Desde el blog El Tintero de Oro este mes la propuesta es: crear un relato donde el tema sea una historia relacionada con algún tipo de injusticia social. Cuya extensión no podrá superar las 900 palabras. Para más información pasa por el Blog.
Este esta es mi participación en el Concurso 38ª Ed. Matar a un Ruiseñor de Harper Lee 👇👇
Luis era un joven de diecisiete años que provenía de una familia humilde y trabajadora. Pasaba largas horas con su padre, en el campo, y cuando regresaban al atardecer lo hacían agotados. Pero a pesar de ello, Luis, que tenía un corazón noble y su sueño era ser médico. Dedicaba las pocas horas que le quedaban a estudiar.
Sin embargo, el sistema educativo en aquel pequeño pueblo, era pésimo. Solo existía una escuela pública, y se encontraba carente de recursos, por lo que la enseñanza era limitada.
Luis, a pesar de las dificultades, era un joven aplicado y día tras día se esforzaba al máximo leyendo y estudiando todos los libros que podía, aunque tuviese que hacer largas caminatas para poder acceder a una pequeña biblioteca local, nunca se quejaba, excepto en una ocasión que desanimado, le dijo a su madre que era una injusticia. Pero ella le contestó que nunca tirase la toalla si ese era su sueño, que al final de tanto esfuerzo vería el resultado.
Una mañana, tras haber leído él en el periódico local, una noticia que le sorprendió y llenó de confianza; sin decir nada a sus padres, se levantó muy temprano y curso la solicitud para una beca en una universidad de la ciudad condal. La beca prometía una oportunidad justa y equitativa para estudiantes de bajos recursos como él.
Sin embargo, pronto la injusticia social se hizo presente. Había solicitudes de varios candidatos cuyas familias eran ricas, según leyó la semana siguiente en el periódico local. Entonces pensó en que la convocatoria era un simple paripé de cara a la sociedad. Luis se sintió como un pez pequeño en medio de un océano lleno de tiburones. Qué podía hacer él más que confiar en su inteligencia. Para su sorpresa, días después recibió una notificación en la que lo invitaban a tener una entrevista tras la cual debería someterse a un examen teórico.
Luis estaba pletórico, tenía una oportunidad. Pero lo que le dio mayor confianza, fueron las palabras de su padre cuando se le insistió en que no debía pasar esta oportunidad y mucho menos tenía que preocuparse por el trabajo de la granja, él podría tirar adelante, lo más importante era su futuro. La entrevista fue un mero trámite para los decanos, que no creían que Luis tuviera capacidad para superar la entrevista, y solo accedieron a ella para evitar que los periodistas que husmeaban en busca de una noticia, publicasen nada sobre las preferencias de la universidad.
Pero en cuanto los examinadores, empezaron a hacer preguntas y oír las respuestas de Luis lleno conocimiento, entereza y sabiduría, dándose cuenta de lo equivocados que estaban, al comprobar los conocimientos de Luis sobre la medicina. Su coeficiente intelectual superaba al de otros estudiantes de estatus más altos que no tenían la misma dedicación y tesón que él demostraba.
Luis regresó a su pequeño pueblo, con una sensación de impotencia,
tras las palabras del examinador al terminar el examen teórico, "le avisaremos si lo ha superado y sí, se acepta su solicitud".
Y a pesar de que el sistema fallaba para brindarle una oportunidad justa, la determinación que Luis guardaba en su corazón, no le permitió que su sueño se apagara. Siguió estudiando con lo poco que tenía a su alcance, hasta que una mañana, meses después, llegó la notificación ansiada: con manos temblorosas abrió el sobre. Sus padres lo observaban impacientes.
¡He conseguido la beca! Dijo feliz. Pero la sensación de júbilo se desvaneció casi al instante, cuando en el párrafo final de la carta leyó que los gastos de residencia corrían por a cargo del estudiante. La beca solamente cubría los libros y el material de prácticas.
Un suspiro salió de su garganta. Sin embargo, la sorpresa final fue aún mayor; sus padres, haciendo un gran esfuerzo en trabajo y recortes, llevaban años ahorrando para cuando llegara ese día. Luis lleno de alegría e ilusión un mes después, atravesó las puertas de la universidad. Estudio con ahínco y pronto destacó entre el resto del alumnado. Obtuvo un máster en medicina y cirugía torácica. Tras empezar en el hospital de la ciudad como una gran promesa para la medicina, dedicó el resto de su tiempo a dar conferencias sobre la necesidad de cambiar las becas de acceso a la universidad.
730 palabras
Muchas gracias, Nuria, por participar con este relato en el homenaje a Harper Lee. Mucha suerte.
ResponderEliminarGracias Marta, un abrazo
EliminarUna historia de superación personal y hasta familiar. Pero quizá lo mejor esté en ese final. Ayudar a que las próximas generaciones no tropiecen con la misma piedra. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Juana, ese debería ser el objetivo de esta sociedad. Un abrazo
EliminarNuria, un relato aleccionador. Me temo que muchas veces no solo esl esfuerzo personal conlleva éxito, será que soy muy pesimista. Pues me alegro por Luis, por los Luises que hayan logrado su sueño.
ResponderEliminarUn abrazo, compañera.
Es cierto Tara, pero ya que en la realidad sabemos que a pesar del esfuerzo personal siempre son beneficiados los ricachones, pues al menos que en la ficción no sea así. Gracias. Un abrazo
EliminarMe ha gustado la historia con crítica social, pero también con final feliz. Me quedo por tu blog para leerte.
ResponderEliminarBesos.
. Bienvenida Noelia, me alegro verte por aquí, así nos leemos. Gracias. Me alegro que te haya gustado el relato. Un abrazo
EliminarEl relato visibiliza una realidad que desgraciadamente aun sucede. Suerte! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Lady, así es, por eso aunque mi protagonista lo consigue, la realidad es otra muy distinta y esa es la que he querido reflejar. Un abrazo
EliminarHola Nuria.
ResponderEliminarLamentablemente, las diferencias sociales aún condicionan temas como las becas de estudio, que debieran ser orientadas a personas con pocos recursos, además de capacidad e interés en hacer el esfuerzo.
Un abrazo. Marlen.
Hola Marlem, si es muy cierto, por eso quise reflejarlo en mi relato aunque le diese un final feliz y esperanzador. Un abrazo
EliminarMuy buen relato. Suerte.
ResponderEliminarGracias Guillen, saludos
EliminarNunca he estado en grupos como el tuyo-Me gusta ser libre y no acepto ciertas cosas.Escribes muy bonito es como si volaras
ResponderEliminarUn abrazo infinito desde mi morada
Muchas gracias, me horanras con tu presencia, y aplaudo tu libre elección, un abrazo
EliminarSaludos Nuria
ResponderEliminarUn ana Buena historia de superación personal. El tema de la educación como causante de movilidad social ha sido cuestionado últimamente, yo sigo pensando que si es. Buena suerte en el concurso.
Gracias Alfredo por tu tiempo. Saludos
EliminarNo sé si lo conseguirá. Pero ¿qué conseguiríamos si nunca intentáramos nada?
ResponderEliminarAsí es Cabrónidas, gracias por tu tiempo.
EliminarMuy buena historia Nuria. Me encanta cómo escribes. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias Sanhoycal, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarEstupenda historia, Nuria. La diferencia de clases entonces era patente hasta para acceder a los estudios, menos mal que llegó la Universidad pública y facilitó el acceso a muchas personas, y eso que aún sigue siendo cara. Ahora la dificultad de acceso viene dada por las notes de corte. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias por tu tiempo Mayte, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarEse tipo de becas siempre resultan engañosas en algún punto.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Cierto José, además sabemos de sobra que no es real. Gracias por tu tiempo. Saludos
EliminarEficaz relato realista que aborda la superación de los obstáculos ante las dificultades reales que son sociales y administrativas, pero al final tiene un happy end que nos satisface a todos porque la justicia vence. Saludos.
ResponderEliminarCierto Joselu, quise poner ese final esperanzador. Gracias por tu tiempo. Un abrazo
EliminarHola Nuria, que relato tan hermoso y gratificante. A veces hay quien llega a la cúspide y como sabe del camino tan difícil hace por ayudar a quienes lo están intentando. Hay muchas maneras de hacerlo y en nuestras manos esta hacer lo posible. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí debe ser Ainhoa, gracias por tu tiempo. Un abrazo
EliminarHola, Nuria! Me ha encantado tu relato. El poder de la resiliencia es insuperable y si unimos a ellos los valores de un corazón noble y las ganas de ayudar, eso no tiene precio.
ResponderEliminarY es cierto lo de las diferencias sociales, pero creo que cuando se juntan las ganas y la nobleza se puede llegar lejos y servir a la humanidad de un modo u otro.
¡Un abrazo gigante!
Gracias por tu tiempo Yolanda, tus palabras me gratificante y me animan a seguir caminando. Un fuerte abrazo
EliminarHola Nuria, un relato que remueve conciencias, sin duda. Buen final.
ResponderEliminarUn abrazo..😊
Gracias Merche, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarHola Nuria, me gustó mucho tu relato, cuántos jóvenes humildes quieren estudiar y carecen de medios, tu relato crea conciencia al respecto, me gusta mucho su final, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Gracias Patricia, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarLa educación y las oportunidades deben ser iguales para todos, ricos y pobres. Un abrazo Nuria
ResponderEliminarAsí debería ser Federico, un abrazo
EliminarDesde luego que comparto el trasfondo social de tu relato. Una sociedad justa que trate por igual a todos sus ciudadanos dándoles las mismas oportunidades, hoy por hoy, tristemente, es una utopía. Va a ser siempre el esfuerzo insuperable de unos pocos lo que consiga que los más desfavorecidos en lo económico puedan llegar a la meta.
ResponderEliminarSaludos.
Si es Marcos, por desgracia es difícil que cambie. Saludos
EliminarHola, Nuria. Un relato que retrata muy bien lo injusto que puede llegar a ser nuestro sistema educativo. Suerte en el concurso. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Enrique, un abrazo.
EliminarA pesar de la injusticia, que le exigió más esfuerzo que a otros, logró su sueño de ser médico. Para que el mundo sea más justo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Demiurgo, gracias y un abrazo
EliminarUna historia brillante y aleccionadora, Núria. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Estrella, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarUn aplauso, Nuria. Una historia emotiva, sensible y que da una lección de saber hacer que ya quisieran muchos. Me alegro por Luís y por todo lo que él representa.
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Hola Nuria! Una historia preciosa que, aunque no lo pareciera, ha acabado por tener un final feliz. Es increíble como la educación, que debería ser un bien para todos, se ha ido convirtiendo en otra máquina de hacer dinero.
ResponderEliminarEn comparación con la época de nuestros padres o nuestros abuelos es verdad que hay un mayor acceso a los estudios superiores y más opciones entre las que elegir pero últimamente cada vez proliferan más las empresas que a cambio de una cuantiosa suma de dinero prometen métodos infalibles bien sea para aprender inglés en dos semanas o para convertirte en un bestseller.
Y los máster o cualquier tipo de estudio superior privado no dejan de aumentar los precios. Es todo un negocio.
Un saludo y suerte.
Cierto Rocío, el problema es que lo estamos permitiendo. Un abrazo
EliminarHola Nuria. Como firme defensor de lo público que soy, tan denostado siempre por ciertos sectores reaccionarios de la sociedad, me reafirmo y creo que así se puede desprender de tu relato en la importancia de cuidar de lo que es de todos, para aspirar a una sociedad justa y equilibrada en la que todos tengamos las mismas oportunidades, y no solo los hijos de los ricos. La segunda lección que se extrae de tu relato es el valor del esfuerzo, pues hay que saber hacerse también merecedor de las ayudas. Sin duda Luis es un ejemplo a seguir. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Jorge, pienso igual. Un abrazo
EliminarLa verdad es que la vida le puso a Luis multitud de oportunidades de rendirse y bajar los brazos y abandonar, pero Luis no aprovecho ninguna. una verdadera historia de superación y de amor de los padres, que sin duda se verá recompensada con los triunfos del hijo.
ResponderEliminarabrazo fuerte, Nuria y suerte
Gracias Gabiliante, así es Luis fue fuerte. Un abrazo
EliminarGrande el tesón del chico, pero más grande el amor y el apoyo de esos padres.
ResponderEliminarAsí es DelaFlor, gracias
EliminarMuy buen relato, Nuria. Gran aportación, suerte.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias Antonio por tus palabras, un abrazo
EliminarMuy buena aportación al reto, Nuria. El esfuerzo casi siempre suele llevarnos al éxito. Mucha suerte en el concurso. Un abrazo!!
ResponderEliminarGracias Pedro, me alegro que te haya gustado. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Nuria. Un relato cargado de optimismo. La sociedad no es justa, ni siquiera tratándose de becas. Hay mucho en lo que pensar.
ResponderEliminarQue tengas mucha suerte en el concurso. Un saludo.
Gracias Bruno, saludos
EliminarCuando le niegas a alguien la educación le niegas el futuro. Muy buen relato, Nuria, la injusticia social algo tremendo, menos mal que en tu relato hay esperanza. Un abrazo!!
ResponderEliminarGracias Lola, aunque sabemos que la realidad es muy distinta, quise darle un toque esperanzador. Un abrazo
EliminarLos sacrificios para avanzar son importantes
ResponderEliminarPues si, saludos Miguel.
EliminarHola, excelente y refrescante relato en que vemos como, a pesar de la fuerte presión social, las ganas de superación y el esfuerzo incansable rinde sus frutos al final... me ha gustado mucho. ¡Saludos!
ResponderEliminarGracias Octavio, un abrazo
EliminarMe gusta esta historia, Nuria. Aunque muchas veces, el esfuerzo y la valía no son suficientes para lograr las metas, sin esfuerzo y sin capacidad de superación, para los humildes es imposible el progreso social.
ResponderEliminarUn saludo.
Si es cierto, pero quise que mi historia tuviera un final esperanzador. Un abrazo
EliminarHola, Nuria, pues una injusticia que pudo ser esquivada gracias al tesón y el esfuerzo que la mala situación social otorga a sus inquilinos.
ResponderEliminarUn relato muy esclarecedor y significativo.
Un fuerte abrazo
Gracias Pepe, me alegro que te haya gustado. Un abrazo
EliminarHola, Nuria. Buena historia nos presentas y más con un personaje que demuestra integridad y agradecimiento. El verdadero éxito no es alcanzar una meta, sino el esfuerzo del camino; por supuesto siendo honesto y agradecido.
ResponderEliminarSaludos y suerte.
Gracias J. M sin duda todo es importante. Saludos
EliminarHola, Nuria.
ResponderEliminarUna justicia evidente que tuvo un final (y un flamante comienzo) gracias al esfuerzo de toda la familia.
Un fuerte abrazo ;-)