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Usuario:Sgonzalezb/Instituto Nacional

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Instituto Nacional José Miguel Carrera
Instituto Nacional, Literario, Civil y Eclesiástico del Estado de Chile (Acta fundacional). Instituto Nacional de Chile (Segunda mitad siglo XIX y primera mitad siglo XX)
«Labor omnia vincit»

Fachada principal del Instituto.
Localización
Localidad Santiago, ChileBandera de Chile Chile
Dirección Calle de Arturo Prat Nº33
Información
Afiliación religiosa Laico
Fundación 27 de julio de 1813 (211 años)
Fundador José Miguel Carrera, Camilo Henríquez, Juan Egaña y Manuel de Salas
Apertura 10 de agosto de 1813 (211 años)
Estatus Abierto
Género Masculino
Academia
Estudiantes ~4.200
Profesores ~200
Jornada Doble (seis horas)
Colores Blanco, azul turquí y rojo.
Mascota Burro
Autoridades
Rector Jorge Toro Beretta
Vicerrector Raúl Blin Necochea
Administrador Municipalidad de Santiago

www.institutonacional.cl

http://es.wikipedia.org/wiki/Liceo_de_Aplicaci%C3%B3n http://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_de_Chile http://es.wikipedia.org/wiki/Facultad_de_Derecho_de_la_Universidad_de_Chile

El Instituto Nacional «José Miguel Carrera» es el establecimiento educacional más antiguo de la República de Chile, ya que fue creado durante el gobierno de José Miguel Carrera durante el periodo histórico denominado Patria Vieja. Su apertura fue realizada el 10 de agosto de 1813, tras la aprobación mediante un decreto de la fusión de los diversos establecimientos educacionales existentes, constituyéndose en el único centro de educación superior de la época, tras el cierre momentáneo de la Real Universidad de San Felipe.

Los planes para su creación se deben a Juan Egaña, Manuel de Salas, Francisco Echaurren y Camilo Henríquez, quién expresó que "El gran fin del Instituto es dar a la Patria ciudadanos que la defiendan, la dirijan, la hagan florecer y le den honor".[1]​ Su lema es «Labor omnia vincit» ("El trabajo todo lo vence" en latín).

En la actualidad es un liceo municipalizado, que imparte la modalidad de educación general básica N.B.6 (7° y 8° años) y de educación media científico-humanista (1º a 4º años), teniendo una cifra aproximada de 4.250 alumnos regulares.

El Instituto Nacional es considerado un bastión de la educación pública chilena, ya que por sus aulas han pasado numerosos Presidentes de la República, Ministros de Estado, políticos, intelectuales, artistas y escritores, científicos, arquitectos y un sinnúmero de profesionales que han contribuido a la formación de Chile. Diversos estudios lo han catalogado como uno de los mejores colegios del país, el mejor municipal y el más prestigioso a nivel nacional. [2]

La finalidad educativa del Instituto Nacional es formar buenos ciudadanos. Formar buenos ciudadanos implica educar para la vida, es decir: educar para el saber, para el amor, para el trabajo, educar hombres amantes del derecho y la verdad. Significa asumir a la persona en desarrollo como ser perfectible, dialogante y solidaria. Educar es promover una formación integral para la internalización y ejercicio pleno de los derechos y deberes de la ciudadanía que dan arraigo y sentido de pertenencia a un pueblo, a una cultura y a una geografía. Por ende, esta finalidad educativa, implica promover una adhesión a los valores patrios del ser nacional en virtud de los cuales nos reconocemos como pueblo y nación, con una identidad que nos congrega unitariamente bajo símbolos e instituciones comunes. Sin embargo, la formación del ciudadano no puede quedar circunscrita a la sola adhesión de las aspiraciones nacionales; sino que además requiere que éste se haga partícipe de las aspiraciones sociales de toda la humanidad.
Proyecto Educativo del Instituto Nacional, marzo de 2011.[3]

Historia

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Antecedentes

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La historia del Instituto Nacional se inicia junto con el nacimiento de Chile como nación independiente, antecediendo incluso a la independencia de éste, por lo que en rigor histórico nace durante la monarquía española, y se transforma en la primera institución educativa del naciente país.

Las primeros establecimientos educativos en nuestro país fueron creados y mantenidos por congregaciones religiosas, enseñándose a leer y escribir y algunos rudimentos de aritmética y catecismo; más tarde surgieron escuelas p��blicas mantenidas por los Cabildos de las principales ciudades coloniales.

Los antecedentes más remotos del Instituto Nacional se encuentran en el Convictorio de San Francisco Javier, fundado por los jesuitas en 1608[4]​. Este establecimiento educó a numerosas generaciones de santiaguinos, destacando el abate Juan Ignacio Molina y el padre Alonso de Ovalle. En 1622 se funda la Universidad de Santo Tomás de Aquino, siendo la primera universidad chilena y la novena de américa. Esta Universidad Pontificia dejaría de existir a mediados del siglo XVIII. En 1758 se cumple todo un hito al crearse gracias a las gestiones del Cabildo de Santiago y la autorización del Rey Felipe IV la Real Universidad de San Felipe, primera institución de educación superior bajo administración del estado.

En 1767 el Rey Carlos III decretó la expulsión de los jesuitas y en 1769 se crea una junta del cabildo para administrar los bienes de los expulsos. Se decide en 1778 fundar un Colegio denominado «Convictorio Carolino» sobre la base del Convictorio de San Francisco Javier.

A principios del siglo XIX, el estado de la educación en Chile era bastante preocupante; la Real Universidad de San Felipe se encontraba en decadencia, el Convictorio Carolino, contaba con apenas 16 inscritos, mientras el Seminario Conciliar vivía un escenario similar. Manuel de Salas había intentado mejorar las condiciones educativas chilenas, con la fundación de la Academia de San Luis, la primera institución educativa dirigida por el poder civil, sin embargo, ésta tampoco pasaba por buenos momentos, pues contaba con tan solo 40 alumnos inscritos.

Fundación

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Busto de José Miguel Carrera ubicado dentro del Instituto Nacional.
Alumnos del Instituto Nacional en 1901.
Vista del establecimiento en 1913.
Instituto Nacional en toma, 2006.

Con los acontecimientos de 1810, diversos patriotas vieron renacer las oportunidades de recuperar y fortalecer la educación criolla. En 1810 Juan Egaña sometió a la consideración de don Mateo de Toro y Zambrano, Presidente de la Primera Junta, un Plan de Gobierno en el que proponía que «la obra de Chile debe ser un gran colegio de artes y ciencias, en donde se imparta una educación civil y moral capaz de darnos costumbre y carácter». En 1811 publica a petición del Congreso una Exposición de los principios que consolidan el pacto social de los habitantes de Chile, en donde establece que «se establecerá en la república un Instituto Nacional para las ciencias, artes, oficios instrucción militar, religión, ejercicios que den actividad, vigor y salud, y cuanto pueda formar el carácter físico y moral del ciudadano». [5]​ A las gestiones de Egaña, se suma don Manuel de Salas en febrero de 1811, quien propone la fusión de los establecimiento existentes para la creación del colegio idealizado por Egaña.

Paralelamente, en 1812 José Miguel Carrera disuelve el Congreso Nacional, asumiendo el mando de la nación y dando inicio a una serie de obras, entre las cuales están la creación del primer periódico nacional, la Aurora de Chile, siendo Fray Camilo su primer director. Fray Camilo Henríquez publicaba el 18 de junio a través de la Aurora de Chile sus «Bases para la creación del Instituto Nacional de Chile», en donde describe con lujo de detalles un proyecto con las cátedras, horarios y otros pormenores para el funcionamiento del nuevo establecimiento, así como su objetivo fundamental de «dar a la patria ciudadanos, que la defiendan, la dirijan, la hagan florecer, y le den honor». [6]

José Miguel Carrera, como Presidente de la Junta Gubernativa, se transforma en el primer Jefe de Estado chileno, y revisa la situación del Convictorio Carolino, buscando su reforma para servir a los intereses de la naciente nación, pero su trabajo se ve paralizado pues en abril de 1813 debe dirigirse al sur del país para enfrentar la ofensiva militar española, dirigida por el Brigadier español Antonio Pareja. En su ausencia, la junta logra encontrar una fórmula para financiar el nuevo colegio y aprueba la fundación del Instituto, el cual fusiona a todas las instituciones educativas preexistentes, firmándose el 27 de julio el decreto que le da vida y disponiendo para el 10 de agosto su inauguración solemne en el edificio de la Real Universidad de San Felipe, donde actualmente se ubica el Teatro Municipal de Santiago. A la ceremonia de inauguración asistieron las principales autoridades de Gobierno y los vecinos más importantes de la capital. Su primer rector fue el presbítero Francisco Echaurren, quién hasta la fecha se desempeñaba como Rector del Convictorio Carolino. Durante la ceremonia se cantó un himno compuesto por Bernardo de Vera y Pintado, por encargo del gobierno, cuyo coro es el siguiente:

La Patria nos convoca
con noble y suave voz
a rendir a las ciencias
el merecido honor.
Monitor Araucano, 12 de agosto de 1813.[7]

Las clases se inician en el viejo edificio del Colegio de San Miguel, de la Compañía de Jesús, en el sitio donde hoy se ubica el Congreso Nacional. Destacan como primeros alumnos don Diego Portales, don Manuel Bulnes y don José Joaquín Pérez.

Una de las primeras medidas del gobierno realista durante la Reconquista, luego de la derrota de los patriotas en Rancagua, fue la clausura del Instituto Nacional el 17 de diciembre de 1814.

Reapertura

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Una vez consolidada la independencia de Chile, el Senado acuerda la reapertura del Instituto, la que se lleva a cabo el 20 de julio de 1819 bajo el gobierno de Bernardo O'Higgins.[8]

El Instituto era en aquel entonces un verdadero colegio colonial. Durante los rectorados de José Francisco Echaurren, Manuel José Verdugo y Manuel Frutos Rodriguez se mantuvo la dinámica de los colegios coloniales, así como los planes de estudio y metodologías de enseñanza. Juan y Mariano Egaña intentaron una reforma sin éxito en 1823. Carlos Ambrosio Lozier se convirtió durante un breve periodo de tiempo en el primer Rector civil del Instituto e impulsó la reforma de la enseñanza, adoptando los esquemas europeos liberales de la época. Pese al breve rectorado de Lozier, los cambios calaron hondo en el colegio y si bien no logró suprimir las prácticas educacionales, si motivó que alumnos como Ventura Marín y Melchor José Ramos tomaran partido en el gran movimiento liberal de 1828.[9]

Durante estos primeros años, el gobierno de turno brindó gran importancia al establecimiento, tanto así que Presidentes como Francisco Antonio Pinto asistían a almorzar con los mejores alumnos y a solemnizar los exámenes de final de año.

Grandes reformas del siglo XIX

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En la década de 1830, con la llegada de nuevos profesores como Andrés Bello y Antonio Gorbea, el Instituto emprendió la modernización de sus planes de estudio. Bello impulsó los estudios de Derecho Romano, Legislación Universal, Gramática Castellana y las relativas al estudio de la medicina, Gorbea impulsó los estudios de aritmética y matemática. En el Instituto se realizaron las primeras cátedras de medicina a cargo de Guillermo Blest, destacando como alumnos Javier Tocornal, Luis Ballester y Francisco Rodríguez. En 1935 se separan definitivamente los estudios civiles de los eclesiásticos, continuándose los primeros en el Instituto y los segundos en el recién creado Seminario Eclesiástico.[10]

Entre los años 1835 y 1845 el Instituto fue dirigido por los Rectores Manuel Montt, Francisco Puente y Antonio Varas. El primero había ingresado como alumno en 1821, siendo contratado posteriormente como Inspector, Profesor y luego Vicerrector, para ser nombrado finalmente como Rector del establecimiento en 1835, cargo que solo dejaría para asumir como Ministro del Interior en 1840.

En 1842 surge dentro del colegio la "Sociedad Literaria", que impulsaría el primer movimiento intelectual de nuestro país, destacando entre sus integrantes José Victorino Lastarria (egresado) y los alumnos Francisco Bilbao, Manuel Antonio Matta y Eusebio Lillo.

El mismo año, se separan los estudios superiores de los secundarios, naciendo así la Universidad de Chile. Sin embargo, hasta 1868 la Universidad no contó con edificio propio, por lo que los estudios se continuaron realizando en la sección universitaria del Instituto Nacional. En 1840 el gobierno había contratado al arquitecto Juan Herbage para que construyera un nuevo edificio para el Instituto, pues las dependencias ubicadas hasta aquel entonces en el edificio de calle Compañía con Morandé se habían hecho insuficientes. El sitio escogido fue un amplio terreno ubicado entre la Alameda y las calles de San Diego Nueva (actual Arturo Prat) y San Diego Vieja. El edificio de líneas coloniales fue entregado en 1850, dejándose sin construir el sector colindante con la Alameda, entregado a la Universidad para la construcción de su sede.

En 1863 asumió la rectoría el historiador Diego Barros Arana, quién impulsó los estudios científicos en el Instituto, contratando a profesores como Rodulfo Amando Philippi o Jean Gustave Courcelle-Seneuil. El mismo Barros Arana confeccionó textos de estudio, dotó al establecimiento de los primeros gabinetes de química, física e historia natural, incrementó el acervo de la Biblioteca del Instituto, hasta hacer de ella una de las más completas de latinoamérica y luchó por desterrar los métodos memorísticos, reemplazándolos por la reflexión, el raciocinio y la investigación personal. Asimismo, el Instituto Nacional contribuyó al desarrollo de la educación pública, formando maestros y creando planes de estudio que se aplicarían paulatinamente en las provincias. En 1872, el Ministro de Instrucción Pública Abdón Cifuentes decretó el cese de los exámenes que tomaba el Instituto Nacional a los egresados de colegios particulares, pues hasta a fecha los únicos exámenes válidos para ingresar a la Universidad eran los realizados por el Instituto. Barros Arana, viendo en esta medida un atentado en contra del Instituto, en beneficio de la educación particular [11]​, se opuso drásticamente, junto al apoyo del Consejo Universitario. El gobierno del Presidente Errázuriz nombró a Camilo Cobo como Rector, a cargo de la disciplina del establecimiento y dejó a Barros Arana a cargo de la parte académica, a causa de los desórdenes que se habían suscitado, los cuales sin embargo no cesaron, por lo que en 1873 se decretó la destitución de Barros Arana y separación definitiva de la sección universitaria y el traspaso del rol docente a la Universidad de Chile. El Rector Cobo decidió renunciar. La situación se volvió insostenible, las protestas se agudizaron[12]​ y la oposición decidió interpelar al Ministro Cifuentes, siendo acusado por el Diputado Guillermo Matta de estar trabajando para la destrucción del Instituto. Finalmente Cifuentes debió renunciar, al no sentirse respaldado por el Presidente Errázuriz. Finalmente esta situación causó el término de la fusión liberal-conservadora y la aprobación en 1974 de la libertad de enseñanza. Los exámenes de los alumnos de colegios o clases particulares en adelante serían tomados en los colegios fiscales o ante una comisión designada por el Consejo Universitario. La rectoría quedó en manos del profesor Uldarico Prado.

Consolidación institucional

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Durante el breve rectorado del catedrático de matemáticas Uldarico Prado se logró recuperar la disciplina y el orden que el Instituto necesitaba, preocupándose el rector por el estado de la biblioteca y por el higiene de los alumnos del colegio.

Ignacio Zenteno sucedió a Prado en la rectoría por un breve periodo de tiempo en 1875, pues fue llamado por el gobierno para ocupar el cargo de Ministro de Guerra y Marina. Una de sus obras fue proponer al gobierno la creación de un nuevo liceo público para Santiago en el sector norte de la ciudad, para recibir la sobredemanda del Instituto, trece años más tarde se funda el Liceo Santiago, actual Valentín Letelier, en la avenida Recoleta.

En 1875 asume la rectoría Manuel José Olavarrieta, quien suprimió totalmente los castigos corporales, fundó la Academia Literaria y en 1977 hizo abrir un local nocturno de enseñanza para adultos, obra social de importancia en un país con una alta tasa de analfabetos.

El 19 de mayo de 1876 la Biblioteca del Instituto pasa a ser Biblioteca Pública, adoptando el reglamento de la Biblioteca Nacional. A partir del año escolar de 1877 el Latín deja de ser curso obligatorio, pasando a ser un curso optativo, junto al Inglés y el Francés. Esta fecha marca el inicio de la supresión definitiva del latín de la educación pública secundaria.

El periodo de 1879 a 1883 es complejo para el plantel, debido a la Guerra del Pacífico que hizo disminuir la población escolar, pues muchos jóvenes se alistaron en el ejército. No obstante lo anterior, el rectorado de Manuel Amunátegui fue prolífico en la realización de obras, como la adquisición de obras bibliográficas y material para el trabajo científico. Además, se iniciaron las gestiones para la adquisición de la vieja Iglesia de San Diego, ubicada a un costado del Palacio Universitario, como nueva sede de la Biblioteca del Instituto.

En 1886 asume la rectoría don Juan Nepomuceno Espejo, exalumno, abogado y destacado profesor de castellano del colegio, quién tenía a la sazón 26 años. En 1888 se inaugura la biblioteca en su nuevo local, un espléndido edificio ubicado en la intersección de Alameda con Arturo Prat. En la década de 1890 se adopta el sistema concéntrico de enseñanza, el que postula que las diferentes áreas del saber van ensanchando sus conocimientos de manera progresiva, por lo que se debe partir por las nociones más elementales hasta llegar a los conocimientos más complejos.

En 1902 se separa a petición del Rector Espejo la sección de internos, creándose el Internado Nacional en el barrio de Quinta Normal. Los alumnos fueron trasladados bajo la supervisión de los profesores Eduardo Lamas y Alfredo Campaña, quienes dejaron sus labores docentes en el Instituto para asumir como Rector y Vicerrector respectivamente del nuevo Internado. En 1907 a causa del fallecimiento del profesor y exrector Diego Barros Arana, se entregó su nombre al Internado Nacional en homenaje a las grandes obras realizadas.

Primer Centenario

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En vísperas del primer centenario del Instituto Nacional, se hacía necesario contar con nuevo himno oficial, pues el antiguo creado en 1813 y con letra de Bernardo de Vera y Pintado se encontraba en desuso. En consideración a lo anterior, el Rector Espejo autoriza al profesor Ismael Parraguez a realizar un concurso entre los alumnos para crear un nuevo himno. El actual Himno Institutano se encuentra compuesto por las estrofas de Eduardo Moore Moreno, alumno de 6° año, una estrofa del alumno de nacionalidad española Pascual Baijes Valloerdú, de 4° año y una del propio profesor Parraguez, quien además se encargó de la música del Himno. Este himno fue interpretado por primera vez el 10 de Agosto de 1913 por un coro mixto.

Para el centenario se remodela el Patio Jardín, de acuerdo al diseño paisajístico del profesor Carlos Ramírez, la biblioteca a la fecha era una de las más importantes del país y de latinoamérica, se habían desarrollado de manera exitosa los gabinetes de química, Cosmografía, Ciencias Naturales y Física y el Gimnasio era uno de los más modernos del país.

Las fiestas del centenario encontraban al Instituto en su punto máximo de esplendor, se efectuó una velada en el Teatro Municipal que contó con la asistencia de los más ilustres exalumnos de la época y el Rector Espejo realizó un gran discurso ante toda la concurrencia, hubo desfiles ciudadanos y fiestas para los estudiantes, aparte del reconocimiento de toda la comunidad nacional.

En 1926 fallece el Rector Espejo asumiendo la rectoría de manera interina el Inspector General Carlos Ramírez, para luego ser nombrado por el Consejo de Instrucción Pública el profesor Carlos Mondaca.

Durante el breve rectorado de Mondaca, el Rector promovió un relajo en la severidad que había caracterizado al Instituto, permitiendo un mayor bullicio, y que los cursos para el 10 de agosto realizaran fiestas y números artísticos. En 1927, a raíz de una serie de disputas entre la Universidad de Chile, el Instituto Nacional y la dictadura de Ibáñez, el Consejo de Instrucción Pública llega a su fin.

En noviembre de 1928 fallece el Rector Mondaca.

En diciembre, por decreto del Supremo Gobierno, es nombrado como Rector el profesor Ulises Vergara Osses.

A dos meses de asumir la Rectoría, sobreviene uno de los hechos más nefastos para el Instituto y para la cultura de nuestro país. En enero de 1929, Pablo Ramírez, Ministro de Carlos Ibáñez del Campo, ordena la demolición de la Biblioteca del Instituto Nacional, ubicada a un costado de la Casa Central de la Universidad de Chile, con el objeto de ubicar en dicho espacio una piscina. El colegio solo logró recuperar 15.000 ejemplares de la fuera una de las bibliotecas más grandes y completas del continente. El resto de los libros fue repartido entre la Biblioteca Nacional, el Instituto Pedagógico, la Universidad de Chile y varios Liceos del país, y un número indeterminado tuvo que ser desechado.

En 1931 hace su estreno el Coro del Instituto Nacional, organizado por el profesor Isidoro San Martín.

En 1936 el profesor de Castellano, César Bunster, y el Bibliotecario, Ernesto Boero Lillo, proponen al Rector Vergara la creación de un órgano literario oficial del plantel, naciendo el 10 de agosto de 1936 el Boletín del Instituto Nacional, la publicación periódica más importante editada por el establecimiento.

El mismo año, pero en diciembre, fallece el profesor de matemática Manuel Aguilera, quién dispuso que con su óbolo se crease una fundación que premiara con el usufructo de su casa habitación, al "mejor institutano" de cada generación que egresara.

En 1940 nace ALCIN, la Academia de Letras Castellanas del Instituto Nacional, producto de las gestiones del bibliotecario Ernesto Boero Lillo y del profesor Emilio Tizzoni.

En 1941, el exprofesor y Presidente de la República, don Pedro Aguirre Cerda, convoca al Rector Vergara para ser Ministro de Educación. En su reemplazo queda el vicerrector Ramírez.

En 1947, el Centro de Alumnos pasa a ser Gobierno Estudiantil, de acuerdo a las normativas dictadas por el Ministerio de Educación.

En 1954 se acoge a retiro el Rector Vergara, asumiendo la Rectoría Antonio Oyarzún Lorca

Sesquicentenario y nuevo edificio

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En 1956, la Cámara de Diputados y el Senado aprueban una moción del Senador Ángel Faivovich que permite iniciar los estudios para construir un nuevo edificio para el Instituto Nacional. [13]

Dictadura militar y municipalización

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En 1976, por Decreto Nº 618 del Ministerio de Educación, publicado en el Diario Oficial de 28 de julio, se le cambia el nombre a "Instituto Nacional General José Miguel Carrera". En 1986, y a pesar de las fuertes protestas lideradas por el Centro de Alumnos del Instituto Nacional (CAIN), el Partido Institutano de Oposición (PIO) e incluso el Frente Institutano Nacionalista (FIN) que contaba entre sus filas a adherentes del gobierno, gremialistas,fascistas y nacionalistas, se produce el traspaso de la administración del Instituto a la Municipalidad de Santiago como parte del sistema de reforma educacional llevado a cabo por el Régimen Militar. El Rector Molina renuncia, manifestando su oposición a esta reforma que traspasa la educación fiscal a los municipios.

Retorno a la democracia y grandes movilizaciones

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Veinte años más tarde, el Instituto Nacional se convirtió en uno de los colegios que lideraron la llamada Revolución de los pingüinos de 2006, siendo la reforma de la "municipalización" de 1986 uno de los aspectos más criticados, siendo designada por diversos actores sociales como el principal problema de la educación pública chilena.

Por otra parte, durante 2008, movilizaciones llevadas a cabo por profesores, co-docentes, estudiantes y apoderados de la institución que cuestionaban al cuerpo directivo y al Centro de Padres y Apoderados por problemas de gestión y supuestas irregularidades en el manejo de recuersos económicos, lograron que la Municipalidad de Santiago sumariara y alejara de sus cargos al rector Omar Letelier Ramírez, al Vicerrector y, finalmente, a uno de los Inspectores Generales. Con esto, el municipio designó como Rector Interino Subrrogante al actual Rector, Sr. Jorge Toro Beretta, quien durante todo el proceso ayudó a esclarecer el asunto y a restaurar el ambiente de sana convivencia dentro del establecimiento. Sin embargo, fue gracias a las protestas y al trabajo de investigación llevado adelante por la Mesa de Trabajo Interestamental, designada por la Asamblea más grande nunca antes convocada dentro del establecimiento (más de 4.000 personas; quienes eligieron como sus representantes a alumnos -Fernando Pinto Nercelles, Maximiliano Núñez Gómez y Állan Álvarez Huencho-, profesores -José Vega y María Jimena Aranda-, apoderados -José Pincheira y Marco Espinoza-, y asistentes de la educación -Eduardo Cáceres y José Gutiérrez-) y ratificada por la Dirección de Educación Municipal (D.E.M.), cuya Directora, Sra. Violeta Castillo, formaba parte de la Mesa de Trabajo, y el propio Alcalde, Sr. Raúl Alcaíno, que se desnudaron las graves falencias en la infraestructura del establecimiento, ante lo cual el Ministerio de Educación destinó 2.714 millones de pesos chilenos para la remodelación del edificio.

Símbolos y tradiciones

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Insignia y emblemas históricos

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El primer emblema del que se tiene registro es el sello del Instituto Nacional, el que consistía ffff. Este sello se utilizaba para oficializar documentos y decorar textos oficiales como el álbum del centenario.

Durante el rectorado de Diego Barros Arana se utilizó un monograma con las iniciales del Colegio en los certificados de estudio y la papelería oficial.

Ambos símbolos cayeron en desuso durante el siglo XX.

En 1950 el profesor de Artes Plásticas Carlos Espech Madreiros diseñó la actual insignia del Instituto Nacional, cuyo uso se circunscribió en un comienzo a piochas de metal que los estudiantes portaban en el ojal del vestón, pero rápidamente su uso se extendió a documentación y en 1961 se hizo obligatorio el uso de la insignia junto al recién instaurado uniforme escolar. Desde entonces la insignia es el símbolo institutano por excelencia, acompañando a la documentación, afiches y carteles, siendo portada por los estudiantes sobre el bolsillo izquierdo del vestón y decorando las instalaciones del establecimiento.

La insignia es un escudo de forma polaco o piel de toro, similar al escudo nacional, cortado en dos cuarteles, azul turquí el superior y rojo el inferior, en su centro figuran las iniciales I N entrelazadas, bordadas en relieve de color blanco. La bordura del escudo es de color blanco y por timbre lleva una leyenda con el año de fundación del instituto: 1813.

Himno

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Alumnos celebran el centenario del establecimiento.

El actual himno del Instituto Nacional fue creado para celebrar el centenario del Colegio en 1913. El autor de la letra es Eduardo Moore, alumno del Colegio, y el compositor de la música, el profesor Ismael Parraguez.

I

Que vibre compañeros
el himno institutano
el canto del más grande
colegio nacional,
y surja el buen pasado
con ritmo soberano
en sus robustas notas
de música triunfal.

II

Arriba institutanos,
nuestro colegio es cuna
de todo cuanto llaman
chilena ilustración,
pues cupo al Instituto
la espléndida fortuna
de ser el primer foco
de luz de la nación.

III

Digamos lo que fuimos
en época distante
los hombres que han surgido
de nuestro inmenso hogar,
mirando hacia el pasado
de ejemplo edificante
sabremos otras cumbres
más altas escalar.

IV

Políticos ilustres,
poetas y escritores
patriotas acendrados
profetas del saber,
apóstoles caudillos
del pueblo redentores
tuvieron por orgullo
institutanos ser.

V

Sus puertas se han abierto
también a los extraños
mil hijos de la América
tu lecho cobijó,
la ciencia que difundes
desde hace cien años
a climas bien diversos
sus luces repartió.

VI

Recibe tú el saludo
de un hijo de la España
que tuvo la fortuna
de cobijarse en ti,
estrella de los magos
tu nombre me acompaña
pues nueva inteligencia
de tu alma recibí

VII

El templo de la ciencia
nos dió su primer beso
fecundo y luminoso
como una bendición,
preciso es que la honremos
y en el ferviente rezo
de versos entusiastas
rendirle una canción.

VIII

Erguidos y contentos
seguimos la jornada
buscando en el estudio
la fuerza y el poder
nosotros remontamos
por la senda empinada
que muere allá en la cima
del bien y del saber.

IX

Futuros paladines
en lides de la vida
cruzados en las huertas
del civilizador,
serán nuestras espaldas
al tiempo de partida
benditas por las manos
del sabio profesor.

Por el largo del himno se acostumbra cantar únicamente la primera y segunda estrofa.

Al finalizar el canto del himno, es tradición el llamado «grito del Colegio», o «Ineseteí», el que es dirigido por algún institutano y replicado por el resto de los presentes. El grito tiene su origen en la segunda mitad del siglo XX.

Uniforme

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Tradiciones

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Organización

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Autoridades

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  • Rector: Jorge Toro Beretta.
  • Vicerrector: Raúl Blin Necochea.
  • Inspectores Generales: Enilde Gil Sour, Luis Mendoza Gárate, Pedro Castillo Prado y Patricia Beltrán Ferraro.
  • Jefa de la Unidad Técnico Pedagógica: Sylvia Acevedo.
  • Orientadores: Marcela Verdugo, Justina Moraga, Claudia Álvarez, Sergio Castro, Antonio Fleffil y Virginia Bussenius.
  • Jefes de Departamento:
  • Lengua Castellana: Myriam Aceitón.
  • Deutsch (Alemán): Belma Camacho.
  • English (Inglés): Manuel Ogalde.
  • Français (Francés): Ivonne Pino.
  • 普通話 (Chino Mandarín): Shun Li.
  • Historia y Ciencias Sociales: Fernando Araya.
  • Filosofía: Paulina Santos.
  • Matemática: Óscar Godoy.
  • Biología: Carmen Leiva.
  • Física: Héctor Vergara
  • Química: Renato Arredondo.
  • Educación Tecnológica: Belfor Cruz.
  • Computación Educativa: John Pereira.
  • Artes Musicales: Sandra Pérez.
  • Artes Visuales: Olga Lazo.
  • Educación Física: Edmundo Vilchez.
  • Religión: Jeannette Cantillana.
  • Jefe de la Unidad de Administración: Lorenzo Villagra.
  • Directora Centro de Extensión: Cecilia González.
  • Bibliotecario: Alfredo Cáceres.

Plan de estudios

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El Instituto Nacional es un liceo municipal científico humanista y de especial singularidad[14]​, que imparte la modalidad de educación general básica N.B.6 (7° y 8° años) y de educación media científico-humanista (1º a 4º años). Sus planes de estudios fueron aprobados por el decreto Nº 220 del año 1998 y por la resolución exenta Nº 8423 del año 2009[15]​.

Séptimo y octavo básico

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Durante los dos niveles de Educación General Básica que imparte el colegio, 7º y 8º básico, los estudiantes deben cursar las siguientes asignaturas obligatorias;

Asignatura Horas semanales Asignatura Horas semanales
Lengua Castellana y Comunicación 5 Educación Tecnológica 2
Compresión de la Sociedad 4 Artes Visuales 2
Idioma Extranjero (Deutsch) 2 Artes Musicales 2
Idioma Extranjero (English) 3 Educación Física 2
Idioma Extranjero (Français) 2 Consejo de Curso 1
Educación Matemática 5 Orientación 1
Comprensión de la Naturaleza 3

Los estudiantes que lo deseen pueden cursar la asignatura electiva de Religión Católica o Religión Evangélica, la que tiene una duración de dos horas semanales.

Primero y segundo medio

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Durante los dos primeros niveles de Educación Media, 1º y 2º medio, los estudiantes deben cursar las siguientes asignaturas obligatorias;

Asignatura Horas semanales Asignatura Horas semanales
Lengua Castellana y Comunicación 5 Química 2
Idioma Extranjero (English) 4 Educación Tecnológica 2
Historia y Ciencias Sociales 4 Computación Educativa 2
Matemática 5 Educación Física 2
Biología 2 Consejo de Curso 1
Física 2

Los estudiantes deben cursar además dos asignaturas optativas: Idioma Extranjero y Arte. El estudiante al matricularse debe elegir el idioma extranjero y el arte que cursará durante el año. Ambas asignaturas tienen una duración de dos horas semanales.

Idioma Optativo Arte Optativo
Deutsch (Alemán) Artes Musicales
Français (Francés) Artes Visuales
Pǔtōnghuà 普通話 / 普通话 (Chino Mandarín)

Los estudiantes que lo deseen pueden cursar la asignatura electiva de Religión Católica o Religión Evangélica, la que tiene una duración de dos horas semanales.

Tercero y cuarto medio

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Durante los dos últimos niveles de Educación Media, 3º y 4º medio, los estudiantes deben optar por uno de los tres planes electivos diferenciados que ofrece el establecimiento, Biólogo, Humanista o Matemático. Los estudiantes deben cursar ocho asignaturas obligatorias y dos asignaturas optativas (Idioma Extranjero y Arte) pertenecientes al plan común y tres asignaturas electivas, propias del plan diferenciado que hayan escogido.

Las asignaturas obligatorias son las siguientes;

Asignatura Horas semanales Asignatura Horas semanales
Lengua Castellana y Comunicación 4 Física (*) 2
Historia y Ciencias Sociales 3 Química (**) 2
Filosofía y Psicología 3 Educación Física 2
Matemática 4 Consejo de Curso 1
Biología 2

(*) El plan común humanista no posee Física. (**) El plan común científico no posee Química.

Las asignaturas optativas son;

Idioma Optativo Horas semanales Arte Optativo Horas semanales
English (Inglés)) 3 Artes Musicales 2
Français (Francés) 3 Artes Visuales 2

Las asignaturas electivas son las siguientes;

Asignaturas plan biólogo Horas 3º Horas 4º Asignaturas plan humanista Horas 3º Horas 4º Asignaturas plan matemático Horas 3º Horas 4º
Matemática 3 2 Literatura 3 4 Matemática 3 4
Biología 3 4 Historia 4 3 Física 3 3
Química 3 3 Idioma o Arte (***) 2 2 Química 3 2

(***) Los humanistas deben elegir entre Artes Musicales, Artes Visuales, English o Français.

Los estudiantes que lo deseen pueden cursar la asignatura electiva de Religión Católica o Religión Evangélica, la que tiene una duración de dos horas semanales.

Academias, deportes y extensión

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De manera complementaria al plan de estudios, existen diversas actividades extraprogramáticas que complementan y contribuyen a la formación integral de los estudiantes. Debido a la falta de presupuesto, muchas academias, ramas deportivas y talleres funcionan sin financiamiento oficial y con profesores ad honorem,los que sin embargo logran realizar notables cátedras y el Instituto obtiene año a año numerosos logros y reconocimientos por las diversas actividades extracurriculares que realizan sus estudiantes.

Las academias son coordinadas por la Unidad Técnico Pedagógica. Existe asimismo un Centro de Extensión que se encarga de la realización de diversas actividades de extensión, como charlas, visitas de los estudiantes y convenios para asistir a obras de teatro.

Principales academias

Principales talleres

Deportes

Centro de Alumnos

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Directiva del Centro de Alumnos, durante el periodo 2012.

El Centro de Alumnos es una organización formada por todos los estudiantes que los agrupa y representa; entre sus finalidades se encuentran la promoción del juicio crítico, el pensamiento reflexivo y la voluntad de acción, cooperando con la formación democrática de los estudiantes.[16]

Desde la fundación en 1813 que los alumnos del Instituto se encuentran vinculados al desarrollo político de Chile, destacando dos sucesos de organización estudiantil en el siglo XIX: la creación de la Sociedad de la Igualdad, integrada por muchos exalumnos y alumnos, y las protestas en contra del Ministro de Instrucción Pública Abdón Cifuentes, conservador, quien clausuró el Instituto por un tiempo siendo interpelado por Manuel A. Matta y finalmente renunciando a su cargo [17]​.

El Centro de Alumnos del Instituto Nacional fue fundado en 1947. Desde sus inicios estuvo enfocado en ayudar al desenvolvimiento de los alumnos y su compromiso con la realidad nacional. Durante las décadas siguientes surgieron las primeras organizaciones estudiantiles secundarias, destacando la FESES (Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago), las cuales tuvieron un rol importante en las turbulentas décadas del 60′ y 70′, siendo los Centros de Alumnos parte de la vida política nacional.

Con el golpe militar de 1973, el CAIN y las organizaciones estudiantiles fueron declaradas proscritas. En la clandestinidad se reorganizaron las organizaciones secundarias, surgiendo en nuestro colegio el PIO (Partido Institutano de Oposición). En 1986 se anunció la municipalización del Instituto Nacional, lo que generó una prolongada protesta en contra de dicha medida, bajo el liderazgo del PIO y el CAIN, realizándose protestas callejeras en las afueras del Colegio. Finalmente, pese a la oposición de toda la comunidad institutana, el Instituto pasa a depender de la Municipalidad de Santiago y el Rector Luis Molina renuncia a su cargo, tal y como amenazara que haría si el Colegio se municipalizaba.

Con el retorno a la democracia, el Instituto Nacional empieza a recuperar su tradición cívica, democratizándose el Centro de Alumnos. En 1996 se dictan sus estatutos, los cuales no han sido modificados desde ese entonces. En la última década el CAIN logró llevar adelante proyectos emblemáticos, como son la donación de la sala del Departamento de Castellano, la polera de verano, el polerón, los días del alumno y semana de aniversario y en la década de los 90′, el conocido y recordado Mister Institutano. Asimismo, el CAIN ha sido parte de los grandes movimientos estudiantiles que han sacudido nuestro país y despertado las demandas sociales por una mejor educación, el fin de la municipalización y el lucro en la misma.

El Centro de Alumnos es en la actualidad encabezado por una Directiva integrada por un Presidente, dos Vicepresidentes, un Secretario Ejecutivo, un Secretario de Finanzas y un Secretario de Actas. La elección universal se realiza por listas cerradas y tradicionalmente durante el mes de noviembre.

Integran parte de la orgánica del Centro de Alumnos los Consejos de Curso, el Consejo de Delegados de Curso, las Secretarías de Trabajo, el Tribunal de Alumnos y el Tribunal Calificador de Elecciones.

Dependencias

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Maqueta del antiguo edificio que albergó al Instituto Nacional entre 1850 y 1960.

El Instituto Nacional a lo largo de la historia ha funcionado en diferentes edificios. Desde su fundación funcionó en calle Compañía de Jesús, donde luego se construyó el edificio del Congreso Nacional. En 1850 fue trasladado a un terreno más amplio en la manzana de San Diego Nueva, San Diego Vieja, Alameda y Alonso de Ovalle, construyéndose un edificio. La Universidad de Chile ocupa una pequeña porción de la manzana, en su extremo norte con la fachada hacia la Alameda. Entre 1960 y 1977 se construyó el actual edificio, de arquitectura modernista y que se mantiene hasta nuestros días. El Colegio cuenta también con dos refugios, uno en El Tabo (el más importante) y otro en Quintero. También tiene un campo deportivo en la comuna de Vitacura, el que es conocido como Estadio Instituto Nacional.

Edificio Institucional

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Vista parcial del edificio actual del Instituto Nacional.

Actualmente, el Instituto Nacional funciona en calle Arturo Prat 33, su ubicación histórica por más de un siglo y medio, desde que en 1850 se trasladara a los terrenos que pertenecían al convento de San Diego. Por calle Alameda se encuentra el edificio de la Casa Central de la Universidad de Chile y el resto de la manzana pertenece al Colegio. Durante la segunda mitad de la década de 1950 y mientras se discutía en el parlamento el proyecto de ley de financiamiento de la Copa Mundial de Fútbol de 1962, el senador y exalumno Ángel Faivovich presentó una moción cuyo objetivo era dotar de recursos la construcción del nuevo edificio del Instituto Nacional, extrayendo un porcentaje mínimo de los fondos destinados al evento deportivo. Esta iniciativa tuvo gran aceptación entre los congresales, transformándose en el gran hito que marcó el inicio de la historia contemporánea del colegio.

Es así como el Colegio de Arquitectos llamó al mayor concurso público registrado en el país hasta ese momento, que contó con la participación de 103 proyectos en una primera etapa, de los cuales fueron seleccionados solamente seis para la etapa final. Siendo dentro de éstos trabajos elegido el proyecto del arquitecto José Llambías por un jurado compuesto por don Antonio Oyarzún, Rector del Instituto, Clemente Canales, Vicerrector y los decanos de las facultades de Arquitectura de la Universidades de Chile y Católica.

José Llambías estudió Arquitectura en la Universidad de Chile, egresando con distinción máxima, trabajo en el diseño de viviendas, destacando entre sus colegas, diseño el edificio social de la Unión Española en la calle Carmen y ganó el concurso para construir el gimnasio de Talcahuano, conocido como “La Tortuga”, por años el recinto deportivo techado más grande de Chile. El edificio se construye en un terreno de 14.000 metros cuadrados. Tiene 33.000 metros cuadrados construidos distribuidos en 7 niveles, proyectados para un máximo de 2.000 alumnos, los que dispondrían de 55 salas comunes, 25 salas especiales (talleres, laboratorios), comedores, gimnasio y amplios patios, además de una torre central destinada a la administración y la Biblioteca, siendo solamente esto lo que se construyó y habilitó finalmente.[18]

Además, contaría con un aula magna con capacidad para 1.550 personas, distribuidas en platea alta y baja, con calefacción, foso en el escenario, maquinaria para proyectar cine, etc. Este trabajo no fue concluido, quedando sólo la obra gruesa hasta nuestros días y siendo conocido como “Las catacumbas”, espacios abandonados y ocupados para almacenar muebles en desuso y otros enseres. Producto de la dictadura militar y sus políticas educacionales, la educación pública sufrió un total abandono por parte del estado, con lo que el proyecto completo del edificio jamás se terminó, quedando también zonas sin habilitar en el llamado “sector 3” y también “Las Calderas”, espacio en el subterráneo en el que estarían las calderas de la calefacción del edificio, así como estanques de agua entre otras dependencias.

Asimismo, hasta el año 2008 y luego de meses de protestas estudiantiles y de la comunidad, el edificio no tuvo ninguna mantención, lo que en sus 40 años de existencia a contribuido a su deterioro. Las reparaciones del año 2008 sólo afectaron a la red eléctrica y de servicios básicos, así como la iluminación y arreglos más urgentes, sin embargo el edificio necesita aún muchos arreglos y faltan muchas etapas del proyecto original. Recientemente un grupo de exalumnos formó una comisión y pretenden terminar el teatro y dos auditorios abandonados para el bicentenario del Colegio, el 2013. El teatro será denominado Aula Magna del Instituto Nacional "Rector Sergio Riquelme", en homenaje al fallecido rector que dirigió al plantel entre 1990 y 2004.[19]

Estadio

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Ubicado en la comuna de Vitacura, en el sector cercano a la ribera del río Mapocho, el terreno fue donado al Instituto luego de las obras de encauzamiento del río. El campo deportivo fue construido en 1987 por el Ministerio de Obras Públicas, siendo inaugurado al año siguiente.

Cuenta con una cancha de Fútbol, cuyo césped fue recientemente arreglado, con tribunas de madera para espectadores, canchas de tenis de cemento y una cancha de arcilla. Posee 4 camarines, edificios para la administración y un casino con comedor, utilizado ocasionalmente como salón de eventos.

Refugio El Tabo

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El Colegio cuenta con un refugio en el balneario de El Tabo, el cual es usado para diferentes actividades, entre las que destaca un viaje educativo que realizan los alumnos en séptimo básico. El Refugio cuenta con dormitorios para los alumnos, con una sala de actividades, un comedor y una cabaña para invitados, profesores y funcionarios. En el terreno también se ubica una casa perteneciente a la administración del recinto. Cuenta con una cancha de tierra, y dos canchas de tenis, así como una vegetación abundante.

Exalumnos y exdocentes

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Osvaldo Puccio, ministro entre 2005 y 2006, ex alumno.

A lo largo de sus casi doscientos años de vida, el Instituto ha forjado generaciones de hombres que han engrandecido a la patria: Presidentes de la República, legisladores, servidores públicos, profesionales, académicos o anónimos hombres de trabajo; ciudadanos honrados unidos bajo un único ideal «defender, dirigir, hacer florecer y darle honor a la patria».

Dentro del grupo de exalumnos y exdocentes, destaca la Galería de los Presidentes: 18 institutanos han alcanzado la primera magistratura del país, siendo motivo de orgullo para la comunidad. A continuación, la lista de los presidentes relacionados con el colegio y sus períodos de gobierno:

Un institutano alcanzó la primera magistratura del Perú, Manuel Pardo y Lavalle (1872-1876). Manuel Pardo estudió durante su infancia en el Instituto, pues su familia se trasladó a vivir a Chile durante un periodo de tiempo. A su regresó al Perú, continuó sus estudios en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe y los terminó en el Convictorio de San Carlos.

Busto en homenaje a don Samuel Lillo, donado por la Colonia Española residente en Chile, ubicado en el Instituto Nacional.

Por otra parte, x institutanos han obtenido Premios Nacionales en diversas categorías. A continuación la lista de los laureados y el año del galardón:

Premio Nacional de Literatura

Premio Nacional de Periodismo

Premio Nacional de Arquitectura

Premio Nacional de Arte

Además, muchos exalumnos han destacado en diversas disciplinas y profesiones o han obtenido importantes cargos de gobierno, contribuyendo a la formación de Chile como nación. A continuación una lista con algunos de los egresados más destacados:

Ministros de Estado, Políticos y Parlamentarios

Abogados, jueces y juristas

Héroes Militares

Científicos

Escritores y periodistas

Historiadores

Por otro lado, personalidades como Ignacio Domeyko, Rodulfo Amando Philippi, Gustave Courcelle-Seneuil, Hans Steffen, Andrés Bello, Patricio Aylwin y Pedro Aguirre Cerda, entre otros, integraron en algún momento el cuerpo docente del establecimiento.

Rectores del Instituto Nacional

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Rankings

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En el ranking de colegios elaborado por la Pontificia Universidad Católica de Chile en base a la PSU rendida a fines de 2010, fue considerado el 14.º mejor colegio de Chile,[20]​ siendo el único del sector municipal entre los mejores 50 establecimientos del país. El promedio alcanzó los 690,11 puntos y 54 de los 652 alumnos del establecimiento que la rindieron alcanzaron puntajes nacionales (45 en Matemática, 6 en Ciencias, 2 en Historia y 1 en Lenguaje).[21]

Referencias

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  1. http://www.auroradechile.cl/newtenberg/681/article-2822.html
  2. III Ranking "Los mejores colegios de Chile" - Revista "El Sábado", El Mercurio. 8 de abril de 2006. (en PDF)
  3. http://www.institutonacional.cl/documentos/proyecto_educativo.pdf
  4. http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0013869.pdf
  5. http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0000958.pdf
  6. http://www.auroradechile.cl/newtenberg/681/article-2822.html
  7. http://www.historia.uchile.cl/CDA/fh_article/0,1389,SCID%253D1972%2526ISID%253D169%2526JNID%253D9,00.html
  8. http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0003002.pdf
  9. http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0000965.pdf
  10. http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0053252.pdf
  11. http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0000964.pdf
  12. http://www.memoriachilena.cl/temas/documento_detalle.asp?id=MC0000961
  13. http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=27030&buscar=ley+12084#120840
  14. http://www.mineduc.cl/biblio/documento/REX1926_99.pdf
  15. http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1009377
  16. http://cain2013.wordpress.com/nosotros/
  17. http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0000961.pdf
  18. Boletín del Instituto Nacional, Año III Agosto-Noviembre de 1993, N° 4 y 5, pags. 48, 49, 50, 51. Reportaje ¿El teatro del Instituto, una realidad?
  19. Decisión hecha pública el 9 de Agosto de 2010, en el marco del desarrollo del acto de homenaje al Rector Riquelme.
  20. Ranking "Mejores colegios del año 2011" - P.U.C. (en PDF)
  21. http://institutonacional.cl/documentos/puntajes_nacionales/puntajes_nacionales.pdf consultado el domingo 13 de Febrero de 2011; a las 06:31 UTC

Véase también

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Enlaces externos

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