foto tomada de http://isaacdevispintor.blogspot.com
Lo único que sé es que todo es percepción. Mi educación, mis valores, mi visión del mundo... fueron percepciones implantadas desde mi nacimiento y que asumí como propias durante muchos años.
Mis padres, con todo su amor y buena intención me transmitieron sus programas, con los que he vivido la mayor parte de mi vida. Colegio, instituto, universidad, trabajo... lo mismo pero cada vez más rigidez. Programas cada vez más virulentos que me hacían ver la vida como si fuera una pobre víctima en un mundo injusto, difícil de comprender y bastante cruel.
Pero sé que elegí nacer en un momento concreto y con las ideas muy claras sobre lo que quería hacer con mi vida. Hace tiempo que deje de ser víctima y me concentré en ser creadora de mi realidad, me di cuenta de que el mundo no es lo que parece, unos locos hambrientos de poder nos han colocado unas gafas de aumento que hacen que todo se distorsione y si les sigues la corriente nunca serás lo que deseas ser.
Reniego del éxito, del consenso sin debate, del esclavismo en todas sus formas, de la cultura y el arte encaminados al pensamiento único, de la negrura que siembran los que disfrutan angustiando a otros, de las banderas, partidos, himnos... mi patria está donde se halla mi corazón, como bien reflejó Isaac en su entrada más reciente.
Tengo, mejor dicho, todos tenemos, algo muy grande dentro de nosotros y aunque el mundo se caiga a pedacitos, ya se recompondrá, he dejado de sufrir por aquello que no puedo cambiar. Yo soy, somos, el tesoro más valioso que tenemos y la vida es un fluir que te lleva a algún sitio o hacia dónde tú quieres, si le pones intención y te atreves a coger las riendas. Alguien me dijo una vez "pon rumbo a lo que te pueda hacer feliz y deja descansar lo que no te gusta, te asusta o te entristece" esas palabras se me quedaron grabadas, me impulsaron a hacer cambios en mi vida y a valorar más el ser, que el hacer.