Quod si vivere in delectatione est Peccātum gloria est infernum.

El Tacto del Pecado

He aquí el Pecado, enarbolado en el Ser y en el Sentir, encumbrado en su gloria y en ella, sacralizado.


martes, 25 de julio de 2023

Lacrimae sacrae


Mirándote a los ojos descubrí...

que el deseo ardía en llamas que nos consumían,
que mi ser temblaba de éxtasis ante Ti, Mi Señor,
como las telas de araña por un suave soplo de viento,
como la seda entregada a la piel.
Me incardiné a Tu Voluntad, 
sumida en el halo de devoción que me hace solo Tuya,
 respirando, desde el abismo de Mi Alma,
el sentido de saberme parte de Ti.
Rogué, con el callado verso que me nombra,
ser consagrada por Ti y
comulgar con la Virga impregnada de Tu Esencia, 
fulgor divino de fuego albino que me bendice 
cual lacrimae sacrae.
Y ahí, arropada en el arrullo de Tus Pies,
condensé mi energía para ser, de Ti, cáliz y oración.


* Virga tiene varias acepciones, una de ellas es sinónimo de báculo.


martes, 18 de julio de 2023

A la luz de la luna...


Qué difícil resulta a veces hablar de deseo y, otras, sentirlo. Y la luna ahí, descarada, incluso creo que guiña un ojo. Se vuelve celosa de repente. Lo noto igual que noto el abrazo de la piel del hombre que me es casi desconocido. Sí, somos eso: dos semidesconocidos desabrochándose la carne, abriendo aristas y dejándose hasta el alma en un beso, en un pulso de respiraciones agitadas cuando dos corazones palpitan, coinciden; cuando su barba, en la que se prende el reflejo de Selene en un ocaso a medias, recorre mi cuello y cae en picado sobre el pequeño abismo de mis pechos, ensalzados en los jugos de su boca.

Busco entre mis piernas la firmeza de su masculinidad… Me tienta como tienta un capote las astas de un toro en plena dehesa. Y trepidamos. Silencio de fricción. Soy el freno a su mecida y, al tiempo, el rompeolas de todas sus mareas.

Mis manos en su espalda se convierten en tentáculos de mil peces que juegan a ser pulpos.... y la habitación huele a sábanas revueltas, a sudores de deseo. Su piel brilla al compás de la quietud de la luna que atraviesa el cristal de la ventana para besarnos, para ampararnos en un no último gemido que se ahoga entre los dientes que no muerden, que acarician, que rompen todos los silentes.
No digo nada, solo quiero respirarle y que me respire. No habla. Solo mira cabalgando como Neptuno, aferrándose a sus olas. Y es mi pelo el velo de sus suspiros; mi cuello, el aroma a magnolias que lo embravece. Y mi cuerpo, el fuerte que es asediado sin límites y sin muros que lo priven, sin tabús, en la elección de quienes nos buscamos y nos empeñamos en ser. Somos libres en esa huida hacia nosotros, hacia el deseo que comulga como la hostia bendecida con vino dulce.


Nos abandonamos.
Ya no somos y, sin embargo, no dejamos de estarnos.
Nos faltamos.
Y, en cambio, no dejamos de sentirnos desde el infinito de cada poro, desde cada beso que parece un estigma.
Nos encontramos.
Desnudos: de piel y de alma; de bruces con la realidad, de su pecho sobre el mío, de mis piernas crucificándolo, de su boca sepultando la mía, cuajándose de él; bebiéndome… o tomando mi aliento, alimentándose. Sabiéndonos.

Me complace sentirlo a mi lado con la pulsión de sus embates todavía abrigados en mi piel. Respiro tranquila. Todo lo tranquila que puede dejar el deseo obcecado en la mente. Respira sosegado, presto de la satisfacción lograda. Mira hacia la ventana, con la luna besándole el rostro, lamiéndole mis besos, reptando sobre mi saliva…, deseándolo.
Se gira, y me envuelve en su abrazo. No sé si me protege o me cuida, si me acoge o si todo es parte del juego pero jugamos los dos con nuestras reglas. Su mano busca la mía y ambas se apoyan sobre el batiente de su pecho. Luego la besa. Después me besa en la sien, y respira profundamente, como diciendo mi nombre. Pronto la sábana nos cubre. El sueño también... a la luz de la luna.

miércoles, 17 de mayo de 2023

Corporis...


Dejas tu pensamiento marcado en mi piel, 
degüellas mis miedos y alabas mis pasiones.

Desnuda queda mi alma ante Ti, 
ante la ternura de Tus Manos, 
ante el misterio de Tus Ojos, 
ante la templanza de Tu Mente.

Sí, soy alma desnuda de Tu Alma.
Tea seca que prende el fuego de Tu Cuerpo.
Aliento que corta Tus Labios en el quejido de un beso, 
en el aleteo de mis yemas en Tu Piel.

Y queda un silencio laxo al arrullo de este deseo invocado
que agasaja el impacto de Tu Hombría.
Más allá de la carne, el sentimiento 
y el fuego encendido entre mis entrañas, 
húmedas y perpetuas,
plenas de plegarias que claman en mi nombre,
Tu Esencia.




La táctica del Pecado es enredarse hasta hacerte sucumbir.

La táctica del Pecado es enredarse hasta hacerte sucumbir.
Llegar al final tiene su interés. Puedes sorprenderte con sus pasos.