Depongo mis armas de mujer
y me rindo
a la evidencia
de esta falacia.
Enarbolo como bandera blanca
la mortaja de un falso amor
sepultado en mentiras y engaños.
Abandono, malherida,
el cruento campo de batalla.
Y dejo al cruel enemigo
brindando con su propio veneno,
ahogándose en el odio
que eligió como patria.
Depongo mis armas de mujer
y elijo la paz.
Y huyo.
Lejos.
¿Será por aquello de que una retirada a tiempo es una victoria, que dicen? Bien por verte de nuevo poetizando.
ResponderEliminarUno esta de hoy a tu última entrada y tu poema es la lógica reacción a ese mal llamado amor.
ResponderEliminarCuando ya no quedan brazos que ofrecer, mejor es la huida.
Me alegra tu vuelta.
Besos.
El amor puede ser malo, tanto que deja una huella imborrable. Por eso alejarse de él o ella es lo mejor que se puede hacer. Eso no es amor, será otro nominativo. Un besote.
ResponderEliminarEl amor verdadero da alas para soñar y huye del sometimiento.
ResponderEliminarQue la esperanza no decaiga y el mundo de libertad sea propio.
Un beso.
Tu poema es un testimonio poderoso de autenticidad y valentía. En tus palabras, se siente la fuerza de quien ha decidido poner fin a una batalla emocional agotadora y abrazar la paz, incluso cuando ello implica retirarse de un terreno que fue, en última instancia, perjudicial.
ResponderEliminarBuena elección.
Besos!!
Muy real, muy del día a día. Alejarse a tiempo, antes de que llegue el otoño y te robe las fuerzas para la liberarte. Feliz comienzo de semana. Abrazo.
ResponderEliminarEs precioso tu poema como lo es el amor aunque una vez dolió mucho.
ResponderEliminarSolo quiero recordar lo bueno que hubo antes.
Besos
Tremendo poema. El desamor es muy doloroso. Beso
ResponderEliminarQuien sea se lo pierde y nosotros te recuperamos. Bienvenida a casa.
ResponderEliminarBesos.
La paz, siempre... la mejor elección.
ResponderEliminarUN besazo enorme.
Saber decir adiós es crecer, dice una canción de Gustavo Cerati. Que tus versos me recuerdan.
ResponderEliminarBesos.
¡Bienvenida a casa!
ResponderEliminarHay personas nobles (como tú) que no son capaces de ver su propia grandeza.
ResponderEliminarCon todo el respeto del mundo te digo… Rendida estuviste “antes” (tiempo pasado) rendida al influjo de lo que creíste era un amor verdadero y que solo fue una ilusión, pues te mantuviste atada a quien te mintió, te engañó, no supo valorarte, quererte, ni respetarte como es debido.
Amiga no te has rendido, te has revelado, te has sublevado, te has liberado (que no es lo mismo) has sacado fuerzas de donde no tenías y has logrado bajarte de ese barco donde fuiste una esclava del desamor y del abuso de aquel que nunca mereció tu cariño.
Yo diría que ahora tú, mujer valiente, enarbolas la bandera de la libertad. Y esa libertad no fue gratis, ni tampoco fácil, porque (metafóricamente hablando) tuviste que amputarte una mano para liberarte de esa cadena que te mantenía atada a ese cariño malo que tanto te hizo sufrir. El dolor es grande, pero vale la pena.
Hay que tener mucho valor y amor propio para hacer lo que tú hiciste (tu escape ha sido un triunfo, no una rendición).
¡Te admiro más que nunca!
Muchas veces hay que huir para encontrar la paz. Pero no implica rendirse. Un precioso poema.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, Laura.
Ven.
ResponderEliminar:)
Besos.
La rendición es tal sólo cuando dejas de levantarte de la caída.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Alís. Te abrazo
ResponderEliminarBeautiful blog
ResponderEliminarPlease read my post
ResponderEliminarSoy de las que piensan que hay que hacer frente antes de huir, te hace más fuerte, pero sé que a veces es necesario. Un abrazo Alís.
ResponderEliminarLa huida en este poema no es derrota, sino ganancia. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarBienvenida de nuevo Alís, se te echaba de menos. Tremendo poema de desamor, a veces es necesario huir.
ResponderEliminarAbrazos.
A veces huir es la mejor (y única) decisión. Debemos cuidarnos siempre (a nosotras mismas) pero cuando los demás no lo hacen es todavía más importante buscar otro camino...
ResponderEliminarCreo que deberíamos hablar, si lo necesitas cuenta conmigo.
Un abrazo enorme, Alís.
Dicen que una retirada a tiempo es una victoria. Preciosos versos.
ResponderEliminarBonito y tremendo! Aunque yo no veo eso como huída, sino el coraje de dejar a un lado lo que probadamente te hace daño.
ResponderEliminarBravo Alis!!!
Un abrazo
Que manera tan contundente de decirlo, como actitud es envidiable, como poema también.
ResponderEliminarHuir no siempre está mal.
Saludos.
Creo que huir es una forma de buscar otros caminos seguros. Me ha gustado tu poema,
ResponderEliminarinmenso
ResponderEliminarBlog mais lindo!
ResponderEliminarApaixonante!
Beijinhos carinhosos.
Alís:
ResponderEliminarespero que estés bien.
Salu2.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, me llamo Julio David ha dejado un nuevo comentario en la entrada "Deserción":
EliminarNo digo que sea tu caso, pero es común que a muchos blogueros les resulte más fácil expresarse (y con mayor entusiasmo) cuando tienen algo pésimo por lo que quejarse de la persona que aman, antes que anotar momentos que, con el tiempo, pasan a ser evidencias de que también fueron felices. Por eso recordarmos con mayor facilidad lo malo que lo bueno, porque lo bueno lo dejamos que se lo llevara el viento: no ameritó ni media palabra anotada para el recuerdo. Y con los años, para peor, se volverá indistinguible de algo que nunca existió.
Va un abrazo, Alís.