Tu sonrisa es una cascada de espuma,
un aluvión de agua de manantial
que inaugura y transforma
mi vida y se engarza a la tuya
como criatura dependiente.
Cuando sonríes bajo la guardia,
me entrego,
se hace vulnerable el vigor
de mis seguridades
como derramada
e imposible de rearmar de nuevo.
Mi debilidad es tu fortaleza indeformable,
el aluvión de nácar
que nace en el volcán de tu boca
y me vigoriza o me achicharra.
No hay como ver sonreir a alguien, transmite tanta positividad, que dan energía, luz, y vida. Me ha encanta tu poema, querido amigo.
ResponderEliminarQue estés pasando un feliz mes de Septiembre.
Un abrazo enorme.
Muchísimas gracias, querida María.
EliminarUn abrazo.
Todo un homenaje a la sonrisa, que nace del alma e ilumina el cuerpo...Muy bello, Francisco.
ResponderEliminarMi abrazo siempre.