A propósito de «La Jaula» de María Codoñer Prieto
A propósito de «La Jaula». María Codoñer
Título: La Jaula
Autora:
María Codoñer Prieto
Primera
edición: abril 2021
Ilustración
de portada: Laura Codoñer Prieto
Editorial
Indie
Biografía:
María Codoñer es licenciada en Historia por la Universidad de València.
Actualmente trabaja de auxiliar de enfermería. Su primera novela El mundo que nos queda se publicó en
2012. Colabora en diversas antologías de relatos: Llibret Recorreguts en
2015, Grafomanías en 2017, Te cuento y 101 crímenes de València
en 2019, Relatos líquidos en 2020 y Habitaciones de paso en 2021. La
Jaula es el inicio de una serie de novelas que denomina De lo
oscuro.
Reseña:
Dicen los gitanos que no
quieren a sus hijos con buenos principios. María Codoñer no es gitana —creo—,
pero tiene lo mejor de unos y otros y en consecuencia es fiel a las costumbres
—esas que sientan cátedra—. Así pues, la primera letra de La Jaula: «Rodriguín» resulta peliaguda en su pronunciación:
¿«Rodigrín»? ¿«Rodiguín»? ¡«Rodriguín»! La
repetí incansable hasta acertar.
Pero tan principio es la
primera palabra, como la primera frase o como la primera página y María, de
inmediato, se suelta y nos alerta sembrando en el camino de Mona —su
protagonista— un universo de intrigas, deseos, desconfianzas, ausencias, incluso
amistad. Todo un renacimiento de emociones a causa de un conflicto cuyos
detalles, causa y explicación desconoce y que cuando conoce, le cuesta entender.
Mona es una mujer que no calibra su personalidad, característica esta que brota
descontrolada tal y como se siente víctima o benefactora de los hechos que la
circundan. Independiente, fuerte y atractiva, lo que incrementa su efecto seductor.
El detallismo es justo, la prosa noble, clara y eficaz. Una intrigante historia
bien construida con un final que a todos acomoda —aunque rápidamente resuelto
al dictado de la influencia cinematográfica—.
Me pregunto, y es un juego
al que todavía está a tiempo, qué pasaría si María escribiera una Mona en
primera persona, especialmente en aquellos destellos en los que su protagonismo
es tan potente y vital. Una primera persona elegante hasta para describir una insospechada
y sufrida violación con un desenlace instantáneo más insospechado e
inexplicable todavía.
El relato es cómodo, con una
intriga fácil de seguir. Hay, como en cualquier trama negra que se precie,
buenos —pocos— y malos —muchos—. Víctimas inocentes. Desalmados enemigos e
incondicionales amigos. Nada ni nadie aleatorio, todo en su sitio. La
personalidad de Mona —emociones y sentimientos— admirablemente descritos. En
definitiva, una historia que despierta interés y en la que el lector empatiza con
la protagonista a pesar de su compleja personalidad.
Úbeda, junio de 2021.
Muy buena reseña
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