viernes, 6 de septiembre de 2024

Enseñar a navegar

  A propósito de la entrada anterior: 

"No es importante poner motor.

Lo importante es enseñar a navegar.

Brújula y estrellas.

De los vientos y las corrientes.

Y qué puerto puedes y quieres alcanzar.

Un motor a veces solo es excusa cuando no hay gasolina.

Ser conscientes del barco que llevas y hacerlo más marinero."

(Agustín Merino)

Texto y pintura de Agustín Merino.

Gracias, hermano. Fue a propósito del poema "Educar" de Gabriel Celaya, nos ha traído a buen puerto. 

María Ángeles Merino



viernes, 23 de agosto de 2024

"...cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca..."


Leo un poema de Gabriel Celaya, en Facebook. Es "Educar". 

Me gusta mucho como maestra que fui y además me recuerda un día de Tamborrada Infantil, en San Sebastián.

 Vi a Gabriel Celaya muy viejecito ya y con el "tambor de oro", en el Ayuntamiento. Yo iba acompañada de unos niños que tenían el privilegio, bien merecido, de ver la fiesta desde el balcón, una imagen que no se me olvida, una imagen de oro. 

Un poeta muy grande. Gracias, Javi Ssntamariana, amigo de Facebook, por traérmelo aquí.

Ya veis, un poema me llevó al poeta y a mis recuerdos de maestra. Unos niños de los que llamaban "especiales", un cielo de niños, solo cuatro, una Tamborrada Infantil inolvidable, miles de tambores, miles de colores y un mar azul enmarcado en su Concha. 

Gabriel Celaya murió poco después y la televisión mostró a su Amparitxu, abrazada al bote triste de las cenizas, algunos gritaban, no sé lo que gritaban.

Como maestra, cometí algunos errores, lo confieso, pero confío en que las barcas hayan llegado tan lejos como hayan deseado y que, cuando duerma mi barca, quede un poquitirrín en barcos nuevos que surquen los mares. Sueños. 

Agustín Merino me envía estas barcas.

Una estrella apagada que todavía emite luz, el sueño del docente. 

Ya veis, ponemos música adecuada al recuerdo, una marcha de Sarriegui, la de Donostia San Sebastián.

María Ángeles Merino


sábado, 17 de agosto de 2024

El azul más azul

  



El azul más  azul

Google colorea mi foto de azul más azul, en vano, no le gana al azul del cielo de Castilla, el de Burgos en días como ayer. El andamio azul de una de las agujas de la Catedral quiere también competir. Recuerdo un verso que me enseñaron de niña, cito de memoria.

"¿No te he dicho que el azul no has de tocar? 

¡Que locura, qué capricho, el Señor se va a enojar!"

 Rubén Darío era muy amigo del azul, el color de la belleza. Ya sabes, Google.

Y la niña María Ángeles vio desfilar "cuatrocientos elefantes a la orilla de la mar"

Ya ve, Sor Austringiliana, el cielo azul, ayer.

María Ángeles Merino


Traído de "El blog de Sir Austringiliana", como suelo hacer cuando asoma la señora Literatura, mi mejor amiga en las soledades. 

miércoles, 14 de agosto de 2024

Sentimientos que no se ponen de acuerdo

  







Viene de "El blog de Sor Austringiliana"

Ayer paseaba por la orilla del río Vena, con casi frío y era un placer. Iba dándole vueltas a un microrrelato que había leído en el libro "Los ojos de los peces" de Rubén Abella, finalista del Nadal en 2009 y excelente narrador.

 En la página 46, la lectura del microrrelato "El club" me llevó a a los sentimientos contradictorios que, en ocasiones, nos asaltan y, aunque  nos hagan daño con sus peleas, cargamos con ellos.  En este momento de mi vida personal, mujer mayor que cuida a una madre muy mayor, lucho con dos que, tal vez, me harían socia de "El secreto Club de los Contradictorios". Leo: 

"Una vez al mes se reúne en la carnicería de Onofre Sánchez el secreto Club de los Contradictorios. El presidente es el propio Onofre, en virtud de su dos veces discordante condición de carnicero vegetariano y romanticón misógino. Entre los miembros hay un bombero con vértigo, un socorrista que no sabe nadar, un pastelero  diabético, un cura que no cree en Dios, un escritor analfabeto, un médico que siempre está enfermo, un sindicalista rico y un políglota incapaz de entenderse..." (Rubén Abella)

Son microrrelatos para una sonrisa cómplice, a veces un gesto de sorpresa. En cada uno de ellos, en muy pocas líneas, cabe toda una novela, los leemos y probamos a imaginarlas.  Los seres humanos somos complicados, nos identificamos con las  lecturas que dicen de nuestra complejidad.

Ya ve, Sor Austringiliana, sentimientos que no se ponen de acuerdo. 

María Ángeles Merino


jueves, 8 de agosto de 2024

A falta de pan, buena es la galletita del café.

  



Viene de "El blog de Sor Austringiliana"

Un libro, una galleta y un pajarillo carbonero. A falta de pan, buena es la galletita del café. 

El libro muestra señales de vejez, no es el único. Le puse fecha y firma un 7 de julio de 1986. "Un viaje de novios" de Emilia Pardo Bazán, de la editorial Labor, que ya no existe, con un trabajo previo del romanista Mariano Baquero Goyanes, estudioso de doña Emilia y de otros, fallecido dos años antes, no lo sabías, seguro que entonces te daba igual quién prologaba. 

En julio de 1986, María Ángeles era una maestra en vacaciones que buscó, seguramente, una novela agradable y de un autor, autora, reverenciado en los manuales de lengua y literatura, especialmente los de Lazaro Carreter para la EGB. Tal vez, se sentaba en un banco del Espolón, a leer, mientras echaba un vistazo a sus sobrinos.

 ¡Vacaciones hasta septiembre! ¡Qué descanso para tu garganta...y tus nervios, María Ángeles! 

"Un viaje de novios! seguramente te gustó, no la recordabas especialmente, ahí se quedó en tu estantería, creo que ahora la has disfrutado más. Prendada del personaje de Lucía, una inocente niña recién casada, pintada con los pinceles atemperados del "naturalismo español", que rabie monsieur Zola. 

Una joya de la literatura, moralista tal vez, pero qué trazos y colores en el accidentado viaje, a través de tierras españolas y francesas, con el equipaje del amor y la decepción. De León a Vichy, donde se tomaban las curativas, y malolientes, aguas, pasando por Hendaya, y a la vuelta...

El maravilloso caballero al que conoce en el tren y el patán de su interesado marido. Y un coro de personajes como Pilar la tísica, menudo ejemplar de cotilla. Conoceremos Bayona, Biarritz, Vichy, como en una guía turística decimonónica, una Francia que fascinaba a los escasos españoles que podían permitirse pasar al otro lado, qué lujo. ¡Qué vocabulario!  

Realismo...mejor aún naturalismo frente al romanticismo ya pasado pero resistente.  ¿Naturalismo católico?, oui monsieur Zola.

Estoy llegando al final, Lucía volverá a León, mucho más mayor, aunque solo hayan sido unos meses.

Ya ve, Sor Austringiliana, la compañía de un pajarillo carbonero y una buena novela, a ver cómo remata esto doña Emilia. Aconsejable de todas maneras. 

Entro en el trampantojo a ver qué pasa.

Uy,  madrastra Naturaleza, no parece madre, como proclamó la escritora en otra ocasión.

María Ángeles Merino





viernes, 26 de julio de 2024

Materializar el pensamiento





"La escritura es un modo de materializar el pensamiento, pues el puro pensamiento es evanescente...El pensamiento es como humo, pero la escritura es materia. Los pensamientos escritos se convierten en conceptos sólidos que pesan, miden y hasta tienen sabor y olor...". 

(José María Merino, La sima)

¿ Por qué escribir? ¿Para qué escribir? 

Hace dos años, escribía frente al último convento que fundó, en mi ciudad, Santa Teresa: el de San Juan y Santa Ana. 

Hoy Santa Ana, y San Joaquín, día de los abuelos. Muchos santos.

 Partía de las palabras de la santa que aconsejaba: "callar y obrar", aunque Teresa en ese "obrar" incluyó, seguro, el escribir y escribir mucho. ¿Por mandato de sus confesores? Siempre dicen eso, seguro que ella hizo "de la necesidad virtud". Necesidad, pura necesidad, pienso yo.

En julio de 2023, leía  una novela de un escritor de calidad: "La sima" de José María Merino. Y apuntaba las palabras del texto que encabeza la entrada, puestas en boca del personaje de un  viejo profesor, dirigidas a un alumno.

Para no olvidar. Ya ve, Sor Austringiliana, como Teresa de Cepeda y Ahumada o como José María Merino, como cualquiera  que escribe sus cosas, en un papel, en un cuaderno, en el móvil, en el ordenador... Un humilde bloguerillo o bloguerilla que pone orden en lo que pasa por su cabeza.

María Ángeles Merino

jueves, 25 de julio de 2024

Tino Barriuso en un pilar

  




Viene de "El blog de Sor Austringiliana":

Paso mucho por este rincón de mi ciudad. Está en la Plaza de España, la de la fuente de los delfines de los baños futboleros, una plaza con poco atractivo y mucho hormigón que alguien, tal vez, soñó como Jardines Colgantes de Babilonia, qué iluso. 

Yo la conocí como Plaza de la Cruzada, qué horror, y antes como barrizal inmenso sin nombre con restos de muralla y cuartel. Mis pasos de parvulita sorteaban aquí el barro, camino del colegio, a la sombra del Feygon en construcción, los "rascacielos" que decían, qué modernos somos. 

 No es bonita, pero me gusta esta plaza. Ahora la novedad es el mercado norte privisional, pues el actual volará.

 Alguien, ya no me acuerdo cuándo, tuvo la acertada idea de añadir paneles con versos de poetas burgalesas. Y, a veces, leo un poco en los pilares de hormigón. 

Este es el que más me gusta, es de Tino Barriuso, buen poeta, buen profesor del Instituto López de Mendoza  y con la fama efímera que le dio un concurso televisivo. Ya no esta con nosotros. Pasa palabra...

 Recalco lo de buen profesor de Física, porque alguien un día soltó la gansada de que sus alumnos no aprendían Física sino Poesía. Las gansadas se extienden como el aceite y manchan.  Conozco a unos cuantos que tuvieron la enorme suerte de ser alumno suyo y confirman que aprendieron bien la asignatura, sin problemas en Selectividad, con poemas además. Uno de ellos fue mi hermano y me comenta que les habló de Física Cuántica con más nivel del habitual en un COU. ¿No será que la Física esconde también mucha Poesía? 

Paso por allí y leo:

"Y, si te acuerdas. Le dices a la muerte que espere un poco más.

Que aún me quedan dos besos en la almohada.

Y este olor infinito de tu cuerpo desnudo.

A tarde lenta

  A lluvia,

    A tristeza

     Y a mar."

Tino Barriuso ("Noticias de un antiguo paraíso")

Gracias Tino Barriuso, la copio en un cuaderno, qué poco escribo a mano ahora, no te enrolles, María Ángeles.

Ya ve, Sor Austringiliana, un poeta de Burgos.

María Ángeles Merino