Clara Barton
Apariencia
Clara Barton | |||||||||||
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Clara en 1904 |
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Clara Barton (North Oxford, Massachusetts, 25 de diciembre de 1821 – Glen Echo, Maryland, 12 de abril de 1912 ) fue una enfermera impulsora de la Cruz Roja en Estados Unidos.
Citas
[editar | editar código]- «Hasta el día de hoy mi asiento en una silla o en el lomo de un caballo es tan seguro e incansable como en una mecedora, y mucho más placentero».
[To this day my seat on a saddle or on the back of a horse is as secure and tireless as in a rocking chair, and far more pleasurable]. [1]
- «Nunca había puesto un pie en un barco o embarcación marítima de ningún tipo, y cuando, en el resplandor de aquel vapor magníficamente equipado, crucé realmente un rincón del gran océano Atlántico, cuyas mismas olas tocaban también otros continentes, Sentí que mi mundo se estaba ampliando milagrosamente».
[I had never set foot on a vessel or seagoing craft of any kind, and when, in the glitter of that finely equipped steamer, I really crossed over a corner of the great Atlantic ocean, the very waves of which touched other continents as well, I felt that my world was miraculously widening]. [2]
Citas sobre ella
[editar | editar código]- «Clara Barton, que realizaba trabajo administrativo en un departamento del Gobierno y se negaba a recibir compensación por ello, no llamó la atención. Pero como organizadora de los hospitales y puestos sanitarios de campaña, sacando orden del caos, esperanza de la desesperación y manteniendo la muerte a raya, Clara Barton fue imprescindible. Así, en Andersonville, donde 13.000 soldados habían perdido la vida bajo los prolongados horrores de una prisión militar y habían sido enterrados ignominiosamente en largas trincheras, abandonados, anónimos despojos humanos indocumentados. Clara ordenó que se abrieran las trincheras, que los muertos desconocidos fueran exhumados y enterrados decentemente, cada hombre en una tumba separada, con una lápida que registrara su nombre, su rango y la fecha de su muerte».
[Clara Barton, doing clerical work in a department of the Government and declining to receive compensation therefor, attracted no attention. But Clara Barton in hospitals an don hospital transports, bringing order out of chaos, hope our of despair, and holding death in abeyance; Clara Barton at Andersonville, where 13,000 soldiers had yielded up life under the prolonged horrors of a military prison, and had been ignominiously buried in long trenches, uncared for, united and unknown, attracted the attention and aroused the gratitude of the nation. For she ordered the trenches opened, the unknown dead exhumed and decently buried, each man in a separate grave, with a headstone recording his name, his rank, and the date of his death]. [3]
- «Nunca se dio una respuesta tan excelente sobre la cuestión del sufragio como la que dio Clara Barton, esa majestuosa y maravillosa mujer».
[...never was given such an excellent answer on the suffrage question as was given by Clara Barton, that majestic and wonderful woman]. [4]
Referencias
[editar | editar código]- ↑ The Life of Clara Barton, Founder of the American Red Cross (vol. 1) William E. Barton; Ams Press, 1969, ISBN 9785874126520. Menciones en GLibros.
- ↑ The story of my childhood. Clara Barton, Ed. Baker & Taylor Co. New York, 1907; en Project Gutenberg.
- ↑ Mary Livermore, “Industrial Gains of Women during the Last Half-Century” (1888), en línea.
- ↑ Catherine Breshkovsky: The Little Grandmother of the Russian Revolution edited by Alice Stone Blackwell 1918. Menciones en GLibros.