste, pero había que hacerlo.

Espero que mi decisión os haga abrir los ojos de nuevo. Espero que con mi ida todos os reunáis de nuevo, no sólo para leer esta carta, sino para poder hablar y arreglar de una vez vuestros problemas. Lo hago por nosotros, espero que sirva de algo. Todo lo que he hecho en mi vida ha sido por nosotros. 

Os quiero.

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martes, 18 de octubre de 2011

No os hagáis los locos (si no estáis realmente locos)

Sí, no os hagáis los locos, lo digo por vosotros. Lo digo por esa estúpida costumbre de muchos autodenominados artistas que se dedican a exhibir una locura que no padecen, a jugar a estar enfermo, sí, a jugar a estar locos. No lo hagáis más, dejad esa pose, ese personaje, olvidadlo. No sois Dalí. Personajes como Dalí sólo ocurren cada dos mil años. Vosotros no sois Dalí, repito, abandonad la pose de la locura. No estáis locos, no os hagáis los locos.

Quién ha sufrido una enfermedad mental o psicológica jamás parodiaría la locura. La locura no se juega porque no es un juego, al contrario. Quién ha padecido o padece la locura, en cualquiera de sus vertientes, no montaría un circo con ella. Jamás. Un enfermo conoce demasiado bien el ruido oscuro, el vértigo de no encontrarse o de conocerse demasiado bien para temerse. Vosotros no. Un loco no quiere estar loco, un loco sufre. Vosotros no. Vosotros habéis creado monstruitos de corta y pega a partir de experiencias de otros. Ese monstruito ni siquiera está muerto, ese monstruito que vosotros llamáis locura es de hojalata o cartón. No vive, no camina a vuestro lado arrebatándoos vuestra vida. No sabéis qué es eso. Jamás lo sabréis. No os gustaría saberlo.

Creéis que la creatividad permite llegar a cualquier estado. Es mentira. Posiblemente os hayáis drogado todos los fines de semana durante años. Eso no es estar loco. Seguramente quisisteis moriros cuando os dejó vuestro novio a los veinte años. Eso no es estar loco. La tristeza no es depresión, cortarse las venas superficialmente no es un intento de suicidio. Era para llamar la atención. No os engañéis. No engañéis a los demás. Ser bipolar no es levantarse de mal café y acto seguido estallar de alegría con el vestido nuevo. No-lo-es. Mirar el correo y el móvil en un ataque de celos no es paranoia. Son simplemente celos. Agobiaros por los exámenes, sentir rubor ante una situación vergonzante no es ansiedad. Dad gracias porque no lo es.

Repito, insisto: no os hagáis los locos. No hace falta hacerse el loco para ser eso que creéis que es un artista. Un artista es un creador. Para crear una historia no hace falta estar loco. Cervantes no estaba loco, pero creó personajes que sí lo estaban. No sois Cervantes. Personas como Cervantes ocurren cada cinco mil años. Vosotros no sois Cervantes. Pero podéis crear historias verosímiles sobre gente que no está cuerda. Estupendo. Pero no os hagáis los locos. No lo estáis. Todo ese espectáculo egoridículo es innecesario. Vosotros no os lo creéis, los demás no os creen. Abandonad la pose.

Vosotros no habéis sentido que tenéis un enemigo dentro. Un enemigo de verdad, astuto y fuerte. Un enemigo que os pone la zancadilla, que os amordaza entre vuestros huesos, que actúa a vuestras espaldas. Vosotros no sabéis lo que es vivir a partir de otro que nadie más puede ver. No sabéis lo que es sentir miedo al tocaros, al sentiros, al veros. No sabéis qué clase de vida es aquella que se vive a expensas de lo que decida otro que no existe. No, no lo sabéis. Sois afortunados, seguid así.

Mientras vosotros jugáis a los locos, mientras vosotros os drogáis de mil formas distintas para intentar acercaros a eso que creéis que es la locura, los locos sufren. Ningún enfermo mental tomaría algo para sentir su enfermedad, porque su enfermedad le acompaña siempre, quiera o no, de una forma tan intensa que no seriáis capaz de entender jamás. Por suerte, jamás. Y al día siguiente tendréis una resaca que no os dejará levantaros de la cama, y os quejareis. Un enfermo puede estar semanas, meses, sin salir de su cama. A los enfermos les hipermedican y no tiene nada de gracioso, nada de lúdico: no es divertido. Los enfermos quieren curarse porque están enfermos. Vosotros queréis enfermar porque estáis cuerdos. No juguéis a estar locos.

Estar enfermo de locura es socialmente denigrante. Jamás lo entenderéis. A un loco nadie lo entiende. Nadie entiende lo que es estar enfermo psicológicamente. Cualquier persona siente compasión hacia un enfermo de cáncer. Cualquiera puede sentir empatía hacia alguien a quién hayan amputado una pierna. La herida física se entiende. La herida mental no. Los enfermos mentales tienen que enfrentarse a todo el mundo porque ese mundo no es capaz de entender que está enfermo. ¿Dónde está la herida? ¿por dónde sangra? ¿y las vendas? Nadie ve nada. Por eso no lo entienden. Ocurre que muchas veces ni siquiera les creen. "Si no sangra está sano", dicen. "Si puede caminar puede trabajar", dicen. Es mentira. La mayoría de las enfermedades mentales son para toda la vida. Creedme, para toda la vida. Por mucho que se ultramediquen, por mucha terapia y por mucho dinero que uno se gaste en psiquiatras, la enfermedad sigue ahí. A veces está más tranquila, a veces un loco cree estar curado. Pero es mentira. La herida está demasiado dentro, tal vez dormida, pero esperando. Es un león, una serpiente, un grillo o un buitre: da igual. Sigue ahí esperando y no se rinde jamás.

Insisto, repito, imploro: dejad de haceros los locos. Si sois buenos en lo vuestro os juzgarán por ello, sino no, por mucho que hagáis un papel. No hay nada peor que un autodenominado artista que pretende estar loco para compensar su falta de talento. Sed sinceros con vosotros. Sed sinceros con los demás. Abandonad la pose, abandonadla ya. A algunos locos, a algunos enfermos, a algunos tarados, no les queda otra que eso que llaman arte para sacar sus demonios. Dejadles esa parcela para ellos. Ese territorio es suyo, sólo suyo, de nadie más. No juguéis con eso. No se lo arrebatéis más. No no lo hagáis. No es un aviso, no es un consejo: es una amenaza.