viernes, 28 de enero de 2022

ANIVERSARIO LUNA ^-^

Un día como hoy, hace un año, vino Luna a desordenar nuestras vidas. Llegó chiquita, suave y asustada... pero no tanto. Siempre ha sido de ponerle el pecho a las balas.

Aniversario Luna


A ratos, puede ser muy tierna y derretirte con cualquier pequeñez. En otras, te entran ganas de estrangularla porque puede ser bastante catete cuando se lo propone.

Y después de un año, ya conoce nuestros tiempos y sabe perfectamente cuándo ponerse melosa para que hagamos lo que se le antoje. 😸

He llegado a pensar que tiene poderes mentales, que se multiplica, que aparece y desaparece. Quizás, sea por eso que los gatos se asocian con brujas o hechiceros. Yo creo que son elegantes, silenciosos y cariñosos... a su manera.

Cuando quiere atención, me muerde el tobillo a la pasada... pero despacito. Yo le rasco la barriga y le converso cualquier cosa que pasa por mi cabeza... y por momentos, creo que me va a contestar.

Aniversario Luna


El desarrollo de un gato es tan rápido, que en un año pasa de ser una pequeña bolita de pelos a un felino independiente con carácter y gustos definidos... y estoy segura que también adoptó algunas cosas de mí. Sobre todo, mañas y testarudeces que se las aguanto porque la entiendo, jeje!

Para mí, Luna es una especie de “gatija” que transformó la rutina de una casa adulta y fome en un montón de maullidos y ronroneos que van a la deriva de sus gustos y caprichos.

Su trabajo consiste en cazar cuanta mosca atraviesa por la ventana. Sus preferidas son esas grandes y ruidosas. La mayoría no tiene escapatoria y suelen sufrir todo tipo de maltratos que hasta pena me da.

Por supuesto, no es consciente de lo que hace y aunque no me guste, suelo ser participe de su cacería. Ella arriba de mis hombros. Yo, como buena humana, haciendo lo que me indica... Y tal parece que lo hago bien, porque de vez en cuando recibo una que otra polilla destartalada.

Aniversario Luna


No sé qué pasará más adelante y tampoco me detengo a pensar... Prefiero quedarme con sus etapas de crecimiento. Sus muelas de leche tiradas en el piso. Los pelos y bigotes que deja en el sofá, sobre mí... y a decir verdad, en todos lados.

Al minuto de locura extrema que suele ser a cualquier hora y en especial, a las dos de la mañana. Al Miau abre la puerta, al miau vengo de vuelta. A esos saltos calculados con extraordinaria exactitud y al cuidado con que trata mis plantas después de haberlas tirado mil veces.

A los instantes que se cree centro de mesa, se introduce en espacios diminutos o se cree felpudo... y en resumen, a todas esas cosas que la hacen ser la consentida de la casa y parte de nuestra familia.


lunes, 3 de enero de 2022

MI EXPERIENCIA EN LA PELUQUERÍA

Experiencias Peluqueras
Imagen de Times New Romance

Como en mi región entramos en verano, acostumbro recortar la zona de la nuca por comodidad. Es una práctica que solía hacer cuando era deportista porque tenía sus ventajas... el casco pesa menos, es más fácil lavarse el pelo, se pasa menos calor y lo mejor, baja el volumen que nunca ha sido de mi agrado.

No tengo un lugar definido, mientras sea barato y tenga una máquina me basta, pero debido a la pandemia hace rato que no me daba ese lujo. Muchos locales cerraron y las medidas sanitarias tampoco ayudaron a los peluqueros.

Algunos habrían hecho la inversión de una máquina cortadora de pelo, pero a decir verdad nunca se me ocurrió. Sobre todo, que una más o menos decente con buenos implementos, cuesta unos 50 mil pesos y la última vez que me rapé, hace más de dos años, me salió 2 mil. O sea, no había donde perderse, tampoco es algo absolutamente necesario. Por lo tanto, era más fácil ir a una de las tantas galerías de peluqueros que existen en Santiago y a puro olfato buscar un lugar que realizara este pequeño servicio.

Entré a un caracol y me fui recorriendo despacio las distintas vitrinas que mostraban todo el ajetreo en su interior... Señoras con trozos de aluminio en sus cabezas, sonidos de tijeras, risas y cuchicheos. Cabelleras caían y otras se teñían hasta que llegué donde una señora pierna arriba, sentada en la entrada. Me dice algo inteligible... Adentro no había nadie, eso me gustó.

Le cuento mi dilema y me cobra 7 mil por todo... lo que incluía un recorte y amononamiento de peluca. Me pareció harto caro en comparación con la última vez, pero estamos en una época especial... pandemia, inflación. Sumado a que era otro lugar y lo poco que ha podido trabajar el rubro peluquero, etc, etc.

Además, me ofrecía dejarme linda. ¿¿Quién puede resistirse a eso??

Apenas pisé el local fue como entrar a la mafia. En cosa de minutos llega una chiquilla muy amable con un PELAZO y grandes oídos para escuchar todo lo que le quisiera contar. Me envuelve en una capa con tentáculos y con manos ágiles me rapa la nuca, me peina, recorta, amonona... pero la verdad, por más que miraba el enorme espejo que tenía delante y seguía su proceder, yo encontraba que me veía igual.

Me ofrecieron teñir, hacer reflejos, decolorarme y volverme a colorear. Me vendieron todo tipo de productos de fabricación propia. Me dieron nombres, teléfonos, direcciones y prometieron que para la próxima quedaría AÚN MEJOR.

Afortunadamente, andaba con lo justo porque creo que habrían sido capaces de ponerme patas arriba y de los tobillos sacudirme hasta encontrar algo más de dinero. Intenté escabullirme como pude, dando las gracias y prometiendo volver a tan loable lugar.

Ahora, me la pensaré dos veces si veo a una señora sentada en una poltrona en la puerta de un local y nadie en su interior. Mientras tanto, intentaré prolongar mi corte el mayor tiempo posible retocando yo misma si es necesario hasta que pueda comprar una máquina.

Creo que con los tiempos que corren, sale más a cuenta hacer las cosas uno mismo y así ahorrarse todo tipo de disgustos. Quien mejor que yo, para cortarme el pelo cuando se me antoje sin tener que salir pidiendo disculpas por no hacerme todos los tratamientos innecesarios que ofrecen.

Entiendo que no todos los locales son así y que las finanzas y emprender es difícil sobre todo ahora, pero eso no justifica que asalten al primer despistado que pasa por delante.

Así no se consigue fidelizar clientela. Muy por el contrario, terminan ahuyentando a todo aquel que busca solución y conveniencia.


Gatito