Quod si vivere in delectatione est Peccātum gloria est infernum.

El Tacto del Pecado

He aquí el Pecado, enarbolado en el Ser y en el Sentir, encumbrado en su gloria y en ella, sacralizado.


lunes, 26 de junio de 2017

Heráclitos...


Siento el calor que me sube por dentro,
extenuando mi respiración 
cuando la tuya tiembla

entre mis piernas.

Tus manos hacen sucumbir mis pechos
a la erección que producen tus yemas
en ese baile en espiral.

La Pasión se enhebra entre tus deseos y mis ansias,
en el perfil curvo que nace entre tus ingles.
Densa la saliva que fluye de mi boca
que arrebata tu aliento y consume la carne.

Dibujas líneas,
de arriba abajo,
de lado a lado…
Un círculo 
sobre ese cónclave sonrosado,
elevado,
pleno de sensaciones húmedas.
diluidas y profanadas,
resucitadas 
en el verso de tu boca.


martes, 13 de junio de 2017

Resonancia...

Lleno la boca con mis dedos imitando el pulso de tu hombría, mecida entre mis dientes y mi aliento, golpeada contra el paladar, mientras mi otra mano vuela libre sobre mi cuerpo, haciendo crecer a su paso estas ganas de sentirte atrapado en mí (aunque no estés presente). 


Lamo mis yemas. Cierro los ojos y mis gemidos chocan contra mi carne (tu carne) mientras mis piernas se abren al rugido de tu aliento, etéreo pero que me quema, y mi mano libre vuela sobre mi monte que brama salvaje, ansioso, dispuesto… pero mis pezones reclaman como corderos a punto de ser degollados. 

Bajo por mi cuello dejando mi boca huérfana. Mis pechos erguidos detienen la bajada. Palpo, tiento como si no pudiera hacer otra cosa. La palma acaricia mis pequeñas cumbres que se erigen como dos clavos ardiendo. Se hacen presas de mis dedos, de su furia, de su avidez, de ese hambre que pienso es tan tuyo como mío…

Mis pliegues se abren a mis dedos. Mi perla tiembla y se yergue. La sepulto bajo mi mando, dibujando círculos sobre ella, yendo de arriba abajo, hurgando, removiendo las entrañas, sacando la esencia que impregna mis dedos y que se densa pensando en tu lengua, en ese híbrido entre demonio y dios que me hace enloquecer, que me hace poner de rodillas para suplicar tu no rendición, entregándote la lascivia húmeda de mi carne, orando y maldiciendo tu no presencia ahí… 

Mi cuerpo se erige. Hundo mi rostro sobre la sábana. Los dedos, dos, tres, horadan mi húmeda oscuridad. Mi garganta traga saliva entre las letras de tu nombre… Enmudezco mordiendo la tela mientras aprieto mis entrañas para sentir(Te), para no dejarme ir ya…  

Como un deseo hecho realidad, como de la nada, apareces ahí, sin darme cuenta, hasta que tu aliento me quema y tu lengua acompaña a los movimientos de mi mano. Grito… y gimo… O gimo y grito…, envuelta en tus embates, en tu saliva… Cruelmente, te detienes. Me apartas. Tiras de mí.



Tus manos aprietan mi carne, amasan mis glúteos, palmean. Resuena como un chasquido, como una pequeña tempestad que me empapa toda… pero no me dejas. Me dominas. Me impides en mi libertad. Y me embistes, duro, erguido, rudo, salvaje… Con la medida justa tomas a la Hembra esperando se haga jirones de placer. Cabalgas no en ella, en mí, abriéndome, follándome hasta el alma, esa alma que se hace víscera y fuego, que engendra más placer del que se pueda imaginar…, asiéndome las manos a modo de riendas, de timón de mando, desbocándome, emergiéndome a la deriva de todas estas sensaciones que me hacen temblar... como a ti…




Me llenas de ti y tú te empapas de mí. Te bañas en el caudal tibio, a presión, que te hace arremeter con más fuerza mientras mi cuerpo se vence. Mi espalda es un arco donde te destensas, donde, fiera, te vuelves manso.

Abro los ojos. Me miras. Tu esfinge está sudada. Tu cuerpo todavía late agitado. Tu boca sedienta pide mis labios. El abrazo nos cobija…
La tormenta se sosiega después de haber descargado su furia, sus truenos y rayos como maldiciones de dioses que se han vuelto mortales… y sus cuerpos... Nuestros cuerpos, sentimientos y sensaciones en resonancia.

lunes, 5 de junio de 2017

Hechizo de Sierpe...


Seamos Sierpes aclamadas en este Veneno de fuego, donde nos quemamos las ganas, ardemos en Deseo. Nos bebemos los Vientos de arena que nos galopan sobre la piel, de las lluvias densas de las bocas unidas y de las lenguas trémulas. 

Hazme lienzo en carne donde pinceles con las yemas de tus dedos, cinceles con tu boca besos que me hagan ser enredadera en ti, agua desbordada que te colme… 
Sé para mí cada uno de los velos que me descubran, cada pensamiento de Pecado que crezca bendecido en cada caricia densa de tu cuerpo enhebrado en mi ser como hilo rojo que borde arabescos más allá de los sentidos, de los placeres… 

Déjame hipnotizarte y hechizarte como esa serpiente del paraíso ante la que no puedas negarte…




La táctica del Pecado es enredarse hasta hacerte sucumbir.

La táctica del Pecado es enredarse hasta hacerte sucumbir.
Llegar al final tiene su interés. Puedes sorprenderte con sus pasos.