Sonia se casó embarazada a los dieciocho años. Dedicó su vida por completo a atender a su familia. Ahora sus hijos ya no la necesitaban. Se sentía sola. Su matrimonio había sido un auténtico fracaso. La vida rutinaria del día a día la aplastaba. No tenía ilusión por nada. Se sentía vacía, desconectada de la vida. Como si no tuviera lugar en ella. Nada tenía sentido para ella. Nada le hacía feliz. No se cuidaba. No se arreglaba. Todo le daba igual. No sabía cómo llenar su existencia ni cómo cambiar aquella situación tan rutinaria. En algún momento se había planteado escapar. Huir. Salir de esas cuatro paredes que le conducían a la triste monotonía. Pero no se atrevía a dar ese paso. Parecía que estaba atrapada dentro de un túnel oscuro sin salida.
Aquella mañana Sonia acompañó a Ricardo al Hospital. El especialista tenía que informarle de los resultados de las pruebas que le hicieron hace unos días.
- Buenos días -saludaron ambos al médico.
- Buenos días. Siéntense por favor. Ricardo ya tenemos los resultados de las pruebas. El diagnóstico es principio de Alzheimer -le dijo el especialista-
Sonia no daba crédito a lo que estaba escuchando. Se quedó bloqueada mirando fijamente al médico con los ojos abiertos como platos. No le salían las palabras. Quería preguntarle un montón de cosas para informarse. Pero de repente se quedó muda. Sus piernas temblaban. Su corazón acelerado a mil. Pero lo peor era su vida que ahora se apagaba del todo para siempre.
Más relatos jueveros en el blog de Nuria
María
Triste enfermedad, que olvida los recuerdos y acaba pasando a ocupar una plaza de una residencia, ya que no puede valerse por si misma, la persona que la padece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una enfermedad demoledora, que arrasa la memoria, y no solo eso, sino que, quiénes están cerca, lo van viviendo día a día, es algo muy triste para todos.
EliminarGracias por tu compañía, VENTANA DE FOTO.
Un abrazo enorme.
Tremendo el relato María, que vida más dura la de la pobre Sonia. El Alzehimer es terrible, mi madre lo tuvo en los últimos años de su vida y fue muy duro.
ResponderEliminarUn abrazo, me alegra volver a visitarte.
Una vida vacía, que nada le llenaba a Sonia, y para colmo le dan la terrible noticia de que su marido tiene Alzheimer, entonces sí que ya se derrumbó del todo, no he continuado el relato, pero la presagio un final muy dramático. Siento que tu madre pacediera esa terrible enfermedad, es muy dificil de sobrellevar.
EliminarGracias por acompañarme, Fernando.
Un abrazo enorme.
He conocido algunas mujeres así, casi siempre mujeres. Cargan sobre sus hombros todo el peso que otros no quisieron y, cuando parecen a punto de lograr escapar, siempre hay algo que las arrastra a su antigua vida. A veces les convendría ser más egoístas, saber salir corriendo a tiempo... Nunca lo hacen.
ResponderEliminarMe ha gustado cómo has captado la esencia del relato, Beauséant, en realidad es lo que he querido transmitir, sobre esas mujeres que cargan con todo el peso a sus espaldas, que no tienen vida propia, todo lo han dado por los demás, y cuando puede tener un ápice de esperanza, aunque sea desde la imaginación, sobre querer salir de ese abismo, resulta que le dan la noticia de que su marido padece esa terrible enfermedad para seguir dándolo todo, entrega constante, y su vida entera a los demás.
EliminarGracias por acompañarme, Beauséant.
Un abrazo enorme.
Ni por esas, tampoco
ResponderEliminaraparecerán ahora los
hijos, casarse a esa
eda , embarazada ,
sin progresar de
ninguna manera,
mas vale ser
soltera , o
solterona , que
se decia en
otro tiempo .
No entiendo cómo se puede llegar a tener hijos y casarse a esa edad, cuando todavía se es una niña, ni el cuerpo ni la mente están capacitados para ser madres, si no han madurado ¿qué educación pueden dar a sus hijos? o formar una familia. Formar una familia a esa edad es una locura. Pero es un relato verídico, Orlando. Totalmente verídico. Y tantísimos casos que habrá como éste.
EliminarGracias por tu compañía, Orlando.
Un abrazo.
Aquí no solo se da la frustración de ella que se ve atrapada por ese embarazo y ese matrimonio que no la ha hecho feliz, al final cuando volaron loa hijos, llega la enfermedad de su pareja y ella ve que sus sueños nunca podrá alcanzar.
ResponderEliminarCuantas vidas hay asi.
Un buen texto María, ten dejo un besote grande , y pondremos alegría a la vida, ¿no te parece?, muakis linda.
Así es, Campirela, cuántas vidas habrá así, yo conozco de una persona cercana, ésta que cuento, es verídica, una frustración y vacíos constantes, atrapada en su propia vida, ahora presa de la enfermedad del marido, y nunca podrá volar, ni en sueños, porque no duerme.
EliminarGracias por acompañarme, Campirela.
Un beso enorme.
Tremendo relato! Tan real como la vida misma.
ResponderEliminarMe ha encantado y emocionado mucho!
Beso grande María!
Así es, Lunaroja, tal como la vida misma, un relato muy triste, sentir de esa manera, ese vacío, y para colmo, la enfermedad del marido, un túnel sin salida.
EliminarGracias por tu compañía, Lunaroja.
Un beso enorme.
Voy leyendo todos los relatos de esta propuesta, este es devastador, una catástrofe, un pisotón a la mínima esperanza si la tenía. Más que un vacío le quedaba un saco de reproches y cargas emocionales. Un abrazo y felicitaciones por el relato
ResponderEliminarHay tantas vidas vacías, tanta soledad, tanta amargura, cuando ves que la vida la has entregado a los demás, y se te escapa, y cuando puedes tener un ápice de esperanza por cambiarla, viene lo peor, la mayor de las tragedias.
EliminarGracias por tu compañía, Ester.
Un abrazo enorme.
¡Puta madre! mi peor pesadilla la verdad, o sea ir al doctor y nos salga con una noticia de ese calibre, peor tantito, este año he tenido que ir al hospital como 2 veces por mes, estoy todo descompuesto y me aterra pensar que en una de esas me salen con un diagnóstico así, carajo.
ResponderEliminarNinguno estamos libre de esa enfermedad, Conejo, la vida es así de dura, y no se sabe lo que nos depara el destino, ni a nosotros ni a nuestra familia, creo que es lo peor que puede pasar, el no reconocer a nadie, ni siquiera a ti mismo, es muy duro.
EliminarGracias por acompañarme, Conejo.
Un abrazo.
Es un relato impactante, real y durísimo. De lo mejor que te he visto narrar.
ResponderEliminarEnhorabuena María.
Te envío besotes
Totalmente real, Mari Carmen, y muy duro, no solo por el diagnóstico del marido de Sonia, sino porque ella se encuentra atrapada dentro de una vida tan vacía que es como si estuviera muerta en vida.
EliminarGracias por tu compañía, Maria Carmen.
Un beso enorme.
Duro relato mas con una realidad tremenda hoy en dia.Asi como cambian los tiempos y nacen otras enfermedades.Muchas mujeres tienen una vida asi y es triste,sin embargo cada cual elige su propia vida.El alhezeimer es una enfermedad durisima para quien la sufre y para los que cuidan.Un abrazo grande!
ResponderEliminarMuy duro tener una vida entregada a los demás, sin vivir la propia vida, una soledad atrapante, abismal, y para colmo, si tenía una gota de esperanza para poder volar, ya ni siquiera puede hacerlo, por el diagnóstico de su marido, algunas personas no se merecen tanto como les está pasando.
EliminarGracias por acompañarme, Menta.
Un abrazo enorme.
Relato muy completo, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias. Rafael, por tu compañía, que estés pasando un feliz día.
EliminarUn abrazo.
Ofuuu... eso no hay por donde salvarlo.
ResponderEliminarDespués de una vida, excepto alguna alegría de los hijos, de mierda, pensaba wue se liberaría de alguna manera, pero esto es horrible.
Abrzooo
Así es la vida, Gabiliante, hay personas que no eligen su vida, porque no deciden o no pueden decidir su camino, al final, lo que han vivido, no es lo que querían, y así se les pasa la vida, pero es que además, no nos podemos quejar, que luego pueden venir cosas peores.
EliminarGracias por tu compañía.
Un abrazo.
Una enfermedad que hunde a cualquiera y más aún, a quien rstá al borde del abismo.
ResponderEliminarAsí es, Tracy, hay enfermedades terribles, pero la peor de toda quizá es la de no poder salir de la situación en la que Sonia se encontraba.
EliminarGracias por tu compañía, Tracy.
Un abrazo.
tiene que ser muy duro ver cómo la mente de una persona cercana se va apagando. la protagonista del relato pasaba de tener una vida aburrida a comenzar una etapa realmente complicada.
ResponderEliminarqué importante es la salud, tanto física como mental.
besos, maría!!
Totalmente cierto lo que dices Chema, Sonia pasó de tener una vida aburrida, sin aliciente, a enfrentarse a la peor de las situaciones, la enfermedad de su marido, algo terrible, triste vida la de la protagonista, que no ha podido nunca elegir su vida.
EliminarGracias por tu compañía.
Besos.
gracias a ti por tu compañía en mi blog también, aunque sea de vez en cuando. :)
EliminarGracias a ti, Chema, ya sabes que me encanta visitar tu blog siempre que puedo allí estoy.
EliminarQue tengas una feliz tarde.
Besos.
Hola Mari, gracias por sumarte a la convocatoria.
ResponderEliminarSin duda la protagonista sentía un vacío existencial desde que su embarazo la lleva a casarse muy joven y posteriormente verse atrapada en esa vida de la que le era imposible salir... Sin embargo tras las malas noticias de una enfermedad como el alzheimer su vacío existencial pasa a ser el vacío de sentirte encarcelada en un horrible y cruel destino
Un relato que muestra que el abismo en el que se encuentra la protagonista, puede ser todavía más profundo y cuyo final es aún más descorazonador. Un abrazo
Muy acertado el resumen que has hecho del relato, Nuria, has dado en el clavo en la esencia cuando dices del vacío que siente la protagonista hasta sentirse encarcelada en un destino bastante desafortunado y cruel, una vida entregada a los demás, y la que Sonia no ha vivido como ella quería, una vida vacía atrapada en un destino que no ha elegido, hay tantas vidas así. Ha sido un placer haber participado, te felicito por el éxito de tu convocatoria.
EliminarGracias por tu compañía, Nuria.
Un abrazo.
la vida es muy dura y a veces parece ensañarse con las personas como queriendo ponerlas a prueba para ver de qué material están hechos y que salgan adelante a pesar de todo.
ResponderEliminarno pienses en el día oscuro,
en el día en que nadie
responde, en el día en que tienes a un dios enfrente.
piensa en la otra jornada, aquella en que venciste
al enemigo o ganaste en el juego, aquel día feliz
en que todo te sonreía. que tu ejemplo en la vida
sea siempre lo que gozaste, no el sufrimiento.
lucilio (muerto en el 103 a. c.). sátiras. libro xix.
besos.
Estoy de acuerdo contigo, DRACO, que parece que la vida a veces se ceba en algunas personas para ponerlas a prueba, y salen de una y les viene otra más gorda todavía, y es que la vida es una aventura en la que no sabemos lo que nos va a tocar al día siguiente, a veces, tan cruel.
EliminarMe ha encantado el texto que me has regalado, de Lucilio, no lo conocía, me parece precioso, está lleno de luz, muy positivo, y esperanzador, así debemos hacer, pensar en los días que ganamos, en los que fuimos felices, no dejemos de sonreir, y olvidemos el sufrimiento. Gracias por este regalo tan precioso, te lo agradezco de corazón, me ha encantado.
Gracias por tu compañía, DRACO.
Besos enormes.
Siempre puede ser peor que lo que creemos insoportable.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
Qué verdad lo que dices, Macondo, que creemos que estamos en el precipicio y resulta que luego viene otra peor hasta caer al abismo, por eso, mejor no quejarnos, y vivir la vida en su intensidad.
EliminarGracias por acompañarme, Macondo.
Un abrazo.
Digamos que la noticia que recibió / impactó a Ricardo, fue la guinda en una torta hecha de mierda para Sonia. Solo una pregunta: ¿Quién es Ricardo? Va un abrazo, Dorada.
ResponderEliminarUna terrible noticia, porque si acaso alguna vez había pensado huir de esa vida tan vacía, ahora imposible ante la situación que se le venía encima. Buena pregunta la que has hecho, sobre quién es Ricardo jajajaja, si te digo la verdad, quité la palabra "marido" para confundir un poco jajajaja, digo así para desviar y que puedan pensar los lectores que se pueda tratar de un amante jajajaj, pero ninguno lo ha pensado de esa manera, y me ha gustado que tú preguntaras quién era Ricardo.
EliminarGracias por tu compañía, Julio David.
Un abrazo enorme.
Esa noticia provocaría en cualquiera un vacío existencial, pero lo más duro es el otro vacío, el de la memoria.
ResponderEliminarBesos dulces María.
Ya de por sí la vida de Sonia era vacía, pero el vacío de la memoria es mucho peor todavía, así es, Dulce.
EliminarGracias por tu compañía.
Besos.
Buenas noches María, lo cierto es que lo he sentido mucho, y conozco muy de cerca esa enfermedad. Con esa enfermedad no se puede luchar. Sobre todo porque cuando llega ese punto, como recuerdo perfectamente, ese día que le puse a la persona que cuidábamos en casa con esa enfermedad, el plato de comida en la mesa y le di la cuchara. La miró, observó y la volvió a dejar al lado del plato y se cruzó de brazos mirando a la nada. Ese día supe que no volvería a comer por sus propios medios. Después de esto, se empezaron a apagar las cosas fundamentales como andar, y poco a poco ese folio que es la vida. Se queda en blanco.
ResponderEliminarEs terrible lo que cuentas, Anónimo, porque aunque yo no lo haya vivido tan de cerca, sí que he visto a personas conocidas que han vivido esa situación, desde el comienzo cuando iban perdiendo la memoria, y cómo ha ido avanzando esa enfermedad cómo se han ido apagando, hasta quedarse en la cama sin moverse, consumiéndose como una vela, poco a poco, años y años, es horrible. Siento que hayas vivido tan de cerca esa enfermedad, incurable, ójala que con el tiempo se logren grandes avances para luchar contra esa enfermedad.
EliminarGracias por tu compañía.
Un abrazo.
Hay ocasiones en que la vida nos aprieta, nos desilusiona y se ceba con nosotros, y cuando creemos que ya no podemos más, aun nos tiene preparada alguna desagradable sorpresa! Hay personas con esa mala suerte! Un abrazo Maria!
ResponderEliminarQuéo cierto lo que dices, Marifelita, hay personas que la vida les pone a prueba con tanto dolor, y luego les llega más todavía, la vida es una aventura con sorpresas, no sabemos lo que nos puede deparar, aquí estamos para todo lo que nos llegue.
EliminarGracias por tu compañía.
Un abrazo.
Epilogo.
ResponderEliminarYo más bien diría prefacio, o sea, el comienzo de algo terrible, porque el epílogo es el final, un final que aún no se ve porque es el comienzo de una dolorosa situación.
EliminarGracias por tu compañía, Erik.
Un beso.
Aquí estoy otra vez, Es para desearte un feliz día de tu onomástica, que te lo pases genial.
ResponderEliminarTe envío un bonito ramo de jazmines con besos.
Eres un encanto, Mari Carmen, muchas gracias por ser tan detallista, gracias de corazón.
EliminarQue estés teniendo una feliz semana.
Un beso enorme.
Un relato muy triste porque al vacío que ya sentía se sumó el peso de padecer una enfermedad tan cruel como esa. Condenada a olvidar irremediablemente...Muy triste.
ResponderEliminarUn abrazo!
lady_p
No lo has debido leer bien, Ldy-P, no era ella la que padecía esa enfermedad, era el marido, a ella la tocaría llevar todo el peso.
EliminarGracias por tu compañía.
Un abrazo.
las lágrimas de cuando te llega una enfermedad !!!!!!!!! La Fuerza , llega el día siguiente para enfrentar el Nuevo Camino, con la Dolorosa compañía
ResponderEliminarLa vida es así, Ricky, un día le toca a uno y otro día a otro, lo que importa es encarar bien la situación, y saber gestionar las emociones.
EliminarGracias por acompañarme.
Un abrazo.
Es breve pero intenso. Me ha dado pena. Cuantas personas sueñan con vivir y una enfermedad los rompe sin remedio.
ResponderEliminarUn saludo
Lo peor de todo es cuando no se ha vivido la vida que una quería, y que si anhelas tener libertad, no puedas ni siquiera volar nada más que en sueños.
EliminarGracias por acompañarme, Buscador.
Un abrazo.
Nada sólido puede construirse sobre la apatía y el desamor, menos, afrontar un trance tan traumático como el de una enfermedad tan cruel. Un abrazo María
ResponderEliminarTotalmente cierto lo que dices, Neo, ante la apatía nada se puede construir, imagínate para afrontar ese trance tan traumático, no se si podrá sobrellevar esa carga, no haré otra continuación pero presiento mal presagio a la protagonista, tanta carga a sus espaldas cuando ya estaba muerta en vida, muy duro.
EliminarGracias por tu compañía, Neo.
Un abrazo.
Un relato muy bien construido peo muy real María, se nos pasa la vida esperando lo mejor y muchas veces como dice la canción Nos olvidamos de vivir el día a día el presente.
ResponderEliminarUn Abrazo
Qué gran verdad lo que dices, José Antonio, mejor no esperar nada, sino vivir la vida en su plenitud, porque la vida se pasa volando, razón tiene esa canción que mencionas.
EliminarGracias por tu compañía.
Un abrazo.
Pobre Sonia.
ResponderEliminarCon ese vacío que siente. Y ahora las ilusiones, las pocas que le quedaba, se desvanecen definitivamente.
Y es algo que puede pasar.
Besos especiales.
Así es, Demiurgo, si ya de por sí Sonia tenía una vida vacía, y se sentía tan infeliz, ahora lo que la espera es mucho peor, y sí que es algo tan real como la vida misma.
EliminarGracias por acompañarme.
Besos especiales.
A veces la familia absorbe toda la energía y borran la vida de los que la sostienen. Si ya les sumas una enfermedad... buf tanta realidad en tu relato. Bss
ResponderEliminarQué cierta tu reflexión, Sylvia, a veces la vida te absorve tanto desde la familia, llevar toda la carga que pesa tanto puede desgastar a la persona, como a Sonia, hay tantas Sonias protagonistas en la vida real, pero lo peor de todo son las enfermedades incurables, por las que se sufre mucho ver al familiar así.
EliminarGracias por acompañarme.
Besos.
María, nos dejas un relato muy actual, la vida nos prueba a todos y cuando creemos que todo pasará...surge algo nuevo que nos desmorona por completo...Sonia tendrá que sacar fuerzas de si misma y apoyar al ser querido...Cómo lo conseguirá...? Esperemos que Dios le de fuerzas, seguro que si.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo entrañable por tus buenas letras, María. Feliz mes de septiembre.
Qué gran verdad lo que dices, Mª Jesús, que la vida nos pone a prueba a todos, y es que no sabemos lo que nos depara el destino, lo importante es, como bien dices, sacar fuerzas para apoyar a su marido, pero está tan derrumbada, que le va a resultar dificil, tal vez, sea ella la que más fuerza necesite ahora, en esta vida tan vacía y apagada.
EliminarGracias por tu compañía, Mª Jesús, y feliz més de septiembre para ti también.
Un abrazo enorme.
Un relato demoledor sin dudas, cuando creía que tocaba fondo no se daba cuenta que aún le esperaba lo peor.
ResponderEliminarExcelente relato, me encantó María.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Y es que en esta vida no se sabe cuándo se toca fondo, es así de dura, a veces, con algunas personas, que parece que han nacido con esa desgracia.
EliminarGracias por acompañarme, PATRICIA.
Un abrazo.
Le temo al alzhéimer, pero mi tolerancia al dolor es menos... quizás mejor irse sin irse...
ResponderEliminarCreo que todos tememos a esa terrible enfermedad, es una de las peores que pueden existir, aunque hay otras que son tan sumamente dolorosas, que como dices, no se sabe cual es lo mejor, todas son horribles.
EliminarGracias por acompañarme, Gustab.
Un abrazo.
El olvido paulatino de quién es uno es una verdadera bomba para quien recibe el diagnóstico. Un buen relato
ResponderEliminarUn abrazo enorme, María
Nadie quisiéramos oir ese diagnóstico por lo que conlleva esa terrible enfermedad, esperemos que con el tiempo haya más avance y puedan crear alguna medicación para no vaya a más.
EliminarGracias por tu compañía, Albada.
Un abrazo enorme.
“La vida se nos apaga y para siempre” solo nos queda la hendedura de lo ya vivido y escarbado con el arado en tierra fértil y sin amanerar… ya que los sentidos están siempre dispuestos a tender la mano amiga, aunque nos la rechacen todos terminaremos en el cuento de nunca jamás.
ResponderEliminarExcelentes golondrinas que vuelven hoy a mi cortijo en la sierra… donde sigue volviendo año tras año, aunque no estemos ya en ese lugar.
Un abrazo.
La vida hay que vivirla en su intensidad, porque es cuestión de un suspiro, el que estemos aquí, o dentro de nada, allá, porque la vida no se detiene, y lo disfrutado es lo que llevaremos al otro mundo.
EliminarGracias por acompañarme, Antonio.
Un abrazo.
has dado una vuelta de tuerca al vacío existencial poniéndolo al límite con el alzheimer que ha parecido de improviso en su vida.
ResponderEliminarQué horror, para no levantar cabeza
Fíjate, ya lo que le faltaba a Sonia, si ya de por sí su vida estaba tan vacía, ahora lo que le espera es más terrible con la enfermedad de su marido, ahora tiene que ser sus pies y sus manos, sus sueños se desfallecieron por completo, imposible levantar cabeza.
EliminarGracias por acompañarme, Tracy.
Un abrazo.
¡Que tristeza! si le sumamos a su vida apagada, anodina, ese vacío del que su pareja se irá llenando a su pesar, dejárá la suya en el fondo fondo de la angustia--
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha gustado lo que has dicho, Stella, sobre el fondo de la angustia, una gran definición, así quedará su vida, muy al fondo, en el abismo total, en esta vida tan apagada.
EliminarGracias por acompañarme.
Un abrazo.
la enfermedad es grave, pero escuchar el diagnostico del medico es la inaguracion del sufrimiento y angustia
ResponderEliminarOir eso ese diagnóstico tiene que ser terrible, Jose, el enfermo se apaga por completo ante tal diagnóstico.
EliminarGracias por tu compañía.
Un abrazo.
...buebo...que puedo decirte...tu relato se me hace tan conocido...uno de esos en que las personas piensan que ya todo esta escrito en su vida...que la rutina se centra en despertar, trabajar, conversar y dormir..sin el bullicio de los hijos y que todo ya esta escrito...hasta que un dia te despiertas y te enfrentas con la noticia de que todo va a cambiar por culpa de un resultado negativo y en un 2 x 3, el vacio por completo irrumpe en tu mundo y te enfrentas de nuevo a la vida, pero sola..como allegar a este mundo..ahi es donde tu vida existencial se vuelve enormeee ..bsssssss amiga preciosaa
ResponderEliminarMuy bien lo has resumido, Diva, una vida aburrida, rutinaria, siempre lo mismo para Sonia, y resulta que de la noche a la mañana le llega esta noticia tan terrible, entonces sí que se derrumba por completo su existencia, ante tan resultado, ella sola siempre llevando la carga desde tan joven, y ahora en su madurez, la sigue tocando, una vida dramática, vacía, sin rumbo, y ahora la toca tener más fuerzas aún en esa vida tan vacía existencial.
EliminarGracias por tu compañía.
Un beso enorme.
Hola María, gran relato y que vida tan dura la de la protagonista.
ResponderEliminarUn beso!
Así es, Dakota, la vida nos pone a prueba, como le ha pasado a la protagonista.
EliminarGracias por tu compañía.
un beso.
Es tremendo!, La vida a veces golpea sin tregua...
ResponderEliminarEl relato es intensísimo, perfecto, llega de lleno!
Buen finde, María, abrazos y besos mil
Totalmente cierto, Milena, que la vida a veces golpea sin tregua, es terrible, muy duro para quiénes lo padecen.
EliminarGracias por acompañarme.
Besos enormes.
Un relato muy triste, la vida misma. Besicos
ResponderEliminarTan real como es la historia, CHARO.
EliminarGracias por tu compañía.
Besos.
Estremecedor relato, un presente para Sonia aún mas negro.
ResponderEliminarAbrazos.
Así es, Conchi, si antes era gris, ahora negro.
EliminarGracias por acompañarme.
Abrazos.
A veces uno no sabe cuantas vidas se apagan con la enfermedad de una persona...
ResponderEliminarUn besazo Maria!
Una enfermedad tan dura como ésta, termina por apagar todas las vidas cercanas, no solo la de Ricardo.
EliminarGracias por tu compañía, Morella.
Un besazo.
Al vacío existencial de la protagonista hay que sumar la mala noticia médica. En esos casos lo mejor, pienso yo, es contrarrestar tu oscuridad con acciones que podrían levantar el ánimo, como arreglarse bien, comer sano pero sin sacrificios (darse algún homenaje culinario de vez en cuando) cambiando a diario el look por ejemplo, ilusionarse con alguna actividad, la que sea, alguna habrá... Y por supuesto animar al paciente y compañero y unirse para asimilar la nueva situación en cuanto a su salud.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Saludos María.
Me ha encantado tu comentario, tan positivo, así es como debe encararse las malas situaciones, como tú lo has planteado, de esa manera para levantar el ánimo, primero cuidarse uno mismo, sin caer en la dejadez, y darse algún placer, hay que cambiar de actitud ante la vida, asimilando los problemas, para mejorar la vida, ese planteamiento es el más adecuado, Marcos, gracias por tu precioso comentario tomarse la vida de esta manera es lo mejor para uno mismo y para los demás.
EliminarGracias por tu compañía.
Un abrazo.
Esas noticias no deberían darse tan sueltos de cuerpo...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Pero se dan, porque así es la vida, José A., no es un camino de rosas, también es de espinas.
EliminarGracias por tu compañía.
Un abrazo.
Brutal mi querida María, tan real como la vida misma.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Así es, real, como tantas vidas iguales o parecidas.
EliminarGracias por tu compañía, Rita.
Un abrazo enorme.
Tremendo relato, estremecedor . Una enfermedad que destruye la mente y la vida d es todos.
ResponderEliminarAún así has logrado un relato que conmueve muchísimo. Te dejo.un beso grande.
Un relato triste, no solo por la enfermedad que se le presenta del Alzheimer, que es lo peor que puede haber, sino porque la protagonista se encontraba en un túnel sin salida, si pensaba volar, ahora ya no le quedaba más remedio que seguir dándolo todo.
EliminarGracias por tu compañía, Hanna.
Un beso enorme
Horrible enfermedad para quien la padece y tremenda también para los que están alrededor.
ResponderEliminarMuy triste y muy conmovedor tu relato. Consigue estremecer profundamente.
La dura realidad, es verídico este relato de alguien que conozco, lo he contado tal como es, es que hay personas que parece que tienen la negra, no salen de una y la vida les golpea de nuevo.
EliminarGracias por tu compañía, Galilea.
Un beso enorme.