Un saurio con unas fuertes extremidades y una cola blandita y esponjosa, capaz de escupir la pectina de flamigranada que esconde en las mejillas para atrapar objetos lejanos. Según las leyendas, los Yumkasaurios de ahora no se parecen en nada a los del pasado, los cuales eran tan pequeños que hasta costaba verlos. Podían flotar en el aire y pegarse al cuerpo de otros dragones más grandes, o juntarse para flotar como nubes. No obstante, no tuvieron más remedio que adoptar su aspecto actual para poder conservar su forma después de que sus habilidades se degeneraran.