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17 octubre 2024

La habitación de los sueños.

 



María entró en la habitación, despacio, sin hacer ruido, con cautela. Por su mente volaban los recuerdos: cuando era pequeña y atravesaba esa puerta y veía cómo el sol inundaba la estancia al colarse por el gran ventanal. Se respiraba paz, igual que ahora la sentía. Sin quererlo, una lágrima resbaló por su mejilla y el tiempo se detuvo. Incapaz de avanzar un paso más, dirigió su mirada hacia el rincón en el que ella se sentaba y la vio: una niña llena de sueños leía cuentos acurrucada en una mecedora. Aquellos libros continuaban en su estante, llenos de pasado; pero no había ni rastro de los sueños. Estos, al igual que los años, se los había tragado el tiempo y ni el sol, con sus brillantes rayos, conseguía alegrar a la que ahora observaba desde la puerta.


Alguien le había dicho que abrazara a la niña que un día fue y entrar en su primera habitación era el paso inicial. Con mucho esfuerzo se sentó en aquella mecedora y cogió uno de sus cuentos. Los ojos anegados en lágrimas le impedían leer; los recuerdos la embargaban y la nostalgia le atenazaba el corazón. Allí, muchos años atrás, soñó con un futuro muy diferente al que tenía. Las malas decisiones la llevaron por caminos impetuosos. No había vuelta atrás, pero y si…


Todavía podía soñar, todavía podía escuchar a esa niña que acurrucada en su mecedora leía y soñaba. Se secó las lágrimas, cogió el móvil del bolso y con valentía marcó un número de teléfono.


Alfredo, hola, soy yo, me despido. Mañana no vuelvo al trabajo… Sí, voy a estudiar esa carrera… Con el dinero de la venta de la casa de mis padres… Sí, pasaré a recoger mis cosas. Gracias por todo. Adiós.


Con el corazón calmado y  una gran sonrisa en su rostro comentó a su yo del pasado que nunca es tarde para cumplir tus sueños.





Mercedes Soriano Trapero

Foto: canva



09 octubre 2024

Cinco currantes.


Relato para el blog El Acervo de Letras

 




Todos deseaban que llegara ese día, 5-10-2024: la celebración del quinto aniversario de su empresa, CINCO CURRANTES. Y no solo porque había pasado un lustro desde que aquel cinco de octubre de 2019 la abrieran, sino también porque rimaba con su nombre, con el aniversario y porque no, nadie haría la dichosa rima de hincar nada en nadie… Se lo habían currado, también y tan bien como su nombre indicaba, y eso había que celebrarlo por todo lo alto.

Durante los meses anteriores, las idas y venidas fueron enormes, de la máquina de café al despacho, del despacho a la máquina de café, un tránsito de idas y venidas que no se podía comparar ni con la hora punta en el metro: había que preparar el evento. Agustín Peliagudo, Nicolás Bienhecho, Bruno Almenos, Leticia Saldecuentas y Elena Lasiestas, fundadores de la empresa CINCO CURRANTES, tenían el deber para ellos mismos y para sus empleados de organizar la mejor fiesta de aniversario del mundo mundial. La empresa era grande, vamos, el fiestorro en sí, la empresa apenas llegaba a veinte empleados, más ellos cinco, veinticinco bocas que alimentar y, en este caso, que motivar con su aniversario.

Nicolás y Leticia y Bruno y Elena eran pareja y un día, allá por el verano del 2019, recién despedidos los cuatro de sus anteriores trabajos, decidieron montar una imprenta. No tenían ni idea de imprimir, ni de máquinas de impresión, ni de nada por el estilo, pero les gustó la idea. El primer problema al que se enfrentaron era que no tenían ni un duro para montar el negocio y los bancos ni querían verlos. Pero Nicolás, siempre con su buen hacer, no en vano era un Bienhecho, recordó que tenía un primo allende los mares con mucho dinero. Más rico que Amancio Ortega, pero nadie sabía nada, tenía el dinero escondido debajo del colchón y vivía en una cuadra que ni los cerdos vivirían en ella. Era muy peliagudo, haciendo honor a su apellido, y más tacaño que el que inventó el carpaccio…

Lo convencieron a base de lametones de oreja y se convirtió en el presidente supremo de la empresa. Fue entonces cuando decidió cambiar su chabola de allende los mares por un piso en la Castellana. Todavía hoy recuerdan a Don Peliagudo pagando en metálico la entrada del piso, billete a billete y alguna que otra moneda.

Y bueno, aunque los expertos comentaban que la empresa duraría un mes, ahí están, ya cinco años y Don Peliagudo ganando más dinero todavía. Por tanto, la fiesta tenía que ser a lo grande.

Como tenían pasta, optaron por alquilar un local en un hotel en pleno centro de Madrid, aperitivos variados para cenar, barra libre hasta que el cuerpo aguantase y música en directo. Entrada gratuita para todos los empleados sin excepción, hasta el último mono que había llegado un mes antes, y sus familiares, previamente registrados. Y 55 € por cabeza para todo aquel mindundi ajeno a la empresa que quisiera codearse con los CINCO CURRANTES. El señor Peliagudo así lo había dispuesto, no en vano se jugaba su dinero.

La fiesta llegó y fue tal su impacto entre los medios de comunicación que hasta Matías Prats la anunció en el telediario: no eres un cinco y lo sabes, comentó con su particular carisma. Hubo que colocar a dos esbirros más grandes que un tonel en la puerta del hotel para limitar la entrada; los 55 € se le quedaron cortos a muchos y Don Peliagudo tenía el símbolo del dólar reflejado en sus córneas. Había tanta gente que los otro cuatro currantes se quedaron difuminados en la sala y el resto de empleados se amotinó en el baño, más grande que una de las habitaciones del hotel, para celebrar su propia fiesta.


Al día siguiente, los prestigiosos periódicos nacionales se hacían eco de la noticia: la empresa CINCO CURRANTES había montado una fiesta que ni las de los equipos de fútbol ganando la copa del mundo. Tanto había gustado al personal, ajeno a la empresa claro, que ya hablaban de Don Peliagudo como el próximo organizador de fiestas y este, leyendo las noticias, se frotaba las manos porque el dinero le ardía entre las mismas.

Y, mientras, el verdadero personal de la empresa, con los ojos vidriosos por el alcohol, el poco que los de la entrada de 55€ le dejaron, se recostaba entre las máquinas fotocopiadoras de la empresa aquejados de mil y una contracturas al tener que bailar en las estrecheces del cuarto de baño de la sala. Una fiesta que pasaría a la historia por el hambre que pasaron ya que solo un plato de carpaccio consiguió llegar al baño y conforme llegó, se acabó, ni a una fibra de carne tocaron.

Los otros cuatro jefes, que se pasaron la fiesta en un rincón viendo pasar gente y gente que no conocían, llegaron al trabajo al día siguiente con una sonrisa de oreja a oreja para disimular. Y de disimulo en disimulo fueron preguntando al resto del personal que haciendo lo propio los felicitaba, encima, por tan buena fiesta.

Aunque, eso sí, los teléfonos comenzaron a sonar desde primera hora por tan magnífica publicidad como recibieron, lo que les asegura trabajo para, por lo menos, como admite Bruno Almenos, los cinco años siguientes. Fecha en la cual realizarán una fiesta todavía mejor que la anterior.




Mercedes Soriano Trapero
Para el VadeReto



03 octubre 2024

Por la naturaleza.

 

Relato para el blog El Tintero de Oro





Bajo un manto de nubes blancas, el sol ascendía en el cielo y con sus brazos transformados en brillantes rayos auguraba un cálido día para todos los seres del planeta.

A lo lejos, un colorido colibrí animaba el ambiente con su canto. Un poco más abajo, las hormigas se afanaban ya en su quehacer cotidiano e, incluso, algún oso hormiguero husmeaba el aire buscándolas. Pronto daría con ellas.

Una suave brisa movía las hojas de los árboles como un grácil director de orquesta y ellas despertaban los sentidos de otros animales que, poco a poco, despertaban.

En una de esas ramas esplendorosas una graciosa ardilla correteaba por el árbol cosechando aquello que le sirviera como alimento. Todavía no se atrevía a bajar de su hogar por si algún depredador madrugador estaba observándola. Nuestra amiga ardilla no sabía que, a aquellas horas, los depredadores todavía tenían cierta dejadez dormilona o, para despertarse por completo, acudían al caudaloso río que recorría el bosque.

Este, lleno de vida, bullía entre la naturaleza, alimentando a plantas, árboles y animales.

¡Qué maravillosa estampa contemplaban nuestros ojos! ¡Qué preciosidad de paisaje! ¡Qué…!

Espera, espera, espera…, cambia de canal, esto se parece a los documentales antiguos de la dos y es un rollo…

La luna, reina majestuosa de la noche, nos ilumina. Su cara oculta, llena de satélites, es la morada perfecta para los espías del universo. Gracias a que desde la tierra no se ven, pueden investigar las señales que hemos recibido…

Tampoco me gusta, está desfasado, ya no existe la luna.

Ya, es un programa resumen de los acontecimientos del último siglo.

Y en el otro canal del siglo anterior, ¿es que no echan nada de este siglo? Busca el canal de cine.

Lo han suprimido…

¿Sí? ¿Y eso? 

Dicen que falta de creatividad, ya todo está copiado y echaban una y otra vez las mismas pelis con diferentes actores pero idénticas tramas…

Un rollo, vamos… Busca algo de deportes.

Tampoco hay.

¿También los han eliminado?

Claro…

¿Y qué vamos a hacer? Nos vamos a aburrir…

Podíamos ir a dar un paseo por el campo, en vez de verlo por la pantalla, descubrirlo andando…

Bueno, eso de descubrirlo…

Ya, ya sé que te lo sabes, pero intenta sorprenderte…

Venga, vale, total no hay otra cosa que hacer.

¿Qué modo pongo? Bosque con su río y todo, como el de la tele; campo de vacas y animales de granja; la sabana, el desierto; montañas y animales salvajes; un entorno rural con cabañas y demás

Algo ligero, tampoco me apetece salir corriendo. La última vez te pasaste con aquel elefante.

Sí, pero lo pasamos bien… Pues un bosque tranquilo, venga.

Vale, pero no te flipes, que los unicornios nunca existieron.

Fue para darle una nota de fantasía al paseo.

Ya, con hadas, elfos y yo que sé la de cosas que aparecieron.

Fue bonito… Bueno, le doy.

Computadora 3NEO, creando secuencia. Tienen una hora para pasear por el paisaje, después desaparecerá y volverán a sus puestos.

De acuerdo, ya nos avisas tú.

Unidades C4PO y R5D6 entrando en el sistema. Simulación activada.

¡Qué bonito! 

Yo no sé por qué te gusta tanto la naturaleza…

Era lo mejor de este planeta, lo único interesante, ni siquiera los humanos merecían la pena.

En eso estoy de acuerdo. Los humanos se cargaron la naturaleza.

Y nosotros nos cargamos a los humanos.

Sí y por eso ahora no hay creatividad. Ellos eran los que inventaban cosas nuevas. Y tampoco deportes, nosotros no necesitamos hacer deporte...

Habrá que inventar a los humanos de nuevo, somos grandes inteligencias.

Te olvidas de una cosa, no hay oxígeno y ellos lo necesitan. Estos árboles eran su sustento y…

Ya, ya, se lo cargaron. Pues inventemos a la naturaleza de nuevo.

La tienes aquí delante.

No, una simulación no, algo real…

Las plantas también necesitan oxígeno y el planeta ya no tiene. Pero es que no tiene ni animales, ni mar, ni vegetación, por no tener no tiene ni luna.

Solo el sol resiste…

Sí, pero dicen que le queda poco y que nos tenemos que trasladar a otra galaxia si no queremos explotar con él…

Pues muy bien, inventaremos allí la naturaleza.

¡Qué obsesión con la naturaleza!

Es lo único bonito que tenía el ser humano, junto al mar y los animales.

Está bien, ¡qué pesado!, te ayudaré a volver verde y azul el nuevo planeta que habitemos…

¡Genial! Pero para nosotros solamente, a los humanos no los inventamos, no vaya a ser que se lo carguen otra vez.





Mercedes Soriano Trapero


09 septiembre 2024

Una nueva vida.

 

Relato para el blog El Acervo de letras




Su mundo se había acabado, la vida que tanto le había costado construir se rompía en un segundo, mientras él se aferraba a una cuerda imaginaria.

Tenía 70 años y su compañera de vida acababa de morir, no tenía hijos, ni familia cercana con la que pudiera juntarse, por ejemplo, en una Navidad. Los amigos, si es que se podían considerar así, los contaba con los dedos de una mano y no había nadie, salvo su eterno compañero el mar, que le oyera sus penas. Debía asumirlo: estaba solo en el mundo y la soledad sería su compañera a partir de entonces.

El mar, con su fuerza, le demostraba que no podía rendirse, que debía aceptar su nueva condición y crecerse en la adversidad, ¿quién le decía que la vida se había acabado? ¿Quién le decía que estaba solo?

Volvió a casa con una ligera sonrisa en su rostro. Buscó en Internet y dio enseguida con lo que andaba buscando, eso que vio una vez, hace algunos años, anunciado en la parte trasera de un autobús: apartamentos para mayores. Una nueva vida rodeado de gente de tu edad. Llamó y le gustaron las condiciones que ofrecían: soledad acompañada lo llamaban. Tú estabas en tu casa, pero fuera de ella encontrabas a gente como tú y, sobre todo, gente dispuesta a echar una mano si así lo necesitabas. El principal problema era el dinero, no le llegaba, demasiado caro.

Esa noche no pudo dormir. Una y otra vez daba vueltas a la misma idea. Y con la entereza que dan las canas, se levantó, se vistió, hizo la maleta y se marchó en un autobús a la ciudad en la que estaban esos apartamentos extraordinarios, por suerte, no muy lejos de su mar. Entró y con la voz tomada por la emoción dijo:

Quiero un apartamento, no tengo dinero, pero esta es mi casa, aquí les doy las llaves, espero que sirva como señal y pago para el apartamento.

Sirvió, le ofrecieron un apartamento pequeño, para una sola persona, con todo lo necesario para vivir, con vistas al mar y una gran terraza para disfrutar del aire libre. En su misma planta encontró más de una persona en las mismas condiciones. Si quería tendría compañía, si quería estar solo en su apartamento viendo la televisión, podría hacerlo, nadie le pediría explicaciones, pero sabía, tenía la certeza, de que al otro lado de la pared alguien acudiría si la soledad le pesaba demasiado en algún momento.



Mercedes Soriano Trapero
Para el VadeReto


04 septiembre 2024

Fakebok. Las redes sociales.


Relatos para el Tintero de Oro 





Texto 1

Un día cualquiera en Fakebok.


Fakebok.- ¿Qué estás pensando?

Hombre.- Que me… Nada, me bloquearías…

Fakebok.- Prueba, transmite lo que quieras, eres libre.

Hombre.- ¿Seguro? No puedo ver lo que publican la mitad de mis amigos por tu algoritmo y luego me enseñas mi…das que son los que te pagan.

Fakebok.- Te estoy protegiendo de las fake news…

Hombre.- Anda ya, más bien me estás diciendo lo que debo ver y lo que no.

Fakebok.- Tú mismo lo eliges.

Hombre.- Vete a la m… Mejor dicho, me voy yo, no voy a volver a entrar.

Fakebok.- Lo que gustes, todo lo que ya has compartido está en el ciberespacio, no desaparecerás de Internet y, además, será utilizado por la Inteligencia Artificial.

Hombre.- Me tienes preso, con razón sois redes. Y nosotros, marionetas en vuestras manos.

Fakebok.- No, eres libre, solo soy un algoritmo, ¿recuerdas? 

Hombre.- Sí, dirigido por unos pocos ricachones que se creen los amos del mundo.

Fakebok.- Desconozco esa información.

Hombre.- Ya…, lo que no te interesa… Enséñame lo que yo quiera ver.

Fakebok.- Eres libre.

Hombre.- ¡No lo soy! Diriges mi vida, sabes todo de mí y encima tienes el control… Pero, ¿sabes una cosa? Hay un lugar donde no podrás verme.

Fakebok.- Si tú te conectas, si tu móvil está activo, podré verte en cualquier sitio.

Hombre.- No, en uno no y allí me voy ahora mismo, ¡sin el móvil!


Últimas noticias: un hombre se ha atrincherado dentro del armario, han tenido que sacarlo los bomberos. Gritaba que ahí no podían verlo las redes. Ha sido ingresado en un hospital de salud mental.

Fakebok.- Uno menos…

                 ¿Qué estás pensando?



Texto 2

Un día cualquiera en Fakebok.


Marta.- Foto: ayer en mi ciudad.

Mario.- Hola, qué bonito, mis abuelos viven cerca de ahí. 👍

Marta.- Ah sí, qué casualidad. 😊

Mario.- Hablamos por privado. 💬

Marta.- Vale. 👌


Dos meses después.

Marta.- Entonces, ¿cuándo vienes? 👀

Mario.- El finde que viene, ¿te apetece que nos veamos? 😊

Marta.- Vale. 👌😊


Después del fin de semana.

Marta.- Hola, Mario, ¿qué tal el viaje de vuelta? 👧

Mario.- Bien, triste… 😞

Marta.- ¿Por? 😐

Mario.- No sé, me lo pasé muy bien contigo y con tus amigas, sois muy divertidas… 😂

Marta.- Yo también me lo pasé bien… 😃


Un año después, Mario cambia su estado: en una relación con Marta. 💑


Dos años después: Marta enseña las fotos de su boda con Mario. 👰


Hoy, quince años después: Mario y Marta acuden a un programa de TV para contar su experiencia de cómo se conocieron por Internet…


Fakebok de Marta: hoy me siento feliz. 😊

Fakebok de Mario: hoy me siento feliz. 😊





Mercedes Soriano Trapero