No es enervándote de ese modo como te harás entender. Más bien se apartarán de ti incluso quienes pensaron ingenuamente que tu fervor iba a aportar razón. El corro que se haya montado en torno tuyo se irá distanciando. No son solo las palabras lo que les espanta, aún no. Es la emisión de saliva, la desvirtuación de las facciones, la amenaza sensorial que quienes han acudido a ti aún no perciben en toda su dimensión. Pero otros sí, y jamás te buscarán. Si tus fieles se sentían representados al principio por la fluidez verbal, aún moderada, tienen ahora la sensación de que el iracundo que te invade puede producir sangre.
Creo que llegados a este punto de crispación, ya le importa poco convencer. Ya sabe que no va a ganar las elecciones, y está pataleando.
ResponderEliminarAbrazooo
No pretendía una descripción política o electoralista. Es aplicable a cualquier individuo de nuestra proximidad, no hace falta ir más lejos. Conozco personajes que se dedican a predicar vociferantes. Que cada cual piense en ello, pueden estar en la propia familia, en la vecindad, en el ámbito laboral, en el gimnasio, no te cuento en las gradas de un campo de fútbol...
EliminarGenerar ira no sé si es buena estrategia para dialogar. No lo parece.
ResponderEliminarUn abrazo
Por supuesto que no, yo diría que más bien es la antítesis, pero muchos la paractican. Y entonces el entendimiento es cero.
EliminarLos gestos arruinan más de una declaración, sincera o no.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Y marcan a los individuos, desde luego.
EliminarPues yo le daría la vuelta a la interpretación de esta poderosa y contundente cabeza, por cierto de quién es la obra? Se me antoja que este gesto no corresponde a una emoción de ira sino de placer, un hombre que alejado de todo entorno hostil se abandona a ese instante único e irrepetible. Creo que la trituradora realidad a la que asistimos y nos tienen aplastados nos alejan de aquellas cosas por la que merecemos estar vivos: la creatividad, la imaginación, la curiosidad. Opacos y ciegos vagamos en estado de alerta.
ResponderEliminarMe has arrancado la carcajada. No está mal la interpretación a la inversa, aunque tengo mis dudas, acaso porque he mirado muchas veces la escultura. Y porque me fascina y a la vez me irrita y repugna el instante de ira de los individuos, sean hombres o mujeres, o niños.
EliminarAl final daré un dato sobre autoría y etcétera.
Tienes razón, esa mascarada que aleja cualquier entendimiento, es atemporal... Mirándola desde un punto de vista reflexivo o de aprendizaje, se puede reconocer ese gesto en muchos individuos mundanos; en muchas ocasiones de demostración de homo sin nada de Sapiens...
ResponderEliminarUn espacio interesante el que acabo de descubrir. Me gustan tus propuestas. Seguiremos leyendo...
Saludos.
Ya sabes que lo de Sapiens es una manera de nombrar el actual Homo. El Sapiens tiene un bagaje de pasiones y apetitos muy variado y en ocasiones virulento.
EliminarTienes mucho de atrás para leer, sin indigestiones.