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El vacío existencial
Tras acabar mi jornada laboral, nada me apetecía más que ir a tomarme unas birras. Me subí a mí Harlem y conduje a toda prisa hasta "El diente de león". ¡Era viernes, carajo! Después de aguantar ocho horas al borde del encargado, que la turbina se estropease y que me tuviese cinco horas pringado de petróleo, hasta que descubrí que una maldita tuerca desgastada era la causante de la avería, me merecía una buena juerga y, a ser posible, con alguna morenaza. Sin embargo, nada más pasar el umbral de la puerta de la cervecería me quedé petrificado. A la derecha había dos mesas. En una de ellas, cuatro hombres robustos cuya vestimenta de cuero y tatuajes en sus brazos dejaba claro que eran moteros, tenían sus birras intactas sobre la mesa, pero estaban enfrascados chateando o mirando quién sabe qué de internet. En la otra mesa, una joven y dos niñatos con pinta de hacer más horas de gimnasio que un reloj chateaban por el móvil como si estuviesen hipnotizados. No se decían ni una palabra. El silencio patente se rompía por el sonido del taco al golpear la bola de billar de color negro que un afroamericano acababa de golpear, mientras su rival; aparentemente irlandés chateaba por el móvil ignorando la jugada. ¿Pero esto qué es?, ¡la conchaba de su madre!, dije asqueado.
La mujer de la barra, una pelirroja de pechos fulgurantes, me soltó con una risita burlona.
—¿Quieres tomar algo o puedo seguir con mi partida de Candy Crush?
La fulminé con la mirada y en ese instante lo aborrecí, aborrecí esa sensación que me invadió: el horror vacui. Ese vacío que de pronto, sin esperarlo ni pretenderlo, entró en mí. Me mordí los labios y salí huyendo como alma que lleva el diablo. ¡Maldita tecnología! Farfullé. Llegué a casa, saqué un paquete de cervezas de la nevera, una bolsa de Cheetos del armario, puse un partido de baloncesto de la NBA y me senté en el sillón frente al televisor. ¡La dolce vita! Grité a la vez que ese vacío se disipaba.
https://bloguers.net/votar/NuriadeEspinosa
¡A huevo! Pulque curado para la escritora, de mi parte. La vida está en los cheetos y disfrutar lo que tenemos, queremos y no nos molesta, sí pues, soy un pinche hedonista y ególatra y puto y furry y soy feliz, ¡Era viernes, carajo!. Buen texto, sube el ánimo.
ResponderEliminarJajajaja, así es Conejo, era viernes y hay que desconectar. Un abrazo
EliminarEs tremenda esa sensación de vacío y soledad, aun encontrandose uno rodeado de tanta gente! Se da más a menudo de lo que pensamos, y desgraciadamente, sin querer lo aceptamos como una cosa normal e inevitable! Una pena, sin duda! Un abrazote Nuria y gracias por proponernos este tema tan interesante!
ResponderEliminarTotalmente, la sociedad de hoy no sabe disfrutar de su tiempo y provoca vacíos en los demás. Gracias a ti por sumarte. Un abrazo gigante
EliminarUn vacío que cada vez se hace más grande, ya que los dichosos móviles marcan un silencio entre las personas a la vez que un cercamiento, gran paradoja. Un buen texto y esas birras viendo un parido de la NBA lo mejor ajja. Un besote. Feliz casi fin de semana.
ResponderEliminarCiertamente así es Campirela, hoy en día ves la gente en la terraza de los bares sentados, pero sin decir palabra pendientes del móvil. Gracias y un abrazo enorme. Feliz casi fin de semana
EliminarLa vida está cambiando y los móviles poco a poco cambian la costumbre de las relaciones sociales y la cercanía de las personas.
ResponderEliminarUn saludo
Ciertamente así es Buscador, la sociedad cambia. Un abrazo
EliminarTienes toda la razón!! Lo que nos ha vaciado la vida la tecnología... ha crecido tan rápido que no nos hemos dado de su invasión en nuestras vidas.
ResponderEliminarBss
Totalmente Sylvia, la tecnología para algunas cosas ha ido bien, pero ha hecho mucho daño a nivel comunicativo y a los niños su pérdida de imaginación. Un abrazo
EliminarExcelente Nuria, te felicito, es increíble cómo el mundo vive enfrascado en sus pantallas, sin enterarse de lo que pasa alrededor, si uno sale es para divertirse, no para dejar la cerveza calentándose en su vaso y si vas a jugar al billar, a jugar entonces, si estás con alguien disfruta la charla con esa persona, el mundo se está transformando en un autismo absoluto.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
Completamente de acuerdo, por eso los niños de hoy tienen tantos problemas, no saben jugar con juguetes ni ponerle imaginación, es muy triste. Un abrazo
EliminarCada vez más la tecnología nos oprime y tiraniza y estar paseando en un celular (móvil) sin ton ni son parece ser más habitual y necesario que vivir con ímpetu y disfrutando. Buen relato, Nuria. Un abrazo y felicitaciones por el éxito de tu convocatoria
ResponderEliminarAsí es Mónica, la obsesión por el móvil está provocando que la gente deje de conversar. Un abrazo gigante
EliminarVacíos, nadie puede estar vacío, siempre hay algo en que enfocar la vida... sino leeme. jajajaj. No, esos vacíos hay que buscar como llenarlos hasta que se vaya el dolor.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo Gustab, jeje, un abrazo
Eliminarpuede ser que "estar conectado" es lo que llena un vacio hoy en dia o es algo que distrae a la gente del vacio.
ResponderEliminarTodo es posible José, el problema en mi opinión es que la gente está dejando de comunicarse verbalmente, por su atracción hacia la tecnología y los famosos emoticonos. Un abrazo
EliminarHola Nuria, me ha resultado gracioso el final del relato, nada como unos cheetos para llenar el vacío y con una buena cerveza ni más ni menos. Cierto es que la tecnología está creando vacíos, en lugar de acercar aleja.
ResponderEliminarBesos!!
Hola Dakota, es lo que pienso y lo que veo en las terrazas de los bares y restaurantes, varias personas en una mesa con los móviles en la mano sin decirse ni una palabra. Me parece muy triste. Un abrazo
EliminarEso sí que produce un vacío total, ver qué la sociedad aún en grupo se aísla en sus móviles y no socializa con nadie. Es de pena.
ResponderEliminarHola Tracy, así es ese aislamiento está provocando la descomunicación verbal. Un abrazo
EliminarHola, Nuria, era viernes y desconectaron o se conectaron, da mucho qué pensar el relato y sí, por desgracia, todo el mundo está más pendiente de una pantalla que de su vida. Muy triste. Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Así es Merche, la gente no se da ni cuenta de su adicción a las tecnologías. Un abrazo
EliminarUn curioso vacío el que nos describes. El vacío de la compañía humana. Adaptarse o morir. Debería it a comparte un móvil.
ResponderEliminar¿ Este relato es un 2 x 1 para presentar también al rintero de oro, no?
Abrazooo
Hola Gabilante, efectivamente podría haberlo aprovechado para el tintero, sin embargo, puse otro para no mezclar, jejeje. Un abrazo
EliminarQue desilusión. Pensaba encontrar con un lugar estilo Born to be wild, hasta pelearse con otros motoqueros, por la atención de una mujer.
ResponderEliminarPero no. Estaban todos con los celulares. Puede ser una manía en algunos casos.
Bien planteado.
Jajajaja, bien podría haber pasado Demiurgo, un abrazo
EliminarCascarones vacíos, en eso nos han, o nos hemos, convertido.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Cabezas huecas, jajajaja. Gracias José. Un abrazo
EliminarHay momentos para el celular y otros no... Debería haber gente riendo, bailando, coqueteando, discutiendo pavadas, emborrachandose e incluso dejando penas en un bar, no eso que se encontró el protagonista, seres aislados unos de otros en un aparato... Que triste ese vacío sin duda... Besos por ahí!!!
ResponderEliminarTotalmente Mari, por desgracia esa imagen la vemos a diario en la terrazas de los bares y restaurantes. Un abrazo
EliminarMe ha encantado el relato Nuria, cómo lo has planteado. Parece mentira pero bien cierto es, que la tecnología está a la orden del día, vayas donde vayas, encuentras a montón de gente con el móvil hipnotizados mirando la pantalla. Tanta gente y tanta soledad como se puede llegar a sentir. Hasta dónde estamos llegando. Es la sociedad actual. Una pena.
ResponderEliminarLlego tarde no he podido antes, pero ha merecido la pena, Nuria.
Un beso enorme.
Cierto María, una sociedad que va de cabeza hacia la autodestrucción. Gracias y un abrazo
EliminarTremendo lo de la tecnología, junto con la IA que me tiene aterrada. ¡Si tan sólo pudiéramos hallar un justo medio! Pero ... El vacío existencial existe desde todos los tiempos. Aquí los Cheetos salieron al auxilio, jajaja... Pero bueno, la cuestión es que a veces no es tan sencilla la búsqueda, mi voto sincero porque llenemos nuestros espíritus de vida y de amor. Abrazos, Nuria 🌹🌹🌹
ResponderEliminarGracias Maty, coincido plenamente, llenemos nuestros espíritus de vida y amor. Un abrazo grande
EliminarPodría ser el comienzo de una novela negra en la que el detective solitario apaga sus penas con Cheetos y cerveza en vez de whisky. Un abrazo
ResponderEliminarJajajaja, pues sí. Un abrazo
EliminarCómo has narrado el signo de este tiempo, Nuria. Cada vez va a más generando más problemas de incomunicación al estar comunicándonos. Ironías de la tecnología.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :-)
Así es, una ironía de la evolución. Un abrazo
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