24 junio 2024

Capítulo XXVIII: Los poderes de Malaban

Habían pasado unas 10 horas, desde que habían entrado en el árbol Nragar, Daval y Malaban. El duende Grendoar se aproximó a Nragar, que llevaba varias horas fuera de las habitaciones, al lado del lago interior.

- Señor, los lobos os han seguido.

- ¿Cómo? 

- Sí, hay unas criaturas muy grandes con forma de lobos que están fuera del tronco olisqueando. Llevan así un tiempo y en algún momento ventean pero parecen no saber a dónde ir a partir de este punto. Me figuro que los habéis visto antes pero que no los habéis despistado del todo. Espero que sepáis cómo hacerlo.

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- Sí, no hace falta preocuparse, Grendoar. Hay alguien que confundirá nuestro rastro. Venía detrás nuestro y, si no podemos hacer nada nosotros, les llevará al río del Dragón Alado

- Pues espero que sea fuerte y rápido.

- Oh, lo es. Es el más fuerte y rápido de nuestro grupo. Y dudo que ellos vuelen - dijo Nragar con su sonrisa enigmática.

Grendoar sonrió.

- Ah, entonces bien. Pero vamos a tener que hacer algo para que esas bestias olviden que este sitio existe y podamos seguir cuidando a los viajeros que precisen ayuda.

- Pídeselo a Malaban. Vamos a ver qué puede hacer.

A Grendoar le extrañó: le había parecido un hombre que se ahogaba en un vaso de agua. Nragar le miró divertido.

- Pero ¿no lo sabéis aún?

- No, ni él mismo lo sabe, creo. Pero Elendiar dice que necesita saber cómo interpretar la magia y que sólo mediante la práctica descubrirá el potencial que lleva dentro. Slissas dijo que iba a informar de él al Señor de los Nigromantes.

- ¿Slissas, el monstruo del lago? Pues no parece… entiendo. Sin embargo, a mí me ha engañado pero no a Slissas.

- No creo que sea su intención. Daval dice que estaba muerto de miedo de ver a los lobos. Pero hay gente que tiene cualidades escondidas, tan escondidas que ni él mismo sabe que las tiene... O que no quiere usarlas. Aparte, Slissas... hmmm... todos sabemos que ese monstruo es asqueroso pero también que tiene una inteligencia y una perspicacia sobresalientes.

-

- Tendremos entonces que ver por dónde vamos... El barco mercante nos espera en Ko-Or-Natu y cuanto más tardemos, más posibilidad hay de que nos descubran.

- No hay problema, Nragar, os tengo hecho el recorrido por las grutas. Debéis llevar cuidado porque hay criaturas ahí que no son precisamente agradables pero si seguís mis instrucciones podréis pasar sin problemas.

Nragar lo miró fijamente.

- Estoy muy interesado en ese mapa.

Grendoar sonrió pícaramente: 

- Me lo temía... Por aquí, Interlocutor, habrá que culturizarle un poco.

Nragar se rió a carcajadas ante la ocurrencia del enano.

- Pero antes, tenemos que avisar a Daval y a Malaban.

- No hay que preocuparse: ya he mandado a dos duendes para que hagan de despertador. De hecho, ahí tienes a Daval.

- Uff, qué sueño más reparador. Estoy como nuevo.

- Pues lo vais a necesitar. Nragar y yo vamos a ver un mapa. Tú encárgate de que Malaban...

Oyeron unos pasos detrás y una voz dijo:

- ¿De que yo qué?

- Verás, tenemos un problema - le dijo Nragar.

- Nos han seguido.

- Exacto -dijo muy divertido Grendoar, pero la sonrisa se le quedó helada cuando vio la cara de Malaban que dijo muy serio.

- Llévame hasta la puerta.

Nragar le miró y dijo:

- Vamos todos.

Y así lo hicieron. Recorrieron el camino de vuelta hasta la puerta que daba al tronco del árbol. Una vez allí y desde un mecanismo que habían instalado los duendes, era posible ver lo que pasaba fuera y vieron a los lobos una vez más. Malaban suspiró y dijo:

- Habéis dicho que iba a venir otro alguien por aquí... -era una afirmación, no una pregunta.

- Sí, aún faltan dos por llegar, pero el que debería llegar primero es Bardianen. El último nos estará esperando en el barco mercante y no le envidio.

- Muy bien, voy a intentar facilitarle la llegada. Necesito un poco de espacio y un consejo: cualquiera que sea lo que oigan no me despierten.

Se sentó en el suelo y comenzó a concentrarse en lo que había visto fuera. Hacía mucho que no había practicado pero en poco tiempo supo cómo volver al estado de semiinconsciencia en el que, sin embargo, estaba consciente de lo importante: el lugar donde tenía que influir su mente para provocar el resultado deseado. Durante mucho tiempo, se había retirado porque no quería desarrollar aquellos poderes: le parecía que poseerlos era una barbaridad.

Pero ahora había visto a lo que se enfrentaba y también a lo que tenía que defender y no tuvo dificultad alguna para recordar lo aprendido, pero también recordó el grandísimo coste de energía que tendría para él. Debería comer bastante después y descansar. No iban a poder salir al menos en unas horas.

Estaba viendo a los lobos cada vez más ansiosos abajo y comenzó a percibir unas alas poderosas que volaban hacia aquel sitio: tenía poco tiempo entonces. Forzó al viento a elevarlos y los transportó sin problemas a varios km de distancia pero en una dirección en la que no habían estado antes. Sin rastro de olor y sin que supieran dónde estaban, ahora iban a tener difícil localizar el árbol y de paso a ellos también. Incluso si volvían, el olor iba a haber desaparecido, así que el árbol quedaba a salvo por esta vez.

Cuando despertó, estaba en la cama tumbado. Le habían llevado allí porque se había desmayado después. Iba a tener que practicar mucho si quería enfrentarse a cualquiera de los Nigromantes, pero al menos hoy había podido salir airoso de la prueba. 

Eso sí, vio que había un nuevo hombre con ellos: la nariz aguileña, los ojos redondos y profundos y un pelo castaño y extremadamente corto le hacían tener una silueta especial. Estaba callado y concentrado pero enseguida notó que Malaban estaba despierto, aunque guardó silencio. Grendoar se adelantó y les presentó:

- Malaban es el Primer Interlocutor, especialmente después de lo que ha hecho hoy. Y Bardianen es otro Interlocutor y otro cambiaformas. En cuanto Malaban descanse un poco más, partiremos hacia Ko-Or-Natu.

Malaban se levantó y dijo mientras le daba la mano a Bardianen:

- Podemos partir ya. Si necesito descansar, pararemos en el primer lugar que sea posible, pero lo que tengamos hecho, ya no lo tendremos que hacer.

Grendoar lo miró:

- ¿De verdad estás listo?

Malaban cogió su hatillo y dijo:

- Más que nunca.

Se despidieron de los duentes del árbol y comenzaron a andar el camino hacia el puente de Ko-Or-Natu y el buque mercante que los llevaría hasta Naras. Malaban estaba pensativo pero ninguno se atrevió a interrumpirle ahora que habían visto lo que podía hacer. Daval se dirigió a Nragar y le dijo:

- No entiendo, ¿por qué no quiso actuar así cuando lo llevaba yo?

- Algo pasó, algo muy grave y decidió que no merecía la pena usar esos dones. ¿Qué pasa si se equivoca y hiere a alguien que no es el objetivo?
Foto de Bradley Dunn en Unsplash

- Entiendo - dijo mientras se rascaba la cabeza-. Eso sería terrible.

Malaban se volvió entonces:

- Hay una parte que no logro recordar, por más que lo intento. Sólo sé que caí herido muy gravemente y que Tres Sabios me cogieron, me escondieron y me curaron. Pero lo que pasó antes, da igual lo que haga, no puedo recordarlo. Sólo recuerdo a alguien muy oscuro y con una voz particular que quería matarme. Pero aún hoy tengo la sensación de que no era más que un emisario. Como no sé qué pasó antes, me escondí. No sabía si había cometido algún error... 

Nragar le puso una mano grande y peluda encima del hombro:

- Tranquilo, Malaban, no tienes que explicar nada. Lo importante es que acabes recobrando la memoria. Aunque ese ser no exista ya, es posible que haya algo en tus recuerdos que nos ayude ahora. 

_____________________

Muy lejos, una comitiva encabezada por el ser de la voz plateada acababa de salir de Sinningen y sus integrantes percibieron la magia de Malaban y un escalofrío los recorrió. Sabían que había vuelto pero no sabían dónde estaba: aquel mago siempre había tenido una especial habilidad para bloquearles. Además, aunque lo habían sentido, también habían entendido que era simplemente como un primer bostezo, un poco de calentamiento. El potencial era gigantesco y lo iba a desarrollar sin mucho esfuerzo y sin que ellos pudieran pararle los pies.

2 comentarios:

  1. Centrados en la escena de Malabán, nos dejas con la intriga de qué hará el ser de la voz plateada en el avance que nos dejas, Mercedes.
    Un fuerte abrazo :-)

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    Respuestas
    1. Pues... todo eso a partir de septiembre... 📆
      Otro abrazo. 🤗

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