Quod si vivere in delectatione est Peccātum gloria est infernum.

El Tacto del Pecado

He aquí el Pecado, enarbolado en el Ser y en el Sentir, encumbrado en su gloria y en ella, sacralizado.


domingo, 9 de junio de 2024

Sacramentum...


He aquí, 
la oración que quema mi piel 
y baña los entrepilares que me sostienen. 
 
Intercesión sacra la de este silencio que ciega mis ojos
y me hace respirar el doliente arrullo de mi propio deseo. 
 
Heme aquí, 
como el ángel perturbado que alza su vuelo 
desde la profundidad de sus huellas
ante el cálido viento que lo azora.
 
Soy estigma 
protegido de raíces ensalzado.
Soy ave, luz de vela,
de alas nacaradas y carne que palpita.
Soy, 
en el instante preciso,
la Hembra que Le rinde
Honor, Plegaria y Placer.

Y es así, santificada sobre Su Gloria, 
que me mudo Cáliz y Néctar,
cual Rúbrica divina del Sacramento y Alianza
 entre (Mi) Señor y (Su) Sierva.



miércoles, 6 de marzo de 2024

Hiedra al Cielo...


Tiento la oración bajo mis pies,
ahinojada entre los hábitos vencidos a la carne.
Mi aliento es el arrullo que calma Tu Sed,
el fiel y ferviente desvelo de la lujuria que se arranca
cuando soy cruz sobre Tus Piernas
y vértebra sobre Tus Costados.

Me engendra un silencio, casi volátil,
 y un arrullo de deseo se sostiene fecundo al albor de mis entrañas.
Siento mi gemido, desbocado, ahogado al filo de mi garganta
y mi piel tiembla sobre la desnudez de mi alma.
Mi cuerpo es Credo de Tu Voluntad,
una plegaria rendida a Tus Deseos y a Tu Fe,
enardecido sobre la humedad que se rinde abierta
cual llaga voraz, feroz y hambrienta.

Me cubre cada sendero callado de estos velos
y me hago talla infinita de susurros oblicuos
en el juego de Tus Manos,
custodio del instinto que resurge
para ser de Ti, en Ti,
ante Tu Ojos, 
hiedra al cielo
y merced de Tu Verbo.

viernes, 15 de septiembre de 2023

Sarmientos...


Brama el misterio que devora los silencios
y peca el viento de hojas rojas envuelto.
Hojarasca de destino,
tus verbos conjugados en mi abismo.

Brilla tu mirada
de cristales tallada,
de aristas perpetuadas
al célibe encuentro de mis ojos.

Caminan tus quejidos enervados,
erecta orgía entre mis manos,
y, en filigranas consentidas,
 besan mis labios
los designios de tu boca.

Yace tu piel,
crepúsculo níveo,
marea encabritada de crines arabescas
sobre la calma ígnea de la mía.

Y un tumulto nos aovilla,
de sedas vírgenes embalsamado,
de carnes encendidas y pausas quemadas.

Hemos aquí, hombre y mujer,
en la cruz sagrada que encarna nuestro cáliz.
Somos ya sarmientos de hechura sacrificada
en la cumbre de este enfurecido y lúbrico misal.





La táctica del Pecado es enredarse hasta hacerte sucumbir.

La táctica del Pecado es enredarse hasta hacerte sucumbir.
Llegar al final tiene su interés. Puedes sorprenderte con sus pasos.