Este jueves, relato. "Repicantes"
Todavía suenan a mi alrededor como auras esparcidas, los
dulces tintineos de las campanas de San Pedro.
Domenico, todos los días a las 12 disfrutaba de su minuto de
gloria anónima, aquel que iba desde la primera campanada a la doceava que
ilustraba el medio día romano.
Para él, un minuto apasionante, pues sabía de la atención
prestada por los cientos de fieles que escogían esa hora, para deambular entre
la columnata de la Plaza.
Para mí, ese minuto sublime que siempre recordaré unido a la
estremecedora visión de la imagen de La Piedad de Miguel Ángel en el hall del
Vaticano.
Domenico, era natural de Lucca. Había crecido con el ligero
sonido del duro bronce. Decidió ser repicante aquella mañana de Domingo de
Gloria y Resurrección, cuando acabada la parte negra de la Pascua, los niños de su pueblo recorrían las calles golpeando las
aldabas de los portones en señal de fiesta... Jesús, había resucitado y la
benevolencia y permisividad de los vecinos se hacían cómplices de un acto que
en otro momento del año habría tenido fatales consecuencias.
Le gustó lo de repicar con las aldabas y se le abrió un
mundo de instrumentos, campanas, campanillas, cascabeles...
-¡¡ALFREDO!! ¡¡ALFREDO!!
-Dime Gustavo...
-Esta vez te has pasado tres pueblos... dije “replicantes”
Esta tontería está dedicada a mi nieto ALEX que hoy cumple 4
años.
Jajajajaja Perfecto, ALfredo. Lo que hace un descuido :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay que ver como puede cambiar la vida una simple letra ajjajaja.
ResponderEliminarUn original regalo para tu nieto que seguro cuando sea grande se reirá como lo hago yo hoy,
Un beso
Qué gracioso! Como dice Rosa por una letra hemos pasado de robots a campanas jajaja y Alex todo orgulloso de su abuelo al que se le cae la baba, segurito, como tiene que ser.
ResponderEliminarUn beso
Beso para Alex.
ResponderEliminarA mi me ha gustado esta replica que das repicando.
Bonita historia la del campanero.
Abrazos.
jajajaj noes tontería ni mucho menos!...lograr poner una sonrisa en la cara de quien te lee ya la vez celebrar el cumple de un nieto no escosa menos!es motivo suficiente como para salir a repicar campanas!!!jjeje
ResponderEliminarun abrazo.
Espero que me perdones, pero te he dado un premio:
ResponderEliminarhttp://elblogdeatticus.blogspot.com.es/2012/05/premio-liebster-blog.html
Sin dudas una letra puede cambiarlo todo, menos la esencia de tus relatos. Repiquen campanitas a todo ritmo, para celebrar el cumpleaños de Alex! Felicidades! Al cumpleañero y al abuelo, que bien sé lo que disfrutan de sus nietitos.
ResponderEliminarDos besos al vuelo:
Gaby*
Un baile de letras y !zas! Alfredo nos campanea, bueeeeno venga todo sea por celebrar con Alex su cumple.
ResponderEliminarBesitos para nieto y para el abuelo.
Pero al menos el muchacho se lo pasó bien repicando y repicando campanas, que por una letrilla de nada no nos vamos a poner tan tiqismiqis.
ResponderEliminarUn abrazo
Que toquen campanas, que repiquen alegres...repicar el bronce es replicar al silencio con sonido.
ResponderEliminar¿Saldrá fotógrafo Alex? Y al abuelo le repica el corazón como una campana feliz, felicidades a los dos. Besitos.
yo repico, tú repicas y ...la mamá que nos parió, REPLICAA....¡¡¡ JAJJAAJ
ResponderEliminarenhorabuena, álex, el repique de mis ojos y el replicante de la réplica de...no sé cómo seguir, alfredo, con las palabras repicar y replicar..
pero para ti, silencio; y para ÁLEX...MIL BESOSS, QUE AÚN SOY AMANTE DE ESAS RÉPLICAS DE HOMBRES...Y ME ENCANTAN LOS NENESSSS.
FELICIDADES,ÁLEX.
Pues sí que has sabido sacarle punta a este juego de palabras. Está bien eso de irse por los cerros de Úbeda que queda por aquí cerca, jeje.
ResponderEliminarFelicidades, tanto al abuelo como al nieto.
Un abrazo a ambos.
Tambien yo hubiera eliminado olimpicamente una letra si de hacerle un regalo a un niño se tratara. Felicidades a ambos, Alfredo.
ResponderEliminarMe gusta el sonido de las campanas más, infinitamente más que el mundo de los replicantes.
Un abrazo.