COGIDOS DE LA MANO
La noche cae despacio.
Entre gotas de lluvia que son algo más que ruido en los cristales.
Suspiro.
El día se hace largo, interminable.
Hay tiempo para mil cosas.
Un no parar.
Es la vida, pienso, pero quizá haya que
echar el freno y descansar.
O la vida se nos va en el intento.
Ahora me siento un rato ante el ordenador.
Cansada físicamente, pues ya es tiempo
de dejar de lado las obligaciones diarias
(me digo) pero es más fuerte el deseo de Vida.
Vivirla a sorbos grandes y largos.
Sentir cada minuto, cada instante para ser feliz con ello.
Oler esa primavera que ya nos quiere decir adiós.
Dando paso al calor sofocante,
que tanto nos afecta.
Pronto cambiaremos de panorama.
Será distinto vivir en la naturaleza de la huerta.
Respirando ese olor a tierra mojada,
el rumor de los pájaros en la mañana
que hacen que el despertar
sea algo fantástico, diferente.
El cansancio voló en un momento.
Mi amor me dejó una misiva en el cuaderno compartido,
donde derrama ese amor
que llevamos viviendo juntos
ya más de cinco décadas.
Como el primer día,
vuelca sus palabras dulces
en mi oído.
Ahora en forma de letras salidas del sentimiento
y llevadas a reflejar el amor que nos profesamos.
Él lo sabe decir a su manera.
Muy bonito y sentido.
Como es en la vida diaria juntos.
Es hermoso compartir este sentimiento.
Siempre cogidos de la mano.
Me dedica unos versos sentidos
Donde acaba con una frase preciosa y compartida.
"...Tú, eres para mi el amor
que siempre he querido.
Tú, eres el dulce despertar
de las mañanas primaverales.
Tú, eres mi Amor."
Después de estas palabras escritas
con todo sentimiento,
queda el alma agradecida
por habernos encontrado.
Por tener una vida juntos,
con tres tesoros que nos ha dado la vida.
Nuestros hijos,
fruto de ese Amor por Siempre.
Mavi Gómez