Dejas tu pensamiento marcado en mi piel,
degüellas mis miedos y alabas mis pasiones.
Desnuda queda mi alma ante Ti,
ante la ternura de Tus Manos,
ante el misterio de Tus Ojos,
ante la templanza de Tu Mente.
Sí, soy alma desnuda de Tu Alma.
Tea seca que prende el fuego de Tu Cuerpo.
Aliento que corta Tus Labios en el quejido de un beso,
en el aleteo de mis yemas en Tu Piel.
Y queda un silencio laxo al arrullo de este deseo invocado
que agasaja el impacto de Tu Hombría.
Más allá de la carne, el sentimiento
y el fuego encendido entre mis entrañas,
húmedas y perpetuas,
plenas de plegarias que claman en mi nombre,
Tu Esencia.