Raza de alegres vientos.
Hechuras de rayos pintados
por el firmamento.
Voz de ecos marfileños y
de elegancia inagotable.
Creencias de puños abiertos,
de rojos carmines,
de blanca forma.
Andares desnudos,
erguidos por la magia,
descubiertos por el cielo.
Amor alado, vertido en
sorbos insensatos,
desquiciado por labios
sinuosos.
Demencia que no aflora
sino en el roce furtivo,
que no busca formas,
que no añora sombras.
Ternura de prisión de azucar,
de placer espumoso,
de amalgama tentadora.
Escuela donde aprenden
los dioses, donde los
profetas descubren el amor.
JulioElpuente