se derriten las sombras
de mis entrañas.
A veces soy penumbra que acicala
mis noches vanas y quebradas
aullando loba y alma
—huérfana y herida sangra—
sin faro…
ni luna de plata.
Y entonces te busco
entre agrestes montañas;
me desnudo de esos nudos
que retuercen madrugadas
y te encuentro; nítido
como piel inmaculada.
Y te miro sin tenerte;
profundo y silente
arañando mi añoranza
como voz que susurra;
roza…;
calma.
©Ginebra Blonde
... Perderse fuera y dentro
de nuestros cuerpos
para encontrar(nos)
ese punto infinito
.
.
.
donde quedarnos
eternamente.
©Ginebra Blonde
TE PUEDE INTERESAR:
"Pompas de jabón".
~Senryu~
En tu mirada
sobrevuelan los lirios;
mis madrugadas.
Es regadío
en mis pétalos vívidos
a tu llamada.
Soy piel y nido
cobijando el latido;
beso encendido.
Brotan los ríos
en el culmen bravío;
llega la calma.
*
~Haiku~
Vuelan las aves
bajo el cielo rojizo;
llega la noche.
©Ginebra Blonde
~Senryu~
A veces vienes
bailando primorosa
entre mis piernas.
A veces vuelvo;
candorosa inocencia
en grácil vuelo.
¡Ay de este lecho!
acunando los sueños
aún traviesos…
Sobre las sábanas
amanecer sincero
brota el deseo.
Llueven anhelos,
adormecidos mojan
como riachuelos.
¡Piel y amapolas,
pétalos vivarachos
gimen al viento!
Es primavera;
florecen en mi pecho
dulces quimeras...
©Ginebra Blonde
(8M- DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER)
~Senryu~
Siempre amaneces,
sobre rocas floreces:
Mujer valiente.
Aun sin aliento
bajo manos que aprietan
te alzas y gritas.
Tez nacarada,
entre muros ejerces,
pintas alondras.
Tras las cadenas
que rompiste, naciste
más fuerte y libre.
Puro y bravío,
impenetrable espíritu;
paz rebosante.
Y nos tendiste
mil peldaños y puentes
en el pasado.
Hoy (re)clamamos
los caminos luchados:
aquí estamos.
Y entre las lacras
engendraremos alas;
(re)construiremos.
Por las que fueron,
las que somos; seremos:
pronunciaremos…
Mujer y vida,
es tu cuerpo, universo:
cáliz y savia.
©Ginebra Blonde
(Las guerreras
onna-bugeisha eran conocidas por ser tan fuertes, capaces y valientes como los
samuráis)
"Era otoño de
1868 y se avecinaba la batalla para los guerreros samuráis del clan Aizu del
norte de Japón. A principios de ese mismo año, lo samuráis de Satsuma se habían
rebelado; derrocaron al gobierno del Shogunato y otorgaron el poder a un nuevo
emperador, el joven de quince años Mutsuhito, que no tardó en reemplazar el
sistema feudal de Tokugawa por un estado fundamentalmente moderno.
Tras un largo verano
de guerra, las fuerzas imperiales llegaron a las puertas del Castillo de
Wakamatsu en octubre para acabar con la resistencia y sitiaron la fortaleza con
30.000 tropas. Al otro lado del muro, 3.000 desafiantes guerreros se preparaban
para la batalla final.
Mientras los Aizu
lucharon valientemente desde las torres y las trincheras, la mayoría de las mujeres
se mantuvieron en un segundo plano, invirtiendo su energía en cocinar, en
vendar y en deshacerse de las balas de cañón que atacaban el castillo noche y
día. Pero para Nakano Takeko, una onna-bugeisha, la primera línea de defensa
era la única opción válida.
Takeko, enfrentada al poderoso arsenal del ejército imperial,
lideró una unidad no oficial de entre veinte y treinta mujeres en un
contraataque al enemigo, acabando con al menos cinco oponentes con su espada
naginata antes de recibir una bala fatal en el pecho. Con su último aliento,
Takeko le pidió a su hermana que la decapitara para que no se pudieran llevar
su cuerpo como trofeo. La enterraron bajo un árbol en el patio del templo Aizu
Bangmachi, donde ahora se erige un monumento en su honor".
~Senryu~
En la penumbra
se yergue la nostalgia
de mis costuras.
Sucumbo fiel
a la estrofa que llora:
verso en mi piel.
Son mis torment(o)as
las que avivan los fuegos
de mis soldados.
Lóbrega el alma
en silencios postrada;
no hay derrota.
Gimen excelsas
las rúbricas que imploran
ser escuchadas.
Y mis anhelos
florecen vivarachos
amaneciendo.
Sé de las sombras,
mas, ellas nos anuncian
la luz que alumbra.
~Tanka~
Y de las noches
nacen las madrugadas
en nuestro cielo.
Sanen ya las heridas;
vuelen las golondrinas…
©Ginebra Blonde
~Senryu~
En mis inviernos
se acurrucan tus manos
como jilgueros.
Se abren mis cielos,
palpitantes y tiernos,
cuando te tengo.
Nido perfecto
de febriles anhelos
en nuestros besos.
Brota la aurora
de risueños sentires
locos de amarnos.
~Senryu~
~Senryu~
~Haiku~
~Chöka~
Y de las brumas
nacen las aureolas.
Truncadas alas
entre falaces sombras
y mil colmillos
aguardan recelosas.
Y desterradas
brotan enardecidas
dispuestas a la vida.
~Senryu~
¡Ay de esa niña
de alas y regocijos!
Se negó a morir
~Haiku~
Murió el invierno...
En sus labios el alba;
besó los cielos
©Ginebra Blonde